Pussy Riot es un grupúsculo de feministas rusas camufladas como “un grupo de punk-rock”, cuyo objetivo es la provocación política y social, promoviendo el movimiento lgbt, el feminismo, la “libertad de expresión”, criticando la represión de los “movimientos artísticos” en Rusia y, específicamente, en contra del presidente ruso Vladímir Putin.
El 21 de febrero de 2012, como parte de su protesta contra la reelección de Vladímir Putin, estas mujeres entraron en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, de la Iglesia ortodoxa rusa, hicieron la señal de la cruz, una reverencia ante el altar, y luego, se posicionaron allí y empezaron a vociferar la canción “Virgen María, destierra a Putin”. Poco después fueron detenidas. La grabación de la “performance” fue usada posteriormente para crear un video-clip de la canción.
Alguna de las frases de su “Oración punk” decían:
Hoy, durante los maitines, he comprendido
qué y cómo debemos pedir a la Virgen María
para que algo se mueva por fin en nuestra tierra sin alma
Virgen María, destierra a Putin,
destierra a Putin, destierra a Putin
Sotana negra, charreteras doradas.
Toda la congregación se pone de rodillas.
El espectro de la libertad en el cielo
El orgullo gay es enviado a Siberia encadenado
Mierda, mierda, mierda
Mierda, mierda, mierda
Virgen, hazte feminista
Hazte feminista, hazte feminista
Alabanza eclesiástica a lo que está podrido
Una procesión de limusinas negras
El predicador viene a la escuela por ti
Ve a clase - ¡lleva dinero!
Los representantes de la Iglesia calificaron sus acciones de blasfemia, sacrilegio y de insulto a los sentimientos religiosos, mientras que el arcipreste Vsevolod Chaplin dijo que tales acciones deberían ir seguidas de un castigo penal.
Tras su detención, el proceso judicial comenzó a finales de julio de 2012 y fueron condenadas a dos años de cárcel. El juicio fue descrito por algunos observadores extranjeros como un juicio-espectáculo.
Las impresentables activistas cubren sus caras con pasamontañas, tanto en sus actuaciones como durante las entrevistas, en las cuales usan pseudónimos.
Si no hacían nada malo... ¿porqué se ocultaban?
Las impresentables activistas cubren sus caras con pasamontañas, tanto en sus actuaciones como durante las entrevistas, en las cuales usan pseudónimos.
Entre sus influencias musicales, el grupo cita a bandas del género punk y oi!. En especial la banda Bikini Kill, impulsoras del movimiento riot grrrl. Ellas han afirmado:
El 3 de marzo de 2012, María Aliójina y Nadezhda Tolokónnikova, miembros de Pussy Riot, fueron arrestadas por las autoridades rusas y acusadas de vandalismo. Al principio, ambas negaron ser miembros del grupo e iniciaron una huelga de hambre como protesta por ser encarceladas hasta el inicio del juicio en abril. El 16 de marzo del mismo año, otra mujer, Yekaterina Samutsévitch, que había sido antes interrogada, fue también arrestada y acusada.
El 4 de julio de 2012 se presentaron cargos formales contra las mujeres y un escrito de acusación de 2800 páginas. Ese mismo día se les notificó que tenían plazo para preparar su defensa hasta el 9 de julio. Como respuesta, anunciaron una huelga de hambre alegando que dos días laborables era un plazo de tiempo inapropiado para preparar su defensa. El 21 de julio el tribunal amplió su prisión preventiva durante seis meses más.
“Lo que tenemos en común es la imprudencia, las letras con carga política, la importancia del discurso feminista y una imagen femenina no convencional”.
Empoderadas... pero se victimizan
El 3 de marzo de 2012, María Aliójina y Nadezhda Tolokónnikova, miembros de Pussy Riot, fueron arrestadas por las autoridades rusas y acusadas de vandalismo. Al principio, ambas negaron ser miembros del grupo e iniciaron una huelga de hambre como protesta por ser encarceladas hasta el inicio del juicio en abril. El 16 de marzo del mismo año, otra mujer, Yekaterina Samutsévitch, que había sido antes interrogada, fue también arrestada y acusada.
El 4 de julio de 2012 se presentaron cargos formales contra las mujeres y un escrito de acusación de 2800 páginas. Ese mismo día se les notificó que tenían plazo para preparar su defensa hasta el 9 de julio. Como respuesta, anunciaron una huelga de hambre alegando que dos días laborables era un plazo de tiempo inapropiado para preparar su defensa. El 21 de julio el tribunal amplió su prisión preventiva durante seis meses más.
Las tres “revolucionarias” detenidas fueron reconocidas como “presas políticas” por la “Union of Solidarity with Political Prisoners” (Unión de Solidaridad con los Presos Políticos) y, siguiendo la misma línea, Amnistía Internacional las consideró “presas de conciencia” por “la severidad de la respuesta de las autoridades rusas”.
Maria Aliójina, 24 años, era estudiante del cuarto año de periodismo en Moscú. Fue voluntaria y activista de Greenpeace Rusia. Tiene un hijo. Desempeñó un papel activo durante el juicio: repreguntando a los testigos y cuestionando agresivamente la naturaleza de los cargos y del procedimiento.
Yekaterina Samutsévich, 30 años, ingeniera por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Energía de Moscú, es una informática interesada en el movimiento lgbt. Titulada asimismo en fotografía y multimedia.
Nadezhda Tolokónnikova, 24 años, era una estudiante de Filosofía en la Universidad Estatal de Moscú con una historia de activismo político con el grupo de arte en la calle Voiná. Está casada con Piotr Verzílov y tiene una hija de 4 años.
Condenadas
Las tres fueron sentenciadas el 17 de agosto de 2012 a dos años de prisión. El juez afirmó que “habían socavado el orden social con su protesta mostrando una absoluta falta de respeto a los creyentes”. Tolokónnikova replicó que “la sentencia es un síntoma claro e inequívoco de que la libertad está desapareciendo de nuestro país”.
“Bajo ninguna circunstancia las chicas pedirán perdón a Putin”, dijo el abogado Mark Feygin, opositor político del actual mandatario ruso y representante legal de las imputadas.
Cuando los “Organismos Internacionales” meten la cola
Amnistía Internacional calificó la condena como “un golpe amargo contra la libertad de expresión”. Hugh Williamson, de Human Rights Watch, afirmó que “los cargos y el veredicto [...] distorsionan los hechos y la ley [...] Estas mujeres nunca deberían haber sido acusadas de un delito de incitación al odio y deberían ser liberadas inmediatamente”.
Otras “presentaciones”
Los cuatro fueron condenados a penas de 15 días de prisión en lo que fue el primer episodio de inseguridad que se produjo en este torneo, por el que Rusia había sido alabado por su buena organización y eficiencia. La policía rusa los acusó formalmente de infringir normas contra los asistentes a eventos deportivos y de vestir ilegalmente uniformes policiales. Las multas fueron de US$161 y US$23 respectivamente.
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