Estimado Arzobispo:
Estoy seguro que usted no esperaba nada más de Jorge Bergoglio.
Sé que él sabe que no tiene autoridad, así que no sé qué efecto tendrá en usted en el futuro. Espero que siga diciendo Misa y recibiendo los Sacramentos. Es verdaderamente una insignia de honor ser rechazado por la falsa iglesia posconciliar.
Tiene toda mi solidaridad por sufrir públicamente esta grave injusticia. Para mí y para muchos otros, usted es un héroe valiente.
Como siempre, ha dado en el clavo en cuanto a la ilegitimidad de Francisco. Ha expresado los problemas fundamentales de la institución que ha eclipsado a la verdadera Iglesia, y lo felicito por su valentía, ¡pero sobre todo por cómo se mantiene fiel a la verdadera Iglesia!
¡Usted es un Atanasio moderno! Tengo todo el respeto por la forma en que defiende a Cristo y su Iglesia. Estoy 100% de acuerdo con usted en que la iglesia posterior al Vaticano II es una iglesia falsa. Por eso construí una iglesia católica donde sólo se practica el culto tradicional. Usted es bienvenido a venir a celebrar Misa en cualquier momento.
Por supuesto que ser llamado “cismático” y ser “excomulgado” por Jorge Bergoglio es como una insignia de honor si se considera que él es un apóstata total y lo expulsa de una institución falsa.
Recuerdo que el verdadero cisma requiere innovación, algo que usted no ha hecho, pero Bergoglio sí lo hace en cada respiro.
¡Él es, por lo tanto, el cismático! Y de hecho, él ya se ha excomulgado ipso facto con sus numerosas herejías públicas (canon 188 del Código de 1917).
Como él ya sabe, no tiene poder para excomulgarlo porque él ni siquiera es católico. ¡Así que regocíjese! Estoy con usted y espero que Bergoglio también me excomulgue de su falsa Iglesia.
Bergoglio y sus secuaces tienen las vestiduras y los edificios, pero Usted tiene la fe.
Dios lo bendiga y lo proteja. Si necesita algo, solo pídalo, haré todo lo posible para ayudarlo.
Con admiración y respeto eterno.
Mel Gibson
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