sábado, 29 de febrero de 2020

BERGOGLIO LIQUIDA FAMILIA CHRISTI


La sentencia de muerte fue firmada el 13 de diciembre por el cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y fue confirmada por Bergoglio.

Por Carlos Esteban


Primero comisariaron la hermandad sacerdotal Familia Christi, en diciembre de 2018. Después, en julio del año pasado, expulsaron a todos los miembros no sacerdotes. Hoy ya ha sido completamente liquidada. Otra muesca en el revólver del cardenal João Braz de Aviz.

“Serios motivos religiosos, educativos y administrativos” han determinado la supresión de la hermandad sacerdotal Familia Christi, de Ferrara, en Italia, después del habitual y tortuoso camino iniciado con su comisariamiento.

El pasado mes de diciembre, la hermandad se convirtió en la asociación religiosa tradicional y rica en vocaciones del momento en ser intervenida por los nuevos “aires de renovación”, en este caso en forma de Monseñor Daniele Libanori, obispo auxiliar de Roma, nombrado ‘comisario plenipotenciario’ de la hermandad por orden de la “Santa Sede”.

Siete meses después se publicó el esperado decreto: Libanori ordenó a todos los postulantes y novicios que abandonaran la sociedad. No se permitía a la orden recibir nuevas vocaciones. Como viene siendo tristemente habitual en estos casos, no se ofreció razón alguna que justificara la drástica decisión.

La comunidad religiosa fue fundada el 8 de septiembre de 2016 (día en que la Iglesia conmemora la Natividad de la Bienaventurada Virgen María) por el arzobispo de Ferrara, monseñor Luigi Negri, a quien Bergoglio removió rápidamente apenas llegó a su edad de jubilación. Fue reemplazado por Gian Carlo Perego, que veía con muy malos ojos a la demasiado tradicional Familia Christi.




El grupo fue puesto bajo la custodia del obispo auxiliar de Roma, monseñor Daniele Libanori SJ.

En una entrevista de marzo de 2019, Negri dijo que “no estaba preocupado” por el destino de Familia Christi, porque “cuando la fundé la confié al Señor y a la Virgen”,

La sentencia de muerte fue firmada el 13 de diciembre por el cardenal Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y fue confirmada por Bergoglio


Los cinco jóvenes sacerdotes de Familia Christi, los padres Riccardo Petroni, Matteo Riboli, Lorenzo Mazzetti di Pietralata, Emanuele Lonardi y Enrico D’Urso están ahora en la calle

Hasta tanto no encuentren un obispo que los acepte con el permiso de Ladaria, están suspendidos de facto.



EL VATICANO LE DECLARA LA GUERRA AL CARDENAL ZEN

Una explosiva carta firmada por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re ataca duramente al arzobispo emérito de Hong Kong, cardenal Zen, culpándolo por criticar el acuerdo secreto entre China y la Santa Sede, cuyo resultado es el aumento de las persecuciones de los católicos en ese país. 

En la carta se mezclan juicios que inducen a la confusión - afirmando una inexistente continuidad entre la línea de este pontificado y la de los dos precedentes - y declaraciones de una enorme gravedad: se atribuye a Benedicto XVI la paternidad de dicho acuerdo y se afirma un cambio doctrinal respecto a la posibilidad de que haya Iglesias ‘independientes’.

- LA CARTA

 





Según Re, el cardenal Joseph Zen es “un obstáculo para la Iglesia en China” y a partir de ahora “la Iglesia católica podrá estar formada también por Iglesias independientes”. Este es el núcleo de la explosiva e increíble carta que el 26 de febrero, el decano del Sacro Colegio, el cardenal Giovanni Battista Re, ha enviado a todos los cardenales. 


Se trata de un duro e inaudito ataque frontal al arzobispo emérito de Hong Kong, de 88 años, firme opositor al acuerdo secreto entre China y la Santa Sede firmado en Pekín el 22 de septiembre de 2018.

Este es un gesto que no tiene precedentes, y el hecho de que se trate del primer acto oficial (el número de protocolo es 1/2020) del nuevo decano del Sacro Colegio lo hace aún más significativo. 

El cardenal Re fue nombrado el pasado 18 de enero, como resultado del Motu proprio con el que el papa Francisco, sin preaviso, determinó que dicho cargo tuviera una fecha límite, destituyendo así al cardenal Angelo Sodano.

La carta pretende ser una respuesta a la que el propio cardenal Zen envió a sus hermanos el pasado 27 de septiembre. El cardenal Re hace además una referencia explícita a otras intervenciones del cardenal Zen que, como es bien sabido, es muy activo en transmitir su voz a los católicos chinos llamados "clandestinos", que considera que han sido humillados y condenados por este acuerdo que sigue siendo secreto.

En la carta, el primer punto atañe a la presunta continuidad entre el papa Francisco y sus predecesores sobre los posibles acuerdos con China: «En el enfoque que se da a la situación de la Iglesia católica en China, hay una profunda sintonía de pensamiento y de acción de los últimos tres pontífices, los cuales, en el honor a la verdad, han favorecido el diálogo entre las dos partes, y no el desacuerdo». Se atribuye, por tanto, a san Juan Pablo II «la idea de llegar a un acuerdo formal con las autoridades gubernamentales respecto al nombramiento de los obispos», recordando que fue él quien «favoreció la vuelta a la plena comunión de los obispos consagrados ilícitamente a lo largos de los años a partir de 1958».

A continuación, el cardenal Re pasa a atacar directamente al cardenal Zen, culpándolo de haber afirmado en diversas ocasiones que «habría sido mejor ningún acuerdo que un "mal acuerdo"». «Los tres últimos pontífices -continúa Re- no han compartido esta postura y han sostenido y acompañado la redacción del acuerdo que, por el momento, parece el único posible».

Estas afirmaciones del cardenal Re constituyen una distorsión grave de la realidad porque es más que evidente, en cambio, la diversidad de enfoque de san Juan Pablo II y de Benedicto XVI respecto al pontificado actual. Si bien es verdad que había en ellos un gran deseo de dialogar con China, a lo que dedicaron muchos esfuerzos, también lo es que este deseo estaba en función exclusivamente de un único objetivo, a saber: ayudar a la Iglesia china -dividida entre "patriotas" y "clandestinos"- a reconciliarse. Al mismo tiempo, reafirmaban los puntos irrenunciables para un acuerdo, que tenían que respetar la libertad religiosa y la identidad de la Iglesia, incluida la libertad de nombrar obispos. Testimonio de ello son las duras respuestas que san Juan Pablo II dio a las provocaciones chinas en lo que concierne al nombramiento de los obispos; la decisión de proceder a la canonización de los mártires chinos el 1 de octubre de 2000 a pesar de las duras reacciones de Pekín; y la carta del 27 de mayo de 2007 de Benedicto XVI a los católicos chinos.

El cardenal Re pretende, además, desmentir una afirmación del cardenal Zen, según el cual el acuerdo firmado en septiembre de 2018 podía ser «el mismo que el papa Benedicto XVI se había negado a firmar con anterioridad». El decano asegura que ha verificado en el Archivo de la Secretaría de Estado y afirma con contundencia: «El papa Benedicto XVI había aprobado el proyecto de acuerdo sobre el nombramiento de los obispos en China, y que sólo ha sido posible firmar en 2018».

Por tanto, según el cardenal Re, el acuerdo secreto también llevaría la firma de Benedicto XVI, una revelación poco creíble que, llegados a este punto, exige que se demuestre con una prueba: que se hagan públicos los documentos de la Secretaría de Estado citados por el cardenal Re y el acuerdo secreto de 2018, con el fin de demostrar dichas afirmaciones. 

Si esto fuera verdad, la única deducción posible sería que el papa Benedicto XVI habría renegado de todo lo que ha escrito públicamente, como por ejemplo, la famosa y ya citada Carta a los católicos chinos de mayo de 2007. Además, Re no explica por qué, si Benedicto dio su aprobación al acuerdo, este no se firmó diez años antes.

De hecho, el pasaje que más consecuencias tiene para la Iglesia universal puede leerse inmediatamente después: «El acuerdo prevé la intervención de la autoridad del papa en el proceso de nombramiento de los obispos en China. También a partir de este dato cierto, la expresión Iglesia independiente ya no puede ser interpretada de manera absoluta, como "separación" del papa, tal como sucedía en el pasado»

Son afirmaciones que nos dejan pasmados: se puede ser una "Iglesia independiente" y al mismo tiempo, estar en comunión con el papa. Es una declaración que va más allá de los límites de la Iglesia china y que propone una nueva eclesiología

Pero, refiriéndose a China, es exactamente lo que el papa Benedicto XVI negaba en su Carta a los católicos chinos, en la que definía los estatutos de la Asociación patriótica como «inconciliables con la doctrina católica» que, en cambio, el acuerdo secreto -en la medida en que podemos saber- legitima.

Está claro que el cardenal Re es consciente del alcance de estas afirmaciones, puesto que inmediatamente después explica que estamos delante de un «cambio de época», lo que implicará «consecuencias tanto a nivel doctrinal como práctico». Se habla, por tanto, de manera explícita de cambios doctrinales con tal de llegar al acuerdo con el gobierno chino, afirmación de enorme gravedad como se puede intuir fácilmente: es el enfoque exactamente opuesto al que manifestaron públicamente san Juan Pablo II y Benedicto XVI.

El resto de la carta cita las críticas más duras que el cardenal Zen ha dirigido al acuerdo, que se consideran una «impugnación» a la «misma guía pastoral del Santo Padre, también respecto a los católicos "clandestinos"», y se hace referencia al hecho de que el papa, en más de una ocasión, ha escuchado las razones del cardenal Zen y ha leído «sus numerosas misivas». El cardenal Zen se convierte, así, en el chivo expiatorio de las prolongadas «tensiones y situaciones dolorosas» que dividen a la Iglesia china, a pesar del esfuerzo del papa y sus colaboradores.

En otras palabras: el llamamiento del cardenal Re -el cual, claro está, no lo ha escrito por propia iniciativa- tiene como objetivo instar a sus hermanos a aislar al cardenal Zen, lo que lleva a pensar que la eliminación del arzobispo emérito de Hong Kong forma parte del acuerdo secreto

Sin embargo, el cardenal Re debería explicarnos por qué después del acuerdo, las persecuciones contra los católicos en China se han intensificado, con el silencio absoluto por parte de la Santa Sede

Y debería explicar también cómo es posible que la Asociación patriótica, ahora reconocida por la Santa Sede, nunca haya manifestado ni una sola vez el deseo de comunión con Roma.




MONSEÑOR HECTOR AGUER: LA DEVASTACIÓN DE LA LITURGIA DE LA MISA

Publicamos la reflexión de Monseñor Héctor Aguer, Arzobispo Emérito de La Plata, quien dedicó una catequesis ante lo que definió como “devastación de la liturgia” en las celebraciones de las misas.

“No sé si ustedes recuerdan, queridos amigos, que el año pasado comenté un caso muy particular de una misa en la playa y en lugar de un cáliz un mate que dio mucho que hablar. Ahora se puede encontrar en internet otro caso donde un sacerdote celebra misa en un cuartito, donde ha habido una reunión evidentemente, sobre la mesa hay papeles, vasos, gaseosas, y ahí celebra la misa. 


https://diario7-archivos.blogspot.com/2019/11/varios-sacerdotes-denuncian-ante-roma.html

Todo esto no es más que la punta de un iceberg de lo que yo llamaría la devastación de la liturgia.

Ciertamente hay sacerdotes que celebran muy correctamente la misa pero hay otros que no y, en muchos lugares, la tendencia es convertir la misa en una especie de espectáculo, en un show, incluso con saltos, cantos y la misa de los chicos parece una fiestita de niños. ¿Eso qué significa? Creo que significa que se ha perdido el sentido del misterio litúrgico porque se ha perdido la solemnidad, la belleza, la seriedad y el ajuste a las rúbricas que la Iglesia quiere para celebrar la Misa. Un sacerdote no puede hacer lo que quiere con la Misa. El Concilio Vaticano II decía en la "Constitución para la Sagrada Liturgia" que nadie, aunque sea sacerdote, se atreva a quitar, poner o cambiar nada por iniciativa propia en la liturgia. Eso no ha sido tenido en cuenta, como si no hubiera existido incluso gente que valora el Concilio Vaticano II.


Acá el problema es este: ¿recordamos que es la misa o nos hemos olvidado ya? ¿La misa es un encuentro fraterno o es el sacrificio mismo de Jesús que se hace sacramentalmente presente? Esa expresión del "santo sacrificio de la misa" parece que ha caído en desuso. No es un encuentro de hermanos, lo es secundariamente en todo caso, pero primeramente es la Iglesia que se reúne para celebrar el culto de Dios y el culto de Dios por excelencia, en la Nueva Alianza, es la ofrenda al Padre del sacrificio pascual de Jesús que se hace presente sacramentalmente por la acción del Espíritu Santo.

Es un misterio la misa. No se lo puede tomar en solfa. No podemos usar la misa para divertirnos un rato o para sentirnos más cómodos. Esto, desgraciadamente, se ha extendido de un modo enorme en la Argentina y en otros lugares también. Recuerdo que el año pasado o el anteaño me reuní con el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, en Roma, y hablando de estos temas le dije: "Eminencia en la Argentina la liturgia está devastada", y él me dijo: "Excelencia no solamente en la Argentina". O sea que es un problema mundial, desgraciadamente.

¿Y nosotros qué hacemos? Les digo a ustedes que van a misa los domingos porque los fieles tienen derecho a que la misa se celebre como la Iglesia quiere y no como quiere cada curita con su misita sino, reitero, como la Iglesia quiere y enseña. Hay una objetividad en la liturgia y esa objetividad es la garantía de que se respeta lo esencial porque si no se pierde el misterio litúrgico y eso no ayuda a formar bien a los fieles, si no que por el contrario, eso desvía a los fieles.

No se puede llevar una vida espiritual seria de auténtica oración, de adoración de Dios, si uno no comprende el misterio litúrgico y no lo vive intensamente. Les dejo esta catequesis para que lo piensen bien”.




viernes, 28 de febrero de 2020

EL SENADO APROBÓ LA DESIGNACIÓN DE GRAHAM COMO “DEFENSORA DEL NIÑO”

El Senado aprobó esta tarde con 47 votos positivos y 21 negativos la designación de la abortista Marisa Graham como “defensora” del niño.


Votaron en contra: Pablo Blanco, Pedro Braillard Poccard, Esteban Bullrich, Julio Cobos, Eduardo Costa, Alfredo De Angeli, Silvia Elías de Pérez, Mario Fiad, Silvia Giacoppo, Ma. Teresa González, Julio Martínez, José Mayans, Dalmacio Mera, Stella Maris Olalla de Moreira, Claudio Poggi, Carlos Reutemann, Juan Carlos Romero, María Belén Tapia, Ma. Clara Vega y Víctor Zimmermann.


La discusión reglamentaria

Ayer siete senadores –en su mayoría de Cambiemos- enviaron nota a la presidencia del Senado advirtiendo que el pliego de la abogada había caducado. La misiva fue firmada por los senadores Belén Tapia, Silvia Elías de Pérez, Pedro Braillard Poccard, Pablo Blanco, Eduardo Costa, Ma. Clara Vega y Silvia Giacoppo.

Al inicio de la sesión, la senadora Elías de Pérez leyó el art 106 del reglamento que dice que los dictámenes caducan con la renovación del Cuerpo, lo que ocurrió el 10 de diciembre último. Pero Cristina Kirchner, presidente del Senado, defendió la vigencia del dictamen amparándose en la Ley 13.840, que regula el trámite de los proyectos de ley. Finalmente, la vicepresidente lo sometió a votación y su posición fue avalada a mano alzada.


El debate

Norma Durango (PJ, La Pampa) Afirmó que pocas comisiones han trabajado como la Bicameral del Niño e hizo un repaso de la actuación de esa comisión. “La designación fue un proceso responsable, transparente y ejemplar”. “Estamos hablando de los derechos de la infancia argentina, que necesitan tener su defensoría”. Le solicitó a sus pares que acompañen el dictamen de la Bicameral.

Guadalupe Tagliaferri (Juntos por el Cambio, Cap.Fed): Celebró la designación del defensor del niño y ponderó la labor de la Bicameral que eligió a Graham. Resaltó el trabajo que hizo en los organismos de infancia de la Ciudad de Buenos Aires.

Ma. Clara Vega (Cambiemos Fuerza Cívica, La Rioja): “No creo en las casualidades sino en las causalidades”. “Acompañé el proceso, pero no estoy de acuerdo con la designación”. “Los que impulsan a este defensor del niño son los pañuelos verdes”. “En el Norte se mueren los chicos y de eso nadie habla”. “Espero que la señora que van designar también tenga en cuenta a los niños no nacidos”. “Yo no voy a acompañar con mi voto”.
Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro): Elogió el proceso de selección de la defensora y adelantó su voto positivo. “No se puede juzgar a un funcionario por un pensamiento íntimo”. “Si hubiera tenido una opinión en otro sentido, el resto también estaría en desacuerdo y así nunca se podría designar al defensor”.

Laura Rodríguez Machado (Cambiemos, Cba): Habló de los “prejuicios” de los que están mirando el debate. “Un prejuicio es pensar que los verdes no defienden a los niños; otro que los que luchan por los derechos de las mujeres atentan contra los derechos de los niños”. “Es un prejuicio pensar que los buenos están de un lado y los malos del otro”. "Hay que votar por sobre encima de esos prejuicios, voy votar a favor”.

Lucila Crexell (Juntos por el Cambio, Neuquén): Dijo que la Ley 26061 de “Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes” asegura los derechos de la niñez en consonancia con los compromisos internacionales asumidos por Argentina. “Con esa Ley”, agregó, “el niño pasó de ser considerado un objeto de derecho, a un ser un sujeto de derechos. Para garantizar esos derechos esa Ley prevé la figura del Defensor de Niños y Adolescentes”. “La elección de la Dra. Graham ha sido a través de un proceso transparente y nadie puede cuestionar su idoneidad”. “Voy a votar afirmativamente”.

Magdalena Solari Quintana (Frente de la Concordia, Misiones): “Hoy es un día histórico y de una importancia que me costaría poner en palabras”. “El derecho de infancia es mi gran pasión en la política”. “Tenemos que trascender ciertos prejuicios cuando se habla de la niñez”. Aseguró que lo que la defensora de la niñez piensa sobre la legalización del aborto no va a influir en la tarea que desarrolle. “No hay verdes y celestes, somos seres humanos que la votamos y tenemos las mejores referencias de ella como persona”. “La respeto por su militancia y por no haber ocultado su postura”.

Mario Fiad (Frente Jujeño Cambiemos): “Escuchamos hablar de la deuda pendiente con la designación del Defensor del Niño y en eso estoy de acuerdo, pero hay que saldarla bien, pensando en el ‘interés superior del niño’ como dispone la Convención de los Derechos del Niño”. “La defensora del niño debe cumplir con lo que establece la Ley 26.061 y la Convención”. Mencionó la declaración interpretativa de la Convención contenida en la Ley 23.849, destacando que en la República Argentina “se es niño desde el momento de la concepción y hasta los 18 años”. “Las manifestaciones de la Dra. Graham no encajan con esa legislación”. “Nos preguntamos si en las situaciones en las que se afecten los derechos de los niños por nacer asumirá su defensa”. “Los derechos de los niños y adolescentes no admiten condicionamientos”. "Por estos motivos no resulta para mí la persona adecuada para este cargo y no voy a acompañar la designación”. Criticó frases de Graham en las que habló del suicidio de Salvador Allende como un “acto heroico” y le atribuyó particular gravedad en el contexto de las estadísticas sobre suicidio adolescente.

Silvia Elías de Pérez (Cambiemos, Tucumán): “El pueblo espera que nosotros cumplamos con las normas. Dictamos las leyes que después deben cumplir todos los ciudadanos”. Insistió en la caducidad del dictamen y afirmó que en el último instante se enturbió el proceso de selección del Defensor del Niño. “Espero que la defensora tenga una actuación independiente de todo sector político y que respete las normas constitucionales”. “No voy a convalidar que no se cumpla con el Reglamento de la Cámara”.

Belén Tapia (Cambiemos, Sta.Cruz): Recordó que fue secretaria de desarrollo social de un municipio de Santa Cruz y que el tema de la infancia era de los más complicados. Concordó con Elías de Pérez en que el dictamen había caducado. Pidió que el tema vuelva a ser tratado por la Bicameral y que se expida en tiempo y forma. “Espero que la defensora esté a la altura de la misión que se le encomienda”.

Nancy González (FpV, Chubut): “Si nos ponemos a hablar en el recinto de los pañuelos verdes y celestes, no estamos hablando de la importancia del cargo y de las condiciones de la persona propuesta”. “No traigamos al recinto la discusión del aborto que vamos a dar este año, pero no ahora”.

Beatriz Mirkin (FpV, Tucumán): “Han convertido esta discusión en una ensalada”. “La candidata votada por Diputados tiene que cumplir con la Ley 26.061, eso es lo que importa, no lo que dijo”.

Daniel Lovera (FpV, La Pampa): “Los organismos internacionales han destacado la importancia de que se designe al Defensor del Niño”. “Hay cinco provincias que se adelantaron a la Nación y crearon la figura del defensor”. “El modelo pampeano ha sido reconocido internacionalmente y se ha tomado de modelo aquí”. Finalmente adelantó su voto favorable.

Martín Losteau (Juntos por el Cambio, Cap.Fed): “El siglo XX ha sido testigo de la ampliación de derechos sociales”. “Los que no tenían voz y voto se movilizaron y se fueron ampliando sus derechos”. “Ahora consideramos a los niños como ciudadanos de pleno derecho”. “Si no nos ocupamos de la niñez, no nos ocupamos del presente y mucho menos del futuro”. Ponderó la labor de la Bicameral y coincidió con Weretilneck en que la discusión por el aborto no puede interferir en otros debates.

Jorge Taiana (Unidad Ciudadana, BsAs): Resaltó que en la provincia de Buenos Aires se va a comenzar el proceso de selección del defensor provincial. “No podemos confundir el eje de esta discusión, que no es un hecho teórico, sino un hecho político de enorme trascendencia, por la cantidad de niños que están bajo la línea de pobreza”. “Esto es parte de la lucha contra la pobreza y la exclusión”. “Estamos poniendo en marcha una estructura para defender niños”.


NOTIVIDA

Editora: Lic. Mónica del Río


FULTON SHEEN: "EL CELIBATO NO ES LA AUSENCIA DE PASIÓN"

En sus muchos retiros para sacerdotes y obispos, Sheen a menudo dijo que el celibato sacerdotal es mal interpretado como una carga indebida. Más bien, argumentó Sheen, el celibato es un regalo de Cristo a sus sacerdotes.

Por Joseph M. Hanneman

El venerable arzobispo Fulton J. Sheen no podía recordar un momento de su vida en el que no hubiera querido ser sacerdote. En su primera comunión, rezó para que algún día fuera ordenado sacerdote. Ese día llegó en septiembre de 1919, cuando el hijo de 24 años de Newton y Delia Sheen fue ordenado sacerdote de la Diócesis de Peoria, Illinois.

Sheen se convertiría en una figura destacada en la Iglesia Católica en el siglo XX, conocido por millones de personas como un orador brillante y un maestro de la fe en televisión y radio, en muchas docenas de libros y desde el púlpito. Pero durante más de 60 años, Sheen fue, ante todo, y siempre un sacerdote. Escribió y habló a menudo sobre el sacerdocio. Dio muchos retiros más tarde en la vida para recordar a sus hermanos sacerdotes quienes y qué son realmente. Incluso, más de 40 años después de su muerte, las enseñanzas de Sheen se erigen como un fiel centinela contra los esfuerzos modernos para "reformar" el sacerdocio eliminando el celibato o incluso ordenando mujeres. Es fácil imaginarlo hoy ante un podio y un micrófono, explicando en tonos conmovedores y voz rica por qué Nuestro Bendito Señor hizo el santo sacerdocio como lo hizo.


Alter Christus: Embajadores de Cristo

Sheen enfatizó que los sacerdotes eran embajadores de Jesucristo y alter Christus, "otros Cristos", que son "dispensadores de los misterios de Dios". “El papel y las características esenciales del sacerdocio provienen del mismo Cristo”, dijo Sheen; “intentar cambiarlos o modificarlos sería oponerse al plan divino de Dios. Cristo llama al sacerdote, hace al sacerdote y le da la gracia para que se ofrezca completamente como sacerdote y víctima”.

"Esta es la forma en que continúa el sacerdocio de Nuestro Bendito Señor", dijo Sheen en su charla, "Ordenes Sagradas"(esta charla y muchas otras están disponibles en FultonSheen.com). “Nuestro Señor no era un sacerdote porque fue engendrado eternamente por el Padre. Nuestro Señor era un sacerdote porque tenía una naturaleza humana, que podía ofrecer por nuestra salvación. Y también nosotros, continuando ese sacerdocio, somos algo así como la Escalera de Jacob: llega hasta los cielos y, al mismo tiempo, se coloca en la tierra. Por lo tanto, cada sacerdote es una especie de otro Cristo, que tiene relaciones verticales con Cristo y el Cielo y relaciones horizontales con los hombres en la tierra”.


Regalo total de uno mismo

En sus muchos retiros para sacerdotes y obispos, Sheen solía decir que el celibato sacerdotal es mal interpretado como una carga indebida; una cruz cruel que es injustamente forzada sobre los sacerdotes. “Más bien”, argumentó Sheen, “el celibato es un regalo de Cristo a sus sacerdotes”.

“El celibato”, dijo Sheen durante un retiro, “es un tesoro bendito que el Señor mantiene en “vasijas de barro”. Las vasijas de barro “han recibido un regalo: el celibato”. Esa es la forma en que nuestro Señor lo describe, como un regalo. Esa es la forma en que el Consejo del Vaticano lo describe. El celibato es un don que se da a algunos hombres. Nos lo dio a nosotros. Nosotros no ofrecemos el celibato, lo recibimos. Y mientras permanecemos cerca de Él, vamos a tenerlo y mantenerlo” (‘potes de loza de barro,’ La oración, el sufrimiento y la vida espiritual: Fulton Sheen Biblioteca de audio).

En su retiro para sacerdotes, "Restaurando la viña", Sheen preguntó: “¿Por qué el Señor era célibe? ¿Y por qué nos lo pide? Él nos pide que podamos ser capaces de tener un amor totalmente comprometido y sin división. Solo para ser totalmente suyos” (“Restaurando el viñedo”, Qué debe ser un sacerdote: Fulton Sheen Audio Library).

El don de darse a sí mismos por parte de los sacerdotes se manifiesta en parte por estar en servicio en todo momento, día y noche. “No hay tal cosa como decir al final de un día, 'Bueno, he cumplido con mi deber'. Más bien, Nuestro Señor dijo que debemos llamarnos ‘siervos no rentables’... Las normas sindicales no son para nosotros. Pertenecemos a una unión diferente, donde el amor y no las horas, es el estándar. Cuando pensamos en todo lo que Nuestro Señor ha hecho por nosotros, realmente nunca podemos hacer lo suficiente. La palabra 'suficiente' no existe en el vocabulario del amor” (“Orden sagrado”).


Fuego o diamante

Sheen dijo que la clave es que los sacerdotes estén tan estrechamente conformados con Cristo como para asumir su naturaleza e imitarlo. "El celibato es más difícil cuando caemos al alejarnos de Cristo", escribió Sheen. “Entonces se convierte en una gran carga. Una vez que los sacerdotes ponemos el celibato en el contexto de la Iglesia y discutimos su historia, su sociología y cosas similares, hay un gemido bajo la carga. Una vez que lo vemos en relación con Cristo, es menos un problema y más una cuestión de amor. El celibato como ley eclesiástica es difícil. El celibato como una cuestión de discipulado también es difícil, pero soportable y alegre” (Treasure in Clay: the Autobiography of Fulton J. Sheen, [Nueva York: Image Books / Doubleday, 1980], página 214).

Sheen siempre imploró a los sacerdotes que hicieran una Hora Santa diaria ante el Santísimo Sacramento, una práctica que realizaba todos los días de su sacerdocio (casi 22.000 Horas Santas). “Cualquier sacerdote que haga esto”, dijo, “no se perdería”. "Podría dibujar una curva de mi propia vida... mi actitud hacia el celibato se vería siempre en relación directa con mi amor personal por Cristo", escribió en Treasure in Clay. Una vez que nuestras pasiones dejan de arder por él, comienzan a arder por las criaturas. El celibato no es la ausencia de pasión; es más bien la intensidad de una pasión”.

“Si un hombre renuncia a la libertad por una mujer que ama, entonces también es posible que un hombre renuncie a una mujer por Cristo”, escribió Sheen.

“Cristo en la Cruz y en la Eucaristía son las piedras de toque en la cuestión del celibato”, dijo, subrayando la necesidad de la Hora Santa diaria. “Cuanto más nos alejamos de la respuesta a ese regalo, menos queremos mirar un crucifijo, menos queremos visitar al Señor en Su Sacramento. Nos volvemos como el hombre que cruza la calle cuando ve a un cobrador al otro lado. La cruz, por lo tanto, es donde el cielo y el infierno se encuentran. Es un infierno cuando vemos el papel que hemos jugado en Su crucifixión por nuestra infidelidad. Es el Cielo cuando permanecemos fieles, o cuando volvemos a Sus pies para ser perdonados”.

“El deseo sexual puede transformarse”, dijo Sheen, “con un enfoque en la presencia de Cristo que habita en sus sacerdotes. El carbono puede convertirse en fuego o puede convertirse en un diamante. La libido se puede gastar o se puede albergar. Puede buscar la unidad con otra persona externa, pero también puede buscar la unidad con otra persona interna, es decir, Dios. ... Entonces, el celibato no es solo la renuncia a la persona de afuera sino una concentración en la persona de adentro. Dios no está ahí afuera. Él está en nosotros: "Yo permaneceré en ti y tú permanecerás en mí". El celibato es un transformador que multiplica una energía interna para concentrarse completamente en Cristo que vive en el alma”.

“El celibato sacerdotal y el matrimonio son vocaciones honorables, pero no deben compararse como ideales en competencia”, dijo Sheen. “Es como discutir sobre la perfección relativa de la pierna derecha sobre la izquierda. Ambos quieren a Dios, y el grado de posesión no depende del estado de la vida, sino del grado de respuesta a la gracia que Dios le da. El célibe está trabajando para el Reino de Dios 'engendrando hijos en Cristo' en el bautismo; y los casados, ​​teniendo hijos a través de la profunda unidad de dos en una carne. Dios tiene dos clases de amantes: los que van directamente a lo último, como el celibato, y los que pasan mediatamente por el matrimonio”.

“La generación de los hijos en Cristo”, escribió Sheen, “es una forma superior de generación, que usa la energía que de otro modo sirve a la carne y la transforma en una generación casta del Espíritu. ¡Qué vida tan bendita es la nuestra! ¡Qué hermoso papel juega el celibato cuando facilita un tipo superior de generación, cuando inspira al sacerdote a imitar al Padre al engendrar la Palabra, a imitar al Cristo que nos engendró en el Espíritu como alter Christus!”.
Después de 60 años y casi tres meses de sacerdocio, Sheen murió mientras hacía su Hora Santa ante el Santísimo Sacramento, solo un día después de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción en diciembre de 1979.



Catholic World Report



EL OBISPO SCHNEIDER PUBLICA EL ENSAYO 'SOBRE LA CUESTIÓN DEL 'VERDADERO PAPA'

Publicamos un texto escrito por el obispo Athanasius Schneider comentando algunas preguntas clave que preocupan a muchos católicos fieles en medio de la crisis actual en la Iglesia bajo el papa Francisco.


Sobre la cuestión del verdadero papa a la luz de la opinión de la pérdida automática del oficio papal por herejía y las especulaciones sobre la renuncia de Benedicto XVI


La hipótesis de la posibilidad de un papa herético deriva del Decreto de Graciano (dist. XL, cap. 6, col. 146) del siglo XII. Según la opinión expresada en este decreto, el Papa no puede ser juzgado por ninguna autoridad humana, excepto si ha caído en la herejía (nemine est iudicandus, nisi deprehendatur a fide devius). Basándose en este espurio decreto atribuido erróneamente a San Bonifacio (+754) y aceptado por Graciano, los teólogos medievales de los siglos posteriores mantuvieron como posible la hipótesis, pero no la certeza, de un papa herético. La eventual condena de un papa en el caso de herejía por parte del llamado Consejo de obispos corresponde a la tesis 
imperfecta del conciliarismo mitigado. La tesis herética del conciliarismo sostiene que un Consejo es superior al papa.

Incluso si, según la opinión de la pérdida automática del papado por herejía, el juicio de la pérdida del oficio papal es pronunciado por el papa herético sobre sí mismo, y él automáticamente cae del cargo sin ningún juicio de la Iglesia. Tal opinión contiene una contradicción y revela un indicio de criptoconciliarismo. Según esta opinión, el Colegio de Cardenales o un grupo de obispos tendrían que emitir una declaración oficial sobre el hecho de la pérdida automática del cargo papal. Según otra opinión, la pérdida automática del cargo papal por herejía equivaldría a una renuncia al cargo papal. Sin embargo, uno debe tener en cuenta la posibilidad inevitable de desacuerdo entre los miembros del Colegio de Cardenales o el episcopado sobre si un papa es o no culpable de herejía. 


Por lo tanto, el papa como papa no puede caer en una herejía formal en el sentido de que pronunciara una herejía ex cathedra. Pero, de acuerdo con reconocidos teólogos tradicionales, puede favorecer la herejía o caer en la herejía como un cura privado o también como papa, pero solo en su Magisterio no definitorio y no definitivo, que no es infalible.

La opinión de San Roberto Belarmino es que “un papa que es un hereje manifiesto, deja de ser Papa y cabeza, así como deja de ser cristiano y miembro del cuerpo de la Iglesia: por lo cual puede ser juzgado y castigado por la Iglesia” (De Romano Pontifice , II, 30). La opinión de San Roberto Belarmino y otras opiniones similares sobre la pérdida del oficio papal por herejía se basan en el falso decreto de Graciano en el Corpus Iuris Canonici. Dicha opinión nunca ha sido aprobada explícitamente por el Magisterio o apoyada por una enseñanza explícita sobre su validez doctrinal por los Romanos Pontífices durante un período considerable de tiempo. De hecho, este asunto no ha sido decidido por el Magisterio de la Iglesia y no constituye una doctrina definitiva relativa al Magisterio Universal y Ordinario. Esta opinión es apoyada solo por teólogos, y ni siquiera por todos los Padres de la Iglesia desde la antigüedad. Esta opinión no fue enseñada de manera unánime y universal por los obispos y los papas en su constante Magisterio. Ni Graciano ni San Roberto Belarmino, ni San Alfonso, ni otros teólogos de renombre afirmaron con sus opiniones una doctrina del Magisterio de la Iglesia. Incluso algunas intervenciones de Padres individuales del Primer Concilio Vaticano, que parecen apoyar la opinión de la pérdida automática del papado por herejía, siguen siendo su opinión personal, pero no una enseñanza formal del Concilio Vaticano I. E incluso si algunos pocos papas parecieran apoyar tal opinión (como, por ejemplo, Inocencio III o Pablo IV), esto no constituye una prueba de la constante enseñanza del Magisterio universal y ordinario. Tampoco se puede citar al Papa Gregorio XVI para apoyar la opinión de la pérdida automática del cargo papal por herejía porque él apoyó esta tesis en su libro. 

La pérdida automática del cargo papal por parte de un papa herético toca no solo los aspectos prácticos o jurídicos de la vida de la Iglesia, sino también la doctrina de la Iglesia, en este caso, la eclesiología. En un asunto tan delicado, uno no puede seguir una opinión, incluso si ha sido apoyada por teólogos de renombre (como San Roberto Belarmino o San Alfonso) durante un período considerable de tiempo. En cambio, uno debe esperar una decisión explícita y formal del Magisterio de la Iglesia, una decisión que el Magisterio aún no ha emitido.

Por el contrario, el Magisterio de la Iglesia, desde los Papas Pío X y Benedicto XV, parece rechazar esa opinión, ya que la formulación del decreto espurio de Graciano fue eliminada en el Código de Derecho Canónico de 1917. Los cánones que abordan el la pérdida automática de una oficina eclesiástica por herejía en el Código de Derecho Canónico de 1917 (canon 188 §4) y en el Código de Derecho Canónico de 1983 (canon 194 §2) no es aplicable al Papa, porque la Iglesia eliminó deliberadamente del Código de Canon Law, la siguiente formulación tomada del Corpus Iuris Canonici anterior : "a menos que el Papa sea sorprendido desviándose de la fe (nisi deprehendatur a fide devius)". Por este acto, la Iglesia manifestó su comprensión, la mens ecclesiae, con respecto a este tema crucial. Incluso si uno no está de acuerdo con esta conclusión, el asunto sigue siendo al menos dudoso. Sin embargo, en asuntos dudosos, uno no puede proceder a actos concretos con implicaciones fundamentales para la vida de la Iglesia, como, por ejemplo, no nombrar a un papa presuntamente herético o presuntamente inválido en el Canon de la Misa o prepararse para una nueva elección papal.

Incluso si uno apoya la opinión de la pérdida automática del cargo papal por herejía, en el caso del Papa Francisco, el Colegio de Cardenales o de un grupo representativo de obispos no ha emitido una declaración sobre la pérdida automática del cargo papal, especificando pronunciamientos heréticos concretos y la fecha en que ocurrieron.

Según la opinión de San Roberto Belarmino, un solo obispo, sacerdote o fieles laicos no puede afirmar el hecho de la pérdida del cargo papal por herejía. En consecuencia, incluso si un solo obispo o sacerdote está convencido de que el Papa Francisco ha cometido el delito de herejía, no tiene autoridad para eliminar su nombre del Canon de la Misa.

Incluso si uno se suscribe a la opinión de San Roberto Belarmino, en el caso del Papa Francisco la duda aún permanece, y todavía no hay una declaración del Colegio de Cardenales o un grupo de obispos, afirmando la pérdida automática de la oficina papal e informando a la Iglesia entera sobre este hecho.

Los católicos fieles pueden distanciarse moralmente (pero no canónicamente) de las enseñanzas y actos erróneos o malvados de un papa. Esto ha ocurrido varias veces en el curso de la historia de la Iglesia. Sin embargo, dado el principio de que uno debe dar el beneficio de la duda con respecto a la posición del superior (en dubio pro superiore sempre præsumendum), los católicos también deben considerar las enseñanzas correctas del papa como parte del Magisterio de la Iglesia, sus decisiones correctas como parte de la legislación de la Iglesia, y sus nombramientos de obispos y cardenales como válidos. Porque incluso si uno se suscribe a la opinión de San Roberto Bellarmino, la declaración necesaria de la pérdida automática de la oficina papal todavía no se ha emitido.

Un "distanciamiento" moral e intelectual de uno mismo de las enseñanzas erróneas de un papa también incluye resistir sus errores. Sin embargo, esto siempre debe hacerse con el debido respeto por el oficio papal y la persona del Papa. San Brigida de Suecia y Santa Catalina de Siena, quienes amonestaron a los papas de su tiempo, son buenos ejemplos de tal respeto. San Roberto Bellarmino escribió: “Del mismo modo que es lícito resistir al Pontífice que ataca el cuerpo, también es lícito resistir al que ataca almas o destruye el orden civil o, sobre todo, trata de destruir la Iglesia. Digo que es lícito resistirse a él no haciendo lo que ordena e impidiendo la ejecución de su voluntad” (De Romano Pontifice, II, 29).

Advertir a las personas sobre el peligro de las enseñanzas y acciones incorrectas de un papa no requiere convencer a la gente de que él no es el verdadero papa. Esto es requerido por la naturaleza de la Iglesia Católica como una sociedad visible, en contraste con la comprensión protestante y la teoría del conciliarismo o semi-conciliarismo, donde se considera que las convicciones de un individuo o de un grupo particular dentro de la Iglesia tienen un efecto sobre el hecho de quién es el pastor verdadero y válido en la Iglesia.

La Iglesia es lo suficientemente fuerte y posee medios suficientes para proteger a los fieles del daño espiritual de un papa herético. En primer lugar, está el sensus fidelium, el sentido sobrenatural de la fe (sensus fidei). Es el don del Espíritu Santo, por el cual los miembros de la Iglesia poseen el verdadero sentido de la fe. Este es un tipo de instinto espiritual y sobrenatural que hace que el fiel sentire cum Ecclesia (piense con la mente de la Iglesia) y discierna lo que está en conformidad con la fe católica y apostólica transmitida por todos los obispos y papas, a través del Magisterio Ordinario Universal.

También hay que recordar las sabias palabras que el cardenal Consalvi le habló a un furioso emperador Napoleón, cuando este amenazó con destruir la Iglesia: "Lo que nosotros, es decir, el clero, intentamos hacer y no tuvimos éxito, ustedes seguramente no lo lograrán". Parafraseando estas palabras, se podría decir: "Ni siquiera un papa herético puede destruir la Iglesia". El Papa y la Iglesia no son totalmente idénticos. El Papa es la cabeza visible de la Iglesia Militante en la tierra, pero al mismo tiempo también es miembro del Cuerpo Místico de Cristo.

El índice de toda Ecclesia requiere de un verdadero hijo o hija de la Iglesia que también alabe al Papa cuando hace las cosas bien, al tiempo que le pide que haga aún más y orando para que Dios lo ilumine de modo que llegue a ser un heraldo valiente y defensor de la fe católica.

El ex papa Benedicto XVI ya no es el papa. Es suficiente volver a leer el núcleo de la declaración de renuncia del Papa Benedicto XVI para darse cuenta de lo que significaba. Las siguientes afirmaciones del ex Papa Benedicto XVI eliminan cualquier duda razonable sobre la validez de su abdicación y su reconocimiento del Papa Francisco como el único Papa verdadero: “Entre ustedes, en el Colegio de Cardenales, también está el futuro Papa para quien hoy prometo mi reverencia y obediencia incondicional” (Discurso de despedida a los Cardenales, 28 de febrero de 2013). "He dado este paso con plena conciencia de su gravedad e incluso de su novedad, pero con profunda serenidad interior" (Última audiencia general, 27 de febrero de 2013). “No hay la menor duda sobre la validez de mi renuncia al ministerio petrino. La única condición de validez es la plena libertad de decisión. Las especulaciones sobre la invalidez de la renuncia son simplemente absurdas” (Carta del 18 de febrero de 2014 a Andrea Tornielli, publicada en La Stampa, 27 de febrero de 2014). Durante una conversación con un periodista del periódico italiano Corriere della Sera, el ex Papa Benedicto XVI dijo: "El Papa es uno, él es Francisco". Estas palabras de Benedicto XVI se informaron en la edición escrita del Corriere della Sera, 28 de junio de 2019 y se anticiparon en la versión italiana de Vatican News el 27 de junio de 2019.

La Iglesia es una sociedad visible. Por lo tanto, lo que fue esencial para el cumplimiento de la renuncia de Benedicto XVI no fue su posible pensamiento interno, sino lo que declaró externamente, ya que la Iglesia no juzga las intenciones internas (de internis non iudicat Ecclesia). Los actos ambiguos del Papa Benedicto XVI, como usar una sotana blanca, mantener su nombre, impartir la bendición apostólica, etc., no afectan el significado inequívoco de su acto de renuncia. Muchas de sus palabras y acciones demostrables e inequívocas después de su renuncia también confirman que él considera al Papa Francisco, y no a sí mismo, como el Papa.

Declarando que el Papa Francisco es un Papa inválido, ya sea por sus herejías o por una elección inválida (por razones de presuntas violaciones de las normas del Cónclave o por la razón de que el Papa Benedicto XVI sigue siendo el Papa debido a su renuncia inválida) algunos están desesperados y toman acciones subjetivamente para remediar la actual crisis sin precedentes del papado. Son puramente humanos y traicionan una miopía espiritual. Todos estos esfuerzos son, en última instancia, un callejón sin salida. Tales soluciones revelan un enfoque pelagiano implícito para resolver un problema con medios humanos; un problema, de hecho, que no puede resolverse mediante esfuerzos humanos, sino que requiere una intervención divina.

Uno solo necesita examinar casos similares sobre la deposición de un papa o la declaración de invalidez de su elección en la historia de la Iglesia, para ver que provocaron rivalidades y combates entre los demandantes a la oficina papal.

Tales situaciones causaron más confusión en la Iglesia que tolerar a un papa herético o dudosamente elegido con la visión sobrenatural de la Iglesia y la confianza en la Divina Providencia.

La Iglesia no es, en última instancia, una realidad humana sino divina-humana. Ella es el cuerpo místico de Cristo. Los intentos de resolver la crisis actual del papado que favorecen la opinión de San Roberto Belarmino con su solución concreta, o refugiarse en la teoría no probada de que Benedicto XVI sigue siendo el único papa verdadero, están condenados al fracaso desde el principio. La Iglesia está en manos de Dios, incluso en este tiempo tan oscuro.

No debemos ser laxos al proclamar la verdad católica y advertir y amonestar cuando las palabras y acciones papales claramente dañan la fe. Pero lo que todos los verdaderos hijos e hijas de la Iglesia deberían hacer ahora es lanzar una cruzada mundial de oración y penitencia para implorar una intervención divina. Confiemos en las palabras del Señor: “¿No dará Dios justicia a sus elegidos, quienes claman a él día y noche? ¿Se demorará mucho sobre ellos?” (Lucas 18: 7).

28 de febrero de 2020

♰ Athanasius Schneider, obispo auxiliar de la archidiócesis de Santa María en Astana

jueves, 27 de febrero de 2020

UN MENSAJE A LA IGLESIA MODERNA DESDE EL JARDÍN DE LA AGONÍA DIVINA

"En el jardín, Jesús vio la tibieza, la malicia y la corrupción de un número infinito de cristianos, las mentiras y los engaños de los maestros orgullosos, todos los sacrilegios de los sacerdotes malvados, las consecuencias fatales de cada pecado y la abominación de la desolación en el reino de Dios, en el santuario de esos seres humanos desagradecidos que estaba a punto de redimir con su sangre a costa de sufrimientos indescriptibles" - Beata Anne Catherine Emmerich

Por Mike Steil

Comencé a leer y meditar en La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en preparación para la Cuaresma. Para aquellos que no están familiarizados, se supone que son las visiones registradas de la monja agustina, la beata Anne Catherine Emmerich (1774-1824), quien recibió muchos dones y visiones místicas. También se cree que recibió los estigmas completos, de los cuales informó haber sufrido los efectos físicos de las manos, los pies, los costados y la frente perforados de Jesús. Me sorprendieron particularmente sus vívidas descripciones de Jesús en el Jardín de los Olivos, o como prefiero llamarlo el "Jardín de la Agonía Divina".

Según la hermana Anne:
“El alma de Jesús contempló todos los sufrimientos futuros de sus apóstoles, discípulos y amigos; después de lo cual vio a la Iglesia primitiva, contando al principio con pocas almas en su redil, y luego en proporción a medida que aumentaba su número, perturbada por herejías y cismas que estallaban entre sus hijos, quienes repetían el pecado de Adán por orgullo y desobediencia”
La historia de la Iglesia Católica atestigua todos los ataques que le hicieron sus ingratos hijos, en gran parte por herejías que niegan a Jesús nacido en la carne, que culmina en la herejía arriana; seguido años después por el cisma ortodoxo oriental que dividió a la Iglesia; y finalmente a la eventual separación fatídica de sus miembros en gran medida por la llamada Reforma Protestante.

Sin embargo, lo que realmente me interesó fueron las descripciones de los sufrimientos que sufrió Jesús: “Vio la tibieza, la malicia y la corrupción de un número infinito de cristianos, las mentiras y los engaños de maestros orgullosos, todos los sacrilegios de sacerdotes malvados, las consecuencias fatales de cada pecado, y la abominación desoladora en el reino de Dios , en el santuario de esos ingratos seres humanos que estaba a punto de redimir con su sangre a costa de sufrimientos indescriptibles”. (Énfasis agregado, ¡por la abominación de la Pachamama que está ocurriendo asombrosamente en nuestro medio a instancias del Papa Francisco!)

Hay una gran cantidad de cosas para reflexionar mientras Anne explica cómo Jesús fue testigo:
“Los escándalos de todas las edades, hasta el día de hoy e incluso hasta el fin del mundo —todas las especies de error, engaño, fanatismo loco, obstinación y malicia— aparecieron ante sus ojos, y él vio, como si estuvieran flotando delante de él, todos los apóstatas, heresiarcas y pretendientes reformadores, que engañan a los hombres con una apariencia de santidad. Los corruptores y los corruptos de todas las edades lo indignaron y lo atormentaron por no haber sido crucificado a su manera, o por no haber sufrido precisamente como se establecieron o imaginaron que debería haberlo hecho”
No pude evitar sentirme atraído hasta el presente por sus vívidas descripciones de lo que podría considerarse que es lo que está sucediendo hoy en la Iglesia, cuando ella dijo: “Ellos competían entre sí al rasgar la túnica sin costuras de su Iglesia; muchos maltratados, insultados y negados, y muchos se volvieron despectivamente, sacudiendo sus cabezas hacia él, evitando su abrazo compasivo y corriendo hacia el abismo donde finalmente fueron tragados”.

Tal vez como una acusación a los sacerdotes y obispos de hoy: “[Jesús] vio innumerables hombres que no se atrevieron abiertamente a negarlo, pero que pasaron con disgusto al ver las heridas de su Iglesia, como el levita pasó junto al pobre hombre que había caído entre ladrones”. No puede pasar desapercibido que el "Levita" era la clase sacerdotal de Judea.

De acuerdo con Anne Catherine Emmerich:
“Nuestro Divino Salvador contempló con amarga angustia la ingratitud y corrupción de los cristianos de la primera y de todas las épocas posteriores, incluso hasta el fin del mundo, y durante todo este tiempo la voz del tentador repitió sin cesar: ‘¿resuelves sufrir por tales desagradecidos?’... Tan violenta fue la lucha que tuvo lugar entre su voluntad humana y su repugnancia por sufrir tanto por una raza tan desagradecida, que de cada poro de su cuerpo sagrado surgieron grandes gotas de sangre que cayeron al suelo”
Hay tanto valor en estas palabras de Anne, y sin embargo, solo estoy tocando la Agonía en el Jardín, y no todo lo que ha revelado sobre la Pasión, que es difícil decidir qué es lo más pertinente en este corto artículo. Como ella relató: “Vi a la Iglesia como el cuerpo de Cristo; y todos estos grupos de hombres, que se estaban separando de la Iglesia, destrozaron y arrancaron piezas enteras de su carne viva”. Una descripción tan vívida de la Iglesia sufriente que debemos meditar, a lo que San Pablo se refirió como el "Cuerpo de Cristo".

Mientras ella describe la implacable naturaleza apasionada y amorosa de Jesús, eso es tanto querer reunirlo todo con Él, y aún así es tan rechazado por hombres y mujeres desagradecidos: “¡Ay! Los miró de la manera más conmovedora y se lamentó de que deberían causar su propia pérdida eterna”

Porque, como explica Anne Emmerich:
“Nos había dado su propio Ser divino para nuestra Comida en el Santo Sacramento, con el fin de unir en un cuerpo, el de la Iglesia, su Cónyuge, hombres que estaban divididos y separados el uno del otro en un grado infinito; y ahora se veía desgarrado en dos en ese mismo cuerpo; Por su principal obra de amor, la Sagrada Comunión, en la que los hombres deberían haberse hecho completamente uno, se convirtió, por la malicia de los falsos maestros, en el tema de la separación”.
No puedo evitar pensar que en Fátima cuando María se lamenta de cómo "perecerían naciones enteras", tal vez fue en un sentido espiritual. Como dice Anne: "Contemplé naciones enteras así arrebatadas de su seno y privadas de toda participación en el tesoro de gracias que le queda a la Iglesia".

Sin embargo, a pesar de todos los sufrimientos que Jesús sufrió por los hombres y mujeres desagradecidos, Anne Emmerich tuvo algunos consuelos que Jesús le ofreció en sus agonías que bien podrían ser para el remanente fiel de hoy:
“Los apóstoles, discípulos, vírgenes y mujeres santas, mártires, confesores, ermitaños, papas y obispos, y grandes grupos de religiosos de ambos sexos, en una palabra, todo el ejército de los bendecidos, aparecieron ante él. Todos llevaban en sus cabezas coronas triunfales, y las flores de sus coronas diferían en forma, color, olor y perfección, de acuerdo con la diferencia de los sufrimientos, trabajos y victorias que les habían proporcionado la gloria eterna. Toda su vida, y todas sus acciones, méritos y poder, así como toda la gloria de su triunfo, vinieron únicamente de su unión con los méritos de Jesucristo”. 
“La influencia recíproca ejercida por estos santos unos sobre otros, y la manera en que todos bebieron de una sola Fuente, el Adorable Sacramento y la Pasión de nuestro Señor, formaron un espectáculo conmovedor y maravilloso. Nada en ellos carecía de un significado profundo, sus obras, martirio, victorias, apariencia y vestimenta, todo, aunque indescriptiblemente variado, estaba confundido en infinita armonía y unidad; y esta unidad en la diversidad fue producida por los rayos de un solo Sol, por la Pasión del Señor, del Verbo hecho carne, en quien estaba la vida, la luz de los hombres, que brillaba en la oscuridad, y la oscuridad no la comprendía”.
"El ejército de los futuros santos pasó ante el alma de nuestro Señor, que se colocó entre los patriarcas que lo deseaban y la banda triunfante del futuro bendecida, y estos dos ejércitos se unieron y se completaron, por así decirlo, rodeando el corazón amoroso de nuestro Salvador como con una corona de victoria. Este espectáculo más conmovedor y consolador otorgó un grado de fuerza y ​​consuelo al alma de Jesús. Ah! amaba tanto a sus hermanos y criaturas que, para lograr la redención de una sola alma, habría aceptado con alegría todos los sufrimientos a los que ahora se estaba dedicando" (Énfasis agregado)

Rezo para que todos los lectores se hayan beneficiado de las penas y los consuelos de esta lectura de las visiones de la Dolorosa Anne Catherine Emmerich de La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, y que todos tengamos mucho para contemplar esta Cuaresma de todo lo que sufrió nuestro Señor Jesucristo por amor a nosotros y por todas las almas de la humanidad ingrata. Que Dios tenga misericordia de todos nosotros por todos los sacrilegios que están sucediendo hoy en la Iglesia Católica.

Beata Anne Catherine Emmerich, ruega por nosotros
 

The Remnant


JOVEN EXIGE AL GOBIERNO BRITÁNICO ACABAR CON LA MATANZA DE NONATOS CON SÍNDROME DE DOWN

Heidi Crowter es una joven de 24 años que tiene síndrome de Down y ha unido fuerzas con Cheryl Bilsborrow, madre de Héctor, de dos años, también con síndrome de Down. Ellas han puesto en escena un caso histórico contra el gobierno del Reino Unido contra la actual ley que permite el aborto hasta el nacimiento de bebés con síndrome de Down.

Por Juanjo Romero


Heidi les dijo a los periodistas:

«En este momento en el Reino Unido, los bebés pueden ser abortados hasta el nacimiento si se los considera gravemente discapacitados. Me incluyen en esa definición de ser gravemente discapacitada solo porque tengo un cromosoma extra. Lo que me dicen es que mi vida no es tan valiosa como otras y no creo que sea correcto. Creo que es francamente discriminatorio».


Ambas han enviado una carta al secretario de Estado británico y esperan recaudar los 20 mil libras necesarias para litigar el caso.

Actualmente en Inglaterra, Gales y Escocia, hay un límite general de 24 semanas para eliminar un hijo concebido, pero si el bebé tiene una discapacidad, incluido el síndrome de Down, el labio leporino y el pie zambo, el aborto es legal hasta el nacimiento.

En 2018 hubo 3.269 abortos selectivos por discapacidad en 2018 y 618 de estos fueron por síndrome de Down. Esto representa un aumento del 42% en el aborto por síndrome de Down en los últimos diez años. Es probable que las cifras sean mucho más altas: una revisión de 2013 mostró que 886 niños fueron abortados al dar positivo en síndrome de Down en Inglaterra y Gales en 2010 aunque sólo 482 fueron inscritos en los registros del Departamento de Salud. El subregistro fue confirmado por una revisión del Departamento de Salud de 2014.

La campaña británica «Don’t Screen Us Out» (No nos descartes) lleva cuatro años sensibilizando a la población para cambiar las leyes de aborto. Buscan, al menos, enmendar la Ley de Aborto de 1967 para que los abortos por discapacidades no fatales se prohíban en el tercer trimestre, que comienza alrededor de las 28 semanas de embarazo. El grupo «Don’t Screen Us Out» está suministrando respaldo y asesoramiento a Heidi y a Cheryl en su demanda contra el gobierno.

Dada la alta tasa de abortos de bebés con síndrome de Down en el Reino Unido, la campaña se formó para tratar de lograr que el Gobierno evalúe el impacto que tendría la técnica de prueba prenatal no invasiva, llamada «ADN libre de células», sobre la comunidad con síndrome de Down.

Lynn Murray, portavoz del grupo, declaró que «el lanzamiento de este caso hace que la gente hable de ello», y agregó que la mayoría de las personas ni siquiera se dan cuenta de que el aborto está disponible hasta el nacimiento en el Reino Unido.

«Estamos ansiosos porque las personas con síndrome de Down aboguen por ellas mismas. Y esto es lo que Heidi ha decidido hacer… cree que el aborto después de 24 semanas sugiere que las vidas de personas como ella no tienen el mismo valor que todos»

Murray recordó que la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad ha criticado constantemente a los países que prevén el aborto por discapacidad. En algunos países, como Dinamarca e Islandia, la tasa de abortos en bebés con síndrome de Down es cercana al 100%.

Puede parecer una cosa pequeña. Para Heidi y Cheryl no lo es, una sola vida lo merece. Una modificación pequeña de una ley que salva muchas es una cosa muy grande. No piden que se acabe la ley del aborto, simplemente que puedan vivir y no ser asesinados como los demás. Pero esa pequeñísima rendija puede llenarse de humanidad y expandirse rompiendo, como con el granito, los corazones duros. Ya solo quedan motivaciones ideológicas, ni la ciencia, ni la ética apoyan los argumentos abortistas.

Como está ocurriendo en Estados Unidos, la rehumanización del concebido está en la base de las impresionantes y profundas victorias provida. Los que consideran aceptable que se elimine a una persona por su sexo, raza o discapacidad cada vez son menos. Y una pregunta lleva a otra.

¡Ánimo Heidi!, esta tarde se lo contaré a mi pequeña Jimena.


InfoCatolica

EL MARXISMO CULTURAL COMO RELIGIÓN DE ESTADO Y SECTA DESTRUCTIVA

Los 'guerreros de a justicia social' son la juventud más sumisa de la historia: jamás había asumido con tanto entusiasmo la ideología oficial del momento: el marxismo cultural. Tenemos que detener a los profetas de esta religión del victimismo, el resentimiento y el odio, antes de que nos enfrenten aún más.

Por Francisco José Contreras


The Madness of Crowds, de Douglas Murray, es uno de los libros más importantes de los últimos años. Es una llamada de atención sobre el estado de locura colectiva al que nos está arrastrando la “política de la identidad” feminista-multicultural-homosexualista. Propongo, en diálogo con Murray, las siguientes seis tesis:

1) La política de la identidad implica el fin del individuo, que es disuelto en la tribu. El marxismo cultural divide a la sociedad en grupos enfrentados: sí, es la lucha de sexos, razas y orientaciones sexuales sustituyendo a la de clases. Al hacerlo, colectiviza tanto la responsabilidad moral (formidable regresión: “¿pecó él o sus padres?”, Jn. 9,1) como el pensamiento, los intereses y las necesidades. Por ejemplo, si Fulano Pérez le pega a Mengana Rodríguez, no se trata de una agresión de pareja, sino de un episodio más de la eterna batalla en la que los hombres como colectividad intentan dominar a las mujeres como colectividad. Fulano es un soldado más del ejército masculino, en constante lucha contra el femenino. Fulano nos representa a todos los varones: “El violador eres tú”. No exagero, es la letra de la ley: “Violencia de ‘género’ es la que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas [por sus parejas sentimentales]» (art. 1 Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género, España).

En EE.UU. ya es frecuente que el hablante especifique su estatus racial/sexual, como si éste predeterminara la opinión que va a emitir: “como mujer negra, pienso que…”; “como varón blanco homosexual…”. Martin Luther King soñaba con una sociedad “que juzgue a las personas, no por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter” (Discurso en la Marcha de Washington, 1963). Su sueño no se ha cumplido: el progresista del siglo XXI considera que el color de la piel (más el género) define(n) totalmente a la persona y prefigura(n) sus ideas e intereses. Por cierto, el racismo es precisamente eso: asociar cualidades intelectuales y morales al fenotipo racial. Y el sexismo, asociarlas a los genitales.


El liberalismo clásico propugnaba una sociedad en la que lo importante de cada persona fuesen sus opiniones y logros individuales, y en la que características como el sexo o la raza resultasen legal y socialmente anecdóticas. Para la izquierda actual, en cambio, la esencia de la persona vuelve a ser, no lo que le singulariza como individuo, sino lo que le encuadra en algún colectivo instrumentalizable por el marxismo cultural. M.L. King ya no interesa en tanto que individuo, sino en tanto que negro.

Es muy interesante la distinción que propone Murray (quien, como homosexual, puede hablar con libertad sobre el asunto, cosa que ya no se nos permite a los hetero) entre gay y queer. “Gay” es el sujeto que se siente atraído por su mismo sexo, pero no considera eso un rasgo especialmente interesante, ni lo vive como la esencia de su ser, ni cree que le aboque a compartir trinchera con nadie ni a profesar determinadas creencias. “Queer”, en cambio, es quien vive su tendencia homo como “un trabajo a tiempo completo” y una cosmovisión integral, como si toda su existencia girase en torno a su sexualidad. “Qué extraño es que lo que durante milenios fue percibido como un impulso oscuro y sin nombre, ahora sea la fuente de nuestra identidad: […] el sexo ha llegado a ser más importante que nuestra alma, casi más importante que nuestra vida”, escribió Michel Foucault, en un raro rapto de lucidez, en su “Historia de la sexualidad”. El concepto mismo de “movimiento LGTBI” –que presupone que los gays, lesbianas, transexuales, bisexuales e intersexuales constituyen una unidad de destino en lo universal- estaría inspirado por el paradigma queer, no por el paradigma gay. Murray parece vivir su propia homosexualidad como un rasgo anecdótico, no muy diferente de la afición filatélica o el gusto por el té verde. “He happens to be gay”.

Lo cual, por cierto, le valdrá pronto la excomunión de la iglesia LGTBI. El libro de Murray recuenta los casos, a veces hilarantes, de expulsiones de la tribu. Peter Thiel, magnate de las empresas tecnológicas que apoyó a Trump en 2016, suscitó este titular de Advocate, la más importante revista gay de EE.UU.: “Thiel es un ejemplo de hombre que tiene relaciones sexuales con otros hombres, pero que no es gay [por sus opiniones políticas]”. A Kanye West –como a Candace Owens- el apoyo a Trump le valió la pérdida de la negritud: el escritor Ta-Nehisi Coates, un negro profesional, le dedicó un ensayo vitriólico en The Atlantic (“West se cree un librepensador por apoyar a Trump. Su libertad es libertad blanca: libertad sin conciencia, sin crítica”) y le comparó al cantante Michael Jackson, el negro que quería ser blanco. ¿Locuras de los anglos? No solo: en España, la televisiva Paula Vázquez tuiteó hace unos días que Bertrand Ndongo debe ser un blanco que se ha sometido a un tratamiento de oscurecimiento de piel, pues ningún negro genuino podría defender a Vox.


2) La política de la identidad es vivida como una pseudorreligión, en un siglo caracterizado por el vacío existencial y el fin de los “grandes relatos”. “Dios ha muerto, Marx ha muerto, y yo mismo no me siento demasiado bien”. “Pero no íbamos a ser”, dice Murray, “la única sociedad de la historia sin religión”. El joven de 20 años necesitado de encontrar sentido a su vida lo busca en la heroica lucha contra el machismo, el racismo y la homofobia/transfobia que le propone el marxismo cultural. La identity politics es profesada por muchos como una fe sustitutiva, como ocurrió en su momento con el comunismo.

En realidad, el éxito de la identity politics confirma una tesis conservadora: que el hombre necesita criterios morales, necesita creer en el Bien y el Mal. En la nueva religión, el Bien es la defensa de las mujeres y de las minorías raciales y sexuales frente a la opresión heteropatriarcal; el Mal, el machismo/racismo/homofobia. ¿Cómo ser virtuoso en nuestro mundo postmoderno? Siendo “antirracista”. Siendo “amigo de los LGTB”. Siendo “feminista”.

Y, ciertamente, el machismo, el racismo y la homofobia son cosas muy malas. Pero hay un pequeño problema: en el Occidente desarrollado ya no existen (o, si los hay, son marginales y residuales, muy inferiores a los de cualquier otra época o sociedad). El joven guerrero de la justicia social querría viajar en el autobús de Rosa Parks, marchar con las sufragettes, dejarse detener en la redada de Stonewall Inn, correr delante de los grises… Pero ha nacido con entre 50 y 100 años de retraso.


El marxismo cultural, pues, le obliga a vivir en permanente disonancia cognitiva. Los maestros del 68 –los Marcuse, Foucault, Bourdieu, etc.- ya llevaron el “pensamiento de la sospecha” al paroxismo. No hay que dejarse engañar por las apariencias. Bajo la aparente igualdad de hombres y mujeres subyacen recónditos micromachismos, invisibles techos de cristal, sutiles mecanismos de discriminación (por ejemplo, la famosa conspiración patriarcal para impedir que las chicas estudien carreras tecnológicas). Lo mismo vale para las razas no blancas y para las minorías sexuales, odiadas –quizás en secreto- por legiones de ultras.

3) La política de la identidad lleva a Occidente a la autodenigración, a abjurar de su pasado. La retroproyección anacrónica de los rigurosísimos criterios de antidiscriminación convierte nuestra historia en una larga pesadilla de machismo, homofobia y racismo estructurales. Dante, Shakespeare, Cervantes, Goethe…: una panda de “viejos hombres blancos” que no creían en el “empoderamiento lésbico” ni en los baños transgénero. Churchill, un odioso racista. Hernán Cortés, un genocida y un violador de Malinches; el 12 de Octubre, “nada que celebrar”.


La identity politics lleva a los jóvenes occidentales a despreciar su propia cultura. En las universidades, los black studies, LGTB studies, Women’s studies, etc. exhuman y celebran a los innumerables genios que no llegaron a triunfar porque el heteropatriarcado solo podía permitir un Parnaso habitado por viejos hombres blancos heterosexuales. Hay un solo tipo de estudiantes que no se dedica a glorificar al grupo correspondiente: por supuesto, son los estudiantes blancos, los “estudios sobre la blanquidad”. Voz “whiteness studies” de la Oxford University’s Research Encyclopedia: “Es un sector creciente de la investigación universitaria cuyo objetivo es revelar las estructuras invisibles que producen la supremacía y privilegio de los blancos”.

Se crea también una brecha generacional entre los millennials ya educados en los dogmas de la identity politics y los carrozas todavía patriarcales. Es una soberbia adanista similar a la que se dio en la generación del 68: “No te fíes de nadie que tenga más de 30 años”.

4) La identity politics necesita alimentar constantemente el victimismo. La mujer debe sentirse víctima, el negro debe sentirse discriminado, el homosexual debe sentirse perseguido. Cuenta para ello con puntos débiles de la naturaleza humana, como la facilidad para la autocompasión y la necesidad de encontrar explicaciones externas para los propios fracasos. Es tentador poder creer que, si fallé en aquel examen de acceso a la Universidad, o si no tuve una carrera profesional tan brillante como esperaba, fue, no porque me faltara talento o esfuerzo, sino porque el sistema me discriminó por mi sexo, raza u orientación sexual.

Y está triunfando. Está convenciendo a cada vez más jóvenes de que son víctimas. El 8 de marzo, una convocatoria que había caído en la rutina oficialista, se ha convertido en una protesta masiva contra la “opresión de las mujeres”. En EE.UU., el porcentaje de gente que cree que el país padece un grave problema de discriminación racial se duplicó entre 2011 y 2017, bajo la influencia del “Black Lives Matter” y la definitiva apuesta del Partido Demócrata por la identity politics.


Uno de los dogmas de la identity politics es que, si en algún estamento profesional o académico no se dan porcentajes de representación que se correspondan exactamente con los de los grupos sexuales y raciales en la población total (50% de mujeres, etc.), ello solo puede deberse a la perfidia del heteropatriarcado y la discriminación más o menos sutil. De ahí la generalización de sofismas como la “brecha salarial”, que afirma que las mujeres ganan menos en promedio, no porque escojan profesiones menos retribuidas (humanidades, enseñanza, etc.) o ralenticen sus carreras para criar hijos o tener vidas más equilibradas, sino porque el sistema las discrimina (aunque las leyes prohíban la discriminación salarial por sexo en todos los países). Y si no hay más gente de color en las empresas tecnológicas, las universidades o la administración, tiene que deberse al racismo estructural. Los gobiernos y las grandes empresas han comprado YA ese discurso. De ahí la creación de una costosísima “burocracia de la diversidad” que lucha por incrementar las ratios de los grupos supuestamente discriminados. De ahí los seminarios de “unconscious bias training” en los que las empresas más poderosas del mundo obligan a sus empleados a un constante examen de conciencia, rastreando sus mentes en busca de restos de machismo/racismo/homofobia. El Gobierno británico imparte sesiones similares a sus funcionarios. El objetivo declarado es que tomen conciencia de su “white privilege”, sus “privilegios por ser blancos”.


Y de ahí la política de cuotas, que alimenta el resentimiento entre personas. “Discriminar positivamente” a las mujeres significa discriminar negativamente a los varones; primar a unas razas implica penalizar a otras. En su desvelo por incrementar la ratio de las razas peor representadas, las universidades norteamericanas más prestigiosas (por ejemplo, Harvard) han llegado a penalizar tramposamente en las pruebas de admisión a los estudiantes de las etnias sobrerrepresentadas, especialmente los orientales. El truco utilizado es reducir el peso comparativo de los exámenes (que miden conocimientos e inteligencia) e incrementar el de las pruebas psicológicas (que miden características tan objetivables y académicamente relevantes como “la simpatía” [amiableness] o la “personalidad positiva”). En su obsesión por evitar que hubiese tantos chinos en la Universidad y alcanzar un poco más de “diversidad racial”, Harvard ponía sistemáticamente a los orientales un cero en simpatía, sin siquiera llegar a entrevistarlos. Todo esto trascendió en un proceso judicial incoado por el SFFA un grupo de estudiantes asiáticos agraviados.

5) La política de la identidad se está deslizando hacia el totalitarismo. Es totalitarismo soft, porque no mata. Pero es totalitarismo. Se está convirtiendo en una verdadera religión de Estado que es martilleada en las escuelas, las universidades, los medios de comunicación, las grandes empresas… La discrepancia pública se hace cada vez más arriesgada. Peligran las reputaciones y los empleos. Con el pretexto del “discurso de odio” (concepto arbitrario e inobjetivable: “jurisprudencia del sentimiento”), empiezan a aprobarse leyes que castigan al hereje con multas o censura.

Pero la censura más fanática es aplicada por los partidos de izquierda (o sea, en estos asuntos, todo el espectro político menos la supuesta “ultraderecha”) y… los estudiantes de las universidades. Los guerreros de la justicia social son la juventud más sumisa de la historia: jamás la nueva generación había asumido con tanto entusiasmo los dogmas de la ideología oficial del momento. Los profesores conservadores lo tienen cada vez más complicado, a poco que cuestionen los artículos de fe. Murray explica casos alarmantes. Los esposos Nicholas y Erika Christakis fueron acosados por turbas estudiantiles y finalmente tuvieron que abandonar sus cátedras en Yale (2015). Habían enviado emails en los que discrepaban del mensaje del decano, que pedía a los estudiantes que evitasen los disfraces étnicos en Halloween (que un blanco se disfrace de chino se considera ahora “apropiación cultural”: una pareja anglo tuvo que cerrar su establecimiento de tacos y enchiladas en Seattle, acusados de apropiación de la gastronomía mexicana; a Justin Trudeau casi le costó el cargo de primer ministro un atuendo a lo rey Baltasar de hace 20 años). Los Christakis pensaban que la libertad para disfrazarse de lo que a uno le dé la gana es importante, y que los carnavales siempre tuvieron un punto transgresor. El decano declaró después de los escraches que “nunca había estado tan orgulloso de sus alumnos”.


Y el profesor Brat Weinstein tuvo que abandonar su puesto en Evergreen College (2017), llegando a sufrir agresiones físicas, cuando se opuso al Day of Absence: durante un día, se invita a los estudiantes blancos a abandonar la Universidad, para que “se pongan en la piel de los excluidos” (en realidad, se trataba de la inversión de una tradición que los estudiantes negros practicaban desde los 60: eran ellos los que decidían ausentarse por un día, para que se notara su ausencia). Intelectuales conservadores como Heather MacDonald, Ben Shapiro, Jordan Peterson, etc., ya solo pueden hablar en las universidades (o en cualquier otro sitio) con fuerte protección policial.

Y no hace falta irse a EE.UU.: Alicia Rubio ve canceladas la mitad de sus conferencias, ha sufrido decenas de escraches y perdió su empleo en un instituto de enseñanza media por bullying ideológico.

Aunque no tenga Gulag ni Lager, el marxismo cultural es tanto o más totalitario que comunismo y fascismo en un aspecto (que resulta ser, por cierto, el definitorio del totalitarismo): su capacidad de penetrar en la vida privada y en los últimos pliegues de la sociedad. No en vano “lo personal es político” (Kate Millet) es el eslogan del nuevo feminismo. La identity politics problematiza las relaciones entre hombres y mujeres, entre blancos y no blancos, entre heterosexuales y homosexuales, también en el ámbito privado: el hogar, la escuela (donde se abruma a los varones con sermones contra su “masculinidad tóxica”), el centro de trabajo, la cama… El nuevo Gobierno español nos anuncia una “Ley de Libertad Sexual” que en realidad implicará meter al Estado en los dormitorios. La constante monserga de demonización del varón y victimización de la mujer está haciendo la relación entre los sexos más complicada de lo que ya era. La injusta Ley de Violencia de ‘Género’ ya se ha llevado por delante a muchos hombres inocentes.


6) La política de la identidad se basa en el dogma de la “interseccionalidad” (Peggy MacIntosh), a saber, la interconexión entre las respectivas opresiones de grupo: gays, mujeres, minorías raciales, etc. son aplastados por una misma “matriz de opresión”. Por tanto, sus luchas por el “empoderamiento” son articulables, coherentes entre sí: negros, mujeres, trans… même combat!

Uno de los aspectos más lúcidos del libro de Murray es su ataque al mito de la interseccionalidad. Para empezar, ni siquiera el frente LGTBI es coherente: “Los hombres y las mujeres homosexuales no tienen casi nada en común. […] Ni se encuentran en “espacios comunales”. […] Y ni los hombres ni las mujeres homosexuales se han fiado nunca mucho de las personas que se definen como “bisexuales”” (Madness of Crowds, p. 35).

He aquí que la G no siente entusiasmo por la L, y viceversa, ni ninguna de ellas por la B. Pero es la T la que plantea una verdadera amenaza existencial a las demás letras del acrónimo. El paradigma de la “transexualidad” es incompatible con el de la homosexualidad. El primero presupone que un chico de maneras afeminadas al que le gustan otros chicos es en realidad “una chica atrapada en el cuerpo de un chico”; el segundo, que es un chico gay. En una conferencia impartida en Madrid en febrero de 2018, Miriam Ben-Sharon –una histórica del movimiento lésbico- explicó: “Si hubiese sido niña en esta época, algún psicólogo me habría explicado que soy un chico atrapado en un cuerpo de chica, y me habría orientado hacia el cambio de sexo. Pero yo no soy un hombre encerrado en un cuerpo de mujer. Soy una mujer a la que le gustan las mujeres. Estoy encantada de mi condición de mujer.

La disforia de género infantil antes era curada en un 85% de los casos por la naturaleza: al llegar la pubertad, la explosión hormonal disipaba casi siempre las fantasías de identidad sexual inversa (chico que se siente chica, o viceversa). Pero, bajo el influjo del nuevo dogma de la religión marxista-cultural –definido y oficializado en tiempo récord- cada vez más niños con supuesta disforia de género –por cierto, en Gran Bretaña su número se ha multiplicado por 20 en diez años- están siendo tratados con bloqueadores de la pubertad que precisamente impiden esa solución natural, abocándoles al “cambio de sexo” (es decir, la mutilación de un cuerpo sano y el tratamiento hormonal vitalicio). Y hay más: muchos de esos niños habrían terminado siendo homosexuales, si se hubiese dejado actuar a la naturaleza. Las filas de la T están creciendo a expensas de las de la G y la L.


También hay conflictos entre el frente LGTB y el feminista. Por ejemplo, los vientres de alquiler. En febrero de 2018, los periódicos ingleses titularon que “Tom Daley y su marido anuncian que van a tener un bebé”. Junto al titular, la ecografía de un embrión. En nuestra sociedad de disonancia cognitiva, lo que se espera es que todo el mundo aplauda y haga como si el bebé estuviese creciendo en el vientre de uno de los dos hombres. Pero un columnista del Daily Mail dijo “el rey está desnudo”: “¿Cómo lo harán, exactamente?” [tener dos hombres un niño]. Se desencadenó contra él el furor de la Inquisición LGTB; circularon listas de las empresas que se anuncian en el Daily Mail, con llamadas al boicot. Pero también se levantaron voces feministas a favor del articulista. Pues, como indica Murray, en una sociedad en la que la exclusión de la mujer es el peor pecado imaginable, una mujer –la madre de alquiler, probablemente de algún país del Tercer Mundo: por tanto, “víctima” también a fuer de no blanca- estaba siendo excluida flagrantemente de la fiesta prenatal de Tom Daley y Dustin Lance Black.


Murray hurga con clarividencia y coraje en otras contradicciones de la nueva religión. Un sector del feminismo (la ideología de género) concibe la “binariedad” hombre/mujer como una “construcción cultural”, y el ‘género’ como “puramente performativo” (Judith Butler). Pero si la mujer no existe, o es pura convención contingente-performativa, el feminismo –que es la defensa de la mujer- pierde su sentido. Si los sexos no existen, también pierde su sentido la homosexualidad, que es atracción por el propio sexo (y presupone, por tanto, la “binariedad” sexual). En su furor “deconstructor”, el progresismo termina deconstruyéndose a sí mismo.

Pero, mientras el feminismo de ‘género’ pretendía que la condición de mujer es mera construcción cultural (software), el movimiento gay se atrincheraba en la tesis de que la homosexualidad es hardware: el homosexual lo es de manera ontológica, rocosa, eterna: de ahí que no se le permita siquiera intentar pasar a la heterosexualidad (se han prohibido las terapias de reconversión). En cambio, la heterosexualidad es mera norma cultural (“heteronormatividad”), que puede muy bien ser reinventada y transgredida. En suma: el adepto a la identity politics se escandalizará de que un homo intente pasar a hetero (eso es “renegar de su esencia”), pero aplaudirá que un hetero pase a homo (eso es “salir del armario”).

Lo mismo pasa con la transexualidad. Para el progresista, tener cromosomas XY y genitales masculinos no significa necesariamente que seas un hombre: la asociación del organismo masculino con el rol cultural de hombre es meramente contingente. En cambio, la persona afectada por disforia de género (el hombre que querría ser mujer, la mujer que querría ser hombre) son metafísica, incuestionablemente “mujeres encerradas en cuerpos de hombre”, o viceversa.

Lo transgresor/atípico es hardware: definitivo, inapelable, anclado en las estructuras más profundas del ser. El homosexual y el transexual lo son para la eternidad, y ¡ay de quien lo dude! En cambio, lo clásico (ser hombre o mujer, ser heterosexual) es software: convención, norma cultural arbitraria, sin fundamento natural.

Tenemos que detener a los profetas de esta religión del victimismo, el resentimiento y el odio, antes de que nos enfrenten aún más profundamente. Y, para detenerles, es preciso desmontar sus sofismas. Es lo que ha intentado Murray en su libro, y es lo que he intentado, modestamente, en este artículo.


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