viernes, 31 de enero de 2014

DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO A LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE


Queridos hermanos y hermanas:

Me encuentro con vosotros al final de los trabajos de vuestra Sesión Plenaria. Os saludo a todos cordialmente y agradezco a Monseñor Mueller sus palabras.

Las tareas de la Congregación para la Doctrina de la Fe están vinculadas a la misión del Sucesor de Pedro, de confirmar a los hermanos en la fe (cf. Lc 22, 32). En este sentido, su papel de “promover y proteger la doctrina de la fe y las costumbres en todo el orbe católico” (Constitución Apostólica Pastor Bonus, 48) es un verdadero servicio ofrecido al Magisterio del Papa y de toda la Iglesia. Por eso, el Dicasterio se compromete a que en las palabras y en las prácticas de la Iglesia prevalezca siempre el criterio de la fe. Cuando la fe resplandece en su sencillez y pureza originales, la experiencia eclesial se convierte también en un lugar en el que la vida de Dios emerge con todo su encanto y fructifica. La fe en Jesucristo, en efecto, abre de par en par los corazones a Dios; abre los espacios de la existencia humana a la Verdad, al Bien y a la Belleza que de Él proceden.

Desde los primeros tiempos de la Iglesia ha existido la tentación de entender la doctrina en un sentido ideológico o de reducirla a un conjunto de teorías abstractas y cristalizadas (cf. Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 39-42). En realidad, la doctrina tiene como único fin servir a la vida del Pueblo de Dios y pretende asegurar a nuestra fe un fundamento seguro. Grande, en efecto, es la tentación de apropiarnos de los dones de la salvación que vienen de Dios, de domesticarlos –quizás incluso con buena intención– a las miradas y al espíritu del mundo. Y esta es una tentación que se repite constantemente.

Cuidar de la integridad de la fe es una tarea muy delicada que os ha sido encomendada, siempre en colaboración con los Pastores locales y las Comisiones doctrinales de las Conferencias episcopales. Esto sirve para salvaguardar el derecho de todo el Pueblo de Dios a recibir el depósito de la fe en su pureza y en su totalidad. Vuestro trabajo busca también tener siempre presentes las necesidades de un diálogo constructivo, respetuoso y paciente con los autores. Si la verdad exige fidelidad, ésta crece siempre en la caridad y en la ayuda fraterna a los llamados a madurar y clarificar sus convicciones.

Por lo que respecta, pues, al método de vuestro trabajo, sé que vuestro dicasterio se distingue por las prácticas de la colegialidad y del diálogo. La Iglesia, en efecto, es el lugar de la comunión y, en todos los niveles, todos estamos llamados a cultivar y promover la comunión, cada uno en la responsabilidad que el Señor le ha encomendado. Estoy seguro de que cuanto más la colegialidad sea un rasgo eficaz de nuestro trabajo, tanto más brillará ante el mundo la luz de nuestra fe (cf. Mt 5, 16).

En todo vuestro servicio podéis tener siempre un profundo sentimiento de alegría, la alegría de la fe, que tiene su fuente inagotable en el Señor Jesús. La gracia de ser sus discípulos, de participar en la misión evangelizadora de la Iglesia, nos llena de santa alegría.

En la Sesión Plenaria que acaba de terminar también habéis tratado la relación entre la fe y el Sacramento del Matrimonio. Es una reflexión de gran importancia. Es a raíz de la invitación que ya había formulado Benedicto XVI sobre la necesidad de interrogarse más a fondo sobre la relación entre la fe personal y la celebración del Sacramento del Matrimonio, sobre todo en un contexto cultural cambiante (cf. Discurso a Tribunal de la Rota Romana, 26 de enero de 2013).

En esta ocasión quisiera agradecerles su empeño en abordar los delicados problemas de los denominados delitos más graves, en particular los casos de abusos sexuales de menores por parte de clérigos. Pensad en el bien de los niños y de los jóvenes, que siempre deben ser protegidos y sostenidos en la comunidad cristiana en su crecimiento humano y espiritual. En este sentido, se estudia la posibilidad de vincular a vuestro dicasterio la Comisión específica para la Protección de los Menores, que instituí y que espero sea ejemplar para todos aquellos que pretendan promover el bien de los niños.

Queridos hermanos y hermanas, os aseguro mi recuerdo en la oración y confío en el vuestro para mí y para mi ministerio. Que el Señor os bendiga y la Virgen os proteja.



martes, 28 de enero de 2014

BERGOGLIO: ¿GRITAS CUANDO HAY UN GOL Y NO ERES CAPAZ DE ALABAR AL SEÑOR?

Bergoglio, comentando la danza alegre de David por el Señor de la que habla la Primera Lectura, destacó que, si nos cerramos en la formalidad, nuestra oración se convierte en algo frío y estéril.

Bergoglio ha desarrollado su homilía partiendo de esta imagen alegre, relatada en el Segundo Libro de Samuel. Todo el Pueblo de Dios, recordó, estaba de fiesta porque el Arca de la Alianza volvía a casa. La oración de alabanza de David, prosiguió, “lo llevó a salir de toda compostura y a danzar delante del Señor con todas sus fuerzas”. Esta, comentó, “¡era exactamente la oración de alabanza!”. Bergoglio dijo que leyendo esta cita, “pensó enseguida en Sara después de haber dado luz a Isaac: ¡El Señor me hizo bailar de alegría!”. Esta anciana, como el joven David, evidenció, ha bailado de alegría ante el Señor. Para nosotros, observó, es fácil entender la oración para pedir una cosa al Señor, también para agradecer al Señor. También entendemos bien la oración de adoración, no es tan difícil. Pero la oración de alabanza la dejamos de lado, no nos sale tan espontánea”.

‘Pero Padre, esto es para los de la Renovación en el Espíritu, no para todos los cristianos!’. No, ¡la oración de alabanza es una oración cristiana para todos nosotros! En la Misa, todos los días, cuando cantamos el Santo… Esta es una oración de alabanza: alabamos al Señor por su grandeza, ¡por qué es grande! Y le decimos cosas bellas, porque a nosotros nos gusta que sea así. ‘Pero Padre, yo no soy capaz… yo debo…’ ¿Eres capaz de gritar cuando tu equipo marca un gol y no eres capaz de cantar alabanzas al Señor? ¿De salir un poco de los formalismos para cantar esto? ¡Alabar al Señor es totalmente gratis! No pedimos, no agradecemos: ¡alabamos!”.

“Debemos rezar con todo el corazón, es un acto también de justicia, ¡por qué Él es grande! ¡Es nuestro Dios!. David, recordó, era muy feliz porque volvía el arca, volvía el Señor: también su cuerpo rezaba con esa danza”.

“Una buena pregunta que nos podemos plantear hoy: ‘¿Cómo va mi oración de alabanza? ¿Sé alabar al Señor? ¿Sé alabar al Señor o cuándo rezo el Gloria o rezo el Sanctus lo hago solo con la boca y no con todo el corazón?’ ¿Qué me dice la danza de David? ¿Y Sara, bailando de alegría? Cuando David entra en la ciudad comienza otra cosa: ¡una fiesta!”.

“La alegría de la fe nos lleva a la alegría de la fiesta. La fiesta de la familia”. El papa recordó que cuando David entra en el palacio, la hija del rey Saúl, Mikal, lo reprende y le pregunta si no se avergüenza por haber bailado de esa manera delante de todos. Él, que es el rey. Mikal “despreció a David”.

“Yo me pregunto ¿cuántas veces despreciamos en nuestro corazón a personas buenas, personas buenas que alaban al Señor, como se les ocurre, de forma espontánea, porque no son cultos, no siguen los comportamientos formales? Pero, ¡desprecio! Y dice la Biblia que Mikal quedó estéril por este motivo ¡para el resto de su vida! ¿Qué quiere decir la Palabra de Dios aquí? ¡Que la alegría, que la oración de alabanza nos hace fecundos! Sara bailaba en el momento grande de su fecundidad ¡a los noventa años! La fecundidad que nos da la alabanza al Señor, la gratuidad de alabar al Señor”.

“El hombre o la mujer que alaba al Señor, que reza alabando al Señor, que cuando reza el Gloria se alegra de decirlo, que cuando canta el Sanctus en la Misa se alegra de cantarlo, es un hombre o una mujer fecundos”.

Sin embargo, advirtió, “los que se encierran en la formalidad de una oración fría, medida, pueden terminar como Mikal: en la esterilidad de su formalidad”. Bergoglio ha invitado, por tanto, a imaginar a David que danza “con todas sus fuerzas ante el Señor y pensemos lo bello que puede ser hacer la oración de alabanza. Nos hará bien repetir las palabras del Salmo 23 que hemos rezado hoy: “Alzaos puertas, alzad los dinteles para que entre el Rey de la gloria. El Señor, el fuerte, el valiente, Él es el rey de la gloria!”.


Aleteia




sábado, 25 de enero de 2014

FRANCISCO CONFIRMA A LOS MUSULMANES EN LA INCREDULIDAD

El antipapa Francisco nunca pierde la oportunidad de ocultar el Evangelio a quienes más lo necesitan: los incrédulos. Ya sean judíos, musulmanes, paganos o ateos, Francisco nunca se cansa de decirle a la gente que haga otra cosa que no sea abrazar la única religión verdadera, la fe católica.


Su último ataque al Evangelio en presencia de desafortunados incrédulos fue perpetrado el domingo 19 de enero de 2014, cuando el Sumo Hereje asistió a una reunión con refugiados extranjeros en la parroquia romana del Sagrado Corazón. Los refugiados incluían tanto musulmanes como cristianos, y Francisco, dirigiéndose a ambos, dijo que por las dificultades que soportaron, deberían encontrar consuelo en sus respectivas religiones:

Compartir nuestra experiencia de llevar esa cruz, para expulsar la enfermedad de nuestro corazón que amarga nuestra vida: es importante que hagáis esto en vuestros encuentros. Los que son cristianos, con la Biblia, y los musulmanes, con el Corán. La fe que te inculcaron tus padres siempre te ayudará a seguir adelante.

(Antipapa Francisco,  Discurso a los refugiados en la Basílica del Sagrado Corazón, Roma, 19 de enero de 2014)

Para Francisco, la fe no es el asentimiento intelectual de la mente, asistida por la gracia divina, a lo que Dios Todopoderoso ha revelado (que es la definición católica), sino más bien una “experiencia”, un “encuentro” con lo trascendente que en última instancia está desprovisto de todo contenido objetivo vinculante. De ahí que pueda hablar de musulmanes que tienen “fe”, cuando según la verdadera definición católica, son infieles, es decir, los que no poseen Fe (fides en latín). Es por la misma razón que la Iglesia Católica en su liturgia del Viernes Santo reza por los “judíos incrédulos: que Dios todopoderoso quite el velo de sus corazones; para que también ellos reconozcan a Jesucristo nuestro Señor”. También la Sagrada Escritura es clara en cuanto a que hay una sola Fe que es la única verdadera: “Un Señor, una fe, un bautismo” (Ef 4, 5).

Entonces, ¿por qué Francisco obstaculiza la evangelización de los infieles? ¿Por qué evita toda oportunidad de predicar el verdadero Evangelio a aquellos que no son parte de la Iglesia Católica?

La respuesta es simple: no cree que la Iglesia Católica sea la única Iglesia verdadera ni la única religión verdadera. No cree en estas palabras de Cristo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Mc 16,16); y asimismo, “Cualquiera que se rebela y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios” (2 Jn 9). Bergoglio no cree todo esto porque no es católico sino adherente a la religión modernista del Vaticano II, que antepone al hombre a Dios.

En 1907, el Papa San Pío X expuso y refutó el error modernista del indiferentismo. Lea la siguiente cita y pregúntese si esto no le suena inquietantemente familiar:

En el sentimiento religioso se descubre una cierta intuición del corazón; merced a la cual, y sin necesidad de medio alguno, alcanza el hombre la realidad de Dios, y tal persuasión de la existencia de Dios y de su acción, dentro y fuera del ser humano, que supera con mucho a toda persuasión científica. Lo cual es una verdadera experiencia, y superior a cualquiera otra racional; y si alguno, como acaece con los racionalistas, la niega, es simplemente, dicen, porque rehúsa colocarse en las condiciones morales requeridas para que aquélla se produzca. Y tal experiencia es la que hace verdadera y propiamente creyente al que la ha conseguido.

¡Cuánto dista todo esto de los principios católicos! Semejantes quimeras las vimos ya reprobadas por el concilio Vaticano. 

Cómo franquean la puerta del ateísmo, una vez admitidas juntamente con los otros errores mencionados, lo diremos más adelante. Desde luego, es bueno advertir que de esta doctrina de la experiencia, unida a la otra del simbolismo, se infiere la verdad de toda religión, sin exceptuar el paganismo. Pues qué, ¿no se encuentran en todas las religiones experiencias de este género? Muchos lo afirman. Luego ¿con qué derecho los modernistas negarán la verdad de la experiencia que afirma el turco, y atribuirán sólo a los católicos las experiencias verdaderas? Aunque, cierto, no las niegan; más aún, los unos veladamente y los otros sin rebozo, tienen por verdaderas todas las religiones. Y es manifiesto que no pueden opinar de otra suerte, pues establecidos sus principios, ¿por qué causa argüirían de falsedad a una religión cualquiera? No por otra, ciertamente, que por la falsedad del sentimiento religioso o de la fórmula brotada del entendimiento. Mas el sentimiento religioso es siempre y en todas partes el mismo, aunque en ocasiones tal vez menos perfecto; cuanto a la fórmula del entendimiento, lo único que se exige para su verdad es que responda al sentimiento religioso y al hombre creyente, cualquiera que sea la capacidad de su ingenio. Todo lo más que en esta oposición de religiones podrían acaso defender los modernistas es que la católica, por tener más vida, posee más verdad, y que es más digna del nombre cristiano porque responde con mayor plenitud a los orígenes del cristianismo. 

(Papa San Pío X,  Encíclica  Pascendi, n. 13; subrayado agregado).

Unas pocas citas más de Papas católicos genuinos sobre el tema del indiferentismo resaltarán aún más el marcado contraste que existe entre las tonterías del falso pastor Francisco y la verdadera Voz de San Pedro que se encuentra en los Papas reales (todo subrayado agregado para enfatizar):

 Ahora llegamos a otra fuente desbordante de males, la cual tiene a la Iglesia actualmente afligida: nos referimos a la indiferencia, es decir, la opinión perversa que, por el trabajo fraudulento de los no creyentes, se expandió en todas partes, y según la cual es posible en cualquier profesión de Fe lograr la salvación eterna del alma si las costumbres se ajustan a la norma de los justos y honestos. Pero no será difícil para usted quitarle a las personas confiadas a su cuidado un error tan pestilente en torno a algo claro y evidente. Como el apóstol afirma (Efes. 4: 5) que existe “un Dios, una fe, un bautismo”, temen aquellos que sueñan que navegando bajo la bandera de cualquier religión podría igualmente aterrizar en el puerto de la felicidad eterna, y considerar que por el testimonio del Salvador mismo (Lc 11:23) “están en contra de Cristo, porque no están con Cristo”, y que desafortunadamente se dispersan solo porque no recolectan con él; por lo tanto “Todo el que quiera salvarse, ante todo es menester que mantenga la fe Católica; el que no la guarde íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre” (Credo de San Atanasio). San Jerónimo, al encontrar a la Iglesia dividida en tres partes debido al cisma, tenaz como era con el propósito sagrado, cuando alguien intentaba atraerlo a su facción, constantemente respondía en voz alta: “Estoy con quien esté unido a la Cátedra de san Pedro” (San Jerónimo, Ep. 58). Entonces, alguien equivocadamente, entre aquellos que no están cerca de la Iglesia, se atrevería a buscar razones para alentar a regenerarse también en el agua de salud; a lo que San Agustín respondería oportunamente: “Incluso la ramita cortada de la vid tiene la misma forma, pero ¿qué forma se beneficia si no vive de la raíz?” (San Agustín, Sermón 162 A). 

(Papa Gregorio XVI,  Encíclica  Mirari Vos, n. 13)

Condenado15. Todo hombre es libre para abrazar y profesar la religión que juzgue verdadera, guiado por la luz de su razón.    “Todo hombre es libre de abrazar y profesar la religión que, guiado por la luz de la razón, considere verdadera”.

Condenado:  16. Los hombres pueden, dentro de cualquier culto religioso, encontrar el camino de su salvación y alcanzar la vida eterna.

(Papa Pío IX,  Syllabus de los errores, nn. 15-16)

Note también que de ninguna manera Francisco estaba simplemente “siendo amable” con los incrédulos, como algunos podrían objetar. Más bien, los animó explícitamente a permanecer en su incredulidad, utilizando como guía espiritual el blasfemo Corán, que creen falsamente que está inspirado por Dios. ¡Él les dijo explícitamente que su adhesión (a la que llamó “fe”) a las enseñanzas de ese documento diabólico les produciría un beneficio espiritual!

Para Francisco, esta es solo una ocasión más para asegurar que los que están fuera de la Iglesia Católica no verán la necesidad de entrar nunca, a pesar de que la Santa Fe Católica enseña dogmática e infaliblemente que no hay salvación fuera de la Iglesia, el Arca de la Salvación, así como nadie se salvó del diluvio excepto los que estaban dentro del Arca de Noé, como enseñó el Papa Pío IX en términos muy claros:

La fe nos ordena que mantengamos que fuera de la Iglesia Apostólica Romana, ninguna persona puede ser salvada, porque nuestra Iglesia es el único arca de salvación, y quien no entre en ella, perecerá en las aguas del diluvio.

(Papa Pío IX,  Alocución  Singulari Quadam)

Sí, la Fe ciertamente requiere que mantengamos esto, y es esta misma Fe la que Jorge Bergoglio no posee ni enseña.

Asimismo, el Concilio de Florencia fue bastante inequívoco en su proclamación dogmática sobre la necesidad de morir unidos a la Iglesia Católica como condición sine qua non para la salvación:

[Este concilio] Firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia Católica, no sólo paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el diablo y, sus ángeles (Mt 25,41), a no ser que antes de su muerte se uniere con ella; y que es de tanto precio la unidad en el cuerpo de la Iglesia, que sólo a quienes en él permanecen les aprovechan para su salvación los sacramentos y producen premios eternos los ayunos, limosnas y demás oficios de piedad y ejercicios de la milicia cristiana. Y que nadie, por más limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la Iglesia Católica 

(Concilio de Florencia, Decreto  Cantate Domino; subrayado agregado).

¿Alguien afirmaría seriamente que Francisco cree esto? ¡Por supuesto que no!

Ya en julio del 13, el antipapa argentino les había dicho a los refugiados musulmanes que la observancia del Ramadán les traería “abundantes frutos espirituales”, y a los judíos se niega a predicarles a Cristo porque cree que siguen siendo el Pueblo Elegido de Dios y tienen su propia alianza válida con el Todopoderoso, junto con la alianza instituida por Cristo.

Incluso para los ateos, ya ha insinuado la salvación si "hacen el bien", y a los católicos les dijo que no deben preocuparse por el Juicio Final, sino que deben esperarlo con "gozo".

Esto es abominable. Esto es malvado. ¡Esto es el anticristo! Las palabras de San Pablo, Apóstol de los gentiles, tal vez nunca hayan sido más aplicables que ahora:

Pero si nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes dijimos, ahora lo repito: Si alguno os anuncia un evangelio diferente del que habéis recibido, sea anatema. Porque ¿acaso persuado ahora a los hombres o a Dios? ¿O busco complacer a los hombres? Si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

(Gálatas 1:8-10)

Jorge Bergoglio predica un evangelio falso. ¡Que sea anatema!


Novus Ordo Watch


sábado, 11 de enero de 2014

PAPA FRANCISCO: UN SACERDOTE SIN RELACIÓN CON DIOS ES UN NARCISO

“El verdadero sacerdote, ungido de Dios para su pueblo, tiene una relación estrecha con Jesús: cuando esto falta, el sacerdote se vuelve ‘untuoso’, ‘idólatra’, ‘devoto del dios Narciso’”.


Lo afirmó el papa Bergoglio esta mañana en la homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Junto con Bergoglio concelebraron el Cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal italiana y un grupo de sacerdotes de la Archidiócesis de Génova, de la que el Purpurado es su Arzobispo.

El papa dedicó enteramente su homilía a los sacerdotes. Al comentar la primera Carta de San Juan, que dice que tenemos la vida eterna porque creemos en el nombre de Jesús, el papa se preguntó cómo es la relación de los sacerdotes con Jesús, porque “la fuerza de un sacerdote – dijo – está en esta relación”. A la vez que “Jesús, cuando crecía en popularidad – observó – iba a lo del Padre”, se retiraba “en lugares desiertos a orar”. Y explicó que “ésta es un poco la piedra miliar de los sacerdotes”, incluyéndose a sí mismo. Porque como se preguntó Bergoglio, “si vamos o no vamos a encontrar a Jesús, ¿cuál es el lugar de Jesucristo en mi vida sacerdotal? Se trata de una relación viva, de discípulo a Maestro, de hermano a hermano, de pobre hombre a Dios, o es una relación un poco artificial que no viene del corazón”

“Nosotros somos ungidos por el Espíritu y cuando un sacerdote se aleja de Jesucristo puede perder la unción. En su vida, no: esencialmente la tiene… pero la pierde. Y en lugar de ser ungido termina por ser ‘untuoso’. ¡Y cuánto mal hacen a la Iglesia los sacerdotes ‘untuosos’! Aquellos que ponen su fuerza en las cosas artificiales, en las vanidades, en una actitud… en un lenguaje remilgado… ¡Pero cuántas veces se oye decir con dolor: ‘Pero, este es un ‘sacerdote-mariposa’!, porque está siempre en las vanidades… Éste no tiene relación con Jesucristo! Ha perdido la unción: es un untuoso”.

A continuación, Bergoglio añadió: “Nosotros los sacerdotes tenemos tantos límites: somos pecadores, todos. Pero si vamos a lo de Jesucristo, si buscamos al Señor en la oración – la oración de intercesión, la oración de adoración – somos buenos sacerdotes, si bien somos pecadores. Pero si nos alejamos de Jesucristo, debemos compensar esto con otras actitudes… mundanas. Y así, todas estas figuras… también el ‘sacerdote-especulador’, el ‘sacerdote-empresario’… Pero el sacerdote que adora a Jesucristo, el sacerdote que habla con Jesucristo, el sacerdote que busca a Jesucristo y que se deja buscar por Jesucristo: éste es el centro de nuestra vida. Si no está esto, perdemos todo. ¿Y qué daremos a la gente?”.

Que “nuestra relación con Jesucristo, relación de ungidos para su pueblo aumente en nosotros los sacerdotes cada día más”:

“Pero es bello encontrar a sacerdotes que han dado su vida como sacerdotes, de verdad, de los que la gente dice: ‘Pero, sí, tiene mal carácter, tiene esto, tiene aquello… pero ¡es un sacerdote!’. ¡Y la gente tiene olfato! En cambio, cuando la gente ve a los sacerdotes – por decir una palabra – ‘idólatras’, que en lugar de tener a Jesús, tienen a pequeños ídolos… pequeños… algunos ‘devotos del dios Narciso’, también… Cuando la gente ve a éstos, la gente dice: ‘¡Pobrecito!’. Lo que nos salva de la mundanidad y de la ‘idolatría que nos hace untuosos’, lo que nos conserva en la unción, es la relación con Jesucristo. Y hoy, a ustedes que han tenido la gentileza de venir a concelebrar aquí, conmigo, les deseo esto: ¡pierdan todo en la vida, pero no pierdan esta relación con Jesucristo! ¡Ésta es su victoria! ¡Y adelante, con esto!”.


Revista Ecclesia



viernes, 3 de enero de 2014

BERGOGLIO PIDE EDUCAR BIEN A SEMINARISTAS

Bergoglio advirtió que los sacerdotes se pueden convertir en “pequeños monstruos” si no son entrenados adecuadamente cuando están en el seminario, tiempo de estudio que debe ser empleado para ‘moldear su corazón y su mente’.


Bergoglio también advirtió que no hay que aceptar hombres para el sacerdocio que pudieran haber estado implicados en abusos sexuales u otro tipo de problemas, ya que la protección de los fieles católicos es más importante.

El pontífice hizo estas declaraciones el 29 de noviembre durante una reunión a puerta cerrada con 120 superiores de órdenes religiosas que se reunieron en el Vaticano para su asamblea regular.

La publicación jesuita La Civilta Cattolica presentó el viernes un reportaje de la sesión informal de preguntas y respuestas que se extendió tres horas. El Vaticano nunca divulgó una transcripción de la reunión.

El primer papa jesuita dijo a los superiores que quiere que “despierten al mundo” con sus obras, “especialmente con los pobres”, según lo citó la revista. “Para entender verdaderamente la realidad necesitamos alejarnos de la posición central de calma y paz y dirigirnos hacia las zonas periféricas, dijo.

Bergoglio, quien dirigió el programa de entrenamiento para novicios de los jesuitas en su natal Argentina en la década de 1970, también advirtió a los superiores de algunos errores en el seminario, como cuando los futuros sacerdotes sólo “tratan de no cometer errores, siguen las reglas sonriendo mucho, simplemente esperando el día que les digan 'muy bien, terminaron su formación'”.

“Esta es hipocresía resultado del clericalismo, que es uno de los peores males”, dijo Bergoglio, según lo citaron, retomando el tema del clericalismo —cierto tipo de nepotismo y arribismo entre los religiosos— que ha criticado frecuentemente.

El entrenamiento de los sacerdotes, dijo, debe ser “una obra de arte, no una acción policiaca. Debemos formar sus corazones. De otra forma estamos creando pequeños monstruos. Y después esos pequeños monstruos moldean al pueblo de Dios. Eso realmente me eriza la piel, afirmó, según lo citaron.

En declaraciones a los superiores, Bergoglio dijo que es un riesgo el “gran problema” de aceptar en el seminario a alguien a quien ya se le ha retirado de otra institución religiosa, y mencionó la actitud firme del papa Benedicto XVI contra los sacerdotes que han cometido abusos sexuales. “No hablo de la gente que reconoce que es pecadora: todos somos pecadores, pero no todos somos corruptos”, dijo Francisco.

“Los pecadores son aceptados, pero no la gente que es corrupta”. El reportaje fue publicado el mismo día que Bergoglio celebró misa con cerca de 350 de sus colegas jesuitas en la principal iglesia de la orden de Roma para festejar el reciente decreto por el cual se canonizó al primer recluta de la Compañía de Jesús, Pedro Fabro.

Durante su homilía, Bergoglio dijo a los jesuitas que recurran a la misericordia y no a la moralidad cuando prediquen.

“La tentación, que posiblemente muchos de nosotros experimentamos, y que muchas otras personas tienen, me viene a la mente: esa de vincular la proclamación del Evangelio con golpes inquisitivos de condena. No, la palabra de Dios se predica con gentileza, fraternalmente, con amor”, afirmó.


El Dia



jueves, 2 de enero de 2014

BERGOGLIO SE LLEVA EL FUEGO DE LOS JESUITAS POR BLANQUEAR EL CORÁN

Es mucho más fácil para nosotros demostrar que el Vaticano II causó el desorden con un Bergoglio desbocado prácticamente todos los días. 

Por el padre Anthony Cekada

Antes del Vaticano II, lo último que se podía esperar de un jesuita era que atacara públicamente un pronunciamiento papal. Los jesuitas, independientemente de sus otros considerables defectos, eran considerados como defensores ferozmente leales del papado, las "tropas de choque de la Santa Sede", que incluso hacían un cuarto voto especial para ir a donde el Papa los enviara.

Pero como dice el trillado refrán de los años 70, "eso era antes y esto es ahora", siendo el "ahora" cincuenta años después del trabajo de demolición del Vaticano II en la Iglesia, y nueve meses del loco reinado de Jorge Bergoglio, también conocido como "papa Francisco".

En los meses transcurridos desde su elección, Bergoglio ha producido un torrente de pronunciamientos que han sido alternativamente heréticos, blasfemos, teológicamente ignorantes, ofensivos, equivocados, tontos, clichés, superficiales, contradictorios o cripto-marxistas. Tal y como habíamos previsto, este hombre es una bala perdida. Es una fuente constante de preocupación y una vergüenza espantosa para aquellas personas del Novus Ordo, ahora una minoría, que todavía se aferran a los vestigios de la antigua religión. Muchas de estas almas, sin embargo, han comenzado a criticar a Bergoglio, abiertamente y en los principales medios de comunicación.

El último en criticar a Bergoglio es un jesuita egipcio experto en el Islam, el reverendo Samir Kahil Samir, que enseña en Beirut, Roma y París, y es autor de varios libros y ensayos sobre el Islam y su relación con el cristianismo y Occidente. El 19 de diciembre, el sitio "Asia News" del Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras publicó un extenso comentario del padre Samir sobre los pasajes que tratan del Islam en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium de Bergoglio del 24 de septiembre. Posteriormente, su artículo recibió una publicación mucho más amplia cuando el respetado corresponsal del Vaticano Sandro Magister publicó una amplia sección del mismo en su blog el 30 de diciembre.

Mientras que la primera parte del comentario del padre Samir elogia lo que él considera "muchas cosas positivas" de la exhortación, su segunda parte, "Puntos de la 'Evangelii Gaudium' que requieren aclaración", es de gran interés para nosotros, ya que demuestra que las declaraciones optimistas de Bergoglio sobre el Islam son producto de la estupidez o son simplemente una sarta de mentiras.

He aquí una síntesis del catálogo del padre Samir sobre las torpezas bergoglianas respecto al tema del Islam, los musulmanes y el Corán, tomadas de los números 250-253 de Evangelii Gaudium.


1. Los musulmanes "adoran con nosotros al Dios único y misericordioso" (nº 252)

Por supuesto, cualquier católico tradicional sabe que esto es totalmente falso, justo el tipo de basura ecuménica que la Iglesia Conciliar ha estado publicando durante décadas. Pero lo significativo es que el padre Samir reconoce que la declaración de Bergoglio es falsa, porque "sugiere que las dos concepciones de Dios son iguales", y no duda en decirlo.


2. "Jesús y María reciben una profunda veneración" en el Islam (nº 252)

Mientras que las mujeres musulmanas pueden, en efecto, venerar a la Santísima Virgen, dice el padre Samir, Nuestro Señor "no es objeto de veneración". De hecho, "todo lo que se dice de Jesús en el Corán es exactamente lo contrario de la enseñanza cristiana. No es el Hijo de Dios, sino un profeta, y eso es todo".


3. "Los escritos sagrados del Islam han conservado algunas enseñanzas cristianas" (nº 252)

El padre Samir dice que los mahometanos conservan "palabras o hechos" de los cuatro Evangelios y "relatos piadosos" de los Evangelios apócrifos, pero "no extraen de ellos el sentido teológico que contienen, y por eso no dan a estos hechos o palabras el significado que realmente tienen..."

Además, señala el padre Samir, el Corán se opone a todos los dogmas cristianos fundamentales: 
Condena explícitamente la noción de que Cristo es la Segunda Persona de la Trinidad.
Condena la doctrina de la Trinidad.
Niega la divinidad de Cristo.
Niega la Redención, afirmando que Jesucristo no murió en la Cruz.

En resumen, dice el padre Samir, que el Corán y los musulmanes niegan los dogmas esenciales del cristianismo. "No se puede decir entonces que 'los escritos sagrados del Islam recuperan parte de las enseñanzas cristianas'". El Jesús del Corán "no tiene nada que ver con el Jesús de los Evangelios".


4. Los musulmanes "reconocen la necesidad de responder a Dios con un compromiso ético" (nº 252)

Bergoglio intenta establecer un paralelismo entre los cristianos y los musulmanes en este punto, y el padre Samir demuestra que esto también es falso. Mientras que para los cristianos todos los hombres necesitados deben ser objeto de su caridad, entre los musulmanes se ayuda a los semejantes como medio de promover la "solidaridad dentro de la comunidad islámica", como puede verse en la respuesta de los países árabes ricos a los desastres naturales.

Mientras que para los cristianos la incomodidad del ayuno pretende acercarnos al propio sacrificio de Cristo, el farsante "ayuno" del Ramadán permite comer todo lo que se quiera de la mejor comida que se desee desde el atardecer hasta el amanecer, siempre que no se coma nada durante el día. El Ramadán es un momento para atiborrarse de manjares toda la noche.

Mientras que el cristiano debe perdonar, un musulmán que observe la ley islámica, no tiene la obligación de perdonar según el Corán.

Mientras que el matrimonio cristiano eleva la dignidad de la mujer por su indisolubilidad y por las obligaciones que impone al marido, el Corán permite la poligamia, permitiendo hasta cuatro esposas; y por si esto no fuera suficientemente degradante, incluso permite al marido divorciarse y sustituirlas, siempre que el número se mantenga en cuatro.


5. "Obstáculos y dificultades" del "fundamentalismo de ambos lados" (nº 250, 253)

De esta idiotez particularmente grande, el padre Samir observó:

"Los fundamentalistas cristianos no llevan armas... [Pero entre los musulmanes,] el fundamentalismo armado busca replicar el ejemplo mahometano. En su vida, Mahoma libró más de sesenta guerras, y si Mahoma es el ejemplo supremo (como afirma el Corán en 33:21), no es de extrañar que algunos musulmanes también empleen la violencia a imitación del fundador del Islam".


6. "El verdadero Islam y la correcta interpretación del Corán se oponen a toda violencia" (Nº 253)

El padre Samir realmente tiene que morderse la lengua en este caso para no llamar a Bergoglio idiota o mentiroso. En cuanto a la idea de que el "verdadero Islam" se opone a toda violencia, el padre Samir dice que "esto no parece cierto" y que "necesita muchas explicaciones. Basta con citar los capítulos 2 y 9 del Corán".

"Aquí en Oriente", añade el padre Samir, "entendemos muy bien que el terrorismo islámico tiene una motivación religiosa". Además, la cuestión de dar una interpretación adecuada al Corán, dice el padre Samir, es "el debate más acalorado -de hecho, el más prohibido- en el mundo musulmán".

* * * * *

El veredicto sobre el tratamiento del Islam por parte de Bergoglio en la Evangelii Gaudium, por lo tanto, es obvio: casi todo lo que dice es falso. Es una combinación fatal de estupidez teológica, ignorancia incluso de los hechos básicos sobre el islam, ilusiones ecuménicas y obsesiones rancias de los años 60, aderezadas con una pizca de retórica antitradicionalista ("fundamentalistas de ambos lados", es decir, ustedes y yo, amigos). Y la prueba de estas conclusiones no proviene de un temido sedevacantista (como yo), sino de una fuente totalmente "mainstream" del Novus Ordo, el padre Samir, antiguo asesor del Vaticano en asuntos islámicos y, al igual que Bergoglio, jesuita.

Los errores doctrinales e idiotas de Bergoglio en Evangelii Gaudium no se limitan a sus cuatro párrafos sobre el Islam. Uno podría dedicar varias semanas de blogs a diseccionar el resto del documento y aún así no se quedaría sin material. Está cargado de errores y -no hay otra forma de decirlo- de idioteces.

Luego está el panorama general: Hemos afirmado en repetidas ocasiones que uno de los principales objetivos de Bergoglio desde que salió por primera vez al balcón de San Pedro después de su elección ha sido disminuir el papado. Ha perseguido implacablemente este objetivo durante los últimos nueve meses con sus palabras y sus actos intencionadamente torpes y bien publicitados. 

Aunque Bergoglio es un típico liberal estalinista de los años 60 que no duda en utilizar su autoridad para aplastar a la oposición tradicionalista ("neopelagianos ensimismados"), se da cuenta de que también se puede manipular a los oponentes como peones en un plan para lograr el objetivo revolucionario más amplio. Esta fue la estrategia que siguió Mao en su "Revolución de las cien flores" para atraer y luego eliminar a la oposición. Así, Bergoglio ha llegado a decir públicamente que aprecia cuando la gente le corrige (le "manifiesta amor"), consiguiendo así otro doblete: publicitar su "humildad" autoengrandecida y disminuir la deferencia y el respeto por el cargo papal. ¿Y aprecia realmente la corrección pública? Que se lo pregunten al cardenal Burke.

Todo esto, sin embargo, tiene un lado positivo para los católicos que han rechazado la revolución del Vaticano II. A diferencia de la fachada relativamente conservadora que Juan Pablo II y Benedicto XVI trataron de ponerle al Vaticano II, Bergoglio le ha quitado la máscara para revelar su verdadero rostro: una revolución -en su sentido original de "vuelco"- en la fe, la disciplina, la liturgia y la moral católicas. 

Es mucho más fácil para nosotros demostrar que el Vaticano II causó el desorden con un Bergoglio desbocado prácticamente todos los días. 

El contraste y la oposición entre la religión católica y la religión modernista del Vaticano II se hará cada vez más evidente para las almas de la institución del Novus Ordo que aún conservan una comprensión tradicional de la doctrina y la moral católicas.

Así que, si a la larga más católicos llegan a entender que el Vaticano II es el verdadero problema y necesita ser abandonado, se deberá en gran medida a las locas payasadas de su Fanboy Número Uno - Jorge Mario Bergoglio, "Caos Frank", "Papa Gagá".