domingo, 24 de julio de 2022

¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA REHABILITACIÓN DE JUDAS POR FRANCISCO?

En tres ocasiones diferentes, Francisco ha elogiado públicamente a Judas, sugiriendo que el apóstol que traicionó a Nuestro Señor Jesucristo es una personalidad incomprendida y que "el final de su historia" posiblemente no sea el infierno 

Por Marian T. Horvat, Ph.D.


No debería sorprendernos ya que en otras ocasiones el mismo papa, asegurando que sigue la tradición de Juan Pablo II, propone que el infierno como lugar físico tampoco existe.

El intento más reciente de rehabilitar a Judas está en el libro Padre Nostro, una entrevista que Francisco concedió a Don Marco Posso. Un extracto publicado por Il Corriere della Sera el 23 de noviembre de 2017, revela la negación de Francisco de la enseñanza católica tradicional de que Judas fue condenado. De las tres personas implicadas en la Pasión de Cristo -San Pedro, el buen ladrón y Judas- Bergoglio afirma que "el caso que más ‘me conmueve’ es la vergüenza de Judas".

Recorre la historia, presentando a Judas como "un personaje difícil de entender": primero, se arrepiente sinceramente; segundo, los "justos" -los sacerdotes- le rechazan; tercero, como "no encuentra una salida a su situación", le invade una "culpa que le ahoga". Un retrato simpático del traidor Judas, que, según el papa, es traicionado por la falta de misericordia de los "justos", los sacerdotes...

Luego, pasa a encontrar una "prueba" medieval conjetural para su teoría de que Judas podría salvarse: "Tal vez alguien podría pensar, 'este papa es un hereje'... Pero, ¡no! Deberían ir a ver un particular capitel medieval de una columna en la Basílica de Santa María Magdalena en Vézelay, Borgoña [Francia] ... En ese capitel, en un lado está Judas, ahorcado; pero en el otro está el Buen Pastor, que lo carga sobre sus hombros y se lo lleva."

Francisco confiesa que le gusta tanto esa escultura en particular y su falsa interpretación que tiene una fotografía de ella detrás de su escritorio en el Vaticano para ayudarle a meditar sobre la gran misericordia de Dios. "Hay una sonrisa en los labios del Buen Pastor, que no diría que es irónica, sino un poco cómplice", explica.

La columna de Judas que Francisco admira y exhibe detrás de su escritorio

Para cualquiera que tenga un conocimiento medio del arte y la teología medievales, esta interpretación es una flagrante tergiversación de la Historia. En primer lugar, la columna de la basílica de Vézelay que alberga las reliquias de Santa María Magdalena presenta evidentemente a Judas como el traidor y símbolo del horror y lo ofrece para el desprecio público: su lengua cuelga grotescamente de su boca y sus ojos saltan enloquecidos mientras cuelga del lazo que él mismo se ha fabricado con desesperación.

Este capitel fue tallado entre 1115 y 1120, según cuentan los libros de Historia del Arte, y pretendía, al igual que otras representaciones similares en otras iglesias, traer gráficamente a la mente de los fieles el terrible destino del apóstol que traicionó a Cristo, que se creía y predicaba como el fuego eterno del infierno. De hecho, es aquí donde Dante -siguiendo la enseñanza católica tradicional- sitúa a Judas, en la fosa más profunda, o noveno círculo, reservado a los mayores traidores.

El hombre que se lleva el cadáver difícilmente podría ser el "Buen Pastor", o Jesucristo, como pretende Bergoglio. En el siglo XI, Cristo siempre fue representado en el arte y la escultura con una aureola divina, una barba e invariablemente vestido con una larga túnica, la prenda sin costuras que Nuestra Señora tejió para Él.


Este hombre bien afeitado, con su corta túnica de obrero y sin aureola, realiza claramente el desagradable trabajo de retirar el cuerpo del suicida Judas que, según la costumbre, recibió una vergonzosa sepultura al anochecer. Así, la expresión "irónica" del obrero, que Francisco prefiere interpretar como la "complicidad" de Cristo con el crimen de Judas, no tiene nada que ver con sentimientos de empatía, sino que simplemente expresa la repugnancia de ese trabajador por llevar una carga tan repugnante.

Francisco, tan ansioso por rehabilitar a Judas e imaginar que puede ser salvado, falsifica descaradamente no sólo el simbolismo de la columna de Vézelay, sino también la teología medieval.


Otros casos de Francisco salvando a Judas

No es la primera vez que Francisco intenta salvar a Judas. Sacó a colación esta misma columna de la basílica de Vézelay en una entrevista con la revista alemana Zeit del 8 de marzo de 2017, utilizándola de nuevo como una supuesta lección de teología medieval sobre la misericordia de Cristo y la posible salvación de Judas.

"No afirmo que Judas esté en el cielo y se haya salvado. Pero tampoco afirmo lo contrario", declaró Francisco. "Sólo puedo decir: mirad este capitel y lo que pensaban los monjes de la Edad Media, que enseñaban el catecismo con sus esculturas. Y mirad la Biblia en la que se dice: Cuando Judas toma conciencia de su acto, va a los sumos sacerdotes. La Biblia utiliza la palabra arrepentimiento. Tal vez no ha recibido el perdón, pero se ha arrepentido".

Otra representación medieval del suicidio de Judas con los demonios llevándose el alma - Autun, Francia - siglo XII

Nada más lejos de la enseñanza católica. Desde la época de los primeros Padres de la Iglesia, ésta juzgó el suicidio como un pecado mortal, como un acto de injusticia hacia Dios Creador y una grave ofensa a la caridad que el hombre se debe a sí mismo. Por ello, condenaba este acto de desesperación como un crimen atroz y negaba a la persona que se suicidaba una sepultura cristiana. A este pecado mortal, Judas añadió el crimen de traicionar al Hombre-Dios. Esta era la enseñanza constante de los monjes de la Edad Media, no las tonterías de Francisco.

Finalmente, en una homilía del 12 de junio de 2016 sobre la ternura de Dios, Bergoglio describe a Judas con simpatía como una "oveja perdida" que se había arrepentido. "Creo que el Señor tomará esa palabra [el arrepentimiento] y la llevará consigo", dijo. Este arrepentimiento nos dice que hasta el final "el amor de Dios estaba obrando en el alma de Judas".


Siguiendo la enseñanza de von Balthasar

¿Por qué Francisco intenta rehabilitar a Judas? Algunos blogs se hacen esta pregunta, pretendiendo que Francisco es el primer pontífice que apoya esa mala doctrina.

En realidad, sólo está poniendo palabras a una enseñanza del teólogo y sacerdote suizo Hans Urs von Balthasar, mentor tanto de Juan Pablo II como de Benedicto XVI. Ambos pontífices apoyaron incondicionalmente la enseñanza de von Balthasar, teniendo sólo los más altos elogios para el teólogo que han llamado "el más importante del siglo XX". El cardenal Ratzinger admiraba tanto sus enseñanzas que creó la Casa Balthasar en Roma para difundir sus enseñanzas, especialmente entre los seminaristas.

Como demuestra acertadamente Atila Guimarães en su libro Animus Injuriandi I (Deseo de ofender), von Balthasar fue un temprano defensor de la traición de Judas. A diferencia de Francisco, que repite como un loro el pensamiento de von Balthasar en su habitual forma incoherente y ridícula, el teólogo suizo construyó cuidadosamente toda una nueva teología para salvar a Judas de la condena eterna.

Siguiendo el razonamiento del teólogo, fue Dios Padre quien traicionó a Cristo entregándolo a una muerte cruel. Así, el Padre hizo primero lo que Judas hizo después. Como señala Guimarães, el lector se ve presionado a estar de acuerdo con von Balthasar en que o bien ambos son traidores -Dios Padre y Judas- o bien ninguno es culpable.

Guimarães continúa: "Según von Balthasar, Judas fue elegido por Dios para desempeñar el papel de su representante". Con esto, el teólogo absuelve a Judas, presentándolo como un ministro de Dios, que ejecutó la sentencia del Padre (Animus Injuriandi I, pp. 48-50).

En otra obra, von Balthasar hace suya la teoría del poeta francés Charles Peguy, según la cual imagina que el amor de Cristo por Judas mientras colgaba de la Cruz era tan grande que gritó como "un loco" para expresar su falta de conformidad con la condena del traidor. Ya es bastante malo presentar a Nuestro Señor como un loco, pero suponer que las últimas palabras de Cristo al Padre en su agonía fueron inspiradas por la piedad hacia Judas es blasfemo. Von Balthasar pasa a pintar una imagen de Judas que reclama nuestra simpatía con el objetivo de disminuir el justo horror que deberíamos tener por su traición (ibid., pp 51-53).

Esta es la novedosa enseñanza de von Balthasar alabada y apoyada por Juan Pablo II y Benedicto XVI. Ahora Francisco no hace más que repetir la misma historia.

JPII abraza a su mentor von Balthasar

Para terminar, permítanme señalar que von Balthasar en realidad va más allá de la mera simpatía por Judas. El Animus Injuriandi I muestra que él propone una "Iglesia de los condenados". La llama "la Iglesia más preferida por Nuestro Señor". Cristo se une tanto al mal ladrón como a Judas -los condenados y más abandonados, como el propio Cristo- y desciende con ellos al infierno. Luego, redime a todos los condenados en el Infierno y asciende con ellos al Cielo, dejando el Infierno vacío (Ibid., pp. 161-162, 165-166).

Pero hay más. Von Balthasar cree que, a través de la traición y el suicidio de Judas Iscariote, éste desempeñó un papel de co-redención. En lugar de derramar su sangre por el hombre como Cristo, vacía sus entrañas, se encera poéticamente... (Cf. ibid, p. 173).


Una representación del siglo XV del suicidio de Judas

Como señala el estudio de Guimarães, "si alguien que quisiera destruir la fe y la Iglesia católica buscara una explicación teológica para ello, difícilmente podría encontrar una tesis más conveniente que esta expuesta por von Balthasar" (Ibid., p. 176).

Vemos que los confusos intentos de Francisco por rehabilitar a Judas se basan en una teología mucho más profunda y ofensiva que la que se le pudo ocurrir a él mismo. Es la teología progresista que inspiró el Vaticano II y la Iglesia Conciliar.


Tradition in Action


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