He aquí el grito que el vulgo protestante, así como sus grandes Doctores, no cesan de dirigir a los católicos. “La Biblia es toda la religión. Si leéis la Biblia, estáis seguro de encontrar en ella la fe y la salvación. Si queréis quitaros de las supersticiones romanas, leed la Biblia. Si aspiráis a tener una religión cómoda, fácil y sin prácticas severas, haceos con una Biblia. Si deseáis contaros por convertido y predestinado, aceptad una Biblia”. He aquí la charla protestante.
Pero aunque es falso e imposible un principio, según el cual un libro, diversamente interpretado, pueda ser la regla de la fe; todavía los protestantes que lo han inventado, si fueran menos ilógicos, deberían respetarle y tomarle por lo serio. Sin embargo, nada de eso; y no hay más que abrir una Biblia, para encontrar entre el texto sagrado y las doctrinas protestantes, enormes contradicciones, sobre los puntos más importantes. Veámoslo.
CREENCIAS Y PRÁCTICAS PROTESTANTES: Los ministros protestantes dicen: “No hay otra autoridad en religión que la Biblia. A ella sola se debe creer. Toda enseñanza que viene por medio del hombre, si es que no reproduce el texto de la Biblia, es usurpación y mentira”.
TEXTOS DE LA SAGRADA ESCRITURA: Jesucristo dijo a los doce Apóstoles: “Como mi Padre me envió, así yo os envío”. “Todo, poder se me ha dado en el cielo y en la tierra: id, pues, enseñad a todos los pueblos instruyéndolos para que guarden mis mandamientos”. “Quien os oye me oye, quien os desprecia me desprecia”.
CREENCIAS Y PRÁCTICAS PROTESTANTES: Los ministros protestantes dicen: “En religión no hay que obedecer a nadie sino a la Biblia, a la pura palabra de Dios”.
TEXTOS DE LA SAGRADA ESCRITURA: Y San Pablo dice: “Obedeced a vuestros conductores y someteos a su autoridad; porque ellos son los que velan por vuestras almas, como que de ellas deben dar cuenta”.
CREENCIAS Y PRÁCTICAS PROTESTANTES: Los ministros protestantes dicen: “Los obispos están de sobra, su ministerio es usurpado”.
TEXTOS DE LA SAGRADA ESCRITURA: San Pablo dice a los Obispos: “El Espíritu Santo os ha establecido Obispos para gobernar la Iglesia de Dios”.
CREENCIAS Y PRÁCTICAS PROTESTANTES: Los ministros protestantes dicen: “La escritura es fácil de entender; y leyéndola está uno al abrigo de todo error”.
TEXTOS DE LA SAGRADA ESCRITURA: San Pedro dice, hablando en particular de las Epístolas de San Pablo: “En estas Epístolas hay ciertos pasajes de difícil inteligencia, que ciertos hombres ignorantes y ligeros apartan de su verdadero sentido, así como las otras escrituras, para su propia ruina”.
El Divino Salvador, como es sabido, nada escribió, ni recomendó a los Apóstoles que escribieran, ni dijo palabra alguna que indicara a los Cristianos, que ellos deberían leer lo que escribieran los Apóstoles. Así es que en la primitiva Iglesia se oraba, se ayunaba, se recibía el Bautismo y la Santa Comunión, se practicaba la religión entera y se obtenía la salvación, sin leer el Evangelio, que aún no estaba escrito. Esta pequeña observación, que ya he sometido al juicio del lector en otra parte, echa por tierra el gran dogma protestante, de que es necesario leer la Escritura, para conocer la religión y salvarse. ¿Pues qué ha hecho Nuestro Señor Jesucristo para establecer y conservar la religión? Ha mandado a los Apóstoles que la prediquen y esto es todo. Los Apóstoles juzgaron útil poner por escrito, una parte de su enseñanza, y los rasgos principales de la vida de su Divino Maestro, que son los que forman el Evangelio. Por lo demás ellos continuaron enseñando de viva voz; y esta es la Tradición. Así es que la Tradición tiene una autoridad divina, lo mismo que el Evangelio. Pero volvamos a los textos, para ver si lo que dicen los ministros protestantes concuerda con la Sagrada Escritura.
LOS MINISTROS PROTESTANTES DICEN: “No queremos tradiciones”.
SAN PABLO DICE: “Conservad las tradiciones que habéis recibido, ya por mis discursos, ya por mis cartas”.
LOS MINISTROS PROTESTANTES DICEN: “Todo lo que Jesús ha hecho y dicho se encuentra en el Evangelio”.
SAN JUAN DICE EN SU EVANGELIO: “Jesús ha hecho aún otras muchas cosas”.
LOS MINISTROS PROTESTANTES DICEN: “No hay otra doctrina de los Apóstoles, sino la que nos dejaron escrita”.
SAN PABLO DICE AL OBISPO TIMOTEO: “Lo que has aprendido de mí delante de muchos testigos, dalo en depósito a hombres fieles, que sean capaces de instruir a otro”.
Y SAN JUAN DICE: “Aunque tuviera muchas cosas todavía que escribiros, no he querido hacerlo con papel y tinta, esperando ir a veros y hablaros de viva voz”.
LOS MINISTROS PROTESTANTES DICEN: “La justificación y la salvación del hombre se alcanzan por la fe sola. Las obras son inútiles y sin eficacia”.
SANTIAGO DICE: “Hermanos míos. ¿De qué os servirá haber tenido la fe sin las obras? ¿La fe sola podrá salvaros? Así es, que la fe sin la obra es fe muerta. Nuestro Padre Abraham ¿no se justificó por las obras cuando ofreció a su hijo Isaac? Ya veis, pues, que por las obras se justifica el hombre y no solamente por la fe”.
Cuando se emprendió la pretendida Reforma, un pintor tuvo la ocurrencia de pintar un cuadro del Santísimo Sacramento. En el medio estaba Nuestro Señor Jesucristo, dando la Comunión a los Apóstoles y pronunciando las sagradas palabras: “Este es mi cuerpo”. Un poco más abajo, estaba a un lado Lutero, dando la cena a los suyos y diciendo: “Este contiene mi cuerpo” y Calvino al otro lado hacia lo mismo, diciendo: “Esta es la figura de mi cuerpo”. En el fondo escribió el artista: ¿A cuál de los tres debemos creer? Este cuadro era más elocuente que los largos discursos.
LOS MISMOS PROTESTANTES DICEN: “El Salvador no ha querido dar su carne a comer; ese es un error forjado por la Iglesia Romana”.
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO DICE POR SAN JUAN: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo. Los judíos disputaban entre sí, diciendo: ¿Cómo nos dará este su carne a comer? Y Jesús les dijo: “En verdad en verdad os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros, porque mi carne es verdaderamente comida y mi sangre verdaderamente bebida”.
LOS MINISTROS PROTESTANTES DICEN: “Solo Dios perdona los pecados. Él no ha comunicado a los hombres el poder de perdonarlos”.
Y JESUCRISTO DICE A SUS ENVIADOS: “Recibid el Espíritu Santo: a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; y a quienes los retuviereis, les serán retenidos. Todo lo que desatareis sobre la tierra será desatado en el cielo”.
Fácil sería proseguir en esta confrontación, que hace evidente la oposición que reina sobre una multitud de puntos, entre la enseñanza de los pastores protestantes y la palabra de Dios, a la cual dicen ellos altamente que veneran, protestando que la aceptan en su totalidad. En vista de esta demostración ¿a qué queda reducido el famoso tema de los protestantes: “La Biblia y toda la Biblia”?
De ahí es que muchos protestantes, viendo esas inconsecuencias, se avanzan hasta desechar enteramente la Biblia, sobre la cual no pueden apoyar sus doctrinas. Una turba de pastores protestantes, la considera como un libro puramente humano. El Magistrado de Berlín decía al rey de Prusia, en una alocución que le dirigió a nombre del protestantismo berlinés: “Para la mayoría de los protestantes, la Escritura y los libros simbólicos, son testimonios sobre el trabajo de formación del Cristianismo, son obras puramente humanas; mas no está ahí la verdad absoluta”.
Para dar el último toque a este cuadro, el profesor Schoerer, de Ginebra, adversario declarado de la inspiración de la Biblia, llama a las Santas Escrituras: Una ventrílocua cabalística.
¡He aquí lo que el protestantismo ha hecho por la Biblia!
Continúa...
Tomado del libro “Conversaciones sobre el protestantismo actual”, impreso en 1862.
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