Las Girl Scouts y la Arquidiócesis de Cincinnati llegaron a un acuerdo el martes para permitir que las tropas de Girl Scouts regresen a las parroquias, poniendo fin a un estancamiento de un año que comenzó cuando los líderes de la iglesia declararon que las opiniones del grupo sobre el sexo y el género estaban en conflicto con la doctrina católica.
Según informó Cincinnati el “arzobispo” Robert Casey y la presidente de las Girl Scouts del oeste de Ohio, Aimee Sproles, dijeron que “la decisión de renovar la relación entre la Iglesia y las scouts se tomó tras meses de conversaciones sobre sus diferencias y su deseo común de volver a trabajar juntas”.
Afirmaron que “el nuevo memorando de entendimiento respetaría tanto las enseñanzas religiosas de la Iglesia como las tradiciones seculares de las Girl Scouts”.
“arzobispo” Robert Casey
La resolución llega un año después de que el arzobispo emérito Dennis Schnurr, predecesor de Casey, declarara que las opiniones de las Girl Scouts sobre el sexo y el género estaban en contradicción con la doctrina católica. En ese momento, afirmó que todas las tropas de Girl Scouts desaparecerían de las parroquias católicas a finales de este año.
“La Arquidiócesis de Cincinnati no puede asociarse con una organización que, desde su más alto nivel, defiende ideas que la Iglesia considera falsas y perjudiciales”, escribió Schnurr el año pasado en una carta dirigida a los casi medio millón de católicos de la región.
Schnurr afirmó que “los responsables de la Iglesia habían determinado que las Girl Scouts operaban de una manera que entraba en conflicto con la doctrina católica al permitir actividades, insignias y premios que normalizaban una ideología contraria a la concepción católica del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios como hombre y mujer”.
Describió la postura de las Girl Scouts como “una visión del mundo empobrecida”.
La carta de Schnurr no identificaba actividades o insignias concretas que le parecieran objetables, pero la archidiócesis sí publicó una lista de preocupaciones que los responsables eclesiásticos habían planteado a lo largo de los años.
Entre esas preocupaciones figuraban una insignia titulada “Inclusive. Together” (Inclusivo. Juntos) que anima a las niñas a hablar sobre la orientación sexual, una insignia “Multicultural Community Celebration Fun Patch” (Insignia divertida de celebración de la comunidad multicultural) que reconoce el “mes del orgullo lgbtq+”, y la promoción en las redes sociales de las Girl Scouts de Glitterary, una revista literaria digital para jóvenes lgbtq+.
Sproles dijo que el acuerdo alcanzado el martes “permitiría tanto a la Iglesia como a las scouts mantenerse fieles a sus valores y tradiciones”.
“Creemos que parte del desarrollo saludable de las niñas consiste en animarlas en su camino espiritual, a través de colaboraciones con sus comunidades religiosas individuales”, dijo Sproles. “Esta asociación renovada permite a nuestras Girl Scouts católicas contar con el apoyo de sus familias y de la comunidad católica a medida que crecen en valentía, confianza y carácter”.
Aunque ofrecieron pocos detalles sobre en qué se diferencia el nuevo acuerdo de los anteriores, una copia del memorando de entendimiento establece que las tropas deben obtener el permiso de los párrocos para operar en las parroquias y deben firmar “un acuerdo de uso de las instalaciones” que garantice que las actividades están en consonancia con la doctrina católica.
Según el memorándum, las Girl Scouts acordaron que “no defenderían ni promoverían de ninguna manera una política, programa, recurso, opinión o posición que contradijera o socavara la política de la Arquidiócesis o la doctrina católica sobre la fe o la moral”.
El memorándum también establece que la Arquidiócesis sería la “única encargada de juzgar” si alguna actividad o programa de las Girl Scouts violaba la política de la Iglesia.
La Iglesia y las Girl Scouts han firmado memorandos de entendimiento en el pasado, pero el año pasado surgieron problemas al intentar negociar uno nuevo. Ni Casey ni Sproles dieron detalles sobre por qué fracasaron las negociaciones el año pasado, pero Casey dijo que está satisfecho de que el nuevo acuerdo proteja los intereses de la Iglesia y permita el regreso de las Girl Scouts.
“Estoy orgulloso del diálogo que se ha mantenido”, afirmó Casey.
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