Po el padre Jorge González Guadalix
Si. A las catacumbas. Por lo civil y por lo eclesiástico. Parece que es lo que toca. El mundo gay está muy crecido, lo sabemos. Tienen un poder que condiciona a políticos, asusta a eclesiásticos, tiene cabida privilegiada en medios de comunicación y pueden convertir en arma arrojadiza contra cualquiera.
Y luego está el cura de base, el de la parroquia de toda la vida, la capellanía universitaria, el que lejos de las grandes ideas y los ampulosos principios tiene que tratar no con el mundo gay, así en abstracto, sino con Manolo, gay, que quiere ser fiel al Señor viviendo castamente su realidad y se encuentra incapaz de ello o con Pilar, que más de lo mismo. Cualquier sacerdote, si quiere ser fiel al ministerio recibido, es normal que anime a los fieles a vivir castamente y procure ofrecer pistas, testimonios y, por encima de todo, la gracia de Dios para que esto sea posible. Y lo hace para que vivan de acuerdo con su fe en esta vida y puedan después llegar a la vida eterna.
Cualquier sacerdote, cualquiera, conoce la doctrina de la Iglesia sobre este punto, empezando por el Antiguo Testamento:
Levítico 18, 22: “No te echarás con varón como con mujer; es abominación”.Haga cada cual con su capa un sayo y con antifonario lo que desee, que en España estas cosas las permite la ley y además cada vez con mayor aplauso social. Pero una cosa es que lo permita la ley y lo aplaudan los medios y otra muy distinta pretender que la Iglesia lo acepte, tolere y bendiga. La obligación de la Iglesia es enseñar lo que hemos recibido de siempre desde la Palabra de Dios, la tradición ha defendido de manera unánime y hoy recoge el Catecismo:
Levítico 20, 13,: “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre”.
Deuteronomio 23, 17: “No haya ramera entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel”.
Romanos 1, 26-27: “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío”.
1 Corintios 6, 9: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”.
2357. … “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.Dicho todo esto… ¿A cuento de qué viene lo de las catacumbas?
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
Pues a que pobre de ti, sacerdote, religioso o laico comprometido, si los medios de comunicación te descubren hablando de castidad a gays o ayudándolos a superar sus tendencias ¡AUNQUE ELLOS TE LO PIDAN! Tendrás pena de telediario para empezar, puedes enfrentarte a penas que van desde los 200 a los 150.000 euros y lo de enviarte a galeras es una posibilidad no confirmada. Por lo tanto, si haces algo de esto, si como sacerdote animas a vivir la castidad… CATACUMBAS. Que no se entere el gobierno.
¿Y las diócesis? Pues salvo alguna salvedad como monseñor Munilla, lo que dicen es que eso de las terapias de conversión no es conveniente. Algún obispo al que le han acusado de permitir en su diócesis terapias de conversión “ha querido resaltar su ‘total adhesión a las orientaciones de la Santa Sede’, que rechaza las terapias de conversión para personas homosexuales”. Mejor ser muy discretos.
Ya lo ven. Catacumba por lo eclesiástico.
Si los políticos te sacuden por lo civil, te desautorizan por lo eclesiástico y te encuentras con una persona gay que quiere vivir en castidad, o intentas formar e informar a gays sobre lo que es el pecado de la sodomía y la doctrina de la Iglesia sobre el particular no queda otra que esconderte en la catacumba y que no se entere nadie.
En esto estamos.
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