Publicamos las palabras del falso papa:
Querida hermana, queridos hermanos, ¡bienvenidos!
Es para mí una alegría saludar a la Obispa Debra Wallace-Padgett y al Reverendo Reynaldo Ferreira Leão-Neto. Les expreso mis buenos deseos al iniciar su servicio como Presidenta y Secretario General del Consejo Metodista Mundial.
Durante mucho tiempo, metodistas y católicos estuvieron distanciados y también recelosos unos de otros. Hoy, sin embargo, podemos dar gracias a Dios porque, durante casi sesenta años, hemos progresado juntos en el conocimiento recíproco, la comprensión y, sobre todo, el amor. Esto contribuye a profundizar nuestra comunión mutua.
Abrirnos los unos a los otros nos ha acercado y nos ha hecho comprender que la reconciliación es una tarea del corazón, una tarea del corazón más que de la mente. Cuando el Corazón del Señor Jesús toca nuestros corazones, nos transforma. Así es como nuestras comunidades podrán unir sus diferentes mentes y voluntades para dejarse guiar por el Espíritu como hermanos y hermanas. Se trata de un camino que lleva tiempo, pero debemos continuar por esa senda, siempre centrados en el Corazón de Cristo, porque es desde ese Corazón desde donde aprendemos a relacionarnos bien los unos con los otros y a servir al Reino de Dios (cf. Carta Encíclica Dilexit Nos, 28).
El año que viene, los cristianos de todo el mundo celebrarán el 1700 aniversario del Primer Concilio Ecuménico: Nicea. Esta ocasión nos recuerda que profesamos la misma fe y, por tanto, tenemos la misma responsabilidad de ofrecer signos de esperanza que den testimonio de la presencia de Dios en el mundo. En efecto, se trata de “una llamada a todas las Iglesias y Comunidades eclesiales a perseverar en el camino hacia la unidad visible y en la búsqueda de caminos para responder plenamente a la oración de Jesús “que todos sean uno”. (Spes non confundit, 17). Me viene a la memoria algo que decía el gran obispo ortodoxo Zizioulas, a saber, que él ya sabía la fecha de la unidad: ¡sería el día después del juicio final! Pero, mientras tanto, debemos caminar juntos, como hermanos y hermanas, rezar juntos, hacer obras de caridad juntos y avanzar juntos en el diálogo. ¡Zizioulas estuvo genial!
Doy las gracias a los pastores y teólogos que han servido en la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo entre el Consejo Metodista Mundial y la Iglesia Católica, y animo a los miembros actuales a continuar en esos mismos esfuerzos.
A vosotros, querida Hermana y queridos Hermanos, os agradezco de corazón vuestra visita. Permanezcamos unidos en la oración. Feliz Navidad.
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