miércoles, 5 de junio de 2024

OBJECIONES CONTRA LA RELIGION (53)

No soy yo digno de llegarme a recibir los Sacramentos. Ni se debe abusar de las cosas santas.

Por Monseñor de Segur (1820-1881)


No; pero se debe usar. Porque, excepto el gran crimen de insultarle, la mayor ofensa que puede hacerse a Jesucristo en el Santísimo Sacramento del altar, es abandonarle y olvidarse de Él.

Dos clases de personas deben llegarse a recibir los Sacramentos: los buenos que quieren ser mejores, y los malos que quieren ser buenos. 

Para los buenos, los Sacramentos son fuego que purifica el oro; para los malos, son medicina que cura al enfermo. Para todo son remedio, y todos deben tomarlo; no porque sean dignos, pues nadie hay digno de Dios, sino para ser cada día menos indignos; no porque sean fuertes, sino para ser cada día menos flacos.

Corre, hijo mío: Jesucristo te llama, y sin Él no puedes salvarte. Ve a buscarle en la Confesión, donde purificarás tu corazón, que es templo suyo; y en la Sagrada Comunión, por la cual se digna el mismo Dios en persona albergarse en ese templo ya purificado.

Corre y nada temas. Dios premiará tu buena voluntad, y tú mismo conocerás cuánto más vales después de haberle recibido.



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