domingo, 26 de enero de 2025

CARLO MARIA VIGANÒ: LA CONSTRUCCION DE UN MUNDO SIN FE Y SIN MORAL

Cada desvío en materia de Fe y Moral impulsado por Jorge Mario Bergoglio corresponde a la implementación de un programa preciso dictado por la agenda “woke”.

Por Monseñor Carlo Maria Viganò


El Foro de Davos tiene un plan muy específico de disolución social, explícitamente anticristiano y por lo tanto, antihumano y anticatólico.

Por eso, además de la destrucción de la economía, de la agricultura y de la ganadería, el Foro Económico Mundial persigue también, con implacable obstinación, la destrucción de la familia y de la religión, consideradas como un obstáculo para sus objetivos.

Lo “woke”, lo lgbtq+ y la ideología de género es la principal herramienta para adoctrinar a las generaciones futuras en un mundo sin hombres y mujeres, sin padres y madres, sin Fe y sin Moral.

En este mundo, los jóvenes no deben tener ningún ideal, ninguna meta, más que la búsqueda de las más aberrantes perversiones y la satisfacción de los placeres degradantes que les proporciona el Sistema.

Cada desvío en materia de Fe y Moral impulsado por Jorge Mario Bergoglio corresponde a la implementación de un programa preciso dictado por la agenda “woke”.

Esta es la prueba de que quien se sienta en la Cátedra de Pedro no es un Papa sino un emisario de la élite globalista, cuya misión es destruir la Iglesia Católica, así como casi todos los líderes occidentales pretenden destruir las naciones que gobiernan. Todos están vinculados por su membresía en el Foro Económico Mundial.

Sarah Kate Ellis es la directora ejecutiva de GLAAD, un poderoso lobby subversivo lgbtq+ que interviene en gobiernos e instituciones para imponer la aceptación social del vicio y la perversión.

No es casualidad que sea invitada al Foro de Davos, en el que participan gobiernos y organismos globalistas, incluida la Iglesia bergogliana.

Escuchar a la señora Ellis elogiar a Bergoglio debería helar la sangre de todos los católicos, empezando por los obispos. Es como si un grupo de pirómanos felicitara al jefe de bomberos por sus esfuerzos para evitar que se apagaran los incendios.

Por el contrario, los obispos siguen fingiendo no ver y no entender –algunos por cobardía, otros por chantaje, otros por interés– que Bergoglio es un usurpador del Trono Pontificio, considerándolo simplemente “un poco demasiado progresista”. En esta loca cobardía, en esta traición, se convierten en cómplices de los peores enemigos de la Iglesia de Cristo.

Para poner fin a la tiranía del Foro Económico Mundial, la Administración Trump –inaugurada bajo los mejores auspicios– tendrá que atacar de manera incisiva y eficaz todas sus ramificaciones en las instituciones públicas, incluida la Iglesia bergogliana.


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