martes, 10 de diciembre de 2024

10 DE DICIEMBRE: SANTA EULALIA DE MÉRIDA, VIRGEN Y MÁRTIR


10 de Diciembre: Santa Eulalia de Mérida, virgen y mártir

(✞ 304)

Santa Eulalia era natural de Mérida y fue criada desde niña en toda virtud. 

A ella y a otra doncella de nombre Julia les enseñaba el sacerdote Donato, y se encendió tanto Eulalia en el amor por el martirio y por la virginidad, que no gustaba de galas ni de atavíos, y mostraba gran mesura en el rostro y en todo su proceder y hablar. 

Tenía solo doce años cuando llegó a Mérida Calfurnio, a quien subdelegó Daciano, para informarse sobre los fieles de Cristo y perseguirlos; para lo cual mandó publicar un solemne sacrificio a sus dioses. 

Los padres de la santa virgen, conociendo sus deseos del martirio y temiendo perderla, la tenían retirada en una heredad suya llamada Porcejana, a diez leguas de Mérida; mas sabiendo la santa doncella que se le ofrecía tan oportuna ocasión, por su voluntad, huyó secretamente de noche y fue a la ciudad para ofrecerse al martirio con gran fervor y ansia de morir por Jesucristo. 

Llegó pues la pura y delicada doncella a los estrados del juez Calfurnio, quien primero pretendió engañarla con blandas y amorosas palabras, le puso delante su nobleza, su ternura y poca edad, y quiso probar si con halagos y promesas, como era una niña, la podía apartar del amor de Jesucristo. 

Mas observando que perdía el tiempo, trocó la blandura en severidad y los halagos en terrores. 

La azotaron crudamente y le quebrantaron los huesos con plomadas; le echaron aceite hirviendo por todo el cuerpo; la arañaron con garfios de hierro; la levantaron y la descoyuntaron en la garrucha; y ella, como quien tenía a Dios en su alma, decía a su Esposo: 

- “Ahora, Redentor mío Jesucristo, te imprimes mejor en mí, y estas llagas, como letras que se escriben en mis carnes con mi sangre, me representan mejor tu pasión”.

La pusieron entre dos hogueras y así le dieron la muerte y la corona del martirio. 

Y tanto deseaba la sagrada virgen morir por Jesucristo, que abrió su boca para que las llamas entrasen por ella, y tragando el fuego vieron muchos su alma purísima subir al cielo en figura de paloma. 

Entre otros la vio el verdugo que la había atormentado, y con esta vista quedó atónito, fuera de sí y movido a penitencia. 

Su santo cuerpo estaba desnudo, mas cayó gran abundancia de nieve para cubrirle, hasta que los cristianos le pudieron dar sepultura. 

Le edificaron un suntuoso templo en Mérida, e hizo Dios nuestro Señor muchos milagros por su intercesión. 

Su cuerpo fue después trasladado a la ciudad de Oviedo, donde está ahora encerrado en una rica urna de plata. 

Reflexión

Dicen que la santa virgen Julia fue también al tribunal del tirano en compañía de santa Eulalia, y que habiéndose adelantado un poco en el camino, le dijo Eulalia con espíritu de profecía: “Por más que te apresures, yo moriré primero”. Y en efecto se cumplieron estas palabras, aunque aquel mismo día en que fue martirizada santa Eulalia, fue también degollada Julia, su compañera en la santidad y deseo de morir por Jesucristo. Pues ¿quién no ve aquí sobrepujada y reputada por nada en estas dos tiernas doncellas, la muerte armada de todos sus espantos y terrores? ¿Y de dónde sacaron esas débiles niñas una fortaleza y serenidad de ánimo tan grande, como no se vio jamás en ninguno de los héroes profanos de la historia? Del amor por Cristo, que es más fuerte que la muerte. 

Oración:

Todopoderoso y eterno Dios que escoges lo débil del mundo para confundir lo fuerte: danos que gocemos de una conveniente devoción en la fiesta de tu santa virgen y mártir Eulalia, para que en su pasión ensalcemos tu poder y recibamos el socorro a nosotros prometido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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