Por Chris Jackson
Nos dijeron que nos calmáramos. Que le diéramos tiempo. Que dejáramos de “atacar” al “nuevo pontificado”. Trad Inc. susurra que León XIV es un hombre con el que podemos “trabajar”, que debemos callar nuestras voces y dejar que las cosas “respiren”. Mientras tanto, la Revolución se acelera bajo una sonrisa más suave, y el silencio de aquellos que deberían saberlo mejor se convierte en su mayor protección.
Lo que sigue es un registro, apenas cuatro meses después del inicio del “reinado” de León XIV, de las palabras pronunciadas, los gestos realizados, los nombramientos confirmados y los escándalos ratificados. Si esto es lo que Trad Inc. considera “señales alentadoras”, entonces han abandonado su vocación de vigilantes y han optado por desempeñar el papel de cortesanos de una paz falsa.
Canonización de Francisco sin proceso
El 18 de mayo, León declaró en San Pedro: “Sentí profundamente la presencia espiritual del papa Francisco acompañándonos desde el cielo”. No dijo “que descanse en paz”. No hizo un llamamiento cauteloso a la misericordia de Dios. No, Francisco fue entronizado públicamente entre los santos, sin el abogado del diablo, sin milagros y sin proceso. Una canonización papal por tuit y homilía.
Dos días después, León redobló la apuesta: “Él nos acompaña y reza por la Iglesia desde el cielo”.
Esta fue la elevación de Francisco, el hombre que entronizó a la Pachamama, bendijo el adulterio en Amoris Laetitia y sancionó la sodomía en Fiducia Supplicans, como “intercesor de la Iglesia”.
Cuatro días antes de esa declaración, León elogió a Isaac de Nínive: un místico nestoriano que rechazó Calcedonia, murió fuera de la comunión con Roma y enseñó la compasión por los demonios. Francisco lo incluyó escandalosamente en el Martirologio; León canonizó ese escándalo citándolo como “un gran Padre oriental” y refiriéndose a él como “San Isaac de Nínive”.
Este es el “obispo de Roma” presentando a un hereje universalista como santo.
Desde el principio, León abrazó la frase venenosa: “Iglesias cristianas hermanas”. En su homilía inaugural, dijo al mundo:
El mismo lenguaje condenado por Dominus Iesus en 2000 se ha convertido ahora en la piedra angular de su “pontificado”. En lugar de proclamar a la Iglesia Católica como madre de todos, León la sitúa como una “hermana” más en una familia pluralista.
Al día siguiente saludó a las sectas protestantes como “iglesias cristianas hermanas” y pidió la “plena comunión”, como si la doctrina fuera mera logística.
El historial de nombramientos y confirmaciones de León habla más alto que sus homilías:
El “padre” Beat Grögli, confirmado como “obispo” de Saint Gallen, defiende la ordenación de mujeres y las bendiciones a parejas del mismo sexo.
El “obispo” Shane Mackinlay, ascendido a “arzobispo” de Brisbane, instaló en su catedral una diosa hindú.
El “obispo” José Antonio Satué, partidario de Fiducia Supplicans, promotor de los “derechos de los migrantes”, la libertad de culto y la multiculturalidad, fue ascendido en Málaga.
El “padre” Thomas Hennen, redactor de las directrices lgbt en Davenport, nombrado “obispo” de Baker, Oregón.
En Argentina, Raúl Martín, azote de la adoración de rodillas y ad orientem, fue confirmado como “arzobispo” de Paraná.
Edward Weisenburger, destructor de la misa en latín en Detroit, fue recompensado con un palio en Roma.
El “cardenal” Robert McElroy, liturgista arcoíris de San Diego, fue honrado en San Pedro como modelo de “comunión”.
Y en el Dicasterio para la Vida Consagrada, León nombró a la “hermana” Tiziana Merletti como secretaria, completando así una jerarquía de mujeres que gobiernan sobre el clero masculino por primera vez en la historia de la Iglesia.
El 27 de mayo, León XIV ascendió a Renzo Pegoraro a la dirección de la Pontificia Academia para la Vida, el mismo hombre que defendió el suicidio asistido como “un mal menor” en el derecho civil y supervisó la deriva de la Academia hacia el revisionismo anticonceptivo y la apologética de las vacunas construidas a partir de tejidos abortados. León ha ratificado ahora la traición.
El 31 de mayo, en la basílica de San Pedro, León dijo a los ordenandos: “Haréis vuestras sus palabras en cada Eucaristía: es “por vosotros y por todos”.
La frase “por todos” no solo se pronunció, sino que se imprimió en el libreto oficial del Vaticano para la misa, insertada en la fórmula de consagración. Benedicto XVI ordenó explícitamente que se corrigiera esta traducción errónea. León la resucitó.
Esta es la encarnación litúrgica del universalismo, junto con su elogio de la negación del infierno eterno por parte de Isaac de Nínive. Místico universalista, misa universalista. La lógica es perfecta y el peligro es real.
En julio, León dio a conocer la nueva “Misa por el cuidado de la creación”, integrando Laudato Si' directamente en el Misal. La liturgia que antes se ofrecía por la remisión de los pecados ahora se ofrece por la biodiversidad. El incienso que antes se elevaba al Dios Trino, ahora se comparte con “el grito de la tierra”.
Esto va más allá de la administración responsable, hasta la sacramentalización del ecologismo. Una nueva liturgia para una nueva religión.
El 17 de junio, el Reino Unido legalizó efectivamente el aborto hasta el momento del nacimiento. Fue una de las leyes proaborto más grotescas de la historia moderna. ¿Y qué dijo León? Nada. Ni un lamento en el Ángelus, ni una declaración de dolor, ni un llamamiento a la penitencia.
Pero esa semana tuvo tiempo para meditar sobre “la sinodalidad como mentalidad” y para elogiar la masónica Fratelli Tutti.
A pesar de todas las promesas, León ha mantenido al “cardenal” Fernández al frente de la DDF, el mismo hombre que escribió Amoris Laetitia, defendió Fiducia Supplicans y declaró abiertamente a la prensa: “La Declaración permanecerá... Fiducia Supplicans no caerá en el olvido bajo ningún concepto”.
Traducción: las bendiciones para las parejas sodomitas son ahora una política permanente del Vaticano. Y León no ha hecho nada para revertirla.
El “obispo” Michael Martin, de Charlotte, anunció que, a partir del 8 de julio, la Misa Tradicional en Laín estaría prohibida en las iglesias parroquiales y confinada a una capilla. Detroit, bajo el mandato de Weisenburger, ha impuesto algunas de las restricciones más duras del mundo. Otras diócesis siguen su ejemplo.
La persecución de Francisco continúa sin una sola corrección por parte de León. Los obispos saben que él no los detendrá.
Una y otra vez, León XIV vacía los Evangelios de su esencia sobrenatural. La curación del sordomudo se convierte en un llamamiento a una mejor comunicación en la era digital. El buen samaritano se convierte en una lección sobre la compasión horizontal, separada de la gracia. Los trabajadores de la viña se convierten en una lección sobre la equidad económica. E incluso en Corpus Christi, la multiplicación de los panes no se predica como un signo milagroso que apunta al sacrificio eucarístico, sino como una metáfora del compartir el pan. Los milagros de Cristo ya no son revelaciones del poder divino, sino que se reducen al moralismo de las ONG y a la terapia conversacional.
Desde Constantinopla hasta Albano, los discursos de León minimizan la primacía de Pedro, hablan de Roma y la ortodoxia como “profundamente en comunión” y elogian heréticamente a los cismáticos y herejes como “iglesias hermanas”. El 28 de junio, incluso dijo que las sedes de Roma y Constantinopla “no están llamadas a competir por la primacía”.
El Vaticano I definió la primacía papal como una cuestión de ley divina. León la descarta como una “competencia de egos”.
El 17 de agosto, León llamó a una iglesia romana “el seno de Dios”. Repitió el tropo de la maternidad mariana que reduce la paternidad divina a arquetipos femeninos. Esto sigue a su aprobación silenciosa de la afirmación anterior de la “hermana” Gloria Riva de que el Divino Infante tiene un útero. La teología surrealista sigue adelante.
Agosto terminó con dos audiencias:
La “hermana” Lucía Caram, que apoya el “matrimonio” homosexual, fue recibida en el Palacio Apostólico.
El “padre” James Martin, SJ, el jesuita arcoíris, recibió el aliento papal para “continuar su ministerio”.
Francisco legitimó a Martin. León le ha dado una misión.
El mensaje de León para la “Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado” replantea la migración como un “sacramento de esperanza”, advirtiendo contra la “sedentarización”, como si las naciones cristianas arraigadas fueran infieles al Evangelio. La vigilancia fronteriza se reformula como “fariseísmo”; el reemplazo demográfico como “evangelización”.
El 7 de julio, el Vaticano publicó “Pistas para la fase de implementación del Sínodo”, declarando que el “sínodo de 2024” forma parte del “magisterio ordinario” y ordenando a todas las parroquias que adopten la “espiritualidad sinodal”. El proceso es ahora permanente. No se tolera la resistencia.
Este es el balance, apenas 100 días después del inicio del “pontificado” de León XIV:
La revolución ya está aquí. El silencio no es prudencia. Es complicidad.
Reviviendo a los heréticos y cismáticos
Cuatro días antes de esa declaración, León elogió a Isaac de Nínive: un místico nestoriano que rechazó Calcedonia, murió fuera de la comunión con Roma y enseñó la compasión por los demonios. Francisco lo incluyó escandalosamente en el Martirologio; León canonizó ese escándalo citándolo como “un gran Padre oriental” y refiriéndose a él como “San Isaac de Nínive”.
Este es el “obispo de Roma” presentando a un hereje universalista como santo.
Las “Iglesias hermanas” y la demolición de la eclesiología
Desde el principio, León abrazó la frase venenosa: “Iglesias cristianas hermanas”. En su homilía inaugural, dijo al mundo:
“Y esta es la vía que hemos de recorrer juntos, unidos entre nosotros, pero también con las Iglesias cristianas hermanas, con quienes transitan otros caminos religiosos, con aquellos que cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios...”
El mismo lenguaje condenado por Dominus Iesus en 2000 se ha convertido ahora en la piedra angular de su “pontificado”. En lugar de proclamar a la Iglesia Católica como madre de todos, León la sitúa como una “hermana” más en una familia pluralista.
Al día siguiente saludó a las sectas protestantes como “iglesias cristianas hermanas” y pidió la “plena comunión”, como si la doctrina fuera mera logística.
Elevando a los enemigos de la vida y la liturgia
El historial de nombramientos y confirmaciones de León habla más alto que sus homilías:
El “padre” Beat Grögli, confirmado como “obispo” de Saint Gallen, defiende la ordenación de mujeres y las bendiciones a parejas del mismo sexo.
El “obispo” Shane Mackinlay, ascendido a “arzobispo” de Brisbane, instaló en su catedral una diosa hindú.
El “obispo” José Antonio Satué, partidario de Fiducia Supplicans, promotor de los “derechos de los migrantes”, la libertad de culto y la multiculturalidad, fue ascendido en Málaga.
El “padre” Thomas Hennen, redactor de las directrices lgbt en Davenport, nombrado “obispo” de Baker, Oregón.
En Argentina, Raúl Martín, azote de la adoración de rodillas y ad orientem, fue confirmado como “arzobispo” de Paraná.
Edward Weisenburger, destructor de la misa en latín en Detroit, fue recompensado con un palio en Roma.
El “cardenal” Robert McElroy, liturgista arcoíris de San Diego, fue honrado en San Pedro como modelo de “comunión”.
Y en el Dicasterio para la Vida Consagrada, León nombró a la “hermana” Tiziana Merletti como secretaria, completando así una jerarquía de mujeres que gobiernan sobre el clero masculino por primera vez en la historia de la Iglesia.
La Academia Pontificia para la Muerte
El 27 de mayo, León XIV ascendió a Renzo Pegoraro a la dirección de la Pontificia Academia para la Vida, el mismo hombre que defendió el suicidio asistido como “un mal menor” en el derecho civil y supervisó la deriva de la Academia hacia el revisionismo anticonceptivo y la apologética de las vacunas construidas a partir de tejidos abortados. León ha ratificado ahora la traición.
La Eucaristía reescrita
El 31 de mayo, en la basílica de San Pedro, León dijo a los ordenandos: “Haréis vuestras sus palabras en cada Eucaristía: es “por vosotros y por todos”.
La frase “por todos” no solo se pronunció, sino que se imprimió en el libreto oficial del Vaticano para la misa, insertada en la fórmula de consagración. Benedicto XVI ordenó explícitamente que se corrigiera esta traducción errónea. León la resucitó.
Esta es la encarnación litúrgica del universalismo, junto con su elogio de la negación del infierno eterno por parte de Isaac de Nínive. Místico universalista, misa universalista. La lógica es perfecta y el peligro es real.
La “misa” de la Tierra, no del Calvario
En julio, León dio a conocer la nueva “Misa por el cuidado de la creación”, integrando Laudato Si' directamente en el Misal. La liturgia que antes se ofrecía por la remisión de los pecados ahora se ofrece por la biodiversidad. El incienso que antes se elevaba al Dios Trino, ahora se comparte con “el grito de la tierra”.
Esto va más allá de la administración responsable, hasta la sacramentalización del ecologismo. Una nueva liturgia para una nueva religión.
Silencio ante el asesinato
El 17 de junio, el Reino Unido legalizó efectivamente el aborto hasta el momento del nacimiento. Fue una de las leyes proaborto más grotescas de la historia moderna. ¿Y qué dijo León? Nada. Ni un lamento en el Ángelus, ni una declaración de dolor, ni un llamamiento a la penitencia.
Pero esa semana tuvo tiempo para meditar sobre “la sinodalidad como mentalidad” y para elogiar la masónica Fratelli Tutti.
La cortina lavanda permanece cerrada
A pesar de todas las promesas, León ha mantenido al “cardenal” Fernández al frente de la DDF, el mismo hombre que escribió Amoris Laetitia, defendió Fiducia Supplicans y declaró abiertamente a la prensa: “La Declaración permanecerá... Fiducia Supplicans no caerá en el olvido bajo ningún concepto”.
Traducción: las bendiciones para las parejas sodomitas son ahora una política permanente del Vaticano. Y León no ha hecho nada para revertirla.
Continúa la supresión de la Tradición
La persecución de Francisco continúa sin una sola corrección por parte de León. Los obispos saben que él no los detendrá.
Milagros sin lo milagroso
Una y otra vez, León XIV vacía los Evangelios de su esencia sobrenatural. La curación del sordomudo se convierte en un llamamiento a una mejor comunicación en la era digital. El buen samaritano se convierte en una lección sobre la compasión horizontal, separada de la gracia. Los trabajadores de la viña se convierten en una lección sobre la equidad económica. E incluso en Corpus Christi, la multiplicación de los panes no se predica como un signo milagroso que apunta al sacrificio eucarístico, sino como una metáfora del compartir el pan. Los milagros de Cristo ya no son revelaciones del poder divino, sino que se reducen al moralismo de las ONG y a la terapia conversacional.
Ecumenismo sin conversión
Desde Constantinopla hasta Albano, los discursos de León minimizan la primacía de Pedro, hablan de Roma y la ortodoxia como “profundamente en comunión” y elogian heréticamente a los cismáticos y herejes como “iglesias hermanas”. El 28 de junio, incluso dijo que las sedes de Roma y Constantinopla “no están llamadas a competir por la primacía”.
El Vaticano I definió la primacía papal como una cuestión de ley divina. León la descarta como una “competencia de egos”.
Imágenes blasfemas
El 17 de agosto, León llamó a una iglesia romana “el seno de Dios”. Repitió el tropo de la maternidad mariana que reduce la paternidad divina a arquetipos femeninos. Esto sigue a su aprobación silenciosa de la afirmación anterior de la “hermana” Gloria Riva de que el Divino Infante tiene un útero. La teología surrealista sigue adelante.
Las audiencias arcoíris
Agosto terminó con dos audiencias:
La “hermana” Lucía Caram, que apoya el “matrimonio” homosexual, fue recibida en el Palacio Apostólico.
El “padre” James Martin, SJ, el jesuita arcoíris, recibió el aliento papal para “continuar su ministerio”.
Francisco legitimó a Martin. León le ha dado una misión.
La migración como el nuevo Pentecostés
El mensaje de León para la “Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado” replantea la migración como un “sacramento de esperanza”, advirtiendo contra la “sedentarización”, como si las naciones cristianas arraigadas fueran infieles al Evangelio. La vigilancia fronteriza se reformula como “fariseísmo”; el reemplazo demográfico como “evangelización”.
El Sínodo institucionalizado
El 7 de julio, el Vaticano publicó “Pistas para la fase de implementación del Sínodo”, declarando que el “sínodo de 2024” forma parte del “magisterio ordinario” y ordenando a todas las parroquias que adopten la “espiritualidad sinodal”. El proceso es ahora permanente. No se tolera la resistencia.
Conclusión: el crimen del silencio
Este es el balance, apenas 100 días después del inicio del “pontificado” de León XIV:
Francisco canonizado por declaración.¿Y qué dice Trad Inc.? Que debemos “esperar y ver”. Y callar. Y “darle tiempo”.
Herejes y cismáticos alabados como santos.
Entronización de la teología de las Iglesias hermanas.
Las mujeres colocadas como autoridad sobre el clero.
Restauración de la liturgia universalista.
Supresión de la Misa Tradicional en Latín.
Confirmación de las bendiciones lgbt.
Aborto sin reprensión.
Adoración de la creación.
Primacía negada.
Sacerdotes arcoíris recompensados.
La Academia Pontificia para la Vida entregada a un hombre que defiende el suicidio asistido.
Los milagros de Cristo reducidos al moralismo y la terapia de las ONG.
La revolución ya está aquí. El silencio no es prudencia. Es complicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario