domingo, 7 de julio de 2024

HERMANAS CLARISAS DE BELORADO: ICETA, LA OTRA CAMPANA

En una reciente entrevista, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, se refirió al tema las Hermanas Clarisas de Belorado. En boca del mentiroso...

Por Cris Yozía


El 13 de julio se cumplirán dos meses desde que las Hermanas Clarisas de Belorado (Burgos), publicaron su Manifiesto Católico mediante el cual hicieron pública su decisión de separarse de la iglesia conciliar. Según la prensa oficial -a juzgar por los puntos que destacan sobre este tema- todo el problema empezó por “la compra y venta de dos monasterios”.

Cuando Jorge Bergoglio se enteró de este revuelo y que había en juego dos monasterios que se le podrían escapar de sus garras, nombró un “comisario pontificio”, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, que es el “representante legal” del monasterio ahora mismo. Iceta, a su vez, creó una “comisión gestora”

Sobre este tema, Ecclesia habló con Iceta. 

- Se van a cumplir dos meses de esta triste historia. ¿Pensó que se prolongaría durante tanto tiempo?

- Cuando todo esto se precipita, no tenía claro cuál iba a ser el camino. Es algo absolutamente novedoso para mí. Tenía la esperanza de que fuera una situación reversible. De hecho, cuando intento contactar con ellas es para dialogar, para establecer algún puente y que este camino se pueda detener o dar marcha atrás. Con el tiempo, viendo que la situación no solo no se desandaba, sino que se iba enrocando, cuando me denuncian ante la Policía y se dan situaciones desagradables con las personas que envío al monasterio, me he dado cuenta de que la situación difícilmente se hace reversible. Los primeros días sí alentaba alguna esperanza de poder iniciar un camino de retorno. Pero, en la medida que la situación se enroca y no hay ninguna señal desde el monasterio, soy consciente de que esto va a tener un cauce realmente poco deseable.

- Están excomulgadas, pero, en el fondo, se han excluido ellas solas, ¿no?

- Ellas deciden abandonar la iglesia católica y, además, lo dicen en varias ocasiones. Lo que confirma la Iglesia con la declaración de excomunión es que, efectivamente, ya no pertenecen a la iglesia, pero el proceso lo siguen ellas mismas. Se les da un plazo para que recapaciten y se les amplía, pero dicen otra vez que se mantienen fuera de la iglesia. Entonces, la excomunión es un acto jurídico formal que conlleva, evidentemente, la expulsión de la vida consagrada. Porque si no eres parte de la iglesia, no eres parte de un orden de la iglesia.

- Y, por lo tanto, ya no forman parte de la comunidad de Belorado, la propietaria del monasterio…

- Este es otro tema. Cuando el 13 de mayo puedo hablar con la vicaria a través del párroco, me dice que habían tomado la decisión por unanimidad, y no es cierto. Lo hemos sabido por sor Amparo, que dos días después es conminada a abandonar el monasterio. Sor Amparo también nos informó de que no hubo capítulo y ni ella ni las mayores ni las dos monjas que se encontraban en otros monasterios en ese momento y formaban parte de la comunidad habían sido advertidas. Por tanto, no hubo capítulo ni votación. Siempre fueron diez de dieciocho. Estas tres y la mayores siguen formando parte de la comunidad de Belorado y, por tanto, hay una comunidad monástica que cuidar. Con respecto a los bienes, estos son de la entidad jurídica: el Monasterio de Belorado y el Monasterio de Orduña, que tienen unas religiosas. Hemos visto que habían creado dos asociaciones civiles con la intención de transformar los monasterios en asociaciones civiles y transferir a estos los bienes inmuebles. No tienen capacidad para tomar ese tipo de decisiones. Solo lo podría hacer la Santa Sede, que es la autoridad. Esos bienes han sido donados por personas que quieren que a perpetuidad haya un monasterio de monjas católicas que lleven adelante lo que es la vida monástica. Si diez personas deciden salirse de la Iglesia, que sean coherentes con la decisión. Salen las diez y fundan en algún otro sitio, pero no se pueden llevar el monasterio con ustedes.

- ¿Y qué va a pasar ahora?

- Uno de los últimos comunicados que hicieron tiene contradicciones. Por un lado, dicen que solo reconocen la autoridad de los tribunales. Yo también la reconozco. Los tribunales están para hacer cumplir la ley. Y la ley es clara. Por otra parte, señalan que quieren llegar a un acuerdo extrajudicial. Pero si solo reconocen la autoridad de los tribunales y no la mía, ¿quién es el interlocutor? No hay acuerdos que valgan. Debe cumplirse la ley. Me consta que su equipo de abogados anterior —ahora tienen otro— ya les informó de que el recorrido que quieren seguir no es viable. Nosotros le hemos dicho que sustraer del ámbito eclesial católico unos monasterios y llevarlos al ámbito civil no es viable. Se ve que no quieren reconocer la realidad. Por tanto, llegará el momento en que un juez tendrá que decirles que, efectivamente, ya no pertenecen a la comunidad y, por tanto, tendrán que abandonar esos lugares. Si en un tiempo prudencial motu proprio no recapacitan de esta manera, la instancia que ellas reconocen y a la que me han llevado, que son los tribunales, tendrán que hacer que la justicia prevalezca.

- ¿Cómo está la situación a nivel económico?

- Tenemos un puzle muy incompleto. Hemos requerido por tres veces a la ex abadesa la gestión económica sin respuesta. Y esta es una cuestión muy importante, porque se está impidiendo al representante legal que haga su tarea, que es la gestión del monasterio. Esto es grave. Se nos pasan facturas y hemos podido rastrear cuentas, pero la visión de la economía del monasterio es muy incompleta. Es cierto que muchos proveedores nos están enviando ahora las facturas y estamos viendo quiénes son los compañeros económicos de las hermanas, y también las nóminas, que hay once. Por tanto, la información económica es muy fragmentaria. Estamos haciendo frente a los pagos que están justificados y, en otros casos, hemos abierto conversaciones para saber de qué se trata. La gestión económica está siendo impedida por la ex abadesa y aquí tendremos que tomar alguna acción.

- El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, franciscano, ve en esta situación una “ofuscación” de la madre abadesa. ¿Usted opina lo mismo?

- Es llamativa la falta absoluta de comunicación, incluso con terceras personas. Yo le dije en alguna ocasión que si no era conmigo o con la presidenta de la “federación”, que nos señalara a alguien. Mucha gente ha intentado la interlocución: obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos… Podría dar los nombres de todos los que lo han probado. No ha habido ningún signo de querer hablar. Ahora, una vez que han salido de la iglesia, quieren dialogar sobre los bienes en el plano jurídico. Pero tiene que haber un debate mucho más profundo, un diálogo de retorno a la iglesia. Los bienes solo son la punta del iceberg. Este no es el terreno de juego, el lugar es que han puesto en revolución su propia identidad como religiosas católicas.

- ¿Alberga alguna esperanza de que se resuelva todo satisfactoriamente?

- Rezo por ellas cada día. Pienso que estas cosas son a largo plazo, aunque, como dice la Escritura, Dios puede sacar de estas piedras hijos de Abrahán. Confío en que, si no todas, la mayoría, puedan estar en la iglesia católica el día de mañana. Albergo esa esperanza, rezo por ello, pero no tengo la llave. Ojalá estén dispuestas a atender esa llamada del Señor y volver al hogar, a la iglesia católica.

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¿Pero credibilidad tiene la palabra de Iceta cuando habla de que intentó “establecer algún puente”, cuando en realidad, las Hermanas denunciaron el día 7 de Junio que este personaje cómplice del falso papa les usurpó las cuentas bancarias y documentación del monasterio?
... ante la confusión creada por los medios de comunicación y el propio D. Mario, este último aprovechó para usurpar nuestra representación legal accediendo a la administración de las propiedades y al control de las cuentas bancarias, a las que dejamos de tener acceso el día 4 de junio pasado
Cuando Iceta dice “se dan situaciones desagradables con las personas que envío al monasterio”, en el mismo comunicado del día 7 de Junio, las monjas aclaran la penosa situación que debieron atravesar gracias a “sus enviados”:
En la misma línea, el día 6 de junio han hecho presencia en el monasterio de Belorado varios representantes de la Iglesia conciliar para exigir la entrega de las llaves y la documentación del monasterio, incluyendo hasta las nóminas, así como para citarnos a declarar ante el Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de Burgos, para defendernos por un delito de cisma, con amenaza de excomunión en caso de no acudir al mismo. 

Aprovechando una visita autorizada recibida en el locutorio, han irrumpido en el mismo de forma no autorizada el secretario de D. Mario Iceta, la secretaria Federal, y el apoderado de D. Mario

Como ya se ha explicado, exigían llaves y documentación del monasterio, y que la secretaria Federal pudiese entrar en el mismo, todo ello de viva voz, sin documento alguno que lo avale.
Ante tales hechos, se conminó a los “visitantes” inesperados a abandonar las dependencias. 

En el caso del apoderado de D. Mario, fue necesaria la presencia de la Guardia Civil para conseguirlo.

Realmente nos resulta difícil calificar todos estos hechos como “signos de paciencia y diálogo”.
¿Se puede creer alguna de las palabras de este infame ladero de Bergoglio, el hipócrita que habla de “inclusión”, de “misericordia”, de “bienvenidos todos, todos, todos”

Haciendo una breve búsqueda en internet, se puede corroborar que no es la primera vez que Iceta miente descaradamente. El año 2018 los medios publicaban sobre el “caso Gaztelueta”, en el cual Iceta se esmeró en hacer lo que hacen todos los “favoritos” de Bergoglio: ser cómplice de pederastas que ocultan sus perversiones tras un manto “religioso”.


Y algo más... sus gestiones financieras no parecen haber sido muy exitosas en el pasado, ¿es así como pretende administrar cuentas bancarias y bienes ajenos? En el año 2013 fue sancionado con una multa de 30.000 euros por una infracción financiera “muy grave”.


En este caso se hace patente el dicho: “Dato mata relato”...


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