Por Monseñor Carlo Maria Viganò
En Perú, sobrevivientes de abusos de Chiclayo han emitido un devastador comunicado público. Como niñas, dicen, fueron abusadas por el “padre” Eleuterio Vásquez González.
Informan que, tras años de negligencia, León le ha concedido ahora una dispensa del estado clerical sin ninguna investigación canónica seria ni juicio.
Las víctimas dicen que la investigación preliminar fue una “broma”, que fueron manipuladas para ver la dispensa como una victoria, y que en realidad se ha cerrado su caso para siempre.
Las víctimas dicen que la investigación preliminar fue una “broma”, que fueron manipuladas para ver la dispensa como una victoria, y que en realidad se ha cerrado su caso para siempre.
Sin un juicio canónico, siguen siendo públicamente vulnerables ante quienes las llaman “mentirosas”, mientras el “sacerdote” es retirado silenciosamente del registro clerical y se le ahorra cualquier condena formal.
Esto toca el propio historial de León en Chiclayo, donde su manejo de las denuncias de abuso ya ha suscitado graves interrogantes.
Esto toca el propio historial de León en Chiclayo, donde su manejo de las denuncias de abuso ya ha suscitado graves interrogantes.
La retórica de “tolerancia cero” se disuelve en una maniobra de papel que elimina a un “sacerdote” problemático mientras deja a las víctimas sin justicia.

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