jueves, 7 de septiembre de 2023

OBJECIONES CONTRA LA RELIGIÓN (2)

No hay Dios

Por Monseñor de Segur 
(1820-1881)


Objeción 2:

¿No hay Dios? Pues dime: ¿entonces quién ha hecho la tierra, el cielo, el sol y las estrellas, al hombre y el mundo? ¿Tendrás valor para responderme que todas estas cosas se han hecho ellas solas? Tú ves que esto no es posible. Y si no, ¿qué pensarías del hecho que te dijera que tu casa se ha hecho ella sola, sin arquitecto, ni albañiles, ni nadie? Lo echarías a broma, o tendrías por loco al que te dijese, no ya que la casa se había hecho, sino que no es ningún imposible el que así haya sucedido.

Pues si una miserable casa no puede hacerse ella sola, ¿cómo quieres tú que no hayan sido hechas por nadie esa multitud de maravillas que ves en el mundo, empezando por tu cuerpo mismo, que es la mayor de todas?

Pero me responderás acaso: “Yo no creo más que lo que veo, y a Dios nunca lo he visto”. A esto te replico yo que medites si es que en el mundo no hay otras cosas sino las que pueden ser vistas, oídas o palpadas.

Respóndeme a esta pregunta: “¿tienes tú alma?” De seguro me vas a decir que sí. Y, ¿cómo es tu alma? ¿es blanca o negra? ¿es chica o grande? ¿pesa mucho o poco? No lo sabes, porque no la has visto y, sin embargo, tú me aseguras que la tienes.

¿Y por qué me aseguras tan resueltamente que tienes alma? Porque, aunque no la ves, ni la oyes, ni la palpas, estás seguro de que piensas, de que quieres las cosas, y sabes que el pensar y el querer son oficios propios del alma.

Pues del mismo modo sabes que hay Dios; es verdad que no lo ves, ni lo oyes, ni lo tocas; pero, en cambio, ves y oyes y tocas las obras suyas; ves el cielo, ves la tierra, ves el orden maravilloso que hay en todas las cosas; como una estación viene tras la otra, cómo viene tras la noche el día, y dices: Esto no se hace ello solo; los hombres tampoco lo han hecho (y no solamente sabes que los hombres no lo han hecho, sino que también estás seguro de que no tienen el poder para hacerlo); luego lo ha hecho alguien que tiene mucho más poder que los hombres.

Y, efectivamente, ese alguien es Dios Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.

Para concluir te diré lo que aquel poeta que, oyendo una vez disputar sobre si había o no había Dios, y preguntado sobre el caso, a tiempo que sonaba una hora, respondió, mirando al reloj que la daba: 
"Por mí, cuanto más lo considero, digo: pues si hay reloj, hay relojero".
Y con esto se acabó la disputa.

Se cuenta también de cierto caballerete, presumido de sabio, que disputaba con la señora de la casa donde estaba de tertulia, sosteniendo que no había Dios. Amostazado con las buenas razones que la señora le daba, y viendo que ninguno de los presentes pensaba como él, dijo, dirigiéndose a todo el concurso: “Nunca hubiera creído que entre tantas personas de talento era yo el único que no creía en Dios”. 

- “¿El único?” -le respondió entonces la señora- “No, señor, no es usted el único; lo mismo que a usted, le pasa a mi perrita y a mi gato, y a los caballos que tengo abajo en la cuadra; solo que estos buenos animales no hacen la tontería de alabarse de ello”.

En resumen: ¿Sabes lo que, traducido al castellano claro, quiere decir el que dice que no hay Dios? Pues quiere decir esto. “Yo soy un bribón de a folio y me escuece mucho eso de que haya por allá arriba un Señor que algún día me ha de ajustar las cuentas”.


Continúa...




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