La ciudad Estado del Vaticano ha endurecido las medidas contra quienes entren ilegalmente en su territorio.
Con un decreto emitido el mes pasado, el Vaticano ha incrementado considerablemente las sanciones monetarias y las penas de prisión para quienes violen las estrictas normas de seguridad de la Ciudad del Vaticano.
El documento, firmado por el “cardenal” Fernando Vérguez Alzaga, presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano, prevé multas monetarias que van de 10.000 a 25.000 euros (unos 10.200 a 25.700 dólares) y penas de prisión de uno a cuatro años.
Estas multas se aplicarán especialmente a quienes entren mediante violencia, amenazas o engaños, burlando los controles fronterizos o los sistemas de seguridad. Además, quienes entren con permisos caducados o no cumplan los requisitos establecidos recibirán sanciones administrativas que oscilarán entre los 2.000 y los 5.000 euros (unos 2.060 y 5.145 dólares).
El decreto destaca que las penas pueden aumentarse si el delito se comete con armas de fuego, sustancias corrosivas, por una persona disfrazada o por varias personas juntas. Asimismo, si el acceso ilegal se realiza en un vehículo, la pena puede aumentar hasta en dos terceras partes.
El documento también estipula que el sobrevuelo no autorizado del espacio aéreo vaticano, incluso mediante el uso de drones, puede ser castigado con penas de prisión de seis meses a tres años, además de una multa que podría alcanzar los 25.000 euros (unos 26.000 dólares).
A quien sea declarado culpable de entrada ilegal, se le prohibirá entrar en el territorio vaticano por un periodo de hasta 15 años. En caso de incumplimiento de esta sanción, el infractor podrá ser castigado con una pena de prisión de uno a cinco años.
Además, el promotor de justicia del Vaticano puede citar a cualquier persona que haya cometido un delito a comparecer ante el tribunal al día siguiente de recibir la denuncia o inmediatamente después de interrogarlo.
La reflexión es que, mientras gran parte de los países europeos y también los EE.UU. han sido obligados por organizaciones internacionales (cuyas autoridades nadie ha votado) a aceptar la inmigración ilegal o a mirar hacia otro lado mientras invasiones mayoritariamente musulmanas ingresan ilegalmente a dichos países, en el Vaticano bergogliano del “bienvenidos todos, todos, todos”, la ciudad y el espacio aéreo están blindados y protegidos, exactamente lo que el falso papa critica en el resto de los países.
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