¡Pobres ilusos que no veis los abismos sangrientos en cuya resbaladiza pendiente los hacen cantar y comer!
XVII
LO QUE LOS HERMANOS DE LAS TRASLOGIAS PIENSAN, DICEN Y SE PROPONEN HACER DE SUS QUERIDOS HERMANOS EXTERNOS
Oigámosles: “Las logias -dice el famoso Pequeño-Tigre- pueden hoy día crear glotones, pero nunca crearán ciudadanos. Se come demasiado en casa de los M∴ G∴ y de los M∴ R∴ H∴ de todos los Orientes; pero es como un lugar de depósito, una especie de yeguada, un centro que debe atravesarse para llegar hasta nosotros... Esto es demasiado pastoral y gastronómico, pero tiene un objeto que debe ser alentado sin cesar. Enseñando el manejo del arma vaso en mano, se conquista la voluntad, inteligencia y libertad del hombre (y “los hombres libres, los Franc-Masones”, ¿qué es de ellos?). Se dispone de él, se le dan vueltas, se le estudia. Se adivinan sus inclinaciones, sus afecciones y tendencias; cuando está maduro para nosotros, se le dirige hacia la sociedad secreta, para lo que sólo puede ser la Francmasonería, una antesala mal alumbrada” (1).
Un francmasón que rechace de buena fe todo pensamiento de afiliarse en las sociedades secretas, es simplemente un masón tonto, que no está maduro todavía. Es una especie de hombre de bien “a quien se dan vueltas” para asarlo en el fuego sagrado. Sin duda es muy digno de alabanza por no dejarse asar y no querer madurar, pero no por esto está menos sujeto a las traslogias, y de buen o mal grado tendrá que andar o morir a la primera señal.
¡Entrad, entrad en el depósito! ¡Escoged vuestro puesto en la yeguada! ¡Id a aprender el manejo del arma con vuestro vaso! ¡Pobres ilusos que no veis los abismos sangrientos en cuya resbaladiza pendiente los hacen cantar y comer!
Continúa...
Nota:
1) Carta a la Venta Piamontesa, 18 de enero de 1822
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