jueves, 25 de septiembre de 2025

MI CONFESOR HA MUERTO Y NO CONOZCO OTRO SACERDOTE.

En realidad no hay más que un sacerdote en toda la Iglesia, uno solo, siempre el mismo, y que no muere nunca; y este es Nuestro Señor Jesucristo, Sacerdote de los sacerdotes.

Por Monseñor de Segur (1868)


26. MI CONFESOR HA MUERTO. NO CONOZCO NINGÚN OTRO SACERDOTE

Pero, ni ha muerto Dios, ni tú tampoco. Discurres como un hombre que chochea. ¿Tu confesor ha muerto? Pues bien, ruega por él... pero piensa en ti. Infórmate de algún otro sacerdote; elige al que te parezca que tenga la reputación de piedad, de bondad, y de abnegación mejor sentada; mira cual es el sacerdote que confiesa más gente de tu misma condición, y ve a encontrarle con toda confianza; no tardarás en entablar relaciones con él.

Confieso que es sensible tener que cambiar de confesor, de hábitos; pero en fin esto no es más que un detalle de poca monta en la vida cristiana, y sería preciso tener muy poca fe o escaso sentido común para detenerse ante un tan pequeño inconveniente.

En realidad, tenlo bien entendido, no hay más que un sacerdote en toda la Iglesia, uno solo, siempre el mismo, y que no muere nunca; y este es Nuestro Señor Jesucristo, Sacerdote de los sacerdotes, que ejerce indistintamente su ministerio de salvación y de santificación por cada uno de los hombres a quienes se digna revestir de su divino sacerdocio. 

Es preciso ante todo que te acostumbres a ver en tu confesor a Jesucristo; el hombre no es aquí más que lo accesorio y el instrumento.

Continúa...


 


 
 


 
 
 
 

No hay comentarios: