Anita Bryant, la cantante y exreina de belleza que tuvo una floreciente carrera musical en las décadas de 1960 y 1970, murió el 16 de diciembre en su casa de Edmond, Oklahoma a la edad de 84 años a causa de un cáncer.
Anita tenía solo 18 años cuando ganó el título de Miss Oklahoma y fue nombrada segunda finalista del concurso de Miss Estados Unidos. No tardó en convertir ese éxito en una lucrativa carrera en el mundo del espectáculo.
Durante casi dos décadas, su carrera fue fluida: entretuvo a los soldados en las giras de las Organizaciones de Servicio Unidas (USO por su sigla en inglés) con Bob Hope, actuó durante las giras evangélicas de Billy Graham y fue copresentadora de desfiles televisados a escala nacional. Cantó el himno nacional en el Super Bowl y el “Himno de Batalla de la República” ante la tumba del presidente Lyndon B. Johnson.
Lo más memorable es que representó a la Comisión de Cítricos de Florida en una larga campaña de anuncios televisivos, en los que cantaba “Ven al Árbol del Sol de Florida” y ofrecía el eslogan: “Un desayuno sin zumo de naranja es como un día sin sol”. Además hizo una publicidad de mismo producto en la cual participaron sus hijos.
El comienzo de su activismo anti lgbt
Cuando la Comisión del Condado de Dade (Florida) se disponía a votar su “ordenanza antidiscriminación” en enero de 1977, Anita se puso de pie y declaró: “Los homosexuales reclutarán a nuestros hijos. Usarán dinero, drogas, alcohol, cualquier medio para conseguir lo que quieren”.
Tras la aprobación final de la ordenanza un grupo de opositores a la misma, encabezados por Anita, acudió a protestar.
“La ordenanza aprueba la inmoralidad y discrimina el derecho de mis hijos a crecer en una comunidad sana y decente. Puedo decir, y de hecho, digo NO a una cuestión moral muy grave que violaría mis derechos y los de todos los ciudadanos decentes y moralmente rectos, independientemente de su raza o religión”.
“El reclutamiento de nuestros niños es absolutamente necesario para la supervivencia y el crecimiento de la homosexualidad, dado que los homosexuales no pueden reproducirse, deben reclutar y renovar sus filas”.
Anita fundó en 1977 Save Our Children, una organización en contra de la incipiente ideología de género, siendo la estrategia de la campaña el denunciar a los homosexuales como inmorales e indecentes a los que había que parar porque querían pervertir a los niños. A partir de aquel momento, su imagen pública —muchos la llamaban “celebridad cristiana”— cambió para siempre.
Menos de dos meses después, un productor de televisión le comunicó que debido a sus “controvertidas actividades políticas” no la contratarían para el programa piloto de variedades que se había planeado.
Su reputación había sido dañada por el movimiento pro homosexual y Anita fue incluida en la lista negra como intransigente, retrógrada y discriminadora.
“Nos amenazan y hay todo tipo de acoso, pero sigo sabiendo que Dios nos cuidará” anunció Anita a la prensa.
Aunque la Comisión de Cítricos dijo públicamente que su activismo no afectaría su acuerdo de 100.000 dólares al año, el contrato se canceló antes de que terminara la década.
En octubre de 1977, en una conferencia de prensa en Des Moines, un fanático del lobby del arcoíris se acercó a Anita y la agredió tirándole violentamente un pastel de crema en la cara.
Mientras las cámaras la filmaban y la crema de la tarta le caía por las mejillas, empezó a rezar: “rezamos para que sea liberado de su estilo de vida desviado, Padre”, y luego rompió a llorar.
“No me arrepiento, porque hice lo correcto”, dijo Anita en una entrevista televisiva en 1990. “A veces tienes que pagar un precio por lo que crees que es correcto”.
Su legado artístico
De niña, Anita cantaba en la iglesia y en las ferias locales. En su adolescencia, apareció en emisoras de televisión de Tulsa y Oklahoma City. Cuando el programa de la CBS Arthur Godfrey’s Talent Scouts visitó Tulsa, la invitaron a competir en su concurso de Nueva York, y ganó.
En 1958 se graduó en el instituto Will Rogers de Tulsa y fue coronada reina de Oklahoma.
La primera década de su carrera en el mundo del espectáculo incluyó apariciones en series de variedades de máxima audiencia como The Ed Sullivan Show, The Tennessee Ernie Ford Show, Perry Como’s Kraft Music Hall y The George Gobel Show. La primera vez que cantó en The Tonight Show, en 1959, Jack Paar era el presentador.
Entre 1959 y 1961, tuvo cuatro éxitos en el Top 40: “Paper Roses”, “Till There Was You”, “In My Little Corner of the World” y “Wonderland by Night”.
Antes de promocionar el jugo de naranja, Bryant también apareció en anuncios de Coca-Cola, Holiday Inn, aires acondicionados Friedrich, Phillips 66 y Tupperware.
Algún tiempo después volvió a la televisión con un programa especial de variedades de dos horas, pero según un “crítico” de los medios de comunicación, “volvió con un enorme resentimiento. La causa de Bryant nunca se define con demasiada claridad -escribió John J. O’Connor en su crítica de “The Anita Bryant Spectacular” (1980) en The New York Times- “sino que parece dirigida contra quienquiera que difiera de sus particulares conceptos de piedad y limpieza”.
O’Connor añadió que, a pesar de las “cuidadosas proyecciones de bienestar y benevolencia, el mensaje de Bryant parece persistentemente hostil y agresivo”. En realidad, el resentimiento contra Anita se debía a que su programa estaba patrocinado por una organización religiosa que apoyaba la “terapia de conversión” de los homosexuales.
Dos meses después del especial, Anita puso fin a su matrimonio con su representante, Robert Einar Green, con quien se había casado en Oklahoma en 1960.
Más tarde, Anita habló abiertamente de que había pensado en el suicidio a finales de la década de 1970. En una entrevista del año 1990 para el programa de televisión Inside Story, dijo: “Hoy puedo decir sinceramente que hay una paz y una confianza y una madurez, por así decirlo, que solo pueden haber surgido de bajar a esos pozos de desesperación y abatimiento y querer quitarme la vida”.
Anita se convirtió en autora de libros como Amazing Grace y Bless This Food: the Anita Bryant Family Cookbook, pero su título más sonado fue The Anita Bryant Story: The Survival of Our Nation’s Families and the Threat of Militant Homosexuality (La historia de Anita Bryant: la supervivencia de las familias de nuestra nación y la amenaza de la homosexualidad militante) (1977) que comenzaba con la frase: “Por mi amor a Dios Todopoderoso, por mi amor a su Palabra, por mi amor a mi país, por mi amor a mis hijos, tomé una postura que no fue popular”.
Los “medios de comunicación” en guerra contra Anita
Gracias a su heroico activismo contra la ideología de género, Anita siempre fue objeto de burlas y ridiculizaciones. En 1974, cuando fue víctima en un atraco donde le robaron el bolso, el diario Times se refirió a ella como “la cantante que vende zumo de naranja en televisión”. También la ridiculizaron en programas de televisión como Saturday Night Live. En 1977, Jane Curtin, copresentadora del segmento de noticias del programa, “informó” sobre el violento incidente de la tarta: “Afortunadamente, Bryant, que no resultó herida, disfrutó con algunas risas y dijo que no pasaba nada si el agresor salía con su marido”.
Un sketch de ese año en The Carol Burnett Show hizo una burda imitación de Anita luciendo un ramillete de naranjas de tamaño natural, haciendo dobles sentidos sobre las reinas y cantando sobre una tierra prometida “brillante y alegre”.
La comedia cinematográfica de 1980 ¿Y dónde está el piloto? comparó un avión lleno de pasajeros con náuseas con un concierto de Anita Bryant. En el documental de Michael Moore Roger y yo (1989), Anita encarnaba el optimismo forzado, cantando la canción pop “Joy to the World” al público de Flint, Michigan, devastada económicamente. Imágenes de su campaña antihomosexual aparecieron en la película Milk (2008); en obras de teatro, como Anita Bryant murió por tus pecados (2009) y Anita Bryant’s Playboy Interview (2016), se estrenaron en ambas costas.
En 1988, Anita intentó una gira de regreso, actuando en salas de recreo de parques de casas rodantes de Florida.
En 1990, se casó nuevamente, esta vez con Charlie Hobson Dry. Pasó la década siguiente intentando retomar su carrera, abriendo la Mansión Musical Anita Bryant en Branson, Missouri, y en Pigeon Forge, Tennessee, pero los problemas financieros asolaron ambas empresas. La pareja regresó a Oklahoma, donde dirigió Anita Bryant Ministries International.
“Fui un cordero de sacrificio”, dijo Bryant en un artículo publicado en 1988. “Ni siquiera lo sabía. Y no pude salir de ello una vez que había empezado”.
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