lunes, 20 de octubre de 2025

¿LA FRANCMASONERÍA FEMENINA SE LIMITA A BANQUETES Y DIVERSIONES?

En la iniciación de las mujeres en la Francmasonería algo muy serio, no solamente en relación a las costumbres, sino también en relación a la fe y al porvenir de la Iglesia.

Por Monseñor de Segur (1878)


XXIX

¿LA FRANCMASONERÍA FEMENINA SE LIMITA A BANQUETES Y DIVERSIONES?

El puñal masónico, sacrílego e impío, está siempre oculto bajo las diversiones, más o menos inconvenientes de la Francmasonería andrógina; y las sociedades secretas saben sacar excelente partido de esas mujeres necias que se afilian en los grados exteriores, impelidas por la incredulidad, el orgullo, la vanidad, el afán de placeres, y sobre todo, la curiosidad. 

Como la de los hombres, la Francmasonería pública de mujeres no es más que un vivero en el que la Masonería secreta engorda sus truchas para pescarlas en ocasión oportuna, y ésta se presenta en la iniciación de la Maestra-Masona en el grado secreto de Perfecta-Maestra.

Ante todo se le exige el juramento terrible que la encadena a la secta para toda su vida. “Juro -dice- y prometo guardar fielmente en mi corazón los secretos de los francmasones y de la Francmasonería. Me obligo a ello bajo la pena de ser cortada en pedazos por la espada del Ángel exterminador”.

El G
 M la proclama en seguida PerfectaMaestra, y le dirige estas palabras: 

- Querida mía, ahora que os hemos iniciado en los simbólicos arcanos de la Francmasonería, ahora que la luz de la verdad ha brillado a vuestros ojos, se han disipado los errores, las supersticiones y las preocupaciones (es decir la fe y el temor de Dios) que pudierais conservar aún en vuestro cerebro. Una tarea ardua, pero sublime, os ha sido impuesta para en lo sucesivo (atención). La primera de vuestras obligaciones será la de indisponer el pueblo contra los sacerdotes y los reyes. En el café, en el teatro, en las tertulias, en todas partes, trabajad, con esta intención SACROSANTA. Sólo me queda un secreto que confiaros, del cual os hablaré en voz baja. 

Y le declara que el complemento final de la sagrada misión de la Francmasonería “es el exterminio de toda Autoridad religiosa y monárquica”.

Hay, pues, en esta ridícula iniciación de las mujeres en la Francmasonería algo muy serio, no solamente en relación a las costumbres, sino también en relación a la fe y al porvenir de la Iglesia. Los sectarios saben todo el partido que pueden sacar de las mujeres; saben que la mujer, una vez lanzada en el camino de la impiedad y de la venganza, es mas feroz, más tenaz que el hombre, y va más lejos que él. ¿Qué extraño es, pues, que miren satisfechos afiliarse las mujeres en su Orden, y que declaren altamente que “el fundar logias de señoras sería dar un paso de gigante en el camino del progreso humanitario” (1). Sabido es que su “progreso humanitario” es simplemente el anticristianismo.

Continúa...


 
 

 
 


 

27 - La francmasonería de señoras
 
  

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