jueves, 16 de enero de 2025

SER SACERDOTE HOY: UNA DE LAS MISIONES MÁS PELIGROSAS DEL MUNDO

La fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) registró 122 casos que afectan a sacerdotes y religiosos, incluidos 13 asesinatos, 38 secuestros y 71 arrestos.


Más sacerdotes y religiosos católicos fueron secuestrados en 2024 que en 2023, según datos recogidos por la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN). 

Mientras que el año 2023 el número de secuestrados fue de 33, en 2024 fueron 38 miembros del clero, religiosos y religiosas, los cuales fueron raptados por delincuentes.

ACN incluye en sus listas a quienes fueron asesinados, secuestrados o detenidos por razones relacionadas con la persecución, pero también a quienes sirven en lugares difíciles o peligrosos como testimonio de su compromiso con Dios.

La lista de secuestros de este año la encabeza Haití, donde un colapso general de la seguridad nacional provocó el secuestro de 18 sacerdotes y religiosos en 2024, frente a solo dos en 2023. Nigeria sigue siendo uno de los países más peligrosos para sacerdotes y religiosos, pero la situación mejoró notablemente, con 12 secuestros reportados en 2024, cifra inferior a la de 2023. Afortunadamente, todas las víctimas de secuestro en estos países fueron finalmente liberadas.

Tres sacerdotes fueron secuestrados en Camerún este año y todos fueron liberados.

Un párroco fue secuestrado por delincuentes en São Paulo, Brasil. Lo retuvieron durante unos días y lo robaron, antes de que la policía lo rescatara. El obispo mexicano Salvador Rangel Mendoza también fue secuestrado y luego abandonado por delincuentes en un hospital, donde se recuperó.

Un joven seminarista fue secuestrado por militares en la República Democrática del Congo, pero fue liberado esa misma tarde, tras fuertes protestas de las autoridades eclesiásticas. El coronel responsable del secuestro fue expulsado de las fuerzas armadas y condenado a 20 años de prisión.

Se dieron dos casos de secuestro de religiosas: una en Colombia fue asaltada y agredida sexualmente, pero afortunadamente sobrevivió a la terrible experiencia, y otra, en Malawi, fue abusada física y verbalmente antes de ser liberada.

Otros cuatro sacerdotes fueron secuestrados en años anteriores, pero no fueron liberados ni declarados muertos. Se trata de los padres John Bako Shekwolo (2019), Joseph Igweagu (2022), Christopher Ogide (2022), todos ellos de Nigeria, y el padre Joël Yougbaré, de Burkina Faso, secuestrado en 2019 y del que no se ha sabido nada desde entonces. Con la inclusión de estos sacerdotes, el número total de secuestrados asciende a 42.

13 sacerdotes asesinados

Durante el año 2024, 13 sacerdotes fueron asesinados. En Estados Unidos, el padre Robert Hoeffner fue asesinado en su casa, junto con su hermana, por un joven que robó el coche de los sacerdotes y luego mató a su abuelo y a un policía. El padre Larry Johnson murió a manos de un hombre que afirmó haber sufrido un ataque psicótico, al oír voces que le decían que matara al sacerdote para “salvar a la humanidad”.

En Sudáfrica, en poco más de un mes, dos sacerdotes fueron asesinados. El padre William Banda, originario de Zambia, fue asesinado por un hombre que lo esperaba en su iglesia, lo escoltó hasta la sacristía y le disparó, y el padre Paul Tatu Mothobi fue asesinado tras presenciar un asesinato. El asesino obligó al padre Paul a subir a un coche y le disparó en la cabeza, aparentemente para asegurarse de que no hubiera testigos.

En España también fue asesinado un sacerdote en 2024. El franciscano Juan Antonio Llorente Espín fue asesinado por un hombre que irrumpió en el monasterio y gritó que quería matar a todos los sacerdotes, después de haber herido a varios más antes de huir del lugar. Un crimen similar tuvo lugar en Polonia, donde el padre Lech Lachowicz fue brutalmente golpeado por un hombre que acudió a la casa parroquial y luego murió a causa de sus heridas en el hospital.

El padre Christophe Badjogou Komla, de origen togolés pero que prestaba servicio en Camerún, fue baleado en un intento de robo, y el padre Fabián Enrique Arcos Sevilla, de origen ecuatoriano, fue encontrado asesinado con signos de extrema violencia, cerca de un basurero, en circunstancias que aún no han sido esclarecidas. De igual modo, el padre Ramón Arturo Montejo Peinado fue brutalmente asesinado en Colombia durante un intento de robo de su coche.

En México, donde en los últimos años han sido asesinados un gran número de sacerdotes, el padre Marcelo Pérez fue asesinado por presuntos pandilleros en lo que parece haber sido un intento de silenciar su activismo en favor de los pueblos indígenas.

El padre Josiah K'Okal, originario de Kenia, se encontraba prestando servicio en Venezuela, donde fue encontrado muerto. Aunque oficialmente se determinó que se había suicidado, sus amigos y colegas creen que fue víctima de un asesinato, debido a sus actividades en defensa de las poblaciones indígenas locales contra las bandas criminales.

El padre Luke Yugue, de Sudán del Sur, fue asesinado en el marco de un conflicto intertribal mientras intentaba mediar entre las partes y, finalmente, cuando el año se acercaba a su fin, el padre Tobias Onkonkwo, de Nigeria, recibió disparos de agresores desconocidos mientras conducía por una autopista.

No figuran en la lista, pero vale la pena mencionar, casos como los de dos catequistas asesinados en Burkina Faso, un ministro de la Palabra baleado afuera de una iglesia en Honduras y un monaguillo asesinado junto a su hermano y su madre en un tiroteo cerca de una iglesia en México.

Los arrestos disminuyen, pero siguen siendo preocupantes

En 2024 fueron arrestados menos clérigos y religiosos católicos que en 2023, pero las cifras siguen siendo muy preocupantes y apuntan a graves problemas con la libertad religiosa y a una falta de seguridad jurídica y de respuesta en grandes partes del mundo.

Según la información recogida por ACN, al menos 71 clérigos y religiosos fueron detenidos a causa de su fe o por el mero ejercicio de su misión religiosa en 2024. Esta cifra incluye a quienes fueron detenidos antes de 2024 pero que siguieron detenidos en algún momento de 2024. En el momento de redactar este informe, diez permanecían bajo algún tipo de custodia.

Para efectos de esta lista, la ACN contabiliza únicamente las detenciones que puedan considerarse irregulares o que tengan una motivación religiosa o política, y no aquellas personas detenidas por sospecha de comisión de delitos comunes.

Nicaragua, en Centroamérica, vuelve a encabezar la lista de países con más sacerdotes y religiosos católicos detenidos. Desde enero de 2024, un total de 25 clérigos católicos fueron arrestados en Nicaragua. Sin embargo, si se cuentan los 19 sacerdotes y religiosos que fueron arrestados en años anteriores y permanecieron bajo custodia en algún momento durante 2024, la cifra asciende a 44, apenas un poco menos que los 47 de 2023. Entre ellos se encuentra el obispo Rolando Álvarez, detenido en 2022 y liberado en 2024. Esta lista no cuenta a los numerosos laicos comprometidos que también fueron detenidos por el régimen, varios de los cuales siguen en la cárcel, como Lesbia Gutiérrez, administradora de Cáritas en la diócesis de Matagalpa, y Carmen María Sáenz, asesora jurídica de la misma diócesis. Según fuentes locales, a sus familias incluso se les ha negado el derecho a visitarlas.

Además del elevado número de sacerdotes y religiosas detenidos en Nicaragua en los últimos años, entre los que se incluyen tres obispos, hay también un número muy significativo de sacerdotes que nunca fueron detenidos oficialmente, pero a los que se les impidió volver a entrar en el país tras salir del país, por lo que se encuentran en el exilio. Su número es incierto y no están incluidos en esta lista, como tampoco lo están aquellos que huyeron voluntariamente para evitar ser detenidos. Además, el régimen nicaragüense está haciendo todo lo posible para que todas las monjas abandonen el país. Los extraordinarios niveles de persecución contra las figuras religiosas en Nicaragua, y la dificultad para acceder a información fiable, hacen difícil establecer un número totalmente exacto de los detenidos en este país.

El siguiente país con mayor número de clérigos detenidos o desaparecidos es China, con nueve casos públicos, cuatro de los cuales fueron detenidos en 2024. Uno de ellos fue puesto en libertad posteriormente a finales de año. Los cinco restantes han estado privados de libertad y se encuentran bajo custodia, arresto domiciliario o vigilancia estricta por motivos religiosos desde antes de principios de 2024 (en un caso, incluso desde 1997). Cabe señalar que, dada la realidad política de China, es probable que muchos más clérigos estén sujetos a restricciones a su libertad de movimiento.

Bielorrusia se enfrenta a una situación muy difícil: en 2024 se han detenido a siete sacerdotes. De ellos, tres fueron detenidos en 2023, uno de los cuales sigue en prisión y ha sido condenado recientemente a 11 años de prisión por traición. Los otros cuatro fueron detenidos en 2024 y tres han sido puestos en libertad.

Otros casos de detención por acoso religioso incluyen a dos sacerdotes y una religiosa en la India, en un contexto de creciente presión sobre los católicos y otras minorías religiosas en un país dominado actualmente por los nacionalistas hindúes. Varias otras personalidades religiosas fueron amenazadas con ser detenidas en la India, pero lograron evitar ser detenidas efectivamente al solicitar y obtener una libertad bajo fianza anticipada mientras sus casos continúan siendo investigados.

En la lista también figuran los dos sacerdotes greco-católicos ucranianos que fueron detenidos por las fuerzas rusas en 2022 y liberados recién en junio de 2024.

En Venezuela, el padre Elvis Cabarca fue detenido mientras dirigía un grupo de oración en un momento de protestas antigubernamentales. En Chad, el padre Simon-Pierre Madou Baïhana, un crítico abierto de las violaciones de los derechos humanos y las injusticias, fue detenido por policías vestidos de civil, en circunstancias que, según los testigos, parecían más bien un secuestro, supuestamente por “incitar a la división y poner en peligro la cohesión nacional”. Ambos fueron puestos en libertad poco después.

En algunos casos, las acusaciones que motivaron la detención aún se desconocen o no está claro si en realidad estuvieron motivadas por la discriminación religiosa. El padre Aurélien Mukangwa, de la República Democrática del Congo, fue detenido en el aeropuerto en circunstancias desconocidas. Tras las protestas, el padre Aurélien fue puesto en libertad. El padre polaco Michal Olszewski fue detenido por supuestas irregularidades financieras, recluido en condiciones inusualmente duras y puesto en libertad bajo fianza tras siete meses. Sigue a la espera de juicio y sus partidarios afirman que es víctima de una campaña política. El padre Luiz Claudio da Silva, de Brasil, fue detenido tras pedir a los agentes de policía que actuaran con moderación durante la represión de una manifestación de trabajadores sin tierra, y la hermana Mary-Ellen Francouer, de Canadá, fue detenida por participar en una sentada en un banco, con un grupo de miembros de diferentes confesiones cristianas que protestaban por la inversión de la institución en combustibles fósiles.


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