En las fotos que ilustran este post podrán verlo junto a otro sacerdote y algunos caprinos de su misma majada, celebrando sacrílegamente la Santa Misa en las playas caribeñas, con ornamentos adecuados al lugar y no a la ocasión, y utilizando por cáliz un mate de calabaza. La acción de gracias la hizo mostrando su buzarda junto a una señorita en bikini y al grasún impresentable que sacaba la selfie.
Sabemos que están imágenes ya están en Roma y obran en la Congregación de Obispos. ¿Se animará el cardenal Ouellet a hacer lo que debe hacer, o preferirá la obediencia debida al valedor del Chino?
Wanderer
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