Lo primero que debemos hacer para desentrañar la posible existencia de ese vínculo es tener claras las definiciones: ¿Qué son el hembrismo y el satanismo?
Qué es el satanismo
Generalmente se piensa que el satanismo es una moda o una pose anti-religiosa, pero esta idea es superficial y se limita al contexto de sociedades cristianas. El concepto del mal como hecho metafísico trasciende los límites geográficos y temporales del cristianismo, y tienen una raíz más profunda en el origen mismo de la moralidad y la conciencia.
Stephanie Germanotta (Lady Gaga) y Marina Abramovic
El satanismo, definido de una manera más abarcativa, es el fenómeno de la personificación, adoración, admiración y la voluntad de emular al mal. Entendiendo el mal como todo lo natural y universalmente rechazado como potencialmente dañino para el sujeto.
El satanismo por ende implica una inversión de los valores naturales y tradicionales de las sociedades humanas: Lo bueno es malo, lo malo es bueno.
Esta inversión del eje moral, lleva a la confusión, el desorden y la mezcolanza: Impide a la persona distinguir claramente el bien del mal (confusión). Esta incapacidad le lleva a no poder separarlos y categorizarlos (desorden) lo que a su vez genera una mezcolanza generalizada y caótica de los elementos que componen la realidad y envía a las personas en un espiral descendente de desorientación y desolación existencial.
En un ambiente satánico, no se celebra la verdad, sino la mentira, no se aprecia la belleza sino la fealdad, no se trabaja para el futuro sino que se lo depreda. No se protege al inocente, sino que se lo expone.
Alcanza haber presenciado el accionar de una persona actuando con perversidad y malévolencia, para ver que lo hacen sabiendo que “está mal”, disfrutando y celebrando ese mal. Esto es suficiente para entender que los fenómenos satánicos en este sentido, inspirados por la celebración del mal no son nada particularmente sobrenatural o estrafalario, sino moneda corriente.
Satanismo y Hembrismo
Si bien puede resultar a muchos bastante evidente la existencia de un vínculo entre el hembrismo y el satanismo, es preciso profundizar un poco en esto para establecerlo de manera precisa.
Hay elementos del feminismo hembrista que son prácticamente incomprensibles sin reconocer que se encuentra afectado por el satanismo.
Abortismo
Las diversas celebraciones de la muerte de infantes por parte del feminismo hembrista proveen quizás la evidencia más clara de la afectación satánica de la agenda impulsada a través del movimiento feminista.
Dejando de lado la discusión sobre si la interrupción del embarazo debe ser legal o en qué circunstancias, es innegable que una parte notable del movimiento feminista no considera al aborto como un mal menor preferido a otros mayores, (como pueden llegar a considerarse la muerte de la madre o un embarazo fruto de una violación), sino que ven la audacia de asesinar un hijo en el vientre materno sin más justificación que la propia conveniencia como un bien en si mismo, un acto legítimo de liberación, algo que merece ser celebrado.
Algo particularmente incomprensible para los varones es la tendencia en círculos hembristas a afearse mediante técnicas de modificación corporal. La adopción de un estilo de vestimenta poco halagador, el recorte y teñido estridente del cabello, tatuajes en la cara, fajado de los pechos, o múltiples perforaciones faciales que desdibujan la belleza y opacan el aura de frescura natural propia de una joven.
Estas medidas van a contrapelo de las propias bases ideológicas del movimiento, por las cuales todo lo que aumente el poder de una mujer debe ser celebrado. En este plano, es evidentemente contradictorio que saboteen su propio atractivo físico, echando a perder lo que quizás sea la principal fuente de poder de la mujer sobre los hombre.
El impulso de agredir a lo bello, lo natural y lo puro, prima sobre la propia voluntad de poder a la que el feminismo actual (al menos formalmente) adhiere como guía suprema.
Existe una clara tentación a identificar a la mujer con el mal y al hombre con el bien que debe ser combatida. Que el hembrismo exprese una afectación satánica en sus actividades no implica que adoptar el machismo sea una forma efectiva o legítima de actuar.
De hecho, no es la elevación de la condición de la mujer lo que expresa elementos satánicos. El enaltecimiento de lo femenino siempre ha estado presente en la experiencia humana. Lo que evidencia una inspiración satánica es el resentimiento hacia el varón, de la misma forma que sería nocivo hacia las mujeres en una respuesta machista.
La contrapartida contra la que se estructura el hembrismo no es el machismo, sino la aspiración tradicional de las sociedades humanas a un relacionamiento armonioso y sinergético entre lo masculino y lo femenino, que lleve a la fecundidad y enaltecimiento de la sociedad toda.
En conclusión, existen múltiples coincidencias entre el satanismo y el hembrismo y una suerte de resonancia ideológico-espiritual entre ambos, probablemente muchas más de lo que hemos recogido en este artículo.
Varones Unidos
Afeamiento
Algo particularmente incomprensible para los varones es la tendencia en círculos hembristas a afearse mediante técnicas de modificación corporal. La adopción de un estilo de vestimenta poco halagador, el recorte y teñido estridente del cabello, tatuajes en la cara, fajado de los pechos, o múltiples perforaciones faciales que desdibujan la belleza y opacan el aura de frescura natural propia de una joven.
El impulso de agredir a lo bello, lo natural y lo puro, prima sobre la propia voluntad de poder a la que el feminismo actual (al menos formalmente) adhiere como guía suprema.
Satanismo y Machismo
Existe una clara tentación a identificar a la mujer con el mal y al hombre con el bien que debe ser combatida. Que el hembrismo exprese una afectación satánica en sus actividades no implica que adoptar el machismo sea una forma efectiva o legítima de actuar.
De hecho, no es la elevación de la condición de la mujer lo que expresa elementos satánicos. El enaltecimiento de lo femenino siempre ha estado presente en la experiencia humana. Lo que evidencia una inspiración satánica es el resentimiento hacia el varón, de la misma forma que sería nocivo hacia las mujeres en una respuesta machista.
La contrapartida contra la que se estructura el hembrismo no es el machismo, sino la aspiración tradicional de las sociedades humanas a un relacionamiento armonioso y sinergético entre lo masculino y lo femenino, que lleve a la fecundidad y enaltecimiento de la sociedad toda.
En conclusión, existen múltiples coincidencias entre el satanismo y el hembrismo y una suerte de resonancia ideológico-espiritual entre ambos, probablemente muchas más de lo que hemos recogido en este artículo.
Varones Unidos
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