Por Monseñor de Segur (1878)
XXVI
LA FRANCMASONERÍA EXTIENDE SU ACCIÓN HASTA SOBRE LAS JÓVENES
Antes de hablar de la Francmasonería femenil, detengámonos un momento en una nueva institución masónica, no menos peligrosa: las escuelas profesionales para jóvenes adultas.
Estas escuelas tienen por objeto desarrollar la instrucción primaria y preparar las jóvenes de la clase obrera acomodada, o las del pequeño comercio, para las diversas profesiones particulares en que puedan ganarse honradamente la subsistencia. Nada mejor en sí; nada más útil. Los francmasones, comprendiendo el papel importante de la mujer en el mundo, han abierto en París escuelas profesionales, que funcionan bajo la dirección de las logias, y están dirigidas por maestras de su confianza.
Nada tenemos que decir tocante al lado material de estos establecimientos: la inteligencia y la abnegación pueden por sí solas vencer grandes dificultades y obtener serios resultados. Pero lo que debemos señalar aquí, deplorándolo, es el principio de ateísmo práctico, principio fundamental de la Francmasonería, que inspira la institución de estas escuelas; es un sistema positivo de indiferencia religiosa; es la exclusión de toda idea de Dios, tomada como base de la educación.
En estas escuelas se prohíbe expresamente emitir idea alguna de Religión, ni aun vaga y general, y este punto no lo toman a chanza: hace poco tiempo fue inmediatamente despedida una maestra, a quien por descuido se le escapó de los labios el nombre de Dios. ¡Oh imponderable tolerancia de los librepensadores!
Estas escuelas son ante todo para las jóvenes una escuela de “moral independiente”. Son un semillero de mujeres libres. El Mundo Masónico admira y ensalza esta educación. “En cuanto a su moral (decía en Septiembre de 1866) es tan judaica como protestante; es la moral, esa moral universal con que toda mujer y todo hombre vienen a este mundo”; pero que empañada desgraciadamente por el pecado original, de tal suerte necesita de Religión, que sin Religión no puede haber, ni hay moral posible. Y además, ¿qué es la moral, sino el cumplimiento del deber? Y para el hombre ¿no es el primer deber en la tierra el de conocer a su Dios, amarle y servirle? Esto es lo que realiza la Religión; y esto lo que rechaza la Francmasonería, cuya pretendida moral es, por lo tanto, esencialmente antimoral.
Pasan de trescientas las muchachas que concurren a las escuelas profesionales masónicas de París. “¿Qué hacen, pues, los departamentos? continúa el mismo periódico. ¡Cómo! Después del ejemplo que les da París, ¿no se encontrarán en las principales ciudades de Francia algunas mujeres de carácter independiente y bastante libres para imitar tan hermoso sacrificio?”
Estas escuelas son tanto más peligrosas, en cuanto su carácter anticristiano es del todo negativo. ¡Qué esposas, qué madres de familia nos prepara esto!
Estas escuelas son ante todo para las jóvenes una escuela de “moral independiente”. Son un semillero de mujeres libres. El Mundo Masónico admira y ensalza esta educación. “En cuanto a su moral (decía en Septiembre de 1866) es tan judaica como protestante; es la moral, esa moral universal con que toda mujer y todo hombre vienen a este mundo”; pero que empañada desgraciadamente por el pecado original, de tal suerte necesita de Religión, que sin Religión no puede haber, ni hay moral posible. Y además, ¿qué es la moral, sino el cumplimiento del deber? Y para el hombre ¿no es el primer deber en la tierra el de conocer a su Dios, amarle y servirle? Esto es lo que realiza la Religión; y esto lo que rechaza la Francmasonería, cuya pretendida moral es, por lo tanto, esencialmente antimoral.
Pasan de trescientas las muchachas que concurren a las escuelas profesionales masónicas de París. “¿Qué hacen, pues, los departamentos? continúa el mismo periódico. ¡Cómo! Después del ejemplo que les da París, ¿no se encontrarán en las principales ciudades de Francia algunas mujeres de carácter independiente y bastante libres para imitar tan hermoso sacrificio?”
Estas escuelas son tanto más peligrosas, en cuanto su carácter anticristiano es del todo negativo. ¡Qué esposas, qué madres de familia nos prepara esto!
Continúa...
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