lunes, 24 de febrero de 2025

DOS SACERDOTES ABANDONARON LA FSSPX

El padre Reid Thomas Hennick ha llegado a la conclusión de que “la Santa Sede ha estado vacante desde el Concilio Vaticano II”


El sacerdote estadounidense Reid Thomas Hennick (ordenado el viernes 3 de Junio de 2016 por el obispo Alfonso de Galarreta Genua) anunció en una carta el pasado 12 de Febrero su salida de la FSSPX porque halló incompatible su adhesión al sedevacantismo y permanecer en la Fraternidad que “reconoce pero resiste” al Vaticano II y su “Jerarquía” con la cual busca unirse por lo menos desde el año 2006.

Según Miles Christi,
 en su carta de despedida a los “Hermanos Sacerdotes, Religiosos y Fieles” de la FSSPX (cuya traducción presentamos a continuación), el padre Hennick se refiere a una reunión con el Superior General, el padre Davide Pagliarani, en la que se expusieron “serios desacuerdos” con la posición de la Fraternidad respecto a los pseudopapas apóstatas. 

El padre Hennick ha llegado a la conclusión de que “la Santa Sede ha estado vacante desde el Concilio Vaticano II”. 

En otras palabras, Roncalli (alias Juan XXIII), Montini (alias Pablo VI), Luciani (alias Juan Pablo I), Wojtyła (alias Juan Pablo II), Ratzinger (alias Benedicto XVI) y Bergoglio (alias Francisco), como sus representantes locales han sido todos impostores, farsantes, mientras que la FSSPX acoge a estos apóstatas poniendo sus retratos en las sacristías y rectorías de sus iglesias y mencionando sus nombres en el Te igitur de la Misa.



TRADUCCIÓN

12 de febrero de 2025
Fiesta de los Siete Santos Fundadores

Queridos Hermanos Sacerdotes, Religiosos y Fieles de la Fraternidad San Pío X:

Les escribo para comunicarles mi decisión de alejarme del ministerio en la FSSPX. En los últimos años, mi visión de la crisis en la Iglesia ha cambiado significativamente. A pesar de los esfuerzos sinceros por encontrar una manera de avanzar con la Sociedad, mi reciente y cordial audiencia con el Superior General me dio la claridad para saber que ya no puedo pretender representar sus intereses.

Soy consciente de que esta noticia puede resultar sorprendente. No queriendo perturbar la paz de nadie, he optado por el camino de la discreción en lugar de sembrar confusión o parecer que estoy perturbando la misión de la Sociedad de salvar almas. Mi intención ha sido abordar este delicado asunto de una manera que respete tanto a los fieles como a la integridad de la Sociedad.

Ahora me encuentro en la difícil situación de comunicar mi decisión de marcharme, sin dejar de mostrar el debido respeto a la FSSPX. Inevitablemente, esa decisión da lugar a serios desacuerdos. Sin embargo, no deseo negar ni disminuir el verdadero bien que la Sociedad realiza. Su provisión de los sacramentos y la valiosa formación católica a tantas personas, junto con todo lo que ha hecho por mí, son cosas por las que estoy profundamente agradecido.

Mi salida se debe a una convicción teológica y a las exigencias de conciencia que se derivan de ella. En concreto, he llegado a la conclusión de que la Santa Sede ha estado vacante desde el Concilio Vaticano II, conclusión que tiene profundas implicaciones para el apostolado. Aunque esta afirmación requiere más elaboración, el alcance limitado de esta carta no lo permite. Baste decir que cuando entré en el seminario, confiaba en que se habían resuelto ciertas cuestiones doctrinales. Sin embargo, con el tiempo mi confianza en esas resoluciones se fue erosionando. Sólo puedo esperar que quienes mejor me conocen entiendan la gravedad de la deliberación que hay detrás de mi conclusión, incluso si están en total desacuerdo.

Como he indicado antes, he hecho todos los esfuerzos posibles para adaptarme a la misión práctica de la FSSPX, con la esperanza de que me sea posible seguir sirviendo como sacerdote de la Fraternidad, manteniendo y actuando conforme a mis convicciones. Pero me ha resultado evidente que, en las circunstancias actuales, tal arreglo es insostenible a largo plazo.

Si este anuncio les causa confusión o incomodidad, tengan la seguridad de que mi principal preocupación es evitar socavar su paz espiritual. Comparto esta noticia solo para brindarles un contexto a una decisión que ya no podía posponer de manera realista. De todos modos, les imploro que permanezcan firmes en la práctica de la única fe verdadera y sigan cooperando con la gracia de Dios, como yo me esfuerzo por hacer y confío en que ustedes también lo hagan.

Aunque debo dejar la Sociedad, mi compromiso como sacerdote católico con la salvación de las almas sigue siendo inquebrantable. Con este fin, humildemente solicito sus oraciones mientras discierno cómo servir mejor a la Santa Madre Iglesia de acuerdo con mi vocación. Las amistades y los encuentros pastorales que he disfrutado en la FSSPX siguen siendo valiosos para mí, y no tengo intención de distanciarme de nadie que desee mantener el contacto. Que Nuestro Señor nos conceda la gracia de permanecer unidos en la caridad, incluso cuando nuestros caminos diverjan.

En los Sagrados Corazones de Jesús y María,

[Fdo.] Padre Reid Hennick

PD: No me opongo a que esta carta se comparta con fines informativos, pero pido que se respete el carácter amistoso de mi partida. Como el tema teológico al que se hace referencia aquí ya es muy malentendido, por favor, en su caridad, procurad que la carta no se convierta en un pretexto para avivar las hostilidades existentes entre el clero y los fieles tradicionalistas.

☙ ☙


Así, el padre Hennick (izquierda) se une al sacerdote brasileño Fábio Calixto (derecha; ordenado el 18 de Diciembre de 2010 por Mons. Bernard Tissier de Mallerais), quien salió de la Fraternidad el pasado Enero, uniéndose a la Resistencia dirigida en Brasil por Mons. Dom Tomás de Aquino (en el siglo Miguel Ferreira Costa) OSB.

En los últimos siete años, unos 100 sacerdotes de la FSSPX (casi el 20%), han abandonado la organización fellay-pagliaranista, que todavía quiere unirse a la apóstata Deuterovaticanidad. Unos se fueron a la Resistencia en torno al fallecido monseñor Richard Williamson, otros adhirieron al sedevacantismo, y muchos de ellos “se reconciliaron” [= capitularon] ante el Vaticano II (sea uniéndose a los variopintos grupos neocones “de Misa en latín”, o de plano incardinándose en las diócesis o congregaciones modernistas), confirmándose así las palabras del padre Anthony Cekada en el año 2012: “La mayoría de los sacerdotes que salen de la FSSPX van “a la izquierda”, esto es, en vez de hacerse sedevacantistas, acaban en la secta conciliar”.


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