Quedó huérfano de padre a la edad de 3 años, y quedó luego al cuidado de su madre, quien posteriormente se casó en segundas nupcias con un hombre devoto que sería después monje maronita (el hombre casado en el rito maronita, tiene acceso a ordenarse como sacerdote).
Sus años como monje maronita
En 1851, se trasladó a la localidad de Mayfouq, en cuyo monasterio maronita ingresó como novicio y recibió el nombre de Fray Chárbel, a la edad de 23 años. Permaneció también en Kfifane, donde recibió instrucción de su confesor, San Nimatullah Al-Hardini.
En el monasterio maronita de Annaya, donde vivió hasta su muerte, hizo los votos solemnes en 1853 y fue ordenado sacerdote en 1859.
Fray Chárbel se destacó por su amor a Cristo y su vida de oración, ayuno y sufrimientos, la predicación y por su don de sanar enfermos que continuó incluso después de su muerte.
San Chárbel: Ejemplo de vida consagrada al sacerdocio
Chárbel, con 25 años de edad, se consagró según la liturgia católica en 1853 con los tres votos religiosos de obediencia, pobreza y castidad, y tuvo su plena consagración recibiendo a la edad de 31 años, el orden del sacerdocio, el día 23 de julio de 1859 en la sede patriarcal de Bkerke, por la imposición de las manos de monseñor Yusef El-Marid.
En su vida sacerdotal, san Chárbel no hizo más que poner en práctica lo que había aprendido de su maestro espiritual y profesor de teología, san Nemetala Al-Hardini, cuando le dijo : “Ser sacerdote, hijo mío, es ser otro Cristo. Para llegar a serlo no hay más que un camino: ¡el del Calvario! Comprométase sin decaimiento. Él lo ayudará”. Así Chárbel vivió su consagración religiosa y sacerdotal, imitando a Cristo y haciendo de su Misa el centro alrededor del cual se cristalizaría su existencia como sacerdote ermitaño.
Así Chárbel entendió su misión y dejó atrás casa, familia y tierra para dedicarse a ejercer el ministerio dentro de los límites de su vocación monacal. Su desprendimiento fue total, llegando al punto de rehusar a ir a su aldea para celebrar una Misa en presencia de su madre, llamada Brigitte Chediac, la cual no pudo asistir a su ordenación sacerdotal.
Estatua de San Chárbel en Faraya, Líbano
Durante toda su vida ejerció su labor como sacerdote, librándose de las ataduras de la sangre para unirse a los lazos de la gracia y así ser dócil a la acción del Espíritu Santo.
San Chárbel murió en el monasterio maronita de Annaya, en la Nochebuena de diciembre de 1898 debido a una enfermedad, que le provocó parálisis. Actualmente sus restos permanecen incorruptos. Se dice que su tumba emana un líquido acuoso de sangre, siendo éste un caso de emanación milagrosa de sangre licuada o licuefacción, como los de san Jenaro de Nápoles, san Nicolás de Tolentino y de san Pantaleón en el Monasterio de la Encarnación de Madrid.
Fue beatificado en 1965 y canonizado en 1977, siendo desde ese año el primer santo católico del Líbano.
Se dice que Dios quiso señalar a este santo por numerosos prodigios y milagros, tanto durante su vida como posteriormente. Inmediatamente después de enterrado, durante cuarenta y cinco noches abundaron testimonios de que brilló una luz muy intensa en su tumba. El pueblo sencillo le veneraba como santo, aunque la jerarquía, prohibió su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su veredicto.
Ante la insistencia de los fieles por los eventos considerados milagrosos, finalmente se procedió a la exhumación de su cuerpo cuatro meses después, para examinar el fenómeno. El monje Chárbel había sido enterrado sin ataúd, como recomienda la Regla de su Orden, y al desenterrarlo, encontraron su cuerpo flotando en el barro, con su tumba inundada de agua. Se conservó incorrupto, exudando sangre hasta el día de su canonización, emitiendo constantemente un bálsamo perfumado que ha sido apreciado como milagroso.
La devoción a San Chárbel se ha propagado en la actualidad por el aumento de milagros atribuidos a su intercesión. En América es particularmente venerado en México, a partir de la inmigración maronita que comenzó en el siglo XIX.
Más de 20 mil milagros han sido investigados y registrados por la Iglesia Católica. “El Santo Chárbel ha realizado milagros en todo el mundo en Líbano, Irak, Brasil, Egipto, USA, Australia, Francia, Argentina, Rusia”, dice el sacerdote Wissan Akiki de Saint Joseph Catholic Church en Phoenix.
Entre los milagros más famosos se encuentran:
Milagro a la Nouhad El-Chami, esposa de Semaan Chami, originarios de Mezarib, Jbail, con 55 años de edad y 12 hijos. El 9 de enero de 1993, el Hospital Saint Martine la diagnosticó una hemiplejía del lado izquierdo: pierna, brazo y boca. Con grandes dolores e inválida, la noche del 22 de enero de 1993 pidió su intercesión para que Dios dispusiera de ella. San Chárbel se le apareció y puso su mano en su cuello y dijo: “Estoy aquí para hacer una operación a tu dolor”. Luego ella declaró: “A las 2 de la mañana pude ir al baño para ver qué había sucedido, y observé 2 heridas en mi cuello, cada una de 12 cm aproximadamente. Fui a la habitación de mi marido que está frente a la mía y encendí la luz. Mi esposo me miró y dijo en voz fuerte: ‘¿cómo llegaste acá tu sola?, puedes caerte y eso sería otra catástrofe’. Moví mi mano y le dije: ‘No te preocupes, San Chárbel me curó, puedo caminar’...”
Milagro a Iskandar Obeid: En el Hospital Francés del Sagrado Corazón en Beirut, el Dr. Nakarier aconsejó al paciente regresar a casa, recostarse y descansar, ya que había perdido la vista de un ojo por un accidente hacía 13 años y ante grandes dolores y riesgo de infección del otro ojo, programaron extirparle el ojo. Ya en su casa, Iskandar soñó que estaba parado enfrente de un monasterio. Un monje apareció y le preguntó qué era lo que le pasaba. “Mi ojo me duele tanto”, respondió Iskandar, entonces el monje le dijo: “Voy a poner este polvo en tu ojo. Será extremadamente doloroso y tu ojo se hinchará. No temas, porque eso será para curarte”. Iskandar contó que: “Él cubrió mi ojo con el polvo y desapareció”. Luego del dolor y la hinchazón, con gran alegría, Iskandar le dijo a su esposa: “Tráeme la imagen del Padre Chárbel”. Iskandar tapó su ojo sano y contempló la imagen con el ojo dañado, hizo la señal de la cruz y gritó: “Puedo verla, ¡estoy curado!”. Los mismos médicos que estudiaron el fenómeno declararon unánimemente: “Iskandar, el que perdió el uso de un ojo hace trece años, ahora puede ver normalmente con ambos ojos. El iris deteriorado, que no permitía el paso de la luz, ahora es absolutamente normal”.
Milagro de Sor María Abel Kamary: Nació en Hammana, Líbano, ingresó al convento de las Hermanas del Sacro Corazón en 1929. Su salud fue afectada en 1936 cuando sufrió dolor de estómago y vómitos. Los exámenes radiológicos revelaron que sufría de úlcera gástrica y que el hígado, vesícula biliar y riñones estaban afectados y no funcionaban con normalidad. Fue operada 2 veces sin resultado positivo y el sufrimiento persistió 14 años agravándose con vómitos constantes, dolor de huesos, parálisis de la mano derecha, irritación de los dientes. Fue llevada al sepulcro del San Chárbel, tocó la tumba y sintió una corriente de aire en su espalda. Mientras que rezaba al lado de la tumba vio el nombre de San Chárbel escrito en la losa y coronado de gotas de sudor brillantes. Las secó con su velo y las aplicó en el área de dolor. De pronto, se levantó y camino emitiendo gritos de alegría y felicidad.
Milagro de Dafne Gutiérrez: Una extraña enfermedad dejó a Dafne Gutiérrez, una joven madre hispanoamericana de Phoenix en completa oscuridad. Los médicos le aseguraron que no volvería a ver y que no podían hacer nada por ella. Tras meses en las tinieblas, Dafne fue a la iglesia de St. Joseph en Phoenix. El padre Wissam Akiki, encargado del templo, le habló del poder de la fe y del increíble poder de sanación de San Chárbel y le pidió que cerrara los ojos y se dejara ungir con un aceite que había sido traído desde el Líbano. El padre dijo que mientras le ponía el aceite a Dafne, le pedía a Dios a través de San Chárbel. Dafne dijo que 2 días después “Me levanté en la madrugada y le dije a mi esposo, me duelen mis ojos. Me tiemblan, me duelen. Él me dijo que yo olía a carne quemada. Abrí los ojos, y lo miré y no solo con un ojo, sino con los dos”. Estos hechos fueron hechos públicos el 22 de enero del 2016.
Listones de milagros a San Chárbel: Anotar cada una de las peticiones al Santo Chárbel es una tradición que fue usada en los tiempos antiguos en varias religiones y ritos, y ahora muchas personas devotas lo siguen haciendo y mantienen esta tradición vigente con San Chárbel. Escriben en un listón su petición y se la presentan al santo, con mucha fe, esperando se hagan grandes milagros.
Su muerte y canonización
San Chárbel murió en el monasterio maronita de Annaya, en la Nochebuena de diciembre de 1898 debido a una enfermedad, que le provocó parálisis. Actualmente sus restos permanecen incorruptos. Se dice que su tumba emana un líquido acuoso de sangre, siendo éste un caso de emanación milagrosa de sangre licuada o licuefacción, como los de san Jenaro de Nápoles, san Nicolás de Tolentino y de san Pantaleón en el Monasterio de la Encarnación de Madrid.
Fue beatificado en 1965 y canonizado en 1977, siendo desde ese año el primer santo católico del Líbano.
Milagros
Se dice que Dios quiso señalar a este santo por numerosos prodigios y milagros, tanto durante su vida como posteriormente. Inmediatamente después de enterrado, durante cuarenta y cinco noches abundaron testimonios de que brilló una luz muy intensa en su tumba. El pueblo sencillo le veneraba como santo, aunque la jerarquía, prohibió su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su veredicto.
Ante la insistencia de los fieles por los eventos considerados milagrosos, finalmente se procedió a la exhumación de su cuerpo cuatro meses después, para examinar el fenómeno. El monje Chárbel había sido enterrado sin ataúd, como recomienda la Regla de su Orden, y al desenterrarlo, encontraron su cuerpo flotando en el barro, con su tumba inundada de agua. Se conservó incorrupto, exudando sangre hasta el día de su canonización, emitiendo constantemente un bálsamo perfumado que ha sido apreciado como milagroso.
La devoción a San Chárbel se ha propagado en la actualidad por el aumento de milagros atribuidos a su intercesión. En América es particularmente venerado en México, a partir de la inmigración maronita que comenzó en el siglo XIX.
Más de 20 mil milagros han sido investigados y registrados por la Iglesia Católica. “El Santo Chárbel ha realizado milagros en todo el mundo en Líbano, Irak, Brasil, Egipto, USA, Australia, Francia, Argentina, Rusia”, dice el sacerdote Wissan Akiki de Saint Joseph Catholic Church en Phoenix.
Entre los milagros más famosos se encuentran:
Milagro a la Nouhad El-Chami, esposa de Semaan Chami, originarios de Mezarib, Jbail, con 55 años de edad y 12 hijos. El 9 de enero de 1993, el Hospital Saint Martine la diagnosticó una hemiplejía del lado izquierdo: pierna, brazo y boca. Con grandes dolores e inválida, la noche del 22 de enero de 1993 pidió su intercesión para que Dios dispusiera de ella. San Chárbel se le apareció y puso su mano en su cuello y dijo: “Estoy aquí para hacer una operación a tu dolor”. Luego ella declaró: “A las 2 de la mañana pude ir al baño para ver qué había sucedido, y observé 2 heridas en mi cuello, cada una de 12 cm aproximadamente. Fui a la habitación de mi marido que está frente a la mía y encendí la luz. Mi esposo me miró y dijo en voz fuerte: ‘¿cómo llegaste acá tu sola?, puedes caerte y eso sería otra catástrofe’. Moví mi mano y le dije: ‘No te preocupes, San Chárbel me curó, puedo caminar’...”
Milagro a Iskandar Obeid: En el Hospital Francés del Sagrado Corazón en Beirut, el Dr. Nakarier aconsejó al paciente regresar a casa, recostarse y descansar, ya que había perdido la vista de un ojo por un accidente hacía 13 años y ante grandes dolores y riesgo de infección del otro ojo, programaron extirparle el ojo. Ya en su casa, Iskandar soñó que estaba parado enfrente de un monasterio. Un monje apareció y le preguntó qué era lo que le pasaba. “Mi ojo me duele tanto”, respondió Iskandar, entonces el monje le dijo: “Voy a poner este polvo en tu ojo. Será extremadamente doloroso y tu ojo se hinchará. No temas, porque eso será para curarte”. Iskandar contó que: “Él cubrió mi ojo con el polvo y desapareció”. Luego del dolor y la hinchazón, con gran alegría, Iskandar le dijo a su esposa: “Tráeme la imagen del Padre Chárbel”. Iskandar tapó su ojo sano y contempló la imagen con el ojo dañado, hizo la señal de la cruz y gritó: “Puedo verla, ¡estoy curado!”. Los mismos médicos que estudiaron el fenómeno declararon unánimemente: “Iskandar, el que perdió el uso de un ojo hace trece años, ahora puede ver normalmente con ambos ojos. El iris deteriorado, que no permitía el paso de la luz, ahora es absolutamente normal”.
Milagro de Sor María Abel Kamary: Nació en Hammana, Líbano, ingresó al convento de las Hermanas del Sacro Corazón en 1929. Su salud fue afectada en 1936 cuando sufrió dolor de estómago y vómitos. Los exámenes radiológicos revelaron que sufría de úlcera gástrica y que el hígado, vesícula biliar y riñones estaban afectados y no funcionaban con normalidad. Fue operada 2 veces sin resultado positivo y el sufrimiento persistió 14 años agravándose con vómitos constantes, dolor de huesos, parálisis de la mano derecha, irritación de los dientes. Fue llevada al sepulcro del San Chárbel, tocó la tumba y sintió una corriente de aire en su espalda. Mientras que rezaba al lado de la tumba vio el nombre de San Chárbel escrito en la losa y coronado de gotas de sudor brillantes. Las secó con su velo y las aplicó en el área de dolor. De pronto, se levantó y camino emitiendo gritos de alegría y felicidad.
Milagro de Dafne Gutiérrez: Una extraña enfermedad dejó a Dafne Gutiérrez, una joven madre hispanoamericana de Phoenix en completa oscuridad. Los médicos le aseguraron que no volvería a ver y que no podían hacer nada por ella. Tras meses en las tinieblas, Dafne fue a la iglesia de St. Joseph en Phoenix. El padre Wissam Akiki, encargado del templo, le habló del poder de la fe y del increíble poder de sanación de San Chárbel y le pidió que cerrara los ojos y se dejara ungir con un aceite que había sido traído desde el Líbano. El padre dijo que mientras le ponía el aceite a Dafne, le pedía a Dios a través de San Chárbel. Dafne dijo que 2 días después “Me levanté en la madrugada y le dije a mi esposo, me duelen mis ojos. Me tiemblan, me duelen. Él me dijo que yo olía a carne quemada. Abrí los ojos, y lo miré y no solo con un ojo, sino con los dos”. Estos hechos fueron hechos públicos el 22 de enero del 2016.
Imagen de San Chárbel en la Iglesia Católica de San Luis (Potosí, México)
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