viernes, 20 de diciembre de 2024

EN QUÉ SENTIDO EL SACERDOTE CATÓLICO ES MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES (34)

Nada tiene de extraño que Nuestro Señor Jesucristo, vuelto a su Eterno Padre que le había enviado, envíe a otros, para que continúen su misión.

Por Monseñor De Segur (1862)


Sucede con frecuencia que los ministros protestantes, imitando a Rousseau y Voltaire, echan en cara a los sacerdotes católicos, que se ponen entre Dios y el hombre, interceptando las comunicaciones del Criador con la criatura. Fundado sería este reproche, si los sacerdotes católicos se colocasen en esa posición sin orden del cielo, como efectivamente lo hacen los pastores protestantes. Pero los sacerdotes católicos no cometen en esto una usurpación, pues no hacen más que obedecer a Aquel que los ha enviado para predicar la Religión Verdadera, para combatir los errores, para santificar y salvar las almas, para absolver los pecados, y para dispensar a los fieles los divinos misterios.

Así como la santa y admirable humanidad del Salvador, mientras Él vivía en carne mortal, no interceptaba la comunicación de la Divinidad con el mundo; tampoco la intervención de los sacerdotes, después, de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo al cielo, intercepta sus comunicaciones con las almas. 

Al contrario, el Dios hecho hombre enseñaba y bendecía a los hombres; siendo su santa y adorable humanidad el medio instituido divinamente, para establecer la religión, es decir, el vínculo para unir al hombre con Dios. 

Como el misterio de la Iglesia subsistente sobre la tierra, es la continuación del misterio de la Encarnación; nada tiene de extraño que Nuestro Señor Jesucristo, vuelto a su Eterno Padre que le había enviado, envíe a otros, para que continúen su misión. Esta es la misión del sacerdocio católico. Dios se sirve de hombres para cumplir su obra entre los hombres.

Nuestro Señor Jesucristo ejerce su autoridad, por medio de sus legítimos sacerdotes; y estos no tienen nada, sino lo que Aquel les ha dado. Por medio de su Vicario el Papa, gobierna y enseña Jesucristo infaliblemente a su Iglesia; por medio de los Obispos y sacerdotes subordinados al Papa, Jesucristo apacienta a las almas; de modo, que cuando los protestantes acusan a la Iglesia de usurpar les derechos de Dios, estos pobres extraviados, dan prueba de que no entienden el misterio de la humana redención y salud.

Continúa...

Tomado del libro “Conversaciones sobre el protestantismo actual”, impreso en 1862.




No hay comentarios: