viernes, 30 de junio de 2023

LA TRADICIÓN LORETANA NO ES UNA LEYENDA (XCIII)

Para defender la Tradición, mostraremos que hay bases para una creencia verdaderamente católica e intelectualmente respetable de que la Santa Casa fue transportada milagrosamente desde Nazaret, con varias paradas en el camino, hasta Loreto.

Por la Dra. Carol Byrne


El mito todavía tiende a asociarse con la Tradición de Loreto y abundan las acusaciones en la era moderna de que fue pura invención, imposible de reconciliar con la naturaleza de la realidad histórica. Esta fue la posición de los modernistas del siglo XX que actuaron bajo el supuesto de que los milagros no deberían ser tomados en cuenta si nos proponemos hacer un trabajo “erudito” sobre eventos pasados ​​y determinar su historicidad. Y sigue siendo la opinión predominante entre los católicos progresistas de hoy.

Pero, al aislarse de las fuentes sobrenaturales de la intervención divina, también cortaron cualquier vínculo con lo que es más verdadero sobre el mundo de la realidad, que afirman poder explicar a los demás.

Una ilustración de 1520 que muestra el traslado de la Santa Casa a Loreto

La acusación principal, falsamente formulada contra la Tradición de Loreto, fue la de credulidad por parte de quienes la aceptaron en ausencia de “pruebas” o “conocimientos razonables”. Para defender la Tradición, mostraremos que hay bases para una creencia verdaderamente católica e intelectualmente respetable de que la Santa Casa fue transportada milagrosamente desde Nazaret, con varias paradas en el camino, hasta Loreto.

En primer lugar, es necesario aceptar que es posible que Dios opere fuera de las leyes que rigen el mundo físico sin violar el orden natural; y que los milagros que Él desea realizar no son contrarios a la naturaleza, sino que están por encima y más allá de la naturaleza. Una vez aceptado ese punto fundamental, pasamos a la conclusión ineludible de que la posibilidad de que tal evento suceda no puede ser considerada como absurda por cualquiera que crea en la Divina Providencia y el ministerio de los Ángeles.

Procederemos en nuestra investigación sobre la base de que esta Tradición merece una seria consideración, especialmente por parte de los católicos.

Consideremos los siguientes hechos que constituyen evidencia convincente de la autenticidad de las translocaciones milagrosas de la Santa Casa a fines del siglo XIII:
  Testimonios orales aprobados por la Iglesia a menos de 20 años de la llegada de la Santa Casa a Loreto

  El testimonio de los innumerables milagros obrados en la Santa Casa y los favores divinos allí concedidos

  Una Tradición ininterrumpida de aceptación por parte del mundo católico durante más de 700 años

  La devoción de cientos de Santos (1) e innumerables peregrinos que visitaron el sitio

  Evaluación académica de los registros históricos

  Pruebas científicas válidas obtenidas a partir del análisis pericial de los materiales de la estructura de la Santa Casa que demuestran su origen en Palestina y la imposibilidad de que fuera reconstruida en Loreto.

  Declaraciones de más de 40 Romanos Pontífices en documentos oficiales declarando la identidad de la Santa Casa de Nazaret y la de Loreto, y concediendo indulgencias a los peregrinos

  La concesión de un Oficio y Misa Propios en 1699.

La estatua milagrosa de la Virgen de Loreto en la Basílica que cubre la Santa Casa

Cada una de estas pruebas tiene un gran peso epistemológico; juntas, tienen una consistencia interna que confiere a toda la Tradición loretana una validez lógica definitiva. ¿Quién, de hecho, puede argumentar en contra de ellas? Nunca se ha hecho, como veremos más adelante al examinar los argumentos contrarios de varios “escépticos de Loreto”.

El sacerdote del siglo XIX, padre James Spencer Northcote (2), un experto en antigüedades cristianas y un destacado arqueólogo, después de haber estudiado la historia de la Santa Casa, llegó a la conclusión de que cualquiera que despreciara su milagrosa traslación se encontraría en una posición denigrante:
“Estaría asumiendo que es más inteligente que la gran masa de fieles que durante siglos han venerado este santuario y han considerado su historia como verdadera. Se supondría más sagaz que los Santos, más sabio que los Sumos Pontífices que han dado tan magníficos testimonios de la verdad de su historia, y más prudente que la Sagrada Congregación de Ritos que ha aprobado el oficio de la traslación” (3).
Cualquiera que rechace el concepto del vuelo milagroso –o, más correctamente, los múltiples “vuelos”– de la Santa Casa, sin considerar primero la evidencia acumulada ofrecida por la Iglesia, podría ser acusado de irracionalidad o de mala voluntad.


Los documentos pueden perecer, pero la Tradición sobrevive

Si uno espera consultar un conjunto de documentos contemporáneos que describan la desaparición de la Casa de Nazaret en 1291 y su eventual aparición en Loreto en 1295, se sentiría muy decepcionado, ya que la fuente original producida en el momento de la Traslación se perdió o se destruyó; y no hubo relatos históricos publicados de la Traslación hasta el siglo XV.

Sin embargo, esto no da motivos para la incredulidad, ya que la credibilidad de los milagros se basa en un tipo de evidencia diferente a la proporcionada por los “historiadores revisionistas” modernos que evalúan los eventos en términos puramente naturalistas.

Un mapa del siglo XVI que muestra la doble traslación
de la Santa Casa

Este punto fue señalado por el Papa Pío X en una carta dirigida a través del Cardenal Secretario de Estado al Arzobispo de Rouen en la que menciona “los principios fundamentales y las reglas del verdadero método histórico y apologético hechos, con la autoridad doctrinal correspondiente a sus personas y su misión, por aquellos cuyo orgullo y deber es ponerse a la cabeza de los defensores de la ortodoxia pura” (4). En otras palabras, la credibilidad se basa en la autoridad de los líderes de la Iglesia que defienden la Doctrina ortodoxa.

Advirtió que la credibilidad de las verdades sobrenaturales “no puede encontrarse en el pomposo pretexto de una vana erudición” que proviene de la pseudociencia, y animaba a “las personas bien intencionadas [...] a descubrir, incluso en ausencia de documentos escritos, las pruebas manifiestas de la verdad de lo que se cree sobre la base de la Tradición prudentemente supervisada y verificada” (5) [énfasis añadido].

Pero, ¿qué tipo de evidencia había originalmente, y qué tan convincente es, dada la no supervivencia de los primeros documentos? Ciertos historiadores del siglo XV, alentados por la protección y supervisión de los Papas, consultaron y registraron muchos de los testimonios de los peregrinos del siglo XIII tanto en Nazaret como en Loreto, asegurando que estos sobrevivieron incluso después de la pérdida de los documentos originales.

De ellos se desprende que sucesiones de peregrinos que habían visitado Nazaret antes de 1291 coincidían en sus testimonios en que la Santa Casa estaba situada en la cripta de una basílica que habían construido sobre ella los cruzados. Fue allí donde San Luis IX, Rey de Francia, escuchó Misa en 1251 en la misma cámara donde el Ángel anunció la venida de Cristo a la Santísima Virgen María (6). La Tradición de utilizar la Santa Casa como iglesia continuó después de su traslado a Loreto, donde también se convirtió en un lugar de peregrinación para miles de católicos de todo el mundo.


¿Qué es la 'Tradición de Loreto'?

La historia escrita más antigua del Santuario de Loreto data de mediados del siglo XV cuando el padre Pietro di Giorgio Tolomei (generalmente conocido como Teramano), su rector de 1450 a 1473, elaboró ​​su relato en latín, basado en información encontrada en los archivos locales (7).

 .
Una aleación de estaño del siglo XIV

Comenzó como un modesto Resumen colgado en la pared de la casa-iglesia para información de los peregrinos visitantes, pero alcanzó fama internacional tras su publicación en italiano en 1472 (8). El valor del relato de Teramano radicaba en que proporcionaba para la posteridad una crónica de la Tradición viva de su época, que circulaba desde 1291. Esta fuente, por lo tanto, puede considerarse la base de toda la Tradición de Loreto.

Se puede dividir en tres secciones principales.

Primero, Teramano trazó en detalle el viaje de la Santa Casa desde Nazaret a través de Dalmacia (la actual Croacia) y varios lugares de Italia hasta su ubicación en Loreto, cerca de la ciudad de Recanati. Su información se basó no solo en una búsqueda minuciosa de los documentos de archivo, sino también en declaraciones, hechas bajo juramento, por lugareños confiables que relataron lo que las generaciones anteriores habían visto y oído en el momento de las diversas traducciones de la Santa Casa.

La credibilidad de su testimonio descansaba principalmente en el principio medieval de fidedignorum assertio (una declaración hecha por “hombres dignos de confianza”) (9). La evidencia de testigos oculares no fue suficiente para producir certeza moral; tenía que concordar con la fe en las cosas invisibles y corroborar la Tradición ya existente. Esta había sido transmitida y universalmente aceptada por los habitantes de las zonas por donde había pasado la Santa Casa, y por la gran cantidad de peregrinos que habían presenciado milagros en esos lugares.

Segundo, Teramano dedicó una sección a las palabras de un ermitaño local de vida devota que describió una revelación que había recibido de Nuestra Señora sobre la Santa Casa: que era suya, el lugar de la Encarnación y el hogar de la Sagrada Familia.

Tercero, Teramano también mencionó que una delegación de 16 hombres fue enviada desde Recanati en 1296 para inspeccionar el sitio de la Casa de Nazaret donde, trascendió, solo quedaban los cimientos; que tomaron medidas y, a su regreso, encontraron que éstas correspondían exactamente (“ad unguem”) (10) a las dimensiones de la Santa Casa que había partido de Nazaret, dejando atrás sus cimientos.

Esta es la Tradición de Loreto en pocas palabras. Puede parecer poco, pero una vez extraídas las consecuencias de la información suministrada, y cuando se llevaron a cabo nuevas investigaciones -que, como veremos, fueron obra de historiadores y científicos posteriores-, los resultados son sencillamente estupendos. Significa que la Santa Casa, en contra de las leyes de la física, se ha mantenido en pie sin cimientos y completamente sin apoyo durante siglos como su propio testigo silencioso de su carácter sagrado y de su transporte milagroso.

Lo que podemos decir hasta ahora con certeza es que la Tradición de Loreto, transmitida de boca en boca como una serie de hechos conocidos debidamente presenciados, firmados y archivados antes de ser narrados por Teramano, no fue una mera “leyenda” o una invención fantasiosa.

El tema de numerosas pinturas e ilustraciones


1) Entre ellos estaban San Francisco Javier, San Ignacio de Loyola, San Carlos Borromeo, San Luis Gonzaga, San Francisco de Sales, San Benito Labre, San Alfonso de Ligorio y Santa Teresa de Lisieux.

2) El padre James Spencer Northcote DD (1821-1907) fue un converso del anglicanismo, distinguido erudito clásico con un título de primera clase de la Universidad de Oxford que más tarde se interesó en la arqueología. En reconocimiento a su erudición, recibió el título de Doctor en Divinidad en 1861 de manos del Papa Pío IX, y fue nombrado presidente del Oscott College en la diócesis de Birmingham.

3) JS Northcote, Celebrated Sanctuaries of the Madonna, PF Cunningham, 1868, p. 102.

4) AAS, 04, 1912, Carta del Card. Merry del Val al Arq. Frédéric Fuzet de Rouen, 22 de abril, p. 355.

5) Ibídem.

6) Un relato de la visita del Rey a Nazaret fue escrito por su confesor y biógrafo, Geoffroy de Beaulieu, OP, quien lo acompañó durante su peregrinación a Tierra Santa. Su biografía, Vita Ludovici Noni (La vida de Luis IX) fue uno de los principales testimonios en el proceso de canonización de Luis IX, que tuvo lugar en 1297.

7) Casi al mismo tiempo, otra historia, similar en contenido a la de Teramano, fue escrita por el padre Giacomo Ricci, pero fue poco conocido porque permaneció durante siglos en forma manuscrita. No se publicó hasta 1987 con su título original de Virginis Mariae Loretae Historia.

8) Como medida de lo apreciado que era el Resumen de Teramano por la Santa Sede, fue traducido en 1578 por orden del Papa Gregorio XIII al griego, árabe, eslavo, alemán, francés y español, y fijado en las paredes del Santuario para beneficio de los peregrinos internacionales. Más tarde sería traducido al inglés.

9) En la Edad Media, era práctica común que los obispos recopilaran información de las declaraciones de los testigos en los tribunales eclesiásticos, durante las visitas episcopales y ante los tribunales de la Inquisición. Tales declaraciones se mantenían en confianza sobre la base de un trasfondo común de fe religiosa. Los obispos depositaban su fe en los hombres locales considerados dignos de su confianza quienes, a su vez, reconocían la autoridad y el poder de jurisdicción del obispo.

10) Teramano utilizó esta expresión (literalmente “hasta la uña”) para denotar un ajuste perfecto. Como metáfora de la arquitectura, en la época romana era utilizada por escultores y canteros que comprobaban la perfección de su trabajo deslizando la uña de un dedo por una junta bien ajustada.


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¿FRANCISCO VERSUS FRANCISCO?

Sobre la prohibición de bendecir a las parejas homosexuales, he aquí la otra narrativa: el pontífice no está de acuerdo.


Según Juan Carlos Cruz, la persona que firmó el Responsum sobre la bendición de las parejas homosexuales ya no trabaja en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Se ha cometido un error. ¿Pero cual?


El reportaje lo publica Il Sismógrafo, 20-06-2023.

Incluso en estos días, como sucede periódicamente, la firma del papa en un importante documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha vuelto a amarillear. Se trata del Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe a un dubium sobre la bendición de las uniones del mismo sexo, publicado con la firma del Cardenal Prefecto Luis F. Ladaria, SJ, y el secretario, Dom Giacomo Morandi, el 15-03-2021.

El Responsum, del 22-02-2021, fiesta de la Cátedra de San Pedro Apóstol, que de hecho no lleva la firma gráfica del papa Francisco, concluye con esta frase: “El Sumo Pontífice Francisco, en el curso de una Audiencia concedida al suscrito Secretario de esta Congregación, ha sido informado y ha dado su asentimiento a la publicación del ya mencionado Responsum ad dubium, con la Nota explicativa adjunta.”.

Pocas horas después de la publicación de este Responsum (Texto en siete idiomas), por el que el papa recibió muchas críticas, en Estados Unidos , en círculos cercanos a una revista jesuita estadounidense, comenzaron a circular rumores de que el papa Francisco no estaba de acuerdo con el respuesta del Dicasterio (Congregación) al respecto, en definitiva, que no compartía el contenido del Responsum.

Nada nuevo. Voces idénticas se amplificaron en la noche del mismo día en que se publicó el Responsum. En pocas horas, la versión según la cual el papa discrepaba fue ampliamente difundida en Estados Unidos, Italia y Argentina. Inmediatamente se sintió como una operación orquestada que buscaba crear confusión, introducir dudas, sofocar las críticas y proporcionar argumentos en apoyo a Francisco.

Nada de nuevo. Cosas similares ocurrieron en otras partes del pontificado, en el caso de otras palabras o frases, afortunadamente menos delicadas e importantes que esta sobre las uniones del mismo sexo [1].

En estos casos -y en 10 años ha habido innumerables idénticos- al final del juego, sin embargo, ninguna autoridad ha aclarado nunca nada y todo sigue siendo ambiguo, opaco y misterioso hasta la próxima ola, como la de este momento, con la cuestión de la bendición de parejas del mismo sexo .

El silencio del Vaticano siempre ha sido inflexible, y probablemente ahora también será igual.

Tratemos de contar este último episodio. Hace unos días, el santo padre envió una carta manuscrita, fechada el 6 de mayo, al padre James Martin, célebre jesuita estadounidense, a través de quien el pontífice saludó a los participantes del evento “Outreach lgbtq Catholic Ministry Conference” (Fordham University, Nueva York) celebrado del 16 al 18 de junio. Pues bien, a esta charla fue invitado el chileno Juan Carlos Cruz, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores y una de las tres víctimas más famosas del ex sacerdote pedófilo en serie encubierto por la Iglesia chilena durante años, Fernando Karadima, para hablar de su amistad con Francisco. En un discurso que duró más de una hora, Cruz dijo:

“El papa se puso muy triste cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó una carta, que no firmó, afirmando que las parejas homosexuales no pueden ser bendecidas (…) Pero hay que creerme (…) la gente quien escribió esa carta ya no trabaja en la Congregación para la Doctrina de la Fe [aplausos].

¿y quién es la persona que, según el deseo de Francisco, ya no trabaja en el Dicasterio?

Por supuesto, la referencia se refiere al arzobispo Giacomo Morandi, que ya no es secretario del dicasterio porque ha sido nombrado obispo de Reggio Emilia - Gustalla.

Lo que decimos es muy grave, muy grave por cierto. Las cosas son lineales si el horizonte es la verdad.

O miente Juan Carlos Cruz, abusando de su relación personal con Francisco, relación sobre la que contó en su discurso que desde hace cinco años, cada 13 de agosto, celebra su cumpleaños junto a Francisco en la mesa que le gusta.

¿O miente el papa ?

No existe una tercera vía a menos que desee manipular el texto de Responsum para deslegitimarlo.

En este punto – pero seguramente no habrá respuesta – el Dicasterio para la Doctrina de la Fe debería aclarar estas dudas con otro Responsum:

-¿Ha autorizado finalmente el papa o no la publicación del documento que contiene la prohibición de las bendiciones?

- ¿Se puede autorizar y a la vez negar como si nada la publicación de una norma de este tipo?

- ¿Por qué después de dos años, desde el comienzo de esta historia, el Vaticano nunca aclaró autorizando la circulación de mentiras doctrinales con su silencio?

Este asunto es serio, muy serio. El contenido puede ser discutido con diferentes opiniones.

Sólo queremos plantear el problema del método utilizado en esta ocasión y en otras, es decir, la convivencia en la Iglesia con verdades diversas y contradictorias.


Notas:

[1] En Italia, un periodista queriendo defender al papa de las duras críticas de algunos sectores por haber autorizado este Responsum, llegó a insinuar que Francisco recibió el documento en el momento exacto en que estaba a punto de partir hacia Irak (5-8 de marzo). 2021) y, por lo tanto, se vio obligado a verificarlo rápidamente.


Instituto Humanitas Unisinos


OBISPO STRICKLAND CONDENA A LOS HOMBRES DESNUDOS QUE SE EXPONEN EN LA 'MARCHA DEL ORGULLO'

El obispo Strickland criticó el obsceno desfile del “orgullo” por “atrocidades contra nuestros niños inocentes que 'NO PUEDEN ser toleradas”.

Por Clare Marie Merkowsky


El obispo Strickland condenó la desnudez en la reciente “marcha del orgullo” canadiense, renovando su dedicación a proteger a su rebaño de la maldad del mundo a pesar de la posible reacción violenta.

El 26 de junio, el obispo Joseph Strickland de Tyler, Texas, acudió a Twitter para denunciar la “marcha del orgullo” de Toronto al permitir que hombres desnudos desfilaran frente a los niños.
“¿Es imprudente hablar en contra de este mal?” cuestionó. “No estoy de acuerdo, creo que la imprudencia es que no haya un poderoso rugido de personas de fe que digan: 'Estas atrocidades contra nuestros niños inocentes NO PUEDEN ser toleradas'”.

En la “marcha del orgullo gay” de Toronto, que tuvo lugar este fin de semana, los niños fueron expuestos a hombres desnudos y artistas vestidos con disfraces grotescamente sexuales. Un video mostraba a un grupo de hombres desnudos junto a una fuente, rodeados de niños pequeños.

Permitir que los participantes del desfile se expongan en público ha provocado que muchos se pregunten por qué la policía no intervino para evitar las demostraciones públicas de indecencia. Sin embargo, la policía de Toronto no respondió a las preguntas de LifeSite sobre por qué se toleraba la desnudez.

La condena de Strickland del evento se produce a raíz de su reciente “visita apostólica” por parte el Vaticano. Si bien el motivo de la visita no está claro, se especula que es en parte una respuesta a sus críticas abiertas a las posturas y acciones más controvertidas de los líderes de la Iglesia, críticas que algunos funcionarios del Vaticano consideran “imprudentes”.

Strickland, el obispo de Tyler, Texas, quien es muy conocido por su abierta defensa de la enseñanza católica, recibió una “visita apostólica” del Dicasterio para Obispos del Vaticano realizada por dos obispos jubilados, posiblemente el obispo Gerald Frederick Kicanus y el obispo auxiliar Dennis Joseph Sullivan, según un  informe de Church Militant. Las fuentes dicen que interrogaron a los empleados de la diócesis durante una semana.

Las posturas “controvertidas” del obispo incluyen instar al papa Francisco a negar la Sagrada Comunión a la ex presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, por su apoyo al aborto legal, acusar al papa de un programa para socavar el Depósito de la Fe y  condenar la blasfemia pro-homosexual del hereje padre jesuita James Martin.

También se ha pronunciado enérgicamente sobre las controversias morales en la política y la cultura de los Estados Unidos, incluido el espionaje de la administración Biden a los católicos, las exhibiciones públicas de grupos autodenominados satánicos y, más recientemente, hablando en una protesta contra el equipo de béisbol Los Angeles Dodgers por albergar a un grupo de drag queen anticatólico llamado “Hermanas de la indulgencia perpetua”, que se presentan a sí mismos como monjas grotescas.

Algunos de los blasfemos “Hermanas de la indulgencia perpetua”

Sin embargo, independientemente de la posible reacción negativa por sus declaraciones en línea, el tuit reciente de Strickland revela su dedicación para proteger al rebaño de Cristo, independientemente de la opinión del mundo o del peligro para él mismo.


Life Site News


jueves, 29 de junio de 2023

ALEMANIA: MEDIO MILLÓN DE CATÓLICOS APOSTATARON EN 2022

Medio millón de alemanes abandonaron la Iglesia en 2022, según cifras recién publicadas por la conferencia episcopal, a pesar de un ‘camino sinodal’ iniciado en buena medida para “acercar la Iglesia al mundo”.

Por Carlos Esteban


Es la apostasía más masiva nunca registrada en Alemania, 522.821 personas que optaron por dejar la Iglesia en un solo año. Y, con ello, dejar de pagar un 9% de sus ingresos al episcopado alemán.

El número total de salidas, incluidas las muertes, superó las 708.000, con solo 155.173 bautismos y 1.447 nuevos miembros registrados durante el mismo período. Las cifras revelan una tendencia histórica hacia la extinción, ya que el número de salidas se duplicó de más de 270.000 en 2020 al récord actual.

A pesar de estas salidas, las estadísticas de la Iglesia para 2022 muestran que casi 21 millones de personas en Alemania seguían siendo oficialmente católicas a finales de año, lo que representa el 24,8 % de la población residente del país de 84,4 millones.

Es una noticia esperada. Ya en 2021, un informe de CNA Deutsch revelaba que un tercio de los católicos alemanes se estaban planteando abandonar la Iglesia.

La Conferencia Episcopal Alemana estipula actualmente que abandonar la Iglesia da como resultado la excomunión automática, una regulación que ha desatado controversias entre teólogos y canonistas. Un pronóstico de 2019 realizado por un proyecto de científicos de la Universidad de Friburgo predice que la cantidad de cristianos que pagan impuestos eclesiásticos en Alemania se reducirá a la mitad para 2060.

¿Qué razones puede haber para permanecer en una Iglesia cuya doctrina se somete a voto y cambia con el mundo? Para eso, mejor quedarse con el original, las ideologías mundanas que están imperando en el sínodo alemán (y que se insinúan en el sínodo de sínodos) y ahorrarse así un gravoso impuesto.

Pero esta catástrofe no hace reflexionar a los ‘sinodales’, que recomiendan doblar las tazas para el que no quiere arroz. Así, el presidente del episcopado y obispo de Limburgo, Georg Bätzing, declaró en el sitio web de su diócesis que las cifras “alarmantes” subrayan la necesidad de un “cambio cultural” continuo y la implementación de las resoluciones del Camino Sinodal Alemán.


InfoVaticana



EL DIOS Y LA IGLESIA QUE ALEGRARON MI JUVENTUD

¿Quién enderezará ya todo esto, quién sembrara de nuevo la fe? ¡Danos, Señor, paciencia y fortaleza para aguantar tantos males!

Por Rafael Gambra (1920-2004)


Siempre me admiró la forma como la Iglesia Católica se entrañaba en la vida de los pueblos y de las familias. Cómo sostenía sus costumbres, haciéndose carne de ellas, y cómo a la vez, las santificaba.

¡Qué obra de arte, de armonía y de profundidad fue la civilización cristiana! Las plegarias cotidianas y los toques de oración señalaban las horas del día. Las fiestas y el año litúrgico marcaban los tiempos, las faenas y el descanso.

Cristianas eran las alegrías y cristianos los dolores del pueblo cristiano. Santo el nombre de cada humano, y su fiesta era de un santo. Un sacramento alumbraba la vida que nacía, otro, la plenitud gozosa del matrimonio; otro consolaba al que se iba de este mundo.

¡Qué fácil era para el cura de pueblo, desde la dignidad de su sotana, mantener el respeto reverencial y a la vez el gesto amable y paternal! ¡Qué figura venerable la del párroco de nuestra juventud! ¡Cómo acudían a él los niños a besarle la mano, pronunciando el "Ave María Purísima"! Y a escuchar de sus labios siempre una palabra de padre. Él era inequívocamente pastor, y a él acudían para consuelo y consejo las tribulaciones de la juventud y las penas de la vejez. Y aquellas gentes tenían como la mayor honra de su vida ver a un hijo suyo sacerdote.

¡Qué grandeza la de los templos que nuestra fe levantó! En cualquiera de nuestra aldeas su templo parroquial vale más que todo el pueblo junto.

¡Y qué dignidad y belleza la del culto divino, aún con los medios más modestos! El latín, el canto gregoriano, la solemnidad de la Misa "de Angelis", obras de una Tradición milenaria. Y en el funeral por el que alguien se nos fue, ¡qué estremecimiento íntimo en el oficio de difuntos, en el "Dies irae", en el responso final...! Las devociones sinceras de la Virgen del lugar, Las procesiones de santos, la romería anual... apostolado sencillo, religión entrañada y de verdad, que nos hizo llegar pujante y consoladora la fe de nuestros mayores, la del mismo Cristo...

Pero llegó el post-concilio y con él, el "nuevo cura". Y ya todo terminó. El sabe más que veinte siglos de catolicidad. En su inmenso portafolios lleva un nuevo culto, casi una nueva religión, que aprendió de maestros holandeses. Y un inmenso desprecio por la fe de aquel lugar.

Ya no vestirá sotana, vestirá como cualquiera, y con torpe desenvoltura tratará de hablar y de reír como los demás. Para reconocer en él al cura, es preciso apelar a nociones abstractas, porque lo que se ve es la antítesis, su negación misma. ¡Qué afrenta a la fe, que desprecio al pueblo fiel!

Ya no hay unción ni respeto, ni devoción, ni fervor. Solo ruidos, innovación, petulancia e impiedad. Ya los niños no acuden al paso del sacerdote. ¿A qué fin? Todo cuanto ha existido debe ser cambiado por "preconciliar". Ya no suenan las campanas del Angelus, ni el pueblo se reúne en la Misa Mayor.

El culto divino se ha extenuado hasta su extremo. Ya no existe el latín, ni el gregoriano de la Liturgia Católica; toda la polifonía clásica ha sido estirada. Salmos con ritmo protestante y ritmos irreverentes han ocupado su lugar.

Y la estridencia, la improvisación constante, el mal gusto. El silencio, el recogimiento, la oración personal, no tienen ya cabida en el templo.

Y como sustancia de toda esta siniestra algarabía, la prédica "social". ¡Que todos la escuchen callados, y que nadie se arrodille al comulgar...!

Violencia a las almas, violencia a las conciencias y a la sensibilidad... todo en nombre de la libertad y del "hombre moderno".

Mientras tanto, las costumbres se corrompen en los pueblos, y la fe se pierde en las almas. ¿Quién enderezará ya todo esto, quién sembrara de nuevo la fe? ¡Danos, Señor, paciente y fortaleza para tantos males aguantar!


Publicado en "Luz de Tradición", Sevilla, Septiembre-octubre 1998.