El Tribunal de Impugnación de la provincia argentina de Salta confirmó la condena al depredador Gustavo Zanchetta, a quien en marzo de 2022 el Tribunal Oral II le dictó cuatro años y medio de cárcel y su inmediata detención después de ser juzgado por abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido.
Este nefasto personaje nunca cumplió la prisión efectiva por diferentes medidas legales de su defensa que le permitieron contar con prisión domiciliaria en un convento de monjas. Y, como evidentemente es un condenado “VIP”, en noviembre del año pasado le dieron autorización para viajar a Roma para un “tratamiento médico” y no regresó todavía.
Zanchetta, un personaje muy cercano al falso papa, quedó detenido el mismo día de la condena, pero a los cuatro meses logró el beneficio de la prisión domiciliaria y, después, obtuvo el permiso para viajar por parte del Tribunal de Impugnación.
En noviembre de 2023, Luis Antonio Scozzina, obispo de Orán, dijo a CNN Salta que Zanchetta abandonaría el convento “cuando hubiera sentencia firme”. También dijo que, “En el ámbito católico, la responsabilidad es también de cuidar a la persona que está condenada, no es expulsarla. No se desentiende, es un acto de caridad, y en ese sentido se tiene que interpretar el gesto que hice”, añadió.
¡Que gran diferencia hay con el tratamiento de estos temas tan sensibles entre la Iglesia Católica y la iglesia conciliar! ¿Qué medidas hubiera tomado un León XIII, un Pío X (sólo por nombrar algunos...) contra un depravado como Zanchetta? ¿Hubieran cobijado bajo su protección a un abusador de jóvenes seminaristas o lo habrían expulsado y excomulgado inmediatamente tras conocerse acciones tan aberrantes?
Zanchetta fue obispo de Orán entre julio de 2013 y julio de 2017. Huyó cuando supo que los delitos cometidos estaban a punto de hacerse públicos, renunciando bajo la excusa de “problemas de salud”. ¿Y adonde podía ir a buscar refugio sino a los brazos de su viejo amigo Bergoglio, quien lo nombró su “asesor”, pero que decidió apartarlo del cargo en 2019, cuando el escándalo de abuso ya era público.
Evidentemente, el poderoso amigo de Zanchetta que viste de blanco y que se hace llamar con el nombre artístico de “papa Francisco” siguió moviendo sus contactos para beneficiarlo, es así como el condenado dejó el convento donde vivía para viajar a Roma a “atenderse de su salud” y todavía no regresó a la Argentina...
¿Regresará algún día a su país natal en el cual cometió sus fechorías u obtendrá un “permiso especial” para quedarse en Europa “atendiendo su salud” indefinidamente?
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