jueves, 30 de septiembre de 2021

MÁS PAPISTA QUE EL PAPA: ARZOBISPO MEXICANO ABOLIÓ LA PARROQUIA FSSP

El decreto del cardenal Robles, emitido la semana pasada, implica que el objetivo final es eliminar por completo el Rito Tradicional de la Misa en la Arquidiócesis de Guadalajara.


Citando el reciente motu proprio Traditionis Custodes del papa Francisco, el arzobispo de Guadalajara, México, ha decretado la abolición de la cuasi parroquia local administrada por la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP), que ha estado celebrando la Misa y otros sacramentos según el Rito Latino Tradicional en la arquidiócesis desde 2008.

Además de suprimir la parroquia, el arzobispo José Francisco Robles Ortega ha restringido el número de misas permitidas en la arquidiócesis, eliminando efectivamente las Misas para bodas, funerales y otros eventos. También ha prohibido a la FSSP hacer misas públicas en su casa pastoral, y afirma que pronto decidirá a quién se le permitirá celebrar la Misa Tradicional y brindar atención espiritual a los fieles, lo que implica que la FSSP podría quedar completamente excluida de la arquidiócesis.

El decreto de Robles, emitido la semana pasada, implica que el objetivo final es eliminar por completo el Rito Tradicional de la Misa en la Arquidiócesis de Guadalajara, citando la declaración de Francisco en la carta que acompaña a Traditionis Custodes de que desea “trabajar por un retorno a una forma unitaria de celebración” que excluirá el rito antiguo. También implica que en el futuro se impondrán nuevas restricciones al número de Misas, decretando que “las celebraciones se realizarán sin añadir a las ya establecidas... Una vez pasado el tiempo de la 'pandemia', se revisará el número de celebraciones en cada caso”.

Según miembros de la parroquia que hablaron sobre el caso, el cardenal arzobispo y sus subordinados no hicieron nada para discutir el asunto con los fieles laicos de la parroquia ni con los sacerdotes de la FSSP antes de tomar su decisión, a pesar de afirmar en una conferencia de prensa de julio que deseaba “tener un diálogo” con la FSSP luego de la emisión de Traditionis Custodes, que requiere que los sacerdotes obtengan permiso para celebrar la Misa Tradicional en Latín según el misal de 1962, y prohíbe la creación de “nuevos grupos” asociados con la liturgia antigua.

“arzobispo” José Francisco Robles Ortega

Cuando varios miembros de la parroquia intentaron acercarse al cardenal el domingo para pedirle respetuosamente una audiencia con él sobre el asunto, él se negó, alegando que “estaba hablando con sus sacerdotes”, una afirmación que es falsa, y se retiró rápidamente, mostrándose desconcertado por el encuentro.

Robles es conocido por su distanciamiento, y se cree que rara vez concede audiencia a los laicos en la arquidiócesis, en marcado contraste con su predecesor, el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, cuyas puertas estaban abiertas varios días a la semana para cualquiera que buscara una cita con él.

Hasta ahora, el decreto parece estar produciendo lo contrario de su efecto deseado, estimulando niveles récord de asistencia a las Misas FSSP. Las fuentes dicen que un total de 798 personas asistieron ayer a las misas dominicales, una cifra que supera el récord anterior de 715, ocurrido el domingo siguiente a la emisión de Traditionis Custodes en julio de este año.


Fieles abandonados, sin derechos y “desamparados” por la arquidiócesis

La decisión ha dejado a los ex feligreses sintiéndose traicionados por la arquidiócesis, que comprometió más de diez años de trabajo para construir la cuasi-parroquia desde su fundación en 2010. Señalan que la comunidad parroquial trajo varias vocaciones sacerdotales y religiosas a la Iglesia, así como muchas conversiones laicas, y dio lugar a la creación de una comunidad muy activa dedicada a obras de caridad para los pobres, huérfanos y enfermos en los hospitales locales, así como a la evangelización en las calles y el trabajo misionero en los pueblos más pequeños de la región.

“Sin ningún diálogo previo del arzobispo con la Fraternidad Sacerdotal San Pedro (FSSP) ni con los fieles, se ha erradicado la cuasiparroquia que tenía su sede en la iglesia de Nuestra Señora del Pilar en el centro histórico de Guadalajara, dejando a más de 150 familias que habían sido miembros sin una serie de derechos canónicos y desamparadas”, afirmó un grupo de fieles en un comunicado de prensa emitido el sábado.

“Es importante señalar que en ninguna parte del documento [Traditionis Custodes] hay una sugerencia o un requisito para la supresión de parroquias o cuasi-parroquias que ya fueron erigidas bajo el anterior motu proprio Summorum Pontificum emitido por el Papa Benedicto XVI”, continuó el comunicado de prensa.

“Los ahora ex feligreses, que quedaron sorprendidos por el aviso, creen que se está tomando esta medida para provocar la eliminación de la celebración de la Eucaristía según el Misal de San Juan XXIII en la Arquidiócesis de Guadalajara, ya que, a pesar del hecho de que Robles Ortega indicó en un comunicado de prensa en julio que se reuniría con la Fraternidad para dialogar, esto nunca sucedió.

Al calificar el decreto de “cruel e injusto”, los antiguos feligreses señalan que el edicto destruirá el trabajo de más de una década de una comunidad devota y vibrante... En los poco más de doce años que la FSSP lleva en Guadalajara, muchas personas han regresado a la Iglesia Católica y a la práctica de su fe gracias a sus apostolados. Durante ese tiempo, la comunidad ha entregado a la Iglesia cuatro sacerdotes, una monja, conversiones y bautismos de adultos no cristianos que siguen teniendo un auténtico crecimiento espiritual”.

El comunicado de prensa dio lugar a artículos en medios de Guadalajara sobre la supresión de la parroquia, que aparecieron ayer en los periódicos El Informador y Mural de Guadalajara.


Decreto empañado por contradicciones y errores fácticos





Fuentes entre los ex feligreses declararon que el decreto parece haber sido redactado apresuradamente y contiene errores que tienden a confirmar las sospechas de que el cardenal arzobispo y su secretario de la cancillería saben muy poco sobre la cuasiparroquia y la Fraternidad de San Pedro, a pesar de que la Orden ha estado presente dentro de la arquidiócesis durante casi trece años.

El error más evidente es el nombre de la Fraternidad de San Pedro como “La Fraternidad de San Pedro encadenado”, confundiendo el nombre de la FSSP con el nombre de la cuasi-parroquia erigida en la arquidiócesis. El documento también establece que la parroquia tiene el mismo nombre que el FSSP, lo que confirma que los funcionarios arquidiocesanos están confundidos sobre el nombre real del FSSP.

Además, el decreto llama incorrectamente a la casa pastoral FSSP una “casa de formación”, aunque fue erigida canónicamente para el trabajo pastoral y no para la formación de sacerdotes. El decreto cita esta designación como base para prohibir las Misas públicas y restringir el número de misas en la casa, aunque no está claro que el arzobispo tenga la autoridad para imponer tal restricción sobre la casa de una sociedad de derecho pontificio que fue expresamente creado para atender las necesidades pastorales de los laicos, que desarrollan allí sus actividades.

El documento también permite a los sacerdotes de la FSSP continuar la celebración de la Misa “según el Misal de 1962 (art. 2 TC), con la única proclamación de las lecturas en lengua vernácula”, mandato que parece contradictorio, dado que el misal requiere que las lecturas de las Escrituras se hagan en latín. Algunas fuentes dicen que los sacerdotes de la FSSP ya proclaman las Escrituras en la lengua vernácula al dar su homilía después de leerlas por primera vez en latín.

A pesar de los obstáculos que enfrentan, los ex feligreses continúan “reafirmando su inquebrantable fidelidad y servicio a la Iglesia Católica y al sucesor de San Pedro”, y aún expresan “esperanza de que seamos escuchados por el Cardenal Francisco Robles Ortega” y obtener la revocación de su decreto, según su nota de prensa.


Catholic World Report


LA CARACTERÍSTICAS PROPIAS A SAN MIGUEL, SAN GABRIEL Y SAN RAFAEL

La lucha de los ángeles buenos contra los demonios, es eterna, e influye decisivamente en la historia de los hombres.


Divididos en nueve coros subordinados el uno al otro, los ángeles que fueron fieles son un ejército invencible. Su número es incalculable. Sólo hay tres ángeles cuyos nombres propios son dados a conocer en las Sagradas Escrituras.

San Miguel es el gran capitán del ejército celestial. Su nombre Mi-cha-el significa: ¡quién como Dios! Cuando Lucifer, ciego por el orgullo, quiso ser igual al Altísimo, Miguel exclamó con voz de trueno: “¡Quién como Dios!” Y acompañado por los ángeles fieles, se precipitó desde lo alto de los cielos contra la tropa rebelde de los apóstatas. Así se convirtió en el generalísimo del incontable ejército de los santos ángeles. Se ve en los profetas, que era el protector del pueblo de Israel; ahora lo es de la Iglesia.

San Gabriel, cuyo nombre significa Fuerza de Dios, anuncia al profeta Daniel la época de la gran obra de Dios, la época del Hijo de Dios hecho hombre, Cristo condenado a muerte, la remisión de los pecados, el Evangelio predicado a todas las naciones, la ruina de Jerusalén y de su templo, la condenación final del pueblo judío. Es el mismo ángel Gabriel que predijo al sacerdote Zacarías, en el templo, en el santuario, junto al altar de los perfumes, el nacimiento de un hombre que sería llamado Juan, el lleno de gracia y que anunciaría la venida del Salvador, quien lo señalaría: “He aquí el Cordero de Dios! ¡He aquí el que quita los pecados del mundo!”. Y el mismo arcángel, siempre enviado para anunciar grandes cosas, iría a la humilde casa de Nazareth a anunciar a la Virgen María la mayor de todas las cosas; comunicó que, sin dejar de ser virgen, ella daría a luz al Hijo del Altísimo, que sería llamado Jesús el Salvador, porque sería el Salvador del mundo. Y este glorioso arcángel nos enseñó a decir: “Dios te Salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo, bendita entre todas las mujeres!”.


San Rafael, cuyo nombre significa Médico o cura de Dios, se dio a conocer a Tobías: “Cuando tú y Sara hacían oración, era yo el que presentaba el memorial de vuestras peticiones delante de la gloria del Señor; y lo mismo cuando tú enterrabas a los muertos. Cuando no dudabas en levantarte de la mesa, dejando la comida para ir a sepultar un cadáver, yo fui enviado para ponerte a prueba. Pero Dios también me envió para curarte a ti y a tu nuera Sara. Yo soy Rafael, uno de lo siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia!”

* * * * * * * *

Todos los domingos, durante la celebración de la Sagrada Eucaristía, un número incontable de fieles en el orbe católico canta o recita el símbolo de nuestra fe. Las verdades de nuestra santa religión son proclamadas una tras otra, obedeciendo una inspirada y sublime síntesis, hasta completar la totalidad de la única doctrina de la fe: “Así como la semilla de la mostaza contiene en un grano pequeñísimo a un gran número de ramas -enseña san Cirilo de Jerusalén-, de la misma manera este resumen de la fe encierra en algunas palabras todo el conocimiento de la verdadera piedad contenida en el Antiguo y el Nuevo Testamento”.

“Creo en Dios Padre todopoderoso”. Después de esta afirmación primera y fundamental, de la cual dependen todos los demás artículos del Credo, proclamamos enseguida “el comienzo de la historia de la salvación”: “Creador del cielo y de la tierra”.


El misterio de la Creación

Dios, Ser absoluto y eterno, no tenía necesidad de ninguna criatura que le rindiera homenaje ni que reconociera su grandeza ilimitada. Entre tanto, en su misericordia, quiso crear, no para aumentar su propia gloria, intrínseca y sempiterna, sino para manifestar su amor todopoderoso y “comunicar su gloria” a los seres que había creado, compartiendo con ellos su verdad, su bondad y su belleza.

Una inmensa multitud de criaturas diversas y desiguales -seres visibles e invisibles, inteligentes o desprovistos de razón, dispuestos en una maravillosa jerarquía- dio forma, así, al Orden del universo, reflejo de la perfección adorable del Ser infinito, que sólo se manifestaría totalmente en la plenitud de los tiempos mediante su Hijo Unigénito, Jesucristo, el Verbo eterno encarnado.


Explica el Doctor Angélico que “el efecto no representa más que a su causa”. Así, en todas las criaturas podemos encontrar vestigios de la eterna Sabiduría que las sacó de la nada: en los astros que pueblan la inmensidad del firmamento y cuyas constelaciones se encuentran separadas, a veces, por millones de años-luz; en los diminutos granos de arena, jamás iguales entre sí, que cubren desiertos y playas; en la variedad asombrosa de vegetales, que va desde “la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al fuego” (Mt 6, 30) hasta los milenarios alerces y secuoyas; en el admirable instinto de los insectos, en la fidelidad casi inteligente de un perro, en la delicadeza virginal de un armiño, en los miles de microbios que pueden pulular en una gota de agua… Pero Dios quiso reflejarse sobre todo en el hombre, creado a su imagen. Y al hacerlo como un compuesto de cuerpo corruptible y alma inmortal, lo transformó en un eslabón entre la materia y el mundo espiritual.


El mundo angelical

Pero en lo alto de esta grandiosa jerarquía, desde donde “superan en perfección a todas las criaturas visibles”, Dios colocó a los ángeles, criaturas puramente espirituales, inteligentes y capaces de amar, llenos de gracia divina desde el inicio de su existencia, en la aurora de la primera mañana de la creación. Distribuidos y ordenados por Dios en nueve coros -Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Virtudes, Potestades, Principados, Arcángeles y Ángeles- forman el ejército de la Jerusalén celestial, y recibieron la triple misión de ser perpetuos adoradores de la Santísima Trinidad, agentes de los designios divinos y protectores del género humano.

Es una Corte del Señor, inmensa e incalculable. “¿Puede contar alguien sus tropas?”, pregunta el Libro de Job (25, 3). Y el profeta Daniel, abismado, escribió: “Miles de millares le servían, miríadas de miríadas estaban en pie delante de él” (Dan 7, 10). Sin embargo, cada uno de estos espíritus ostenta una personalidad propia, inconfundible y específica, sin que haya sido creado uno igual al otro.


El primero de los ángeles

Dios, a tanta diversidad y esplendor, quiso colocar un ápice, un punto monárquico, un ser que reflejara de modo inigualable la luz eterna e inextinguible. Maravilla de maravillas, obra maestra del mundo angélico, fulguraba en lo más alto de los coros y todos se extasiaban frente a él, como si dijeran: “Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto” (Ez 28, 12-13).

Como primero de los serafines, iluminaba a todos los espíritus celestiales con los reflejos de la divinidad que su inteligencia sin par discernía con la ayuda de la gracia. Su nombre era Lucifer, el portador de la luz…


La prueba de los espíritus celestiales

Sin embargo, antes de poder contemplar la esencia de Dios por toda la eternidad, los ángeles debían atravesar una prueba. Pues, a pesar de la altísima perfección de su naturaleza, “el ángel no puede volverse a aquella bienaventuranza por su voluntad a no ser ayudada por la gracia”.

Ante ellos, la faz del Ser infinito permanecía como en penumbras, y solamente sus destellos eran capaces de alimentar el ardiente amor de las legiones del Señor.

Según afirman Tertuliano, San Cipriano, San Basilio, San Bernardo y otros santos, la prueba que decidió del destino eterno de los espíritus angélicos fue el anuncio de la Encarnación del Verbo, Jesucristo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, el cual habría de nacer de la Virgen María.

Podemos imaginar que una conmoción de asombro recorrió entonces las filas de la milicia celestial cuando conocieron intuitivamente, por una acción de Dios, el plan de la Salvación: el Creador eterno, inaccesible, todopoderoso, se uniría hipostáticamente a la naturaleza humana, elevándola con ello hasta el trono mismo del Altísimo; y una mujer, la Madre de Dios, se convertiría en medianera de todas las gracias, sería encumbrada por encima de los coros angélicos y coronada como Reina del Universo!

Lo inexplicable surgía frente a los ángeles como cúspide y núcleo de la obra de la creación

La prueba había llegado. ¡Amar sin entender! ¡Amar sobre todas las cosas al Dios Altísimo que en una sublime manifestación de su amor había sacado de la nada a todas las criaturas! Reconocer, en un supremo impulso de adoración y sumisión, la superioridad infinita de la Bondad absoluta y eterna. Era el acto que confirmaría a los espíritus angélicos en la gracia divina y los introduciría en la visión beatífica para siempre.


La primera revolución de la Historia

Pero Lucifer vaciló ante un misterio que sobrepasaba su comprensión angélica. ¿Estaría ignorando Dios la naturaleza perfectísima de los ángeles y prefería unirse a un ser humano, tan inferior a ellos en el orden de las criaturas? Él, el serafín más alto, ¿sería obligado a adorar a un hombre? “Esta unión hipostática del hombre con el Verbo le pareció intolerable y deseó que se realizara con él”, afirma Cornelio a Lápide. Sí, sólo con él, Lucifer, “perfecto desde que fuiste creado” (Ez 28, 15), debería unirse Dios y de este modo erigirlo en mediador único y necesario entre el Creador y las criaturas. Así, “el que había sido hecho ángel desde la nada, comparándose, lleno de soberbia, con su Creador, pretendió robar lo que era propio del Hijo de Dios”, concluye san Bernardo.

“El ángel pecó queriendo ser como Dios” y el príncipe de la luz se volvió tinieblas.

Se pudo oír el primer grito de rebeldía en la historia de la creación: “¡No serviré! ¡Al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión! ¡Me asemejaré al Altísimo!” (cf. Is 14, 13-14).


El defensor de la gloria de Dios

Resonó entonces un grito en el Cielo: “¿Quién como Dios?”

Entre el ángel rebelde y el trono del todopoderoso se levantaba “uno de los primeros príncipes” (Dan 10, 3), un serafín incomparablemente más esplendoroso y fuerte de lo que había sido “el portador de la luz”. ¿Quién era éste que se atrevía a desafiar al más alto de los ángeles y ahora refulgía invencible, revestido con “el poder de la divina justicia, más fuerte que toda virtud natural de los ángeles”?

¿Quién era éste? Llama viva de amor, hoguera de celo y humildad, ejecutor de la divina justicia.

“¿Quién como Dios?” – Millones de millones de espíritus angélicos repitieron el mismo grito de fidelidad. “¿Quién como Dios?” – Este signo de fidelidad, que en hebreo se dice Mi-ka-el, se transformó en el nombre del serafín que, por su caridad sin parangón, fue el primero en alzarse en defensa de la Majestad ofendida.

Michael, Miguel: nombre que expresa, en su sonora brevedad, la alabanza más completa, la adoración más perfecta, el reconocimiento más lleno de amor a la trascendencia divina y la confesión más humilde de la contingencia de la criatura.


La primera batalla de una guerra eterna

“Hubo una gran batalla en el Cielo” (Ap 12, 7). Lucha entre ángeles y demonios, lucha de la luz contra las tinieblas, de la fidelidad contra la soberbia, de la humildad y el orden contra el orgullo y el desorden. “Miguel y sus ángeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron” (Ap 12, 7).

Satanás, lleno de orgullo y “obstinado en su pecado, arrastró la tercera parte” (Ap 12, 4) de los espíritus angélicos, hundiéndolos consigo en las tinieblas eternas de la rebelión.

Pero no prevalecieron, ni hubo más lugar para ellos en el cielo. Ese gran dragón, que se llama demonio y Satanás, fue precipitado junto a sus ángeles (Ap 12, 8-9) en los abismos tenebrosos del infierno (Pe 2, 4).


Un inmenso clamor llenó el universo: “¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Ha sido precipitada al infierno tu arrogancia!” (Is 14, 11-12). Y mientras el serafín rebelde era visto “caer del cielo como un rayo” (Lc 10, 18) y ser condenado al fuego inextinguible, “preparado para el Diablo y sus ángeles” (Mt 25, 41), San Miguel era elevado por el Rey Eterno a la cima de la jerarquía de los ángeles fieles y se convertía en el “gloriosísimo príncipe de la milicia celestial”, como lo designa la Liturgia de la Santa Iglesia Católica.


El nuevo campo de batalla

Restablecido el orden en los cielos angelicales, la tierra de los hombres pasó a ser el campo de batalla donde prosiguió la lucha entre la luz y las tinieblas. El ángel destronado consiguió seducir a nuestros primeros padres para hacerlos pecar, como él, contra el Altísimo, queriendo ser como dioses (Gen 3, 5) y el Señor declaró la guerra al tentador: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje” (Gen 3, 15).

A partir de este momento, la historia humana ha sido atravesada por una ardua lucha contra el poder de las tinieblas. Iniciada al comienzo mismo del mundo, esta batalla durará hasta el último día, según las palabras del Señor. El hombre, inserto en esta batalla, debe luchar por sumarse al bien.

En este combate, además de las armas decisivas de la gracia de Dios, que los sacramentos nos entregan en superabundancia, los hombres cuentan con el auxilio y la protección de los ángeles. Y al príncipe de la Jerusalén celestial corresponde la capitanía de todas legiones angélicas en la lucha contra las fuerzas del infierno por la salvación de las almas. Así, San Miguel prosigue en la tierra la lucha triunfal que comenzó en el Cielo.


Protector del pueblo elegido y de la Santa Iglesia

San Miguel fue el ángel tutelar del pueblo de Israel

Las Sagradas Escrituras lo mencionan por primera vez en el libro de Daniel. Este profeta, al escribir las revelaciones recibidas del ángel Gabriel sobre el combate para liberar a la nación elegida de la servidumbre a los persas, afirma que nadie la defenderá “excepto Miguel, vuestro Príncipe” (Dan 10, 22). Y añade, cuando relata las tribulaciones de épocas futuras: “En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo” (Dan 12, 1).

El serafín de la fidelidad no dejó de proteger al pueblo de Israel y velar por la fe de la sinagoga hasta el momento supremo de la muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

El sol se oscureció y hubo tinieblas, la tierra tembló, se partieron las piedras y el velo del Templo -monumental tejido de jacinto, púrpura y escarlata que cubría la entrada del impenetrable “Santo de los Santos”- se rasgó en dos partes, de alto abajo (cf. Mt 27, 51; Mc 15, 38; Lc 23, 45). El famoso historiador judío Flavio Josefo cuenta que, después de estos acontecimientos, los propios sacerdotes del Templo escucharon dentro del recinto sagrado una misteriosa voz que exclamaba repetidas veces: “¡Salgamos de aquí!”.

San Miguel, el centinela de Israel, abandonaba definitivamente el Templo de la Antigua Alianza, ahora inútil porque el único sacrificio verdadero acababa de consumarse en lo alto del Calvario. Del corazón atravesado del Cordero Inmaculado nacía la Santa Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, Templo eterno del Espíritu Santo. Y a partir de ese instante, Miguel, el triunfador, el primer adorador del Verbo encarnado, se volvió también el vigilante protector de la Única Iglesia de Dios.

Al respecto escribió el cardenal Schuster: “Después del oficio de padre legal de Jesucristo, que corresponde a San José, no hay en la tierra ningún ministerio más importante y más sublime que el conferido a San Miguel: protector y defensor de la Iglesia”.


GaudiumPress


¿POR QUÉ EL "BUENISMO" ES LO OPUESTO A BONDAD?

El buenismo es el mayor enemigo de la bondad. Ser bueno a toda costa, olvidando el castigo y las consecuencias, es volverse malo e injusto.

Por Corrado Gnerre


Por buenismo entendemos esa actitud según la cual debemos evitar castigar y penalizar.

Se sabe, sin embargo, que las deformaciones extremas de la realidad siempre se traducen en una negación de la realidad misma; así como la extremización de algo bueno siempre se traduce en su contrario, es decir, en algo malo.

Lo mismo ocurre con la bondad; de hecho, el buenismo es el mayor enemigo de la bondad. Ser bueno a toda costa, olvidando el castigo y las consecuencias, es volverse malo e injusto.

Cuando sucede algo trágico, por ejemplo, un accidente en el cual se mata atropellando a un niño, o un ladrón que mata a un padre de una familia, etc., los periodistas suelen preguntar a las familias de las víctimas: ¿están dispuestos a perdonar? Pregunta que en las intenciones del entrevistado tiene un significado muy específico: confundir el perdón con el deseo de no enfurecerse, de no esperar que el culpable pague por sus culpas...

La doctrina católica, por otro lado, nos presenta una diferencia importante, la que existe entre el perdón y el castigo.

El perdón es perdón; pero esto no excluye la pena, al contrario. El Sacramento de la Reconciliación (Confesión) absuelve al pecador, pero no elimina totalmente la pena que debe ser cumplida en esta vida o, si esta vida no es suficiente, en el Purgatorio.

Por lo tanto, el mismo Dios, que es amor y justo juez, cuando perdona y absuelve, no elimina la pena. No es cristiano, por lo tanto, confundir el perdón con el hecho de que el culpable no tiene que "pagar"; tampoco se puede acusar de vengativo a quien pretenda que el culpable cumpla su condena.

Pero, ¿cuál es el origen del buenismo?

La respuesta no es fácil. Sin embargo, se puede identificar un origen filosófico. Bastaría referirse al pensamiento de Jean Jacques Rousseau, quien dijo que el hombre nacería bueno y que lo que lo haría malo serían las condiciones sociales, como cierto tipo de progreso. Por lo tanto, las causas de la maldad humana no se encuentran en el hombre y en su libertad, sino en lo que está fuera de él: la sociedad, el medio ambiente, la educación, etc. En resumen, una verdadera inmaculada concepción del hombre. Dicho sea de paso: esta antropología ha sido avalada por todas las doctrinas progresistas y materialistas y, por lo tanto, también por el positivismo filosófico. Así fue como en la segunda mitad del siglo XIX (año 1858) se apareció la Virgen en Lourdes (en Francia, patria del positivismo) confirmando la solemne definición de su Inmaculada Concepción, precisamente para recordar que, excepto ella, todo hombre nace con el pecado original.


El Camino de los Tres Caminos


miércoles, 29 de septiembre de 2021

¿QUIEN COMO DIOS?

Pregunta: ¿Qué lugar santo lejos de Roma fue visitado en peregrinación por Santo Tomás de Aquino, Catalina de Siena, Bernardo de Claraval, Francisco de Asís y muchos papas, incluido San Juan Pablo II?

Por Michael Pakaluk
 

Respuesta: El santuario de San Miguel en el Monte Sant 'Angelo, en las laderas del monte Gargano con vistas al Adriático, ubicado en el "espolón" de la bota que es Italia. El santuario en sí está ubicado en una cueva, un antiguo sitio de culto pagano, donde según la tradición hagiográfica, el Arcángel Miguel apareció en 490. Él instruyó que se construyera un santuario en su honor y que quienes lo invocaran serían defendidos en la batalla contra incursiones militares paganas. El Papa Gelasio I aprobó el santuario en 493.

Dije que San Francisco de Asís había visitado el santuario y, sin embargo, solo es una forma de decir. Este gran santo hizo el viaje al Monte Sant 'Angelo, pero se consideró demasiado indigno para entrar en la cueva una vez allí. Le bastaba con hacer la señal de una cruz con el dedo en una piedra de afuera.

Puedes decir: nunca había oído hablar de este gran lugar de peregrinaje . Yo tampoco, hasta hace poco. Pero tal vez, como yo, usted orará por los medios y la oportunidad de ir allí.

El Monte Sant 'Angelo no es diferente de Mont-Saint-Michel en el otro lado de Europa, fundado a principios de los años 800 después de que San Miguel también apareció allí e instruyó al obispo para que le construyera un santuario. Estos santuarios juntos ilustran cuatro marcas importantes sobre la devoción a San Miguel: antigüedad, exogeneidad, catolicidad y urgencia.

Primero, antigüedad. La devoción a San Miguel es algo por lo que una vez me hubiera rascado la cabeza. No es algo que, según los principios protestantes, debería existir, en su imagen del "cristianismo primitivo". Y sin embargo, ahí está, desde el principio. Al menos se manifiesta tan pronto como se manifiesta públicamente el cristianismo. Alrededor de 324, el emperador Constantino construyó el "Michaelion", una iglesia en honor al ángel, después de que San Miguel se le apareció y lo ayudó a ganar una batalla. La iconografía de San Miguel como soldado matando a la serpiente Satanás data de esta época. Pero Constantino estaba afirmando una tradición de devoción que ya tenía siglos.

Segundo, exogeneidad. Esa es una palabra elegante que usan los economistas para las causas que vienen "desde fuera" de un sistema. Es un hecho que la devoción a San Miguel se interpreta dentro de la tradición piadosa no como una construcción o invención de la piedad humana, sino como una respuesta a las intervenciones particulares del ángel desde el exterior. El ángel se siente como una persona sobrenatural que se manifiesta y da instrucciones definidas a los cristianos para que lo honren en ciertos lugares. La famosa oración de San Miguel de León XIII, algo similar, fue compuesta por ese gran pontífice después de desmayarse por una visión opresiva de los demonios acosadores. 


En tercer lugar, la catolicidad. Con esto quiero decir que la devoción a San Miguel ha estallado en toda la cristiandad. Pero también, por el diseño de Dios, aparentemente, esta devoción ama "apoderarse" de la devoción pagana. La cueva de Monte Sant 'Angelo era un lugar de culto pagano. En Alemania, los santuarios a San Miguel suplantaron lugares que antes se habían dedicado al dios nórdico, Odin ("Wotan"), como si la gente sintiera que, lo que encontraba atractivo en el dios falso, se encontraba verdaderamente, en la bondad de ese ángel poderoso.

Cuarto, y finalmente, urgencia. “Es cierto que 'los poderes de la muerte no prevalecerán', como ha asegurado el Señor (Mt 16,18), pero esto no significa que estemos exentos de pruebas y batallas contra los lazos del maligno”. San Juan Pablo II dijo esto, cuando visitó el Monte Sant 'Angelo, explicando cómo las oraciones a San Miguel tienen una cierta urgencia en todas las épocas.

Tenga en cuenta que la oración de exorcismo, que León XIII compuso como compañera de la oración de San Miguel y recitada muchas veces al día, se refiere a los demonios que ya habían asediado los lugares más sagrados, que durante un pontificado algunos miran ahora con nostalgia.

“Esta batalla contra el diablo que caracteriza al Arcángel Miguel sigue siendo relevante hoy, porque el diablo todavía está vivo y trabajando en el mundo. De hecho, el mal que hay en él, el desorden que vemos en la sociedad, la incoherencia del hombre, la fragmentación interior de la que es víctima, no son meras consecuencias del pecado original, sino también el efecto de la oscuridad y la actividad de Satanás, de este saboteador del equilibrio moral del hombre. San Pablo no duda en llamarlo ‘el dios de este mundo’ (2 Co 4, 4), en la medida en que se muestra como un hábil encantador, que sabe insinuarse en nuestras acciones para introducir desviaciones que son tan destructivas como aparentemente se ajustan a nuestras aspiraciones instintivas”.

Esas fueron las palabras de Juan Pablo II. No conozco mejor descripción de la urgencia del combate espiritual hoy, para el cual San Miguel es el remedio católico.

Sancte Michaël Archangele, defendde nos in proelio. 




LOS "GUARDIANES DE LA TRADICIÓN" Y "LA ALEGRÍA DEL AMOR"

¿Veremos algún día a los sacerdotes y fieles adscritos a la Tradición beneficiarse de la solicitud reservada a “las periferias”?

Por el Abad Alain Lorans



En 2016, el papa Francisco publicó la exhortación postsinodal Amoris lætitia en la que concedía, caso por caso, el acceso a la comunión eucarística a los divorciados "vueltos a casar" que no tienen derecho a ella, según la constante moralidad de la Iglesia Católica.

En 2021 publicó el Motu proprio Traditionis custodes, cuyas draconianas condiciones pretenden restringir en la medida de lo posible el derecho de los fieles a la Misa de Siempre, con la esperanza de que algún día este derecho se extinga por completo.

Por un lado, existe un pseudo derecho a la comunión otorgado por la “misericordia pastoral”; y por otro lado, un verdadero derecho a la Misa de Siempre, erosionado y casi negado en nombre de “la unidad de la Iglesia”, comprometido por la falta de sumisión al magisterio conciliar del que reclama la Misa Novus Ordo.

Por una parte, hay una extrema preocupación por las “periferias de la Iglesia” y por otra parte, una absoluta severidad con respecto a quienes están apegados al Santo Sacrificio de la Misa, y quienes, siguiendo a los cardenales Ottaviani y Bacci -en su Breve examen crítico del Novus Ordo Missæ (1969) - afirman que la Misa de Pablo VI “se aparta de manera espectacular, en general y en detalle, de la teología católica de la misa, ya que se formuló en la XXIIª sesión del Consejo de Trento, que en definitiva se fijan los ‘cánones’ del rito, levantado una barrera infranqueable contra cualquier herejía que pueda socavar la integridad del Misterio”.


Generoso para las periferias, riguroso para los católicos

Estas dos actitudes contrapuestas manifiestan un sentimiento de paternidad inversamente proporcional: generoso con “las periferias”, riguroso con los católicos. Los primeros están invitados a compartir “la alegría del amor” (Amoris lætitia), incluso fuera del matrimonio cristiano; a estos últimos se les pide que obedezcan a los “guardianes de la tradición” (Traditionis custodes) que son los obispos. ¿Veremos algún día a los sacerdotes y fieles adscritos a la Tradición beneficiarse de la solicitud reservada a “las periferias”? y estas últimas, ¿conocerán el rigor de las llamadas al orden que los “guardianes de la tradición conciliar” conceden a las primeras?

Porque ahí es donde radica el problema: esta “alegría del amor” es distribuida por “los guardianes” de una “tradición” ni siquiera secular. Es una alegría conmovedora, basada en las arenas movedizas de una tradición “en desarrollo”, con una doctrina “ecuménicamente cambiante” (Declaración de Abu Dhabi, culto al Pachamama...) y una moralidad de geometría variable (Amoris lætitia...). Una “tradición en evolución”, cuyos frutos amargos, iglesias vacías y seminarios abandonados, ya indican que es biodegradable. Para que sus guardianes pronto tengan poco que conservar.


Boletín de la Fraternidad San Pío X

Fuente : DICI n ° 412


NO CEDAS AL CHANTAJE POR NINGÚN MOTIVO

No importa lo doloroso que sea sentirse aislado e incomprendido, hay que mantener la paz del corazón apelando al testimonio de la propia conciencia, entendiendo lo que sucede.

Por Don Elia


La Sagrada Escritura, una de las dos fuentes de la Revelación divina, se disocia del culto a los antepasados, común a muchas culturas antiguas. Los que nos precedieron no eran necesariamente buenos y santos; por lo tanto, no representan modelos a imitar simplemente porque vivieron antes que nosotros. En efecto, el libro de Eclesiástico teje la alabanza de los padres que fueron hombres ilustres, pero selecciona a aquellos en quienes Dios ha manifestado su gloria (cf. Sir 44ss). 

Ne fiant, sicut patres eorum, generatio prava et exasperans (Sal 77: 8).

El Salmo 77, de hecho, alude específicamente a la generación que fue liberada de la esclavitud egipcia y luego se rebeló repetidamente contra el Señor en el desierto, despreciando las llamativas manifestaciones de la Providencia; sus observaciones, sin embargo, siguen siendo válidas para todas las épocas históricas y, ciertamente, también para la nuestra.

Los “padres” de la generación malvada e irritante, en referencia a la vida cristiana en nuestro tiempo, se pueden identificar con aquellos clérigos que se han formado desde finales de los años sesenta. Ellos, considerados en su conjunto (sin por ello excluir a los felices, aunque raras excepciones) son responsables de la completa distorsión de la doctrina, la moral y la liturgia. Ciertamente, no nos corresponde a nosotros emitir un juicio definitivo; sin embargo, no podemos dejar de tomar nota de lo sucedido, es decir, la sustitución de la religión católica por una sustituta que conserva algún vago parecido con ella, pero definitivamente es otra cosa, desde todo punto de vista. Esa generación perversa, con el tiempo, llegó a ocupar los puestos de mando en la Iglesia y se sometió por completo al estado, que se ha convertido en el nuevo becerro de oro.

Con absoluta evidencia, carece de fundamento el reclamo de los pastores actuales de establecer “deberes morales” en el sector salud, así como el de las autoridades civiles de imponer obligaciones legales en el mismo campo que van más allá de las precauciones necesarias. 

Las recomendaciones enviadas a los obispos por la Presidencia de la Conferencia Episcopal (sin nombres), que de hecho, yendo más allá de lo que exige el derecho civil y sin el más mínimo apoyo canónico, obliga a la llamada “vacunación” para los agentes de pastoral, inevitablemente plantean dudas con su estilo tan melifluo como hipócrita, de la buena fe de quienes las escribieron. 

Las declaraciones de obispos individuales sobre el tema, entonces, no se basan en ningún argumento que sea aceptable en el nivel de la razón, mucho menos en el de la fe. Al leer esos textos, uno tiene la impresión invencible de que provienen de mentes nubladas o distorsionadas por obsesiones oscuras. El sentido común -sin mencionar el sensus fidei - reacciona a la lectura con una gran incomodidad, si no con horror: ¿a qué se ha reducido la jerarquía católica, una vez maestra de la verdad y la vida?

Sin embargo, la búsqueda de una solución no debe empujarnos a saltar al otro extremo, como si se tratara de un refugio seguro. Muchas personas, para encontrar un punto fijo, se consignan acríticamente a grupos que solo aparentemente defienden la Tradición, pero en realidad intentan perpetuar un sistema religioso que ya había entrado en una profunda crisis en la primera mitad del siglo pasado. Aparte de la falta de separarse realmente de la única Iglesia para constituir una especie de Iglesia paralela con una jerarquía independiente, su principal defecto (sin excluir, incluso en este caso, las loables excepciones) consiste en reducir el cristianismo a una construcción formal. La inexcusable observancia, real o presunta, de este sistema, ya sea en el ámbito doctrinal, cultual o moral, no garantiza en sí misma una santificación efectiva; al contrario, a menudo provoca una invencible ilusión de corrección que oculta la maldad y el orgullo del corazón.

El conocimiento de la verdad y la adhesión a ella deben moldear la persona interior; para ello es indispensable que el alma busque con sinceridad el bien y desee con eficacia ser cada vez más humilde y bueno. Si la ética postconciliar informe y laxa, de acuerdo con un proceso de heterogénesis de fines, evolucionó hacia un moralismo opresivo funcional a la feroz dictadura estatal, la moral formalista que hace estragos en los círculos de la Tradición paradójicamente resultó en el mismo resultado, aunque en de otra manera. De declarar legítimo un tratamiento de salud experimental que presupone la tortura y muerte de seres humanos aún no nacidos, hemos pasado rápidamente, sobre la base de silogismos banales con premisas falsas, a convertirlo en un “deber” infundado. El sentimiento es realmente el de estar rodeado, pero en absoluto debe quitar la claridad de la mente ni debilitar la determinación de permanecer firme en el rechazo de la barbarie.

Por lo tanto, no debemos ceder a la presión social por ningún motivo en el mundo. El régimen, incapaz de imponer explícitamente la obligación de la vacunación a todos, ha estudiado la manera, limitando sus libertades fundamentales, de inducir a las personas a aceptarla por la fuerza, para mantener sus puestos de trabajo y tener acceso a los lugares públicos. Los responsables deberán ir a juicio por esta violación sin precedentes de los derechos naturales y constitucionales de las personas; mientras tanto, es necesario resistir sin dejarse impresionar por los decretos o debilitarse en su interior. Las disposiciones gubernamentales tienen un plazo específico, el del 31 de diciembre; No tiene sentido inclinarse ante ellos durante un período de tiempo tan corto, dados los efectos irreversibles que tendría la “inyección”. El estado de emergencia no puede extenderse más de dos años; si esto ocurre, sería un golpe de Estado en todos los aspectos, pero en ese caso el ejército y la policía podrían reaccionar, porque ya hay un fuerte descontento y una gran parte se niega a someterse a los abusos sufridos por colegas.

Además, en una situación tan cambiante, no es sensato tomar decisiones radicales, como la de expatriarse o abandonar el trabajo; No se deben tomar medidas de este tipo excepto cuando se les obligue a hacerlo. Por ahora, necesitamos navegar a la vista, avanzando día a día con confianza en la Providencia y ajustándonos de vez en cuando según las eventualidades. No es razonable pretender predecir el futuro sobre la base de presuntas profecías o dudosas interpretaciones de los textos sagrados; el futuro está en manos de Dios y sólo él lo conoce. El cristiano, por lo tanto, no intenta usurpar el papel del Creador, sino abandonarse a su omnipotente guía, haciendo en cada momento, con diligencia y perseverancia, lo que Él le pide. El gobierno del mundo pertenece al Señor Jesucristo, quien arregla o permite todo para nuestro bien; dejémosle pues, la tarea de dirigir los acontecimientos y cuidémonos más bien de cumplir su voluntad en la hora presente.

La prueba actual está destinada a la corrección del pueblo de Dios equivocado: tanto de aquellos que profesan el cristianismo falso creado después del concilio, como de aquellos que afirman una continuidad puramente externa y artificial con el pasado, y de aquellos que han reemplazado la fe verdadera por los pseudo-valores de la cultura dominante, olvidando toda forma de razonabilidad y moralidad. Que no nos suceda también a nosotros merecer, por ser asimilados a los demás, el reproche dirigido a la generación malvada e irritante. No importa lo doloroso que sea sentirse aislado e incomprendido, hay que mantener la paz del corazón apelando al testimonio de la propia conciencia, entendiendo lo que sucede. Cuando termine la prueba, tendremos el honor y la recompensa de Dios mismo frente a todos. Mientras tanto, preservemos la libertad interior y defendamos la exterior, para nuestro propio beneficio y el de todos. Incluso aquellos que nos juzgan y desprecian erróneamente pronto estarán agradecidos, ya que el engaño y su daño son ahora tan evidentes que ya no se pueden ocultar.

No olvidemos que la condición de “libre” no termina en las actividades que se pueden realizar. La juventud de hoy, manipulada sistemáticamente por la propaganda, no puede soportar la menor limitación de las oportunidades de actuar y, precisamente así, ha caído esclava de un régimen inhumano que lo maniobra a su antojo apalancando necesidades inducidas. Nuestros abuelos soportaron las penurias de la guerra y el período inmediato de posguerra porque no tenían fantasías en la cabeza, aunque luego criaron a sus hijos con el ideal del bienestar económico, lo que nos hizo completamente dependientes del mundo exterior. Así, hoy tenemos una masa de personas, jóvenes y mayores, que se sacrifican en el altar de la “ciencia” para no dejar de ir a los gimnasios y pizzerías, aunque someterse a este experimento no sea lícito por motivo alguno, ni siquiera para evitar la suspensión del trabajo (que no es despido).


Chiesa e Postconcilio


martes, 28 de septiembre de 2021

INQUIETANTES REVELACIONES DE BERGOGLIO SOBRE EL PRE-CÓNCLAVE DE 2013

El papa Francisco especificó claramente las líneas generales del futuro texto que definirá el lugar y el papel de la curia romana, una de las grandes reformas del actual sucesor de Pedro, quien también habló sobre algunas de las circunstancias que rodearon el pre-cónclave de 2013.


La Constitución Praedicate Evangelium

Es la primera vez que el papa evoca, de forma tan precisa, la futura constitución apostólica sobre la 'reforma' de la Iglesia, que debería ser promulgada a finales del año 2021.

Tres pasajes de la entrevista concedida por el Romano Pontífice a la radio española Cope, el 1 de septiembre de 2021, fueron dedicados al futuro documento que eventualmente sustituirá a la constitución Pastor Bonus, firmada por el Papa Juan Pablo II el 28 de junio de 1988.

El papa confirmó así el nombre del documento: "Respecto a la constitución apostólica Praedicate Evangelium, se está trabajando en esto, y el último paso es que yo la lea. Debo leerla porque la tengo que firmar y la tengo que leer palabra por palabra", reveló.

Durante la entrevista, el pontífice argentino aseguró que el futuro texto "no presentará nada nuevo respecto a lo que hemos visto hasta ahora".

"Quizás algunos detalles", añadió el sucesor de Pedro, "algún cambio de dicasterios que se juntan, dos o tres dicasterios más, pero ya está anunciado, por ejemplo, Educación se va a juntar con Cultura. 'Propaganda Fide' se va a juntar con el dicasterio de la 'Nueva Evangelización'".


Revelación del pre-cónclave

Algo más interesante aún es la confirmación explícita de que la actual 'reforma' de la Iglesia forma parte de una agenda programada y decidida antes de la elección de 2013, por un determinado número de cardenales: "la 'reforma', deseada por los cardenales, desde el cónclave de marzo de 2013", insistió Francisco.

"No hay nada mío inventado, lo que hice desde el principio es procurar poner en marcha lo que los cardenales dijimos en las reuniones pre-cónclave para el próximo Papa: el próximo Papa tiene que hacer esto, esto, esto, esto".

"Y esto es lo que yo empecé a poner en marcha. Creo que quedan varias cosas por hacer todavía, pero no hay nada inventado por mí. Yo estoy obedeciendo a lo que se marcó en aquel momento".

El papa afirma que algunos cardenales electores, alineados con 'los reformadores', tal vez no tomaron plena conciencia de las consecuencias de su compromiso: "quizás algunos no se daban cuenta de lo que estaban diciendo o pensaban que no era tan grave, pero algunos temas provocan escozor, es verdad".

"Pero no hay una originalidad mía en el plan", subrayó el pontífice, quien precisó que "el reformismo que se está gestando resume lo que los cardenales dijimos en ese momento". Si hubiera que delimitar la línea que presidió su elección, el pontífice la resume con la exhortación Evangelii Gaudium, que "retoma lo expresado por los cardenales".

Por lo tanto, el hecho de hacer prevalecer la 'dimensión pastoral' sobre las demás, y de enviar la doctrina a las mazmorras del magisterio, parece constituir el núcleo del programa que selló el resultado de la elección de 2013, según lo reconoció el propio pontífice romano.


Una especie de capitulación

La palabra "capitulación" puede referirse a un "acuerdo que regula ciertos privilegios y deberes, negociado al final de una discusión o un enfrentamiento". Se refiere particularmente a las condiciones que los votantes, mientras el Imperio estaba vacante, ofrecían a quien fuera elegido Emperador, y que este último debía firmar antes de su elección.

El término fue adoptado para la elección de los Papas. En este sentido, la capitulación es un acta elaborada por el colegio cardenalicio durante un cónclave. Por lo general, el texto se preparaba antes de la primera votación y todos los cardenales tenían que jurar respetar el texto en caso de elección.

Entre los siglos XIV y XVII, la historia de la Iglesia registra unas quince capitulaciones que tuvieron diversos desenlaces.

Aun teniendo en cuenta este conocido fenómeno histórico, no deja de sorprender la conclusión del papa: "Una cosa está clara: la reforma no será otra cosa que poner en marcha lo de los cardenales, lo que pedimos en el pre-cónclave, y que se está viendo".

Que los cardenales discutan el futuro de la Iglesia antes de un cónclave es una cosa. Pero que un grupo específico de cardenales tome una decisión que involucra al futuro Papa, quien no hará más que implementar el plan que sus electores han decidido, es otra muy distinta.

Entramos así en la lógica de los partidos: se elige a un hombre en base al programa que obtiene más votos, programa que luego debe llevar a cabo. Ya no se trata de la Santa Iglesia, sino de una organización puramente humana, que se olvida de la misión divina que debería animarla.

Terminemos con una pregunta: ¿qué contenía este "programa" decidido durante el pre-cónclave?


Fuente: Il Sismografo – FSSPX.Actualités



COMO OVEJAS SIN PASTOR

Uno de los grandes males que padecemos desde hace mucho tiempo los católicos es que estamos sin pastor. Ya nos hemos olvidado qué significa ser guiados por ellos y del sano y comprensible sentimiento de consuelo que implica refugiarnos en su palabra y protección


Tenemos ya el cuero curtido luego de años de abandono y persecución por parte de nuestros obispos y del mismo sucesor de Pedro, que debería confirmarnos en la fe en momentos de tanta confusión. Estamos huérfanos. No tenemos pastores, excepto a algunos buenos sacerdotes y religiosos, medio perseguidos y ocultos, que nos alientan con sus palabras y nos alimentan con los sacramentos.

Las actitudes confusas e inestables del papa Francisco provoca reacciones e interpretaciones. ¿Qué está ocurriendo? Y aparecen dos posturas. La primera es la de Sherlock Holmes. Decía el detective a su fiel Watson: “Yo nunca supongo nada. Es un mal hábito que destruye la facultad de pensar lógicamente. Lo que te parece extraño es solamente porque no sigues la evolución de mi pensamiento ni observas los pequeños hechos de los cuales dependen las inferencias más importantes”.

Se trata, según Holmes, de observar los pequeños hechos a fin de deducir las inferencias mayores. Si aplicamos este principio al papado de Francisco podemos encontrar muchísimos hechos insignificantes si se los toma aisladamente pero que, si se los anuda unos con otros, urden una peligrosa trama de cambios y direcciones equivocadas. Las entrevistas, llamadas telefónicas y afirmaciones casuales; las homilías diarias y los discursos improvisados; el cambio en las rúbricas, el rompimiento de tradiciones seculares, la ostentación de petulante humildad, la inacabable letanía de insultos y desprecios dirigidos hacia los suyos, la actitud desenfadada hacia toda disciplina, la reinstalación de herejes pertinaces, las frecuentes auto-contradicciones que hacen imposible saber qué es lo que realmente cree, el recurso a pensadores heterodoxos, la expresión pública de sentimientos de afecto hacia sostenedores de ideologías peligrosas, el disimulo de malas conductas bajo el nombre de “misericordia” o “preocupación pastoral”, etc, etc. etc.

Repasemos un par de ejemplos. En el rápido encuentro privado que tuvo con el primer ministro húngaro Viktor Orbán, le dijo: “¡La familia es padre, madre, hijos, punto!”. Orbán afirmó que había quedado emocionado por las palabras pontificias que lo confirman en sus políticas. ¡Pobre iluso! No conoce lo que significa tratar con un peronista. Pocas horas después, y en la entrevista concedida a los medios de prensa mientras volaba de regreso a Roma, Francisco afirmó que sí, el sacramento del matrimonio es entre el hombre y la mujer, pero a los que prefieren la unión entre personas del mismo sexo, los estados deben garantizarles el derecho de la unión civil. Todo se resuelve, en definitiva, en una cuestión semántica. El papa, como siempre, dice a cada uno lo que quiere escuchar. Y agreguemos otro hecho menor: nos enteramos a través del ineludible blog de Specola, que por primera vez en la historia de la basílica vaticana, un simple sacerdote celebrará la santa misa en el altar papal, el que se ubica sobre la tumba misma del Apóstol, y en el que solamente celebraba el Papa. Otra tradición que se rompe por capricho pontificio.

Todos estos hechos y actitudes a las que nos ha acostumbrado Bergoglio parecieran no ser más que insignificancias o detalles en los que reparan solamente aquellos que siempre estamos prontos a criticarlo, los “rígidos” y “pelagianos” que todavía vegetan en la Iglesia. Pero si comenzamos a armar el listado o a “tejer” los hechos, las inferencias a las que llegaría Holmes son de extrema gravedad. El Sumo Pontífice tendría un objetivo muy claro y hacia él se dirigiría: arruinar (= convertir en ruinas) a la Iglesia y a la fe y desfigurar el rostro con el que se la conoció durante siglos. Si ese fuera el caso, podría ser asimilado a los apocalípticos pontífices que encontramos retratados en los libros de Benson, Castellani, Lacunza, y tantos otros. Las profecías se estarían, aparentemente, cumpliendo.

Hay otra posibilidad. Si bien el diagnóstico descrito es acertado, hay que tener en cuenta un detalle evidente para todos: Bergoglio es un personaje menor, lamentable, irrisorio; un papa de reparto al que el papel protagónico de 'papa apocalíptico' le queda demasiado grande. Podría darse el caso, por cierto, que la Providencia quisiera reírse un poco más de nosotros que siempre imaginamos a ese personaje como un gran príncipe lleno de inteligencia y maldad, lo cual no se aprecia en el actual Sumo Pontífice.

El papa Francisco soporta sobre sí décadas de jesuitismo. Su inteligencia es puro intelecto práctico, ordenada exclusivamente a alcanzar el poder, siempre, por supuesto, ad maiorem Dei gloriam. Es más un hombre político que un hombre religioso. Sus contradicciones son frecuentes y notables, un fenómeno observable en los políticos a quienes la verdad, en general, les importa nada. El político usa la palabra para generar efectos en los sectores de opinión, a fin de ser aceptado y votado o, cuando se encuentra en el poder, para fijar líneas de fuerza en la dirección que quiere llevar al rebaño. Esto hace surgir en ellos el hábito de considerar la palabra como una herramienta de dominio o persuasión y a despreciar toda ulterior connotación de ella. En la persona que entra en esta lógica, las contradicciones no tienen mayor entidad porque no hay una verdad ante la que responder.

Es por eso que resulta tan difícil entender la lógica del papa Francisco: no entra en categorías religiosas. Se desenvuelve en un campo religioso pero sin las restricciones propias de la religión, en una especie de versión personal de lo que hay que hacer que cambia continuamente. Y esta conducta, una vez más, es típica de la política, donde permanentemente los adeptos a un líder están chequeando lo que hay que pensar y hacer en un momento determinado, de acuerdo a lo que el jefe manda. Esta sensación de imprevisibilidad es lo más típico de la realpolitik moderna. Nunca se puede estar seguro porque la “ortodoxia” cambia permanentemente, de conformidad con los golpes de timón de la voluntad del jefe.

Martin Amis, en su biografía sui generis de Stalin, cuenta la historia de un poeta laureado soviético, que solía publicar en el Pravda versificaciones de la política del momento, como odas a los planes quinquenales y cosas por el estilo. El personaje tuvo un día la idea de escribir un poema con el descenso a los infiernos de Hitler y sus seguidores fascistas, y la mala suerte de publicarlo el mismo día del pacto Ribentrop - Molotov. Stalin agarró el diario que traía la noticia en primera plana y la Oda en la sección literaria, y dijo: “Díganle a este Dante de pacotilla que seguirá escribiendo versos en Siberia”. La ortodoxia, por exigencias de la realpolitik, había cambiado. No hay principios; los principios cambian según las circunstancias y necesidades.

Y hoy, los obispos adocenados que pueblan mayoritariamente la Iglesia, han adoptado como su primera y prioritaria función episcopal, el oler diariamente el aire buscando los aromas ovinos que despide el Romano Pontífice, a fin de conocer en qué dirección va la ortodoxia y no perder sus puestos, aun a costa de la vida y de la fe de sus ovejas. Estamos como ovejas sin pastor. Nuestros pastores sólo se ocupan de pastorearse a sí mismos.


Wanderer



lunes, 27 de septiembre de 2021

CARDENAL BURKE: CARTA A LOS QUE REZAN POR MI

Publicamos la carta del Cardenal Burke donde agradece las oraciones por su salud y nos actualiza sobre el progreso de su rehabilitación.


Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Agradeciendo una vez más, de todo corazón, vuestras fieles y generosas oraciones por la recuperación de mi salud, os escribo para informaros sobre el progreso de mi rehabilitación. Al agradeceros, agradezco especialmente a Nuestro Señor que, en respuesta a vuestras oraciones, me ha mantenido con vida. También agradezco a Nuestra Señora de Guadalupe y a todos los santos a través de los cuales vosotros habéis ofrecido y continuáis ofreciendo oraciones por mí. 

El 3 de septiembre he salido del hospital para instalarme en una casa cercana a mi familia inmediata, que ha sido acondicionada para el programa de rehabilitación que estoy siguiendo. Mi sacerdote secretario vino de Roma para estar conmigo y ayudarme en mi programa de rehabilitación.

El progreso es constante, pero lento. Los médicos y terapeutas que dirigen el programa de rehabilitación me aseguran que todo es normal y que estoy bien.

Por mi parte, intento progresar en paciencia. Mis principales desafíos, en este momento, son la recuperación de algunas habilidades físicas fundamentales necesarias para mi vida diaria, y la superación de un cansancio general y dificultad para respirar, propios de quienes han sufrido la infección del virus Covid-19. 

No puedo predecir cuándo podré volver a mis actividades normales. Al parecer, todavía tardaré varias semanas. Lamento no poder responder individualmente a vuestras comunicaciones, ya que tengo que concentrar mis energías limitadas para recuperar mi fuerza. También por esta razón, tengo que limitar la cantidad de llamadas telefónicas y visitas personales que recibo. Estoy profundamente agradecido por vuestra comprensión.

Nuestro Señor me ha mantenido con vida para algún trabajo que Él quiere que realice, con la ayuda de Su gracia, por amor a Él y a Su Cuerpo místico, la Iglesia. Estoy decidido a hacer el mejor uso de este período de rehabilitación para estar listo para hacer Su obra. A lo largo de mi estancia en el hospital e incluso ahora, sigo poniéndome bajo la protección de Nuestra Madre, para que mi corazón, uno con Su Inmaculado Corazón, siempre descanse firmemente en el Sacratísimo Corazón de Nuestro Señor.

Como padre espiritual en la Iglesia, he contado mucho con la ayuda de San José, cuyo Purísimo Corazón abrazó el Corazón de María, su verdadera esposa, y de Jesús, su Divino Hijo confiado a su cuidado paterno.

Continuad orando por mi completa recuperación. Por mi parte, todos los días ofrezco mis oraciones y sufrimientos por vuestras muchas intenciones. Oremos todos y ofrezcamos sacrificios por el mundo y por la Iglesia, que están asediados por tanta confusión y tantos errores con grandes y hasta mortales daños de muchas almas.

Pidiéndole a Dios que os bendiga, bendiga a vuestros hogares y todas vuestras obras.

Vuestro en el Sagrado Corazón de Jesús y en el Inmaculado Corazón de María, y en el Purísimo Corazón de San José

Cardenal Raymond Leo Burke

25 de septiembre de 2021





EL ARZOBISPO CORDILEONE LLAMA AL PROYECTO DE LEY SOBRE EL ABORTO 'SACRIFICIO DE NIÑOS' E INSTA A LA ORACIÓN Y EL AYUNO

El arzobispo Cordileone dijo que "La 'Ley de Protección de la Salud de la Mujer' es el tipo de legislación que uno esperaría de un satanista devoto, no de un católico devoto".

Por Joe Bukuras


El arzobispo de San Francisco (EE.UU.) advirtió que un proyecto de ley sobre el aborto que se votará en el Congreso esta semana "equivale a un sacrificio de niños". Hizo un llamado a los católicos a orar y ayunar por la derrota del proyecto de ley.

"Esta legislación propuesta es nada menos que el sacrificio de niños", dijo el arzobispo Salvatore Cordileone en un comunicado sobre la "Ley de Protección de la Salud de la Mujer" (HR 3755).

El proyecto de ley, presentado por la representante Judy Chu, demócrata de California, "reconoce el derecho legal de las mujeres a abortar". También establece el "derecho" de los médicos, enfermeras parteras certificadas, enfermeras practicantes y asistentes médicos a realizar abortos. Prohíbe muchas limitaciones sobre el aborto, como las leyes estatales pro-vida que requieren ecografías o períodos de espera antes de los abortos.

"Cualquier persona razonable con un sentido básico de moralidad y un indicio de decencia no puede sino estremecerse de horror ante un mal tan atroz codificado en la ley", dijo el arzobispo Cordileone.

El proyecto de ley anula las prohibiciones sobre los abortos "previos a la viabilidad" y también "permitiría los abortos tardíos sin límites significativos", advirtió la conferencia de obispos de Estados Unidos, calificándolo como "el proyecto de ley de aborto más radical de todos los tiempos". El proyecto de ley está programado para ser considerado por la Cámara esta semana.

"Este proyecto de ley extremo con un nombre engañoso impondría el aborto a pedido en todo el país en cualquier etapa del embarazo a través de un estatuto federal", escribió el arzobispo Joseph Naumann, presidente del comité pro vida de los obispos de EE.UU., en una carta del 15 de septiembre a los miembros del Congreso.

"Obligaría a todos los estadounidenses a apoyar los abortos aquí y en el extranjero con el dinero de sus impuestos", agregó, y "también obligaría a los proveedores de atención médica y profesionales a realizar, ayudar y / o recomendar el aborto en contra de sus creencias profundamente arraigadas, además de obligar a los empleadores y aseguradoras a cubrir o pagar el aborto".

El arzobispo Cordileone dijo el martes que el proyecto de ley "muestra hasta qué extremos radicales irán los defensores supuestamente 'pro-elección' en nuestro país para proteger lo que consideran más sagrado: el derecho a matar a seres humanos inocentes en el útero".

Expresó su apoyo a la advertencia del arzobispo Naumann sobre el proyecto de ley y abogó por que los miembros del Congreso en su lugar aprueben una legislación que apoye tanto a las madres como a los niños.

El arzobispo Cordileone lo calificó como "especialmente vergonzoso que cualquier católico autoproclamado esté implicado en tal mal, y mucho menos que lo defienda".

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por California, católica que reside en la arquidiócesis de San Francisco, anunció la votación de la Cámara sobre el proyecto de ley a principios de este mes después de que entró en vigencia una ley pro-vida de Texas que restringe la mayoría de los abortos después de la detección de un latido fetal. Ella se comprometió a "consagrar como ley la atención de la salud reproductiva para todas las mujeres en todo Estados Unidos".

El arzobispo Cordileone dijo el martes que "la 'Ley de Protección de la Salud de la Mujer' es el tipo de legislación que uno esperaría de un satanista devoto, no de un católico devoto".

Concluyó con un llamado a "todos los católicos en nuestro país a orar y ayunar inmediatamente para que los miembros del Congreso hagan lo correcto y eviten que esta atrocidad se promulgue en la ley".

Un niño no es un objeto para tirar, ni tampoco el corazón de una madre”, dijo. “Lo he dicho antes y lo diré de nuevo: la respuesta a una mujer en crisis de embarazo no es la violencia sino el amor. Esta es América. Podemos hacerlo mejor”.


National Catholic Register


MONSEÑOR VIGANÒ: “NUESTROS GENERALES ORDENAN QUE DEPONGAMOS LAS ARMAS Y NOS RINDAMOS INCONDICIONALMENTE”

Publicamos el discurso pronunciado por el arzobispo Carlo Maria Viganò en Aquinas Communication, en Iowa.


EVENTO DEL SACERDOTE CANCELADO

Dubuque, Iowa

22 de septiembre de 2021

Queridos hermanos en el sacerdocio,
queridos hermanos y hermanas:

No revelo nada desconocido si les digo que la Iglesia de Cristo atraviesa una crisis muy grave, y que la Jerarquía católica ha fallado en las serias obligaciones de su misión apostólica y está parcialmente desviada. Los orígenes de esta crisis y esta apostasía son ahora evidentes incluso para los más moderados y residen en haber querido alinear la Iglesia con la mentalidad del mundo, cuyo príncipe, no lo olvidemos, es Satanás: princeps mundi hujus (Jn 12: 31 ).

Como católicos, sabemos y creemos que la Santa Iglesia es infalible, es decir, que no puede ser abrumada por las puertas del infierno, por la promesa de Nuestro Señor: portae inferi non praevalebunt (Mt 16, 18). Pero lo que vemos suceder nos muestra la realidad de una situación terrible, en la que una parte desviada de la Jerarquía -lo que llamo la iglesia profunda- se ha rendido totalmente al estado profundo. Una traición que coloca a los pastores y líderes de la Iglesia ante una responsabilidad moral muy seria y que impone a los sacerdotes y laicos opciones valientes que en otras ocasiones serían difíciles de adoptar y justificables. Estamos ante una guerra, un enfrentamiento trascendental, en el que nuestros generales no solo no conducen al ejército para enfrentarse al enemigo, sino que les ordenan que depongan las armas y se rindan incondicionalmente, ahuyentan a los soldados más valientes y castigan a los oficiales más leales. Todo el personal de la Iglesia Católica se ha revelado como un aliado del enemigo, y un enemigo de aquellos a quienes debería defender. 

¿Cómo entender, a la luz del Apocalipsis, esta terrible y única situación en la historia de la Iglesia? Debemos tener una mirada sobrenatural, en primer lugar, con la que entender que los acontecimientos presentes están permitidos por Dios y que, en cualquier caso, nunca podrán abrumar a la Iglesia. La gran apostasía está anunciada en las Sagradas Escrituras y no debe sorprendernos desprevenidos. Iluminados por las palabras del Apocalipsis de San Juan y las revelaciones aprobadas, podemos entender que los últimos tiempos son necesarios para separar finalmente el trigo de la mala hierba, permitiéndonos reconocer quién está con Cristo y quién está contra Él. También debemos entender que las tribulaciones en las que nos encontramos son también el justo castigo por décadas -diría siglos- de infidelidad de los católicos y de parte de la Jerarquía: infidelidades privadas y públicas, timidez, desviaciones morales y doctrinales, compromisos con la mentalidad secularizada y con los enemigos de Nuestro Señor. Si crees que la Revolución Francesa fue el castigo de Dios por la falta de obediencia de Luis XIV para consagrarle la insignia del Reino, entendemos bien qué consecuencias tuvo la desobediencia del Rey de Francia en el futuro de Europa:

Recordemos el mensaje que Nuestro Señor confió a Santa Margarita María Alacoque en 1689, con la tarea de transmitirlo al Rey de Francia Luis XIV:
“Que sepa el hijo primogénito de mi Sagrado Corazón que, así como su nacimiento temporal se obtuvo por la devoción a los méritos de mi santa Infancia, así su nacimiento a la gracia y gloria eternas se obtendrá mediante la consagración que él mismo hará a mi Corazón adorable, que quiere triunfar sobre el suyo y, con él, sobre el corazón de los grandes de la tierra

El Sagrado Corazón quiere reinar en su palacio, ser representado en sus estandartes y grabado en sus armas, para hacerlos victoriosos sobre todos sus enemigos, derribando a sus pies las cabezas orgullosas y soberbias, para hacerlo triunfar sobre todos los enemigos de la Iglesia.

El Sagrado Corazón desea entrar con pompa y magnificencia en los palacios de príncipes y reyes, para ser honrado hoy, tanto como fue ultrajado, humillado y despreciado durante su Pasión. Quiere ver a los grandes de la tierra abatidos y humillados a sus pies”.
Pero si hace dos siglos la desobediencia de los gobernantes de los asuntos públicos merecía el severo castigo del Rey de reyes, imaginemos qué desastres puede haber causado la desobediencia de los que gobiernan la Iglesia. Así, si con la Revolución Francesa, la sociedad civil derrocó al Rey Universal de Su divina Señoría para difundir los errores del Liberalismo y del Socialismo. Con la Revolución Conciliar, los Papas y Obispos quitaron la triple corona de la Cabeza del Cuerpo Místico y la Su Vicario, haciendo de la Iglesia de Cristo una especie de república parlamentaria en nombre de la “colegialidad” y la “sinodalidad”

Tomemos nota: Nuestro Señor Jesucristo no solo ya no es reconocido como Soberano de las naciones, sino ni siquiera como Soberano de Su Iglesia, en la cual la meta de la gloria de Dios y la salvación de las almas ha sido reemplazada por la gloria del hombre y la consecuente condenación de las almas. Lo que ayer fue vicio, hoy es virtud; lo que fue virtud, hoy es vicio: toda la acción de hoy de la secta modernista que infesta el Vaticano, las Diócesis y las Órdenes religiosas se caracteriza por el vuelco de lo que nos ha sido enseñado y transmitido.

En este contexto de rebelión e infidelidad, quienes permanecen fieles y se esfuerzan por seguir haciendo lo que siempre han hecho están sujetos a una persecución real. Comenzó con el ridiculizar de los tradicionalistas, designándolos como lefebvrianos o preconciliares. Entonces, según la práctica que hemos visto empleada en los regímenes totalitarios, los buenos católicos han sido definidos como locos o enfermos: es lo que los sociólogos llaman la patologización del disenso. No creas que estoy usando expresiones exageradas: hace apenas unos días un sacerdote en Costa Rica fue suspendido del ministerio y obligado a someterse a un tratamiento psiquiátrico por haber celebrado nada menos que la Misa de Pablo VI en latín, a pesar de la prohibición del Obispo, Mons. Bartolomé Buigues (aquí). Hoy estamos en la criminalización de los disidentes, y si aún no vemos su eliminación física, sabemos cuántos de ellos están suspendidos a divinis, privados de los medios de sustento y excluidos de la vida eclesial. Y esto sucede mientras personajes escandalosos y fornicarios de todo tipo no solo no son castigados y expulsados ​​del Ministerio, sino que son promovidos e inmortalizados en las fotos junto a Bergoglio, quien los sujeta con fuerza sabiendo que puede usarlos a su antojo. Entendemos entonces por qué la corrupción de los Prelados es instrumental en el plan de la secta conciliar: sus faltas son un excelente medio para obtener su obediencia y complicidad para llevar a cabo las peores atrocidades contra la Iglesia y contra los fieles.

La iniciativa de la Coalición por Sacerdotes Cancelados (sitio web en inglés aquí) sin duda es una respuesta a lo que está sucediendo, porque este proyecto pretende ayudar a los sacerdotes víctimas de la persecución y abusos canónicos de los obispos infieles y renegados. Su autoridad, usurpada para hacer el mal más que para gobernar el rebaño que se les ha confiado con sabiduría y caridad, se desvanece precisamente cuando la emplean contra el propósito para el que está constituida. Tienen poder, por supuesto: pero este poder es un abuso tiránico frente al cual no se puede ni se debe callar. Es nuestro deber levantar la voz para condenar firmemente los actos ilegítimos de Pastores que se han mostrado mercenarios, si no lobos rapaces. Y también es nuestro derecho no solo desobedecer órdenes ilegítimas, inválidas y nulas, sino también actuar con acciones de objeción de conciencia y con iniciativas encaminadas a proteger a las víctimas de estos lobos disfrazados de corderos.

Por el contrario, quisiera sugerir, junto con esta loable iniciativa, la creación de una fundación internacional que recaude donaciones de los fieles, distrayéndolos de las parroquias y diócesis que se confabulan con el actual régimen de Bergogliano. Cuando los obispos se vean tocados en la cuenta bancaria, probablemente se verán inducidos a moderar su trabajo de excluir a los buenos sacerdotes. Cuando los tribunales, civiles o eclesiásticos, estén de acuerdo con los perseguidos, sus perseguidores probablemente tendrán más cuidado de abusar de su poder. Mientras tanto, iniciativas como la Coalición por Sacerdotes Cancelados y otros proyectos similares, constituirán una oportunidad para practicar las obras de la Misericordia y adquirir méritos ante Dios. Cada uno de nosotros, según nuestros medios, podremos hacer una contribución concreta -no necesariamente solo financiera- incluso simplemente destinando nuestras ofrendas a los que se las merecen y no a los que las utilizan para oprimir a los buenos clérigos.

No olvidemos, sin embargo, que además de la ayuda material, todos estamos llamados a redescubrir el sentido de comunidad, que la Jerarquía Conciliar ha llenado sin aplicarlo nunca en un sentido católico. Si somos hermanos en Cristo, como hermanos también debemos ayudarnos a nosotros mismos acogiendo a nuestros sacerdotes, ofreciéndoles un lugar para quedarse, preparándoles un altar en el hogar alrededor del cual reunir a nuestros amigos. Debemos poner a disposición nuestras habilidades, incluso las más humildes, como saber cocinar, construir un muro o reparar un techo, para quienes ahora fueron expulsados ​​de su rectoría y se encuentran en la calle. Hay que pensar en los jóvenes que han respondido con generosidad a la vocación sacerdotal o religiosa dentro de la Tradición y que hoy ven en peligro la Ordenación o la Profesión, si no aceptan las desviaciones doctrinales y morales que hoy impone la secta conciliar. Debemos dejar claro a los pocos obispos y cardenales que se han mantenido fieles al Magisterio que no puede haber posibilidad de diálogo con quienes han demostrado ampliamente que están del lado del enemigo. Y debemos rezar a la divina Majestad, por intercesión de la Reina del Cielo y Madre del Sacerdocio, para que se digne aceptar nuestros sufrimientos y los de estos buenos sacerdotes por la conversión de la Jerarquía, ahora corrompida desde su cúspide.

A los muchos, demasiados sacerdotes, religiosos y clérigos -entre los que no debemos olvidar que también hay muchas religiosas, consagradas y monjas- les dirijo mi recuerdo afectuoso y compartido de sus sufrimientos, exhortándolos a todos a ofrecerse como víctimas en expiación por los pecados de los ministros de la Iglesia. Únete al Santo Sacrificio de la Misa con la ofrenda de la Víctima divina, pura, santa e inmaculada: que tu vida sea un sacrificio agradable a Dios, con verdadero espíritu sacerdotal. Y repitáis todos, antes del fin de vuestros días, las palabras del Cántico de Simeón: quia viderunt oculi mei salutare tuum (Lc 2, 30).

Acabo de mencionar la causa de los males presentes: la rebelión contra la realeza universal de Nuestro Señor Jesucristo. La consagración de cada uno de nosotros, nuestras familias, nuestras comunidades, naciones y la Santa Iglesia al Sacratísimo Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María puede mover a la Santísima Trinidad a la compasión y acabar con este terrible flagelo, o al menos acortarlo y acercar el triunfo del Rey de reyes sobre el enemigo de la humanidad. Este es mi más sincero deseo, esta es la noble intención que debe animar cada una de nuestras acciones, esta es la premisa para el tremendo e inexorable fin de los planes de Satanás. Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat!

+ Carlo Maria Viganò

   arzobispo