Jesús quiere fervientemente que lo acerquemos a los demás. Claro que muchas veces, en contextos cada vez reacios a recibir el Evangelio, resulta muy difícil entablar un diálogo sobre Cristo y nuestra Fe.
Por ello, se nos han ocurrido tres sencillas cosas que puedes hacer para que Dios se haga presente en los ámbitos que frecuentas a diario.
Aquí te compartimos nuestros pequeños consejos para la evangelización cotidiana:
1. Dar siempre ejemplo de vida cristiana
En ciertas ocasiones, ya sea en el trabajo, la escuela, o la universidad; puede resultar complicado compartir verbalmente nuestras creencias. A veces la gente no está dispuesta a escuchar, otras veces se cierra apenas comenzamos a hablar o, la tercera opción, se pone violenta. En cualquier caso, el mensaje de Jesús no llega a destino. Así no hay evangelización posible.
Ahora bien, si nos hallamos en un entorno como ese, podemos mostrar a Cristo incluso sin hablar, a través de sanos ejemplos de vida evangélica. Ser siempre solícito, respetuoso, responsable, humilde o atento, entre tantas otras cosas; nos permite dar testimonio, hacer a las personas receptivas y allanar el terreno hasta el momento en que las semillas del Evangelio puedan germinar.
2. Cristianizar el espacio
¿Qué significa esto? Cada uno de nosotros puede ver que la religión católica -y todo cuanto está relacionado con ella- es expulsada del espacio público y confinada al espacio privado. Esto atañe a los colegios, los ámbitos laborales, las plazas…
¿Qué hacer además de luchar por impedir que esto ocurra? Pues, buscar formas creativas de re-cristianizar nuestro entorno que contribuyan a la evangelización. Por ejemplo, usar rosarios, medallas, coser algo distintivo en alguna mochila o vestir alguna remera con alguna imagen cristiana. Rienda libre a la imaginación.
De esta forma, aunque sea de paso, hay un mensaje visual que siempre se está emitiendo.
3. No renunciar al lenguaje
A la par que ocurre la descristianización del mundo, también la forma en que hablamos de la realidad va perdiendo conceptos y expresiones de nuestra tradición católica. Por eso, cuando estés entre amigos o buenos compañeros, quizás sea útil expresar las palabras correctas que reflejen la forma en que vemos el mundo. Esto puede servirte en la evangelización.
Tal vez, agradecer a Dios en lugar de adjudicárselo a la vida, la suerte o el universo; o emplear el término “sexo” en reemplazo de “género”. Estos recursos podrían ser una manera de poner de manifiesto nuestra identidad.
Si las personas no van a la iglesia, al menos llevemos una parte de la Iglesia con nosotros y mostremos a Cristo.
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