Santa Teresita del Niño Jesús introdujo una espiritualidad que llamó “el Caminito”. Exigía ofrecer pequeños sacrificios a lo grande.
Por el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira
La esencia del Caminito reside en la idea de que el alma posee una inocencia infantil. Esta consiste en una capacidad de asombro que le brinda al niño la posibilidad de volar y reflexionar. Desafortunadamente, muchas personas pierden gradualmente esta inocencia con el tiempo debido a la decadencia espiritual.
El Caminito se centra fundamentalmente en preservar esta infancia espiritual. Exige preservar la inocencia, la franqueza y la fortaleza que se encuentran en el alma de un niño heroico, y mantenerlas intactas a lo largo del tiempo hasta el final.
Esto no significa que el alma deba actuar siempre como un niño. Más bien, significa que uno conserva la inocencia infantil a lo largo de las etapas de la edad. Cada etapa de la vida tiene cualidades únicas que contribuyen a la inocencia del alma. La persona acumula gradualmente las cualidades de todas las edades sin perder ninguna.
Así, la persona conserva la frescura del alma que proviene de la inocencia infantil. Posee la agilidad y la energía combativa propias de la juventud. La edad adulta aportará la plenitud de la madurez. Una vejez virtuosa aporta un elevado espíritu de contemplación y reflexión.
Esta acumulación de inocencia es el núcleo del Caminito.
Este núcleo tiene un efecto colateral: cuando las almas tienen un sentido de asombro bien desarrollado y aprecian lo maravilloso, les resulta más fácil involucrarse en la vida espiritual. Aquello que suele exigir grandes sacrificios puede florecer con mayor facilidad en presencia del asombro. Las almas también se vuelven capaces de alcanzar una mayor plenitud, a menudo obtenida con menos sacrificio.
Por eso, incluso las almas más débiles pueden alcanzar un nivel de vitalidad que antes no tenían, cuando tienen esa abrumadora sensación de asombro y de lo maravilloso.
Santa Teresita utiliza todo este razonamiento como base para la idea del Caminito.
Una última aplicación de estas consideraciones tiene que ver con la superación de la debilidad.
Todas las almas, incluso aquellas que no son particularmente débiles, son frágiles, especialmente cuando se trata del área de sus propios defectos.
Dado que todos los hombres tienen estos defectos, todas las almas son pequeñas y frágiles. Si desarrollan significativamente su sentido de lo maravilloso, tendrán el potencial de superar sus defectos admirablemente.
Así, Santa Teresita se explica plenamente a sí misma y a su Caminito.
El texto anterior fue adaptado de una reunión del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira el 27 de mayo de 1974.
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