Abridles vuestro piadosísimo Corazón; oíd sus gemidos y concededles el librarse de sus penas y la felicidad de ir a glorificaros en el cielo.
Dejaos mover por consideración de la fidelidad con que os han servido en la vida y olvidad las faltas que la fragilidad humana les hizo cometer.
Sacadlas, por la bondad de vuestro misericordioso Corazón y por la intercesión y méritos del dulcísimo Corazón Inmaculado de vuestra Madre, María Santísima, de aquel lugar de pruebas para hacerlas entrar en la morada de la luz y de la paz.
Oíd, Corazón adorable, la humilde súplica que os hago, y conceded esta gracia a aquellas almas por las que debo especialmente pediros.
Sacadlas, por la bondad de vuestro misericordioso Corazón y por la intercesión y méritos del dulcísimo Corazón Inmaculado de vuestra Madre, María Santísima, de aquel lugar de pruebas para hacerlas entrar en la morada de la luz y de la paz.
Oíd, Corazón adorable, la humilde súplica que os hago, y conceded esta gracia a aquellas almas por las que debo especialmente pediros.
Padre celestial os lo pido por los infinitos méritos del Corazón de Aquel que se encargó de satisfacer por todos nosotros, y que, siendo vuestro Hijo Unigénito, vive contigo y con el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.
Divino Corazón de Jesús, convertid a los pecadores, salvad a los moribundos y liberad a las benditas almas del purgatorio.
Fuente: Devocionario del Sagrado Corazón de Jesús
Divino Corazón de Jesús, convertid a los pecadores, salvad a los moribundos y liberad a las benditas almas del purgatorio.
Fuente: Devocionario del Sagrado Corazón de Jesús

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