miércoles, 14 de febrero de 2024

14 DE FEBRERO: SAN VALENTÍN, PRESBÍTERO Y MÁRTIR


San Valentín, presbítero y mártir

(✝ 270)

Entre los numerosos mártires que en tiempo del emperador Claudio derramaron su sangre por Jesucristo, fue uno San Valentín, presbítero; el cual estando en Roma el emperador, fue llevado a su presencia, maniatado y cargado de cadenas.

Luego que Claudio le vio le dijo con blandas palabras:

- ¿Por qué no quieres gozar de nuestra amistad, y prefieres ser amigo de los cristianos? Yo escuché que te alababan diciendo que eras un hombre sabio y cuerdo, pero te veo vano y supersticioso.

Respondió Valentín:

- Si conocieses el don de Dios, serías dichoso tú, y bienaventurada tu república; dejarías de lado los demonios y falsos dioses, y adorarías a Jesucristo, único Dios verdadero.

Oyendo esto un letrado que estaba presente gritó en alta voz:

- ¡Has blasfemado nuestros dioses!

Y como Valentín seguía hablando al emperador, llegó a ablandarle de manera que Capurnio, prefecto de la ciudad, exclamó a voces:

- ¿No veis como este hombre está engañando a nuestro príncipe? ¿Es posible que dejemos la religión que mamamos con la leche, y con la que nos criaron nuestros mayores?

Entonces Claudio, temiendo algún alboroto, mandó que retirasen a Valentín de su presencia, para que se le diese audiencia en otra parte, y que si no diese cuenta de sí, le castigasen como a sacrílego, y si la diese, no le condenasen.

Lo oyó, pues, en su casa, el teniente Asterio, y al entrar en ella, Valentín, oró a Dios diciendo:

- ¡Oh luz verdadera del mundo! Alumbrad a tantos hombres que viven ciegos en las tinieblas de la gentilidad. 

Al escuchar estas palabras, dijo el teniente:

- Si esto es así como lo dices, presto lo probaré: tengo una hija que hace dos años que está ciega. Si tú la alumbrares y dieres vista, creeremos que Cristo es luz y Dios verdadero.

Trajeron, pues, a la doncella, y poniendo Valentín las manos sobre sus ojos, le restituyó la vista.

Entonces Asterio y su mujer se echaron a los pies del santo, suplicándole que, ya que por su medio habían conocido a Cristo, les dijese lo que habían de hacer para salvarse. 

El santo les mandó hacer pedazos todos los ídolos que tenían y ayunar tres días y perdonar a todos los que los habían agraviado, y después bautizarse, y con esto se salvarían.

Asterio cumplió todo lo que le fue ordenado, y soltó a todos los fieles que tenían presos, y se bautizó con toda su familia, que eran cuarenta y seis personas.

Supo esto el emperador, y teniendo recelo de alguna gran perturbación en Roma, por razón de estado, mandó martirizar a todos con varios géneros de tormentos; y a San Valentín le hizo a palear y degollar en la vía Flaminia, donde el Papa Teodoro le dedicó su templo.


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