lunes, 16 de septiembre de 2024

EL ANDRÓGINO DAVID BOWIE GLORIFICADO POR EL VATICANO

Es impensable que el periódico del Vaticano haya elogiado a un hombre que, además de ser satanista, se proclamó abiertamente promiscuo y desafió audazmente lo normal en el ámbito sexual.

Por Margaret Galitzin


Cuando la estrella del rock David Bowie, considerado el más influyente de los rockeros, murió de cáncer el 10 de enero de 2016, se esperaba que el mundo lo aplaudiera. Las estrellas de Hollywood y el mundo del rock (soft rock, punk rock, heavy metal) lo hicieron exactamente así. Los homenajes de Madonna, Paul McCartney, los Rolling Stones, Kendrick Lamar y otros cantantes de rock no pararon de llegar.

Luego, más elogios inesperados vinieron de figuras prominentes del mundo político y científico, por ejemplo, David Cameron, Tony Blair y el astronauta Tim Peake. Parece que el siglo XXI estaba tan ansioso por aclamar a esta criatura andrógina y descaradamente satanista, como las grandes personalidades del siglo XIII honraron a San Bernardo en su muerte.

Este aplauso es lo que viene de un mundo que durante mucho tiempo ha quemado incienso en el altar de la rebelión y la revuelta del rock. Después de todo, Bowie fue el primero en muchas cosas en la Revolución del Rock: el primero en declarar abiertamente su homosexualidad e instar al público a la aceptación de la criatura andrógina bisexual del futuro; el primero en hacer canciones en video; el primero en reinventarse continuamente con una multitud de personajes como Ziggy Stardust y el Thin White Duke.

Álbumes satánicos

“Tomar riesgos y ser subversivo, eso es lo que aprendí de David Bowie”, dijo un fan. Bowie era subversivo, escupió por todas partes su odio por las convenciones y el “establishment”. Fue especialmente virulento contra la Iglesia Católica.

En The Next Day Bowie se burla de todo lo católico

La malicia es evidente en su videoálbum The Next Day lanzado en 2013 en su “resurrección”, después de una ausencia de 10 años de los escenarios recuperándose de una grave adicción a la cocaína y la paranoia. En ese video estaba disfrazado de monje cantando en un prostíbulo con un fondo de sacerdotes pervertidos con prostitutas semidesnudas; de pronto, una prostituta estaba “dotada” con supuestos estigmas. La sangre brotaba de sus palmas y el sacerdote enojado gritó furiosamente hacia Dios: “¡Eres tú otra vez!”.

Su último álbum, Blackstar -una referencia a Satanás en los círculos ocultistas- también fue lanzado dos días antes de su muerte. Aunque murió, sus súper fanáticos ya están negando esta realidad, afirmando que no murió, sino que emigró a un lugar extraterrestre.

Blackstar fue, si es posible, aún más blasfemo y abiertamente ocultista. Bowie regresó a su tema favorito de “astronauta / espacio exterior”, anunciando una nueva era de Satanás. La supuesta verdad gnóstica que ha estado oculta al hombre está regresando. Este fue más que un simple video “creativo”: fue un video repleto de rituales satánicos y danzas simbólicas, magia y adoración a Satanás.

Del mismo modo, en la canción de Bowie Valentine's Day interpretaba algo más que un simple rockero pasado de moda cantando sobre Valentine: Valentine “lo sabe todo”, quiere “todo el mundo bajo sus pies” y “tiene algo que decir”. ¿Qué está diciendo en esta canción? Ese “día de San Valentín ha llegado” parece ser el anuncio de la llegada del Diablo. Si es así, David Bowie aparece como un heraldo de Satanás.

Gnosis y extraterrestres

No hay duda de que Bowie estaba profundamente inmerso en la doctrina ocultista y gnóstica.

Bowie, a la derecha , vestido como una esfinge al igual que su mentor, Aleister Crowley, a la izquierda.

En sus inicios, fue discípulo de Aleister Crowley y más tarde se obsesionó con la doctrina oculta de los superdioses y las invasiones extraterrestres. Blackstar está repleto de imágenes gnósticas y satánicas: un extraterrestre (una calavera con joyas dentro de un traje de astronauta) trae los secretos de una antigua religión. Un ritual satánico que termina con mujeres adorando la calavera con joyas sostenida por una bruja en un círculo mágico. El propio Bowie canta con una venda en los ojos, una referencia a los maestros iniciados.


Finalmente, también hay una representación verdaderamente blasfema de un Cristo crucificado con caderas giratorias y una cara de calavera grotesca. El mensaje parece ser este: ha llegado una nueva era, iluminada por la luz vaporosa de la estrella negra. Satanás reemplaza a Cristo.

El Vaticano apoya a un satanista

Las representaciones inmorales y blasfemas en estos últimos álbumes deberían ser suficientes para que cualquier católico fiel rechace a Bowie. Sería esperable que la Iglesia advirtiera a los fieles que se mantuvieran alejados del satánico Bowie y de la música rock en general.


En cambio, los medios de comunicación proclamaron orgullosamente que los prelados católicos se unieron al coro general de elogios a Bowie

Entre los primeros en honrar a la estrella de rock bisexual estuvo el cardenal Gianfranco Ravasi, del Consejo Pontificio para la Cultura. Al enterarse de la muerte de Bowie, tuiteó la letra de la canción de Bowie de 1969 Space Oddity: “Ground Control to Major Tom / Comingening countdown, engine on / Check ignition and may God's love be with you (David Bowie)” (Control de tierra a Comandante Tom / Comienza la cuenta atrás, motor encendido / Compruebe el encendido y que el amor de Dios esté con usted)

Al día siguiente, el diario vaticano L'Osservatore Romano publicó un obituario en el que elogiaba a David Bowie como un “músico singular que nunca fue banal” y que “creció artísticamente durante cinco décadas gracias a su interés por el arte, el cine y el teatro”.

El periódico vaticano, que cada día se acerca más al mundo moderno, destacó la “imagen ambigua” que Bowie cultivó en su carrera temprana y la atribuyó simplemente a “un deseo inmaduro de ganar fama y atraer la atención”.

Estos “excesos”, afirma L'Osservatore, “pueden pasarse por alto”, ya que el legado de Bowie “es el de una especie de sobriedad personal, expresada incluso en su cuerpo seco, casi como un hilo”.

Es impensable que el periódico del Vaticano haya elogiado a un hombre que, además de ser satanista, se proclamó abiertamente promiscuo y desafió audazmente lo normal en el ámbito sexual.

La posición del Vaticano fue elogiada

Algunos comentaristas aplaudieron la “posición valiente” del Vaticano, observando que su “postura positiva” era una señal positiva para las cuestiones lgbt dentro de la Iglesia, “probablemente otro resultado de la mejora del compromiso de Francisco con el mundo y la demanda de que todas las personas sean respetadas y valoradas”.

No obstante, Bowie ya en 1976 anunció flagrantemente que la música rock estaba inspirada por Satanás: “El rock siempre ha sido la música del Diablo, no puedes convencerme de que no lo es. … Siento que sólo estamos anunciando algo aún más oscuro que nosotros mismos” (Rolling Stone, 12 de febrero de 1976, p. 83). Bowie nunca negó esta afirmación, sino que evolucionó hasta convertirse en una especie de heraldo del oscuro Reino de Satanás.

Es increíble que el Vaticano haya aprobado e incluso elogiado a David Bowie, otra consecuencia calamitosa de la apertura del Vaticano II al mundo moderno pagano.


Tradition in Action


16 DE SEPTIEMBRE: SAN CIPRIANO, OBISPO Y MARTIR


16 de Septiembre: San Cipriano, Obispo y mártir

(✞ 258)

El santísimo Obispo, sapientísimo Doctor y fortísimo Mártir de Jesucristo, San Cipriano, fue de nacionalidad africana y de ilustre sangre, pues su padre era hombre muy poderoso, senador nobilísimo, y obtuvo en Cartago la dignidad primera de aquel orden.

Desde su niñez, Cipriano se dio a las letras humanas y a la elocuencia y filosofía, y enseñó retórica con grandes loas y fama.

Más, como era gentil, cayó en todos los vicios y liviandades de los mozos paganos, hasta que se casó y tuvo hijos.

Entonces trabó amistad con un santo presbítero llamado Cecilio, el cual con su ejemplo y doctrina le persuadió que se hiciese cristiano, y él lo hizo, con tan particular conocimiento de la merced que recibía de Dios por medio de Cecilio, que siempre lo reverenció como a padre de su alma y maestro de su nueva vida.

El mismo día que se bautizó con el beneplácito y consentimiento de su mujer, se apartó de su compañía, y dejando a ella y a sus hijos todo lo que habían de necesitar para su sustento, repartió sus grandes riquezas a los pobres y comenzó a hacer una vida perfectísima, y a enseñar una doctrina alta y admirable que no parecía sino haberla recibido del cielo.

Porque tras bautizarse, comenzó a pensar y hablar como excelentísimo teólogo, y aunque el mismo decía que procuraba cortar de raíz la elocuencia y el ornato de palabras, sus escritos causan admiración a los grandes maestros.

Fue elegido presbítero de Cartago por aclamación de todo el clero y el pueblo, y poco después, habiendo muerto el Obispo Donato, a una voz escogieron al santo como sucesor en aquella cátedra, sacándolo del retiro en el que se había ocultado.

No se puede fácilmente decir cuán admirablemente resplandeció como antorcha clarísima de la Iglesia africana.

Se hacia amar, temer y reverenciar por todos, y en una terrible pestilencia, en la que los gentiles desamparaban a sus enfermos y huían de Cartago, el santo les visitaba y socorría, convirtiendo gran numero de ellos a la fe de Jesucristo.

Escribió entre otros muchos libros un tratado sobre la unidad de la Fe y otro acerca de la modestia con que habían de vestirse las vírgenes y también una elocuentísima exhortación al martirio.

Habiéndose levantado una terrible persecución que había anunciado el santo, en la cual deseaba morir por la Fe, no pudo alcanzarlo, a pesar de que en el anfiteatro no se oían más que gritos de los idólatras que clamaban: ¡Cipriano a los leones!

Ellos pensaban triunfar sobre los fieles con la muerte del santo Obispo, pero alguien le aconsejó a Cipriano que se escondiese, como lo hizo por el bien de su Iglesia.

Más tarde, se renovó nuevamente la persecución, y entonces, el santo Obispo fue llamado por el tirano Galerio Máximo. Él se presentó ante el tribunal, y a todas las preguntas que le hizo, contestó:

- Soy cristiano y me glorío de serlo.

Juzgando el procónsul que no era conveniente dilatar el martirio del santo prelado, mandó que ese mismo día le cortasen la cabeza.

Reflexión:

A pesar de ser San Cipriano tan sabio y santo Obispo, cayó en un error creyendo que era inválido el Bautismo, siempre que fuese administrado por herejes; en ello creía seguir la Tradición de la Iglesia africana en tiempo en que nada había definido. “Permitió Dios -dice San Agustín- que por el entendimiento humano que es limitado, Cipriano errase para que conociésemos que la infalibilidad no es privilegio de los Doctores esclarecidos, sino de las decisiones de la Iglesia, y de su cabeza visible que es el vicario de Cristo”.

Oración:

Asístenos, Señor, con tu gracia en la festividad del bienaventurado mártir y pontífice San Cipriano, para que su poderosa intercesión nos haga agradable a tu Divina Majestad. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.


domingo, 15 de septiembre de 2024

VIEJOS ALCOHÓLICOS QUE CALUMNIAN LA SOBRIEDAD

La mayoría de los viejos alcohólicos no quieren admitir ante los más jóvenes -o ante sí mismos- que su vida se desperdició en el libertinaje.


Antiguamente solía ser que las generaciones más jóvenes eran las que querían cometer errores, y las viejas generaciones eran las que advertían a los jóvenes de que las tradiciones consagradas por el tiempo estaban ahí por una razón y eran, de hecho, un enfoque más racional de las cosas que los remedios radicales propuestos por los jóvenes.

Si bien los jóvenes estaban, en general, equivocados, se les podía conceder al menos esta pequeña circunstancia atenuante: que veían los defectos del sistema existente y se proponían eliminarlos con las esperadas virtudes de un sistema que, al menos, aún no existía, y cuyos defectos no estaban delante de sus ojos.

Este orden bastante natural de las cosas está ahora completamente patas arriba. En materia católica, como en muchas otras cosas -basta mirar hacia Alemania-, son sobre todo las generaciones más jóvenes las que quieren volver a los sistemas, las costumbres y la lógica de sus antepasados, mientras que la vieja generación les advierte de los peligros de hacer -en materia de liturgia y misa, o de moral sexual, o de inmigración- lo que innumerables generaciones antes que ellos han hecho.

Sin embargo, la situación actual se hace más absurda a partir de esto, que la vieja generación puede ver bien el daño que su enfoque ha causado, y que es, digan lo que digan al respecto, exactamente la razón del deseo de volver a las viejas costumbres.

Es como ver a viejos alcohólicos advirtiendo a los jóvenes de los peligros de la sobriedad, e invitándoles a destrozarse alegremente el hígado como han hecho sus mayores, porque... bueno, en realidad esto nunca se explica, ya que las explicaciones convincentes de los beneficios de la embriaguez constante siguen sin aparecer.

Se preguntarán por qué lo hacen. Mi respuesta es muy sencilla: la mayoría de los viejos alcohólicos no quieren admitir ante los más jóvenes -o ante sí mismos- que su vida se desperdició en el libertinaje. Prefieren, por lo tanto, mantener viva la vieja ideología, aun sabiendo que, en gran medida, morirá con ellos. Nunca, mientras vivan, admitirán la absoluta superioridad de la sobriedad y la razón sobre la embriaguez y el error, por más brillante y evidente que sea la superioridad de la primera sobre la segunda.

Luego están los otros: aquellos cuyo alcoholismo esconde cuestiones inconfesables, y que quieren utilizarlo convenientemente como tapadera de los gravísimos problemas en que se han metido.

Un buen ejemplo de esta vergonzosa mentalidad es este tipo. Engreído a más no poder, el tipo atribuye claramente la actitud conservadora de sus seminaristas a inseguridades malintencionadas, o tonterías por el estilo. Están tan equivocados porque son muy inseguros, comprendes? En serio, menudo carcamal. Y no lo digo sólo como término despectivo en general. Creo que todas estas personas deberían ser sospechosas de tener muertos en el armario, porque a menudo los tienen.

Mientras tanto, a la juventud, que se está poniendo rápidamente sobria, no le importa lo que piensen los viejos borrachos. Seguirán haciendo y pensando lo que todas las generaciones anteriores han hecho y pensado. Y lo harán cada vez en mayor número.

¡Qué equivocados pueden estar los viejos!

Estos viejos estúpidos, o maliciosos, o directamente viciosos, han perdido el control sobre los jóvenes.

Los jóvenes exigen un cambio.

No se equivoquen, lo conseguirán.


Mundabor

DESTRUIR EL PAPADO PARA RECONOCER A FRANCISCO

Si Francisco no tiene poder para declarar santos, como reconocen los lefebvristas (¿cómo van a aceptar 'virtud heroica' en quien excomulgó a Mons. Lefebvre?)

Por el Padre Nicolás Despósito


La posición lefebvrista es insostenible: reconocer a alguien como papa a fin de resistir su magisterio, sus leyes, su liturgia. 

“El papa es infalible sólo cuando define un dogma”, dicen. “La idea de seguir al papa en todo es algo ridículo, un ultramontanismo papólatra que se remonta al Vaticano I (1870)”, explican. 

La ocasión que los lleva a resistir un magisterio en apariencias pontifical es, por cierto, el contenido claramente herético de tal magisterio. 

Una posición que coloque al fiel en tal estado de perplejidad: si no me someto soy cismático, y si me someto, hereje, no puede llamarse prudencial. Todo lo contrario. ¿Pero cómo se evita entonces esta situación?: Entendiendo que a partir de 1965 no hay ningún magisterio eclesiástico auténtico a reconocer, excepto por supuesto el de los Papas que reinaron durante casi dos mil años como reglas firmísimas de la Fe. 

El lefebvrismo, rechazando el único diagnóstico compatible con la Fe (y el sentido común) se ve obligado a reconocer un papado herético y una Iglesia en defección.

Analicemos brevemente la posición lefebvrista. Si el lefebvrismo está acertado, la Iglesia Católica es el único medio de salvación y, al mismo tiempo, es capaz de llevar a las almas al infierno, con la promulgación de leyes nocivas, la enseñanza de doctrinas falsas y la imposición universal de una nueva religión por parte del papa y la jerarquía. Para que uno se beneficie del aspecto salvífico de esta Iglesia, debe aceptar solamente dogmas declarados y resistir todo lo demás, excepto lo que el superior del grupo lefebvrista considere “tradicional”.

Lo que no es muy tradicional es esta noción de “Iglesia pecadora” que ha adoptado el lefebvrismo. Es más, quien ha defendido esta posición con mucha claridad es el mismísimo Hans Küng, conocido “teólogo” modernista que participó como “experto” durante el concilio Vaticano II. Para el hereje suizo, la infalibilidad de la Iglesia consiste en no ser abandonada por Dios cuando yerra [1].

El lefebvrismo queda completamente expuesto cuando deben explicar las canonizaciones de Roncalli, Montini y Wojtyla. La Iglesia Católica enseña que las canonizaciones son infalibles, actos solemnes y propiamente ex cathedra.

Si Francisco es un Papa legítimo, con autoridad suprema y universal, entonces sus canonizaciones son tan infalibles como las de Pío XI. Si Francisco no tiene poder para declarar santos, como reconocen los lefebvristas (¿cómo van a aceptar 'virtud heroica' en quien excomulgó a Mons. Lefebvre?), entonces se está admitiendo la vacancia formal de la Sede apostólica.

Es tiempo de despertar. Un tradicionalismo que rechace la doctrina tradicional del Papado es una contradicción en los términos. La única posición que preserva la indefectibilidad de la Iglesia es el sedevacantismo.


Nota:

[1] Küng, Hans, Infallibility? An Inquiry, (Garden City, New York: Doubleday, 1971), p. 181.


LA RELIGION CÓMODA (15)

Cuando se trata de religión la cuestión no está en saber cuál es la más cómoda, sino cuál es la verdadera y cuál es la que conduce al hombre a Dios.

Por Monseñor De Segur (1862)


Dícese que es más cómodo ser protestante que católico, lo cual es cierto; así como es más fácil ceder a las pasiones, que contenerlas. Pero cuando se trata de religión la cuestión no está en saber cuál es la más cómoda, sino cuál es la verdadera y cuál es la que conduce al hombre a Dios.

Un pastor protestante había logrado atraer a su secta a una buena mujer, la cual se había dejado seducir por las afirmaciones de aquel pretendido ministro del Evangelio. Aquella mujer frecuentaba bastante el templo protestante, echaba su sueño los domingos durante la prédica, cuidaba mucho la gruesa Biblia que le habían dado, procurando no abrirla, por no echarla a perder; y en una palabra, estaba hecha una protestante excelente. Su fervor llegaba hasta hacerse apuntar en el registro de la famosa sociedad del Sueldo protestante, y en dos o tres sociedades bíblicas.

Algunos años pasó aquella mujer practicando esa piedad fácil, aplaudiéndose ella más cada día de vivir tan dulcemente, según lo que el ministro protestante llamaba el puro Evangelio, desembarazada de la obligación de ir a confesarse en las grandes fiestas, de comulgar por lo menos en la pascua, de comer de viernes algunos días y, de obedecer al padre cura. En medio de estos goces evangélicos, que el pastor y una piadosa diaconisa protestante mantenían con celo, por medio de regalitos de opúsculos; aquella pobre criatura, vio un día entrar por sus puertas una visita: era la enfermedad. Inmediatamente envían los protestantes un lector para repasarle los salmos y otros trozos de la Biblia, de los cuales la enferma no comprendía una palabra; bien que, justo es decirlo, al lector le sucedía otro tanto. El mal empeoró muy pronto, de modo que el médico dijo ciertas expresiones, de las cuales dedujo la enferma que no podía estar muy segura. En presencia de la muerte, pensando en el juicio de Dios, la pobre mujer se conmovió y entró en sí misma. Entonces, alumbrada por aquella luz que no engaña, conoció que se había extraviado, abandonando la verdadera fe; y rogó a una de sus vecinas que al instante fuese a buscar al cura católico de la Parroquia, el cual era un digno eclesiástico a quien ella conocía y que se había afligido mucho al verla desertar de la comunión católica. Encontrándola el cura hecha un mar de lágrimas, la consoló como mejor pudo; y aunque tuvo que hacerle ver toda la enormidad de su falta, la recordó que la misericordia de Dios es infinita. Después de haber oído la confesión de sus pecados, la reconcilió con Nuestro Señor Jesucristo. Le llevó el Sagrado Viático, ese Santísimo y adorabilísimo misterio, en el que el mismo Jesucristo se esconde para bajar hasta nosotros y fortificarnos en el término de nuestra carrera mortal; y la administró también la Extrema-Unción, ese Sacramento consolador del cual le habían enseñado a burlarse los protestantes, pero cuya importancia y eficacia ella comprendía en aquel trance. Puesta en paz con Dios y consigo misma, la pobre mujer era feliz; y veía ya, sin alarma, acercarse el momento de su entrada en la eternidad.

En la tarde del mismo día se presentó en su casa el pastor protestante, pues acababa de saber sobre la visita que le había hecho el cura católico y no podía creer aquello que él llamaba “una defección vergonzosa, un escándalo para el puro Evangelio; y una vuelta a las supersticiones de Babilonia”. 

En realidad, lo que más le mortificaba, era lo que se había de hablar en el vecindario y las consecuencias que sin duda se sacarían contra el puro Evangelio; y para el amor propio del señor pastor. Apostrofó, pues, vivamente a la pobre enferma recordándole el valor con que algún tiempo antes había rechazado todas aquellas creencias y errores, a los cuales jamás debía volver. “¡Ah señor -respondió la buena mujer- todo eso era bueno para cuando yo estaba sana; porque vuestra religión es muy cómoda para vivir, pero es el diablo para morir”.

Esto lo dijo la buena mujer sin sospechar siquiera que con esta sencilla palabra, acababa de tocar con el dedo la falsedad del protestantismo.

Para que una religión sea la religión verdadera, la religión que conduce al cielo, no basta que sea cómoda y eche a un lado todo lo que mortifica en el servicio de Dios. El protestantismo es cómodo para vivir y justamente esta es una razón para que sea temible morir en él. El protestantismo es cómodo, luego es falso, luego no es la religión de Aquel que dijo: “¡Cuán estrecha es la puerta y cuán penoso el camino que lleva a la vida eterna! ¡Esforzaos por tomar este camino y entrar por aquella puerta!”

El protestantismo, este pretendido cristianismo, sin sumisión a la fe, sin obediencia a la autoridad de la Iglesia, sin confesión, sin Eucaristía, sin sacrificio, sin penitencia y sin prácticas obligatorias; está condenado ciertamente por el Evangelio, cuyo nombre usurpa. El mismo Jesucristo le reprobó, cuando el Divino Maestro pronunciaba estas palabras: “¡Cuán ancho y cómodo es el camino que conduce a la perdición”

15 DE SEPTIEMBRE: SANTA CATALINA DE GÉNOVA, VIUDA


15 de Septiembre: Santa Catalina de Génova, viuda

(✞ 1510)

La heroica enfermera y consoladora de los pobres, Santa Catalina de Génova, fue natural de la ciudad que lleva su nombre, y de la nobilísima casa de los Fieschi.

Deseaba en gran manera imitar el ejemplo de una hermana suya llamada Limbonia, que servía al Señor en un monasterio de monjas agustinianas; más estorbáronselo sus padres, los cuales a todo trance quisieron casarla con un mancebo muy noble y rico de Génova.

Este caballero se llamaba Julián Adorno, y aunque antes de tomar a Catalina por esposa parecía de loables costumbres, se desenfrenó después, de manera que los diez años que vivió en compañía de la santa, fueron para ella diez años de cruel martirio.

Lo ponían fuera de sí la ambición de honrar mundanas, la ficción al juego, y a los deleites sensuales; y aunque la santa con muchas lágrimas pedía al Señor la conversión de su marido, no abrió éste los ojos hasta que el juego y con los vicios, hubo perdido su salud y toda su hacienda y la de su esposa.

Entonces por las oraciones de la santa se convirtió a Dios y entró en la Tercera Orden de San Francisco, y al poco tiempo pasó de esta vida con señales de verdadera contrición y arrepentimiento.

Desde aquel día determinó la santa viuda comenzar a servir a Dios y a los pobres de Jesucristo en el hospital Mayor de Génova, donde por muchos años fue como el ángel consolador de los enfermos.

Era tan grande la Caridad que ardía en su pecho que se extendía a todos los enfermos de la ciudad; de día y de noche los visitaba en sus casas, los animaba y les regalaba cuanto podía, llevando lo que les era menester para remediar sus necesidades.

La ciudad de Génova bendice todavía con singular reconocimiento el nombre de la santa por los portentos de Caridad que obró en los años 1497 y 1501 cuando la pestilencia desolaba la población.

Todos huían por escapar del terrible azote, pero no huyó la santa, antes se quedó como enfermera de los heridos de la peste, acudía a su socorro, y a unos daba la salud del cuerpo, y a otros, disponía a bien morir y alcanzar la eterna salvación del alma.

No se pueden decir ni imaginar las proezas de Caridad que llevó a cabo esta gran Santa. Más si no fueron menos asombrosas sus austeridades y ayunos, porque pasó veintitrés cuaresmas y otros tantos advientos sólo con el pan eucarístico y bebiendo un poco de agua mezclada con sal y vinagre.

Escribió un hermoso diálogo sobre el purgatorio que basta para desengañar a los herejes protestantes que niegan este dogma.

Finalmente, a la edad de setenta y siete años, sabiendo que llegaba su dichosa muerte, recibió el santo viático diciendo:

- Ven, oh querido Esposo de mi alma.

Y llena de méritos y virtudes voló a la gloria del cielo.

Reflexión:

No es maravilla que todos los buenos genoveses alaben y glorifiquen a esta santa heroína de la Caridad y la invoquen con gran fe en las públicas calamidades. En ella se manifiesta el verdadero amor del prójimo, propio de la Caridad cristiana, que en semejantes ocasiones suele llegar hasta el heroísmo, y se distingue del falso amor al prójimo que huye de todo peligro de muerte, faltando a veces aún a las obligaciones y oficios más necesarios de la Caridad y careciendo hasta de palabras de consuelo y esperanza para reanimar los corazones de los enfermos y moribundos.

Oración:

Dígnate, oh Señor, Autor de nuestra salud, escuchar nuestras humildes súplicas, para que así como nos alegramos en la festividad de la bienaventurada Catalina, así imitemos su piedad y afectuosa devoción. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

sábado, 14 de septiembre de 2024

¿COMO DESMODERNIZAR LA VIDA?

Ofrecemos algunas recomendaciones generales, enlazadas a los artículos de nuestro sitio relacionados con ellas


El Vestir

La mejor manera de cultivar una forma tradicional de ser es comenzar con la apariencia exterior, ya que ésta no sólo refleja el interior sino que también muestra la mentalidad. Nunca se debe dar apariencia de descuido o espontaneidad. En su lugar, debes arreglar tu cabello si se desordena, mantener tu ropa limpia, ordenada y que no se vea casual. Cuanto más digna sea tu ropa, más sentirás una conexión con las personas que nos precedieron en el pasado y comenzarás a abandonar tu forma de ser moderna.

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Mantenerse abrigada en el invierno.

Formas de ser

En cuanto a las formas de hablar, la mujer actual es atrevida y franca como el hombre en su discurso. Intenta hablar de todos los temas (política, economía, deportes, etc.) que son propios de los hombres. Una mujer tradicional no debería caer en esta moda, sino que las damas deberían hablar principalmente sobre temas relacionados con la mujer o temas generales de religión, cultura y arte.

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El orden

Para contrarrestar la forma de ser espontánea de la sociedad actual, también es importante establecer horarios ordenados en la vida diaria, de modo que tengas un tiempo determinado para cada tarea, lo que desarrollará tu sentido del deber.

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Boda

En cuanto a cual sería la mejor opción para un vestido de novia, aunque los Obispos han permitido técnicamente una excepción a la regla de las mangas tres cuartos, no creemos que sea apropiado tener un vestido de novia de manga corta con el pretexto del calor. La novia el día de su boda debe lucir excepcionalmente modesta, con un escote modesto y mangas largas, como era tradicional en los vestidos de novia del pasado, cuando además, no existía el aire acondicionado. Esto muestra al mundo su pureza. Para contrarrestar el calor, se podría plantearse buscar un vestido confeccionado con materiales naturales como seda, lino o algodón ligero.

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Música y baile

Respecto a tener bailes en una boda, creemos que es un tema delicado, ya que hoy en día la mayoría de los bailes son inmorales. Sin embargo, existe la posibilidad de hacerlo si se pueden seguir las pautas establecidas en los siguientes artículos. En cualquier caso, el baile no debe ser el punto culminante de una recepción que dure muchas horas, sino más bien un complemento de la misma.

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Vida familiar

Usted fundará una familia cuando se case. Hoy tener una familia católica en el ambiente revolucionario y pagano del mundo moderno es un asunto serio que implica una batalla cultural constante. A continuación se presentan algunos artículos que intentan ayudar a los católicos en este esfuerzo.

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Juguetes decentes y modestos

Un último comentario: Cuanto más os parezcáis a Nuestra Señora, menos revolucionarios y modernos os volveréis, porque Ella os ayudará a imitar sus virtudes –humildad y pureza– que se oponen al espíritu del mundo moderno y os darán la fuerza para resistirlo.

UN GUERRERO SANTO

Pelayo de Asturias fue un guerrero de la cristiandad venerado por los católicos de España, pero en gran medida desconocido para el resto del mundo.

Por Joseph Pearce


Uno de los lugares más encantadores de toda la Cristiandad es Covadonga, en la región asturiana del norte de España. El visitante, al acercarse por primera vez, podría imaginar fácilmente que ha atravesado un portal místico hacia el reino de los elfos de Lothlórien, en la Tierra Media de Tolkien. Mirando a través de los árboles, se ven las torres del edificio neorrománico de la Basílica de Santa María la Real de Covadonga, que se alza majestuosamente en lo alto del acantilado, con el follaje en primer plano y el cielo más allá como halo. Es como si la iglesia se hubiera construido en las copas de los árboles.

Basílica de Santa María la Real de Covadonga

Al subir la colina que lleva a la Basílica, el visitante verá la estatua de un caballero con la espada en la mano derecha y el brazo izquierdo en alto para bendecir. Se trata de Pelayo de Asturias (no confundir con el hereje británico del mismo nombre), un guerrero de la cristiandad venerado por los católicos españoles, pero desconocido para el resto del mundo. Tal es su importancia que no sería exagerado decir que la propia España Católica sería desconocida para el resto del mundo si Pelayo no hubiera dejado su huella indeleble en la historia.

Pelayo era un joven cuando el reino cristiano visigodo fue invadido por fuerzas musulmanas procedentes del norte de África, dando comienzo a la ocupación de España por el poder del Islam, que duró siglos. Toda España cayó en manos de los invasores a los pocos años de la conquista inicial, en el 711 d.C.. Entonces, probablemente en 722, aunque la fecha real es discutida, Pelayo y un pequeño grupo de seguidores se enfrentaron en Covadonga. Fuertemente superados en número, debió parecer que ésta iba a ser la última batalla de la Cristiandad en suelo español.

La rebelión de Pelayo contra el dominio árabe comenzó con su negativa a pagar el impuesto a los no musulmanes que habían impuesto los conquistadores. Él y su pequeño grupo de seguidores, muchos de los cuales habían huido a las montañas de Asturias desde otras partes de España, comenzaron a atacar a las guarniciones musulmanas de la zona y tuvieron tanto éxito que expulsaron al gobernador provincial árabe. Pelayo estableció el reino cristiano de Asturias y lo defendió de los intentos iniciales de reimponer el dominio musulmán. Este bastión de resistencia cristiana fue una inspiración que reavivó el valor de los cristianos del norte de España.

Al principio, los gobernantes musulmanes de España ignoraron en gran medida este levantamiento sin consecuencias en los confines montañosos de la tierra que habían conquistado. Tenían planes más ambiciosos, incluida la invasión de Francia. Fue la derrota del ejército islámico en la batalla de Toulouse, en 721, la que preparó el terreno para la batalla de Covadonga. Al regresar derrotado, el líder del ejército musulmán decidió que una victoria fácil contra la banda de renegados en las montañas de Asturias ayudaría a levantar la decaída moral de sus hombres.

Incapaces de hacer frente al avance de las fuerzas musulmanas, Pelayo y sus hombres se internaron en las montañas. Finalmente, decidieron situarse en un estrecho valle flanqueado por altas cumbres, lo que impediría la formación de líneas de batalla convencionales. Frente al poderío del enemigo islámico, se cree que Pelayo sólo contaba con trescientos hombres.

Las tropas musulmanas que avanzaban fueron emboscadas por los hombres de Pelayo, apostados a ambos lados de ellas en las laderas de la montaña, lanzando una lluvia de flechas y rocas. Entonces, en un momento clave, Pelayo sacó a sus mejores combatientes de una cueva en la que se habían escondido. En la batalla que siguió, los musulmanes fueron rotundamente derrotados y su líder murió.

La noticia de la victoria, contra todo pronóstico, se extendió por toda la región. Alentada por el éxito de Pelayo, la población cristiana local tomó las armas y atacó a sus conquistadores en retirada. Las fuerzas musulmanas se reagruparon, pero Pelayo volvió a derrotarlas.

La fortaleza cristiana en las montañas, el Reino de Asturias, establecido por Pelayo y defendido con éxito por él, nunca caería en manos musulmanas. Fue a partir de esta fortaleza que la reconquista cristiana de España comenzaría.

No es de extrañar que una victoria cristiana, contra todo pronóstico, viniera acompañada de informes sobre la milagrosa intervención divina. Según la tradición, Pelayo buscó refugio en una cueva en la que un ermitaño había escondido una estatua de la Virgen María para salvarla de la profanación a manos de los conquistadores musulmanes. Pelayo rezó a la Virgen por la victoria, y fue gracias a su intercesión que se ganó la batalla.

Inspirado por el relato de Pelayo, el rey Alfonso I construyó un monasterio y una capilla en Covadonga hacia el año 750 d.C., sólo unos años después de la muerte de Pelayo, en honor de la Virgen. La devoción a Nuestra Señora de Covadonga se mantiene hasta nuestros días, con numerosos peregrinos que siguen visitando su santuario cada año. Al hacerlo, visitan también el santuario de Pelayo, que está enterrado en la cueva sagrada, lugar del milagro. También están enterrados con él su esposa y el rey Alfonso I y su esposa. Esta pequeña cueva es, por lo tanto, un santuario de la Reina del Cielo y de dos reyes y reinas de Asturias.

En cuanto al propio Pelayo, podría recordarnos a otros guerreros de la cristiandad. Podríamos pensar en Don Juan de Austria, que dirigió la flota cristiana contra la armada musulmana en la batalla de Lepanto, cuyas alabanzas cantó triunfalmente G.K. Chesterton; o en Alfredo el Grande, que se refugió de un ejército invasor en los páramos salvajes de su tierra natal y cuyas alabanzas cantó Chesterton en “La balada del caballo blanco”; o quizá nos venga a la mente Robin Hood, cuya banda de hombres alegres luchó contra el poder tiránico desde su fortaleza del bosque. Comparado con estos héroes de la cristiandad, tan alabados y cantados, Pelayo apenas es conocido. Es, por lo tanto, con toda la deferencia debida a un héroe en gran parte no cantado que se ofrece esta pequeña canción de alabanza.


Crisis Magazine


CATECISMO DE TRENTO (1566) - EL SEXTO MANDAMIENTO

Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; que os abstengáis de la fornicación, y que sepa cada uno de vosotros poseer su vaso en santificación y honor, no en pasiones de deseos, como los gentiles que no conocen a Dios


DEL SEXTO MANDAMIENTO DEL DECALOGO

No cometerás adulterio

Así como la unión del marido y la mujer es la más estrecha de todas, y cada uno de ellos tiene su mayor complacencia en entender, que recíprocamente le mira su consorte con especial amor; así por el contrario no hay cosa más molesta, que llegar a sentir que el debido y legítimo amor se extravíe a otra parte. Por esto, con mucha razón y orden muy concertado, después de la ley que libra de la muerte la vida del hombre, se sigue ésta, que prohíbe el adulterio; a fin de que ninguno sea osado a manchar o deshacer de algún modo, con la maldad del adulterio, aquella santa y respetable unión del matrimonio, donde suele intervenir un lazo de ferviente Caridad. Más en la explicación de este punto vaya con gran cautela e igual prudencia el Párroco, usando de palabras encubiertas en cosas que más requieren moderación, que abundancia de voces. Porque es de temer, que si quiere explicar larga y difusamente los modos con que suelen apartarse los hombres de lo que manda esta divina ley, venga a caso la plática a parar en cosas, que más sean incentivos de lascivia que remedios para apagarla. 

Más como en este mandamiento se contienen muchas cosas, que no deben dejarse, las explicarán por su orden los Párrocos. De dos maneras es el sentido y la fuerza que hay en él. Una, en que con palabras expresas se veda el adulterio. Otras se incluye en este mandamiento, y es, que guardemos castidad de cuerpo y de alma. 

Empezando pues la explicación por lo que se prohíbe, el adulterio es injuria del lecho legítimo, sea propio o ajeno. Porque si un casado peca con soltera, mancha su propio lecho.  Y si un soltero ofende a Dios con una mujer casada, mancha con adulterio el hecho ajeno. Por esta prohibición del adulterio se vedan todas las cosas deshonestas e impuras, como lo afirman San Ambrosio y San Agustín. Y en este sentido se debe entender esas palabras, como se deja ver por las Escrituras, así del Testamento viejo, como del nuevo. Porque además del adulterio se ven castigados por Moisés otros géneros de lujuria. 

En el Génesis está la sentencia de Judas contra su nuera. En el Deuteronomio hay aquella clarísima ley de Moisés, sobre que ninguna de las hijas de Israel fuese ramera. Hay también aquella exhortación de Tobías a su hijo: Guárdate, hijo mío, de toda fornicación. Asimismo dice el Eclesiástico: Avergonzaos de la vista de la mujer deshonesta. Y en el evangelio dice Cristo Señor nuestro, que del corazón salen los adulterios y fornicaciones que manchan al hombre. Más el Apóstol afea muchas veces este vicio con muchas y gravísimas palabras. Esta es, dice, la voluntad de Dios: que seáis santos, y que os apartéis de la fornicación. En otra parte, Huid de la fornicación. Y en otra: No comuniquéis con los fornicarios. Y en otro lugar: Así la fornicación, como toda inmundicia o avaricia, ni se nombre siquiera entre vosotros. Y en otro: Ni los fornicarios, ni los adúlteros, ni los impúdicos, ni los sodomitas poseerán el Reino de Dios

La razón principal por la que expresamente se vedó el adulterio, es porque además de la torpeza, que tiene en común con las demás especies de incontinencia, trae consigo el pecado de injusticia, no solo contra el próximo, sino también contra la sociedad civil. Y también es cierto que el que no se abstiene de la intemperancia de otras liviandades, fácilmente caerá en la incontinencia del adulterio. Y así por esta prohibición del adulterio entendemos sin dificultad, que está prohibida toda suerte de impureza e inmundicia, con que se mancha el cuerpo. Y que aún más bien está vedada por este mandamiento toda liviandad interior del alma, lo manifiesta así el espíritu de la misma ley, que nos consta ser espiritual, como aquella doctrina de Cristo Señor nuestro: Oisteis que se dijo a los antiguos, no adulterarás; mas yo os digo: todo aquel que pusiere los ojos en mujer por codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Estas son las cosas que juzgamos se deben enseñar públicamente a los fieles; pero añadiendo las que decretó el santo Concilio de Trento contra los adúlteros, y contra los que mantienen mancebas y concubinas, dejados otros muchos y varios géneros de impureza y liviandad, en los cuales podrá instruir el Párroco a cada uno privadamente, según lo pida la condición del tiempo y las personas; síguese ahora explicar las cosas que se deben hacer en virtud de lo que se manda por este precepto.

Debe pues enseñar a los fieles y exhortarlos con eficacia a que se guarden con todo recato, pureza y castidad, y a que se conserven limpios de toda mancha de carne y de espíritu, perfeccionando su santificación en temor de Dios. Pero primeramente se les ha de advertir, que aunque la virtud de la castidad, donde más resplandece, sea en aquellas personas que profesan santa y religiosamente el hermosísimo y del todo divino instituto de la virginidad; sin embargo conviene también a los que viven castamente, o a los que se conservan en el matrimonio puros y limpios de toda liviandad prohibida. 

Y por qué los Santos Padres dejaron escritas muchas cosas, por las que nos enseñan a tener domadas las pasiones de la carne, y a refrenar sus deleites, procure el Párroco explicarlas al pueblo con cuidado, y sea muy diligente en tratar de estas cosas. Estas son unos remedios, que parte de ellos consiste en el pensamiento, y parte en la acción

El remedio de parte del pensamiento señaladamente está en que entendamos cuán feo y cuán pernicioso es este pecado; pues conocido esto, será mucho más fácil su abominación. Y que es maldad perniciosa se deja entender, de que por este pecado son los hombres excluidos y derrocados del Reino de Dios, que es el último de todos los males. Cierto es que esta calamidad es común de todas las maldades. Pero es propio de ésta, que de los fornicarios se dice, que pecan contra sus mismos cuerpos, según la sentencia del Apóstol, que escribe: Huid de la fornicación, porque cualquier otro pecado que el hombre hiciere, es fuera del cuerpo; más el fornicario peca contra su cuerpo. Esto se dice, porque le trata injuriosamente, profanando su santidad. Acerca de lo cual escribe así a los de Tesalónica: Esta es la voluntad de Dios vuestra santificación; que os abstengáis de la fornicación, y que sepa cada uno de vosotros poseer su vaso en santificación y honor, no en pasiones de deseos, como los gentiles que no conocen a Dios

De más de esto (lo que hace más enorme la maldad), si un cristiano se entrega torpemente a una ramera, hace que sean de esa vil mujer los miembros que son de Cristo. Así dice el Apóstol. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? Quitando pues los miembros de Cristo, ¿los haré de una ramera? ¡No lo permita a Dios! ¿Ignoráis por ventura, que el que se junta con la mujer perdida, se hace un cuerpo con ella? Es también el Cristiano, como el mismo Apóstol afirma, templo del Espíritu Santo, y mancharle, no es menos que arrojar de sí a este divino Espíritu. 

Pero en la maldad del adulterio hay gran iniquidad. Porque como dice el Apóstol, si los que están unidos en el matrimonio, de tal manera está sujeto el uno a la potestad del otro, que ninguno tiene jurisdicción ni dominio de su cuerpo, sino que recíprocamente están aprisionados entre sí, como con un cierto lazo de servidumbre, en tal forma, que el marido debe acomodarse a la voluntad de la mujer, y ésta, a correspondencia, atenerse a la disposición y voluntad del marido; ciertamente si alguno de ellos dividiere su cuerpo, que es de dominio ajeno, y le aparta de aquel a quien está vinculado, es sobremanera injusto y traidor. Y por cuanto el temor de la infamia incita a los hombres con vehemencia a hacer lo que se les manda, y los retrae mucho de lo que se les veda, enseñará el Párroco, que el adulterio marca a los hombres con una infame nota de torpeza. Porque en las Sagradas Letras leemos así: El que es adúltero, por la miseria de su corazón perderá su alma. Torpeza e ignominia allega para sí, y nunca jamás se borrará su oprobio. Más por dónde se puede conocer fácilmente lo grande de esta maldad, es por la severidad del castigo. Porque los adúlteros en fuerza de ley establecida por el Señor en el Testamento viejo, morían apedreados. 

Aún por la liviandad de uno solo ha sido alguna vez, no solo destruido el que cometió la maldad, sino una ciudad entera, como lo leemos de los Siquimitas. Muchos ejemplares de castigos de Dios, que se refieren en las Escrituras, podrá recoger el Párroco, para retraer a los hombres de la abominable liviandad: como la desolación de Sodoma y demás ciudades comarcanas, el castigo de los israelitas, que fornicaron con las hijas de Moab en el desierto, y la destrucción de los de Benjamín. Y aunque a veces escapen de la muerte, no se libran con todo eso de intolerables dolores y tormentos penosos con que muchas veces son castigados. Porque se hacen tan mentecatos (que es pena gravísima), que ni tiene en cuenta con Dios, ni cuidan de su honra, ni de su dignidad, ni de los hijos, ni aún de su misma vida. De este modo quedan tan despreciados e inútiles, que no puede fiárseles cosa de importancia, y apenas son hábiles para algún oficio. De esto nos dan ejemplos David y Salomón, de los cuales el uno, luego que adulteró, se hizo de repente tan desemejado de sí mismo, que de muy apacible, apareció tan cruel, que sacrificó a la muerte a Urías, que le había servido con suma lealtad. Y el otro habiéndose abandonado enteramente a la liviandad, de tal modo se apartó del culto del verdadero Dios, que adoró los dioses ajenos. Roba este pecado, como Oseas dice, el corazón del hombre, y muchas veces le ciega. Ahora vamos a los remedios que consisten en la acción. 

El primero es huir en gran manera de la ociosidad; pues embotados con ella los vecinos de Sodoma, como dice el Profeta Ezequiel, cayeron precipitados en aquella maldad asquerosísima de la liviandad nefanda. A más de esto, se ha de evitar muchísimo la demasía en comer y beber. Los harté, dice el Profeta, y adulteraron. Porque de la repleción y hartura del vientre procede la lascivia. Así lo dio a entender el Salvador por aquellas palabras: Guardáos de que se carguen vuestros corazones de glotonería y embriaguez. Y el Apóstol: No queráis, dice, embriagaros con el vino, donde está la lujuria. Pero señaladamente los ojos suelen ser grandes incentivos de la liviandad del corazón. A esto mira aquella sentencia de Cristo Señor nuestro: Si alguno de tus ojos te escandaliza, sácatelo, y arrójale de ti. Muchas acerca de esto son las voces de los Profetas; como aquella del Santo Job: Hice concierto con mis ojos, de ni pensar mirar a una doncella. Finalmente hay muchos, y casi innumerables ejemplos de males, que se originaron de la vista. Así cayó David, así pecó el Rey de Siquen, y así se perdieron los viejos calumniadores de Susana.

El adorno excesivo que arrastra en gran manera tras de sí el sentido de los ojos, da muchas veces ocasión no pequeña de lascivia. Por eso amonesta el Eclesiástico: Aparta tu rostro de la mujer peinada. Ya que las mujeres ponen tanto cuidado en este atavío, no será de extrañar que aplique el Párroco alguna diligencia, para amonestarlas y reprenderlas con aquellas gravísimas palabras, que sobre este punto pronunció el Apóstol San Pedro: La compostura de las mujeres no sea exterior en rizos del cabello, ni aderezos de oro y preciosos vestidos. Y el Apóstol San Pablo: No en cabellos encrespados, oro, perlas ni vestidos costosos. Porque muchas adornadas de oro y pedrería, perdieron el adorno del cuerpo y del alma.

A este incentivo de liviandad, que suele provenir del demasiado aseo en el vestido, se sigue otro que es el de las pláticas torpes y obscenas. Porque la obscenidad de las palabras es como un fuego, con el cual se encienden los corazones de la juventud; pues como dice el Apóstol: Las pláticas malas, corrompen las costumbres buenas. Y como especialmente causan este efecto las canciones amorosas y afeminadas, y los bailes; por esto se han de evitar con diligencia todas estas cosas.

En esta clase entran también los libros obscenos y amatorios, los cuales se deben desechar, como las imágenes que representan alguna especie de deshonestidad. Porque tienen gran fuerza para inflamar los ánimos juveniles con el fuego de cosas indecentes. Pero ponga el Párroco particular cuidado sobre que se guarden con toda puntualidad las cosas que acerca de esto están piadosa y religiosamente decretadas por el Santo Concilio de Trento. Si se evitasen con el cuidado y diligencia debida todas las cosas que hemos mencionado, se quitaban casi todos los cebos de la liviandad. 

Más para reprimir los ímpetus de la liviandad, es muy provechoso el frecuente uso de la Confesión y Eucaristía, como también la continua y devota oración, acompañada de limosnas y ayunos. Porque la castidad es don de Dios, que no se le niega a los que le piden bien, ni permite que seamos tentados sobre lo que podemos.

También se debe mortificar el cuerpo no sólo con ayunos, y especialmente aquellos que instituyó la Santa Iglesia, sino también con vigilias, con peregrinaciones devotas, y con otros géneros de aflicciones, y refrenar los apetitos y antojos de los sentidos. Porque en estos y otros semejantes ejercicios, es donde más se descubre la virtud de la templanza. Conforme a esto escribe así el Apóstol a los de Corinto: Todo aquel que lucha en la palestra, se abstiene de todas las cosas. Y aquellos hacen esto por recibir una corona corruptible, pero nosotros eterna. Y poco después: Castigo mi cuerpo, y le reduzco a servidumbre; no sea acaso que predicando a otros, me haga yo reprobado. Y en otra parte: No cuidéis de los antojos de la carne.

14 DE SEPTIEMBRE: LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ


14 de Septiembre: La Exaltación de la Santa Cruz

(Hacia el año 630)

Queriendo nuestro Señor castigar al emperador Focas, príncipe vicioso y desalmado, que mató a Mauricio y le sucedió en el Imperio, movió a Cosroes II, rey de Persia, que le hiciese la guerra y tomase muchas y grandes provincias.

Focas acabó su vida asesinado y sucedióle en el Imperio Heraclio, príncipe muy virtuoso.

Entre tanto Cosroes, tomaba las ciudades por fuerza de armas; hasta que finalmente, vino sobre la Santa Ciudad de Jerusalén, y la tomó y saqueó, y mató en ellas miles de personas, y llevó consigo preso y cautivo a Zacarías, patriarca de Jerusalén, santo varón y excelente prelado y a otro gran número de gente, y tomó el santo madero de la Cruz de Jesucristo, nuestro Redentor, y le llevó a Persia, y le puso encima de su trono real, que era de oro fino, entre muchas perlas y piedras preciosas.

Como Heraclio viese los daños de su imperio, juntó un ejército de gente nueva y bisoña para salir en busca de Cosroes, confiando que Dios le daría victoria sobre el blasfemo e insolente rey.

Trabáronse entre los dos ejércitos crueles batallas, sin declararse la victoria por ninguna de las partes, hasta que pidiendo Heraclio socorrer a la Virgen Santísima, cuya imagen llevaba en la mano derecha, súbitamente se levantó un viento muy recio, con gran lluvia y granizo, que a los cristianos daba en las espaldas y a los persas en los ojos, con lo cual los cristianos quedaron desde aquel día, vencedores.

Cosroes, humillado y vencido, restituyó todas las tierras que había tomado del imperio, y el tesoro de la casa real que poseía su padre, y la Santa Cruz, y todos los cristianos que tenía cautivos.

El emperador Heraclio para dar gracias a Nuestro Señor, ordenó una solemnísima procesión, en la cual llevaba él mismo en sus hombros la Santa Cruz que había estado catorce años en poder de Cosroes.

Pero al entrar con ella en Jerusalén, y llegando a la puerta de la ciudad, no pudo dar un paso adelante.

Entonces el santo patriarca Zacarías le dijo:

- Mira, oh emperador, si es la causa de esto, el llevar tú la Cruz con muy diferente traje y manera que el Señor la llevó por este camino.

Entonces se quitó Heraclio la vestidura imperial y la corona de la cabeza; y con los pies descalzos pudo proseguir con la procesión hasta poner la Sacrosanta Cruz en el mismo lugar de donde Cosroes la había quitado.

Quiso Nuestro Señor establecer aquel triunfo y regalar a su pueblo con grandes maravillas entre las cuales resucitó aquel día un muerto, cuatro paralíticos cobraron salud, quince ciegos la vista, diez leprosos quedaron limpios, y muchos que eran atormentados del demonio quedaron libres y gran número de enfermos con entera salud; a cuyos prodigios pueden añadirse otros infinitos obrados en toda la cristiandad por la virtud de las reliquias de la Santa Cruz, en la cual se nos dio la salud, la redención y la vida eterna.

Reflexión:

Así como Heraclio llevó humildemente sobre sus hombros la Cruz de Jesucristo, así hemos de llevar con humildad y resignación nuestra Cruz conforme a lo que dice el Señor en su Evangelio: Si alguno quisiera venir en pos de mí, tome su cruz y sígame (Luc. XIV). Mostremos pues nuestra paciencia cristiana en las enfermedades, dolores, pobrezas, infamias, falsos testimonios y otras muchas aflicciones semejantes; que estas cosas son para nosotros la Cruz de Cristo, y en sufrirlas por su amor está nuestra virtud, merecimiento y corona.

Oración:

Oh Dios! Que nos alegras en este día con la solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz, te rogamos nos concedas que merezcamos gozar en el cielo el premio de la redención, cuyo misterio hemos conocido en la tierra. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

viernes, 13 de septiembre de 2024

EL RECTOR DEL SEMINARIO DE BARCELONA SE QUEJA DE QUE HAY "DEMASIADOS SEMINARISTAS CONSERVADORES"

El rector Salvador Barcadit, del Seminario de Barcelona, ha constatado “un giro a la derecha” entre los seminaristas. 


“Las nuevas generaciones, en tiempos de crisis, buscan seguridad y estos estilos, estas tendencias más fundamentalistas y más conservadoras”, ha declarado.

Los seminaristas de hoy, si los hay, son “reaccionarios”, ha declarado a ElPuntaVui.cat el día 13 de agosto, el padre Salvador Barcadit.

Ve que el giro hacia el conservadurismo se puede encontrar también entre los jóvenes fuera de la Iglesia.

La esperanza de Barcadit: “El 'papa' Francisco y también los 'obispos' están preocupados por esta realidad y quieren intentar reconducirla”.

En su seminario, quieren influir en los jóvenes con “una visión más amplia, un espíritu de diálogo y una mentalidad más abierta a la diversidad de las personas”.


LA GUERRA DE LAS CARMELITAS DE ARLINGTON CONTRA EL “OBISPO” OLSON

Las carmelitas de Arlington (Texas) siguen en su lucha contra la secta Vaticano II que pretende imponer sus reglas para destruir la Orden.


En una declaración del pasado 7 de septiembre, la Madre Marie de la Encarnación, O.C.D., presidenta de la “Asociación Carmelita de Cristo Rey” (EE.UU.), dijo que la comunidad de Arlington no había respondido al “ofrecimiento” del obispo Michael Olson de Fort Worth, que se les  fue presentado seis semanas antes.

En una carta fechada el 26 de julio a la Madre Marie de la Encarnación, Olson, el “obispo” extorsionador le dijo que proporcionaría un sacerdote de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP) para ofrecer la Misa tradicional en latín y administrar otros sacramentos si las monjas cumplían cuatro condiciones.

La primera condición: que las hermanas “se desvincularan públicamente del arzobispo Carlo Maria Viganò y reconocieran al 'papa' Francisco como Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro”.

La segunda condición: que la comunidad “reciba y reconozca a la Madre María de la Encarnación como su 'legítima superiora'”.

La tercera condición: “recibir y reconocer a Olson como 'su obispo'”.

La cuarta condición: “eliminar el material de la página web del monasterio, según 'las indicaciones' de la Madre Marie de la Encarnación”.

En su carta, Olson decía que la líder de la comunidad de Arlington, la Madre Teresa Inés de Jesús Crucificado Gerlach, O.C.D., que ya no está reconocida por el Vaticano como priora, había invitado a dos sacerdotes de la diócesis de Scranton, Pennsylvania, a ofrecer Misas según el rito tradicional en latín.

“A cada uno de estos sacerdotes su obispo, mi predecesor y yo les hemos prohibido ejercer el ministerio público por motivos graves”, escribió Olson.

La Madre Marie de la Encarnación dijo que envió la oferta del “obispo” a la comunidad de Arlington el 27 de julio, pero “ninguna de las Hermanas ha dado respuesta alguna, ni a mí ni a 'su obispo'”.

“En las últimas seis semanas, desde que recibieron este 'ofrecimiento', las monjas no han dado ninguna indicación de que 'deseen el don de los sacramentos', ni se han mostrado abiertas a ningún diálogo con nosotros” -escribió- además, han optado por mantener en su página web ciertos enlaces y declaraciones que manifiestan desprecio por 'su obispo' y que oscurecen su pretensión de estar 'en unión con Roma'”.

Estos son los enlaces del sitio web de las carmelitas, inaceptables para la secta VII...

Hasta hoy, las Carmelitas de Arlington no han dado ninguna repuesta a las declaraciones del 7 de septiembre publicadas en la página web de la diócesis de Fort Worth (Documento PDF en inglés aquí).

La disputa entre las monjas de Arlington y Olson comenzó en abril de 2023, cuando el obispo inició una “investigación canónica” sobre Gerlach, quien supuestamente habría admitido haber violado su voto de castidad con un sacerdote inicialmente no identificado.

Los abogados de la comunidad y de Gerlach, tanto civiles como canónicos, han dicho que su supuesta admisión de un “romance” se hizo después de un procedimiento médico grave, bajo la influencia de analgésicos y cuando entraba y salía de la lucidez.

Bergoglio y su guerra contra las Carmelitas Descalzas de Arlington

En mayo de 2023, el falso papa nombró a Olson “comisario pontificio” de las Hermanas y, con carácter retroactivo, validó todos y cada uno de los procedimientos incivilizados ejecutados por el matón Olson en relación con el monasterio.

En junio de 2023, Olson emitió un decreto diciendo que había llevado a cabo una “investigación”, y “encontró a Gerlach culpable de haber violado el sexto mandamiento del Decálogo y su voto de castidad con un sacerdote de fuera de la Diócesis de Fort Worth”.

Citando la autoridad que Bergoglio le había dado sobre el monasterio, el “obispo” ordenó que Gerlach fuera expulsada de la Orden de las Carmelitas Descalzas.

En agosto de 2023, las monjas publicaron una declaración rechazando la autoridad de Olson.

Decían que “no le debían obediencia ni cooperación después de soportar meses de injerencias, intimidaciones, agresiones, humillaciones privadas y públicas y manipulaciones espirituales sin precedentes”.

Cuando Olson sugirió que la declaración podría haber desencadenado una excomunión latae sententiae para las monjas, las hermanas publicaron una nueva declaración afirmando reconocer la autoridad de Olson como 'obispo' diocesano, al tiempo que rechazaban su autoridad conferida por el Vaticano para intervenir sobre la comunidad carmelita.

En agosto de 2023, las monjas también publicaron una declaración en apoyo de Viganò, instándolo a inspirarse en las Carmelitas de Compiègne, que fueron ejecutadas en la guillotina en 1794, tras la Revolución Francesa.

En un decreto del 18 de abril de este año, el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (DICLSAL por sus siglas en inglés) encomendó formalmente el Carmelo de Arlington a la Madre Marie de la Encarnación, presidenta de la “Asociación Carmelita de Cristo Rey” (EE.UU.).

En un comunicado dos días después, las monjas de Arlington se quejaron de no haber recibido ningún aviso de Roma sobre la publicación de los documentos.

“La 'petición' de la 'Asociación Carmelita de Cristo Rey' (EE.UU.) de asumir el gobierno de nuestro monasterio, hecha con el 'consejo' y 'pleno apoyo' del obispo Olson, que Roma ha aceptado sin nuestro conocimiento ni consentimiento, es de hecho, una toma de control hostil que no podemos aceptar en conciencia”, afirmaron.

Añadieron que “ni la presidenta de la 'Asociación de Cristo Rey', ni ningún delegado suyo, son bienvenidos a entrar en nuestro monasterio en este momento”.

En un decreto del 30 de abril, el DICLSAL anuló el decreto de Olson por el que se expulsaba a la Hermana Gerlach de la Orden Carmelita

Olson dijo el 22 de mayo que el Vaticano había “confirmado las decisiones que tomé el año pasado abriendo la 'investigación' en el Carmelo de Arlington al recibir información de que la Madre Teresa Agnes había violado el sexto mandamiento del Decálogo y su voto de castidad, poniendo a la Madre Teresa Agnes en excedencia 'tras sus admisiones de falta grave', y 'amonestando a los miembros del monasterio' de que la obstrucción de la investigación podría resultar en la imposición de sanciones”.

En un comunicado del 23 de mayo, la comunidad de Arlington denunció que la Madre Marie de la Encarnación había intentado en dos días consecutivos entrar en el Carmelo, “a pesar de la prohibición que tiene de hacerlo”.

“Mantenemos nuestro rechazo a cualquier toma de posesión de nuestra comunidad o de sus bienes, como ha ocurrido repetidamente con otros monasterios de mujeres en nuestro país y en todo el mundo”, decía el comunicado.

El 18 de julio, Olson dijo que dos sacerdotes de la diócesis de Scranton sin facultades para el ministerio habían celebrado Misa en el Carmelo de Arlington por invitación de Gerlach.

“Sigo trabajando con la Madre Marie de la Encarnación para restaurar la vida sacramental del Carmelo de Arlington” -escribió Olson- sin embargo, hasta que las Hermanas acepten su nombramiento como 'su legítima superiora', no puedo conceder permiso o facultades para la celebración de los sacramentos a ningún sacerdote de la diócesis de Fort Worth o de otra diócesis o instituto religioso.

Por lo que se puede observar, Olson sigue demostrando ser un digno alumno del dictador Bergoglio.