Jean Guitton fue un destacado filósofo y teólogo católico francés (1901-1999).
A continuación, se presentan extractos de la obra del padre Villa, John XXIII “Blessed”, Too?? (¿Juan XXIII también “beatificado”?), publicada en junio de 2000:
Jean Guitton (panteísta y bergsoniano), amigo de Giovanni Battista Montini, escribió: “Pío XII lo sabía; él mismo se declaró 'el último Papa'”, el último eslabón de una larga cadena. Y, sin embargo, en aquellos años de la década de 1950, la Iglesia prosperaba. Pero Pío XII sabía que se gestaba una crisis sin precedentes, “en el seno mismo de la Iglesia”, como ya había dicho Pío X.Y eso se produjo, de hecho, con la “elección” de Juan XXIII. El modernismo estalló violentamente, a pesar de la Humanae Generis, promulgada por Pío XII en 1950. Jacques Maritain compartía esta opinión: “El modernismo de la época de Pío X, comparado con la fiebre neomodernista moderna, no era más que una simple fiebre del heno”. De hecho, con el “papa” Juan XXIII la situación se invirtió. Los progresistas surgieron por todas partes.
Juan XXIII pensó entonces en nombrar nuevos cardenales. Obviamente, el primero a quien nombró personalmente, fue “monseñor” Montini, aunque sabía que Pío XII lo había expulsado del Vaticano y quería excluirlo del Cónclave, por lo que le había negado el hábito púrpura. Y aún sufrimos las consecuencias de la acción de Juan XXIII.
Esto también es una clara indicación de que Juan XXIII, lejos de haber sido un “papa de transición”, fue un verdadero reformador y transformador, como la Iglesia no había conocido desde los días de la Contrarreforma. Una nueva Iglesia “revisada”, hoy llamada “conciliar” (como dijo el cardenal Benelli).
1 comentario:
Basta, con todo respeto, de medias verdades. El Concilio Vaticano II recoge toda la Doctrina Social de Pío XII, especialmente la de sus luminosos Radiomensajes. La Reforma litúrgica la quiso San Pío X, la prosiguió con fervor Pío XII quien instituyó una Comisión de Reforma en el seno de la Congregación de Ritos. Además publicó el Nuevo Salterio para la mejor comprensión de los Salmos y mitigó el Ayuno Eucaristico con motivo de la autorización de las Misas vespertinas, por no hablar de la Reforma de la Semana Santa en 1956. Paulo VI era, en verdad, muy moderno, pero eso no fué óbice para que prclamara la Solemne Profesión de Fe en el XIX Centenario del Martirio de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo (al finalizar el Año de la Fe, en 1968) para que publicara la profética Encíclica Humanae Vitae y para que advirtiera de la infiltración satánica en la Iglesia en 1972.
En cuanto al Beato Papa Juan XXIII basta leer el "Diario del alma" para entrever su profunda fe y su espiritualidad.
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