miércoles, 4 de enero de 2023

LA INMENSA IMPIEDAD (Y ESTUPIDEZ) DE LA “CIENCIA” FALSA

La idea de que sea malo para la Creación que nazcan criaturas es una negación evidente de todo concepto sobre la Divinidad.


Elon Musk acaba de cargarse a Paul Ehrlich, el tristemente célebre inventor de la mentira de la "bomba demográfica", que afirmaba que, en los años setenta, cientos de millones de personas morirían de hambre. 


Cincuenta años después de que esta teoría resultara ser pura tontería, Ehrlich, que ahora tiene 90 años, sigue dando vueltas y vendiendo ciencia falsa. Imagino que vivió una existencia muy cómoda gracias a ello.

Con quien estoy más enfadado, sin embargo, es con la gente corriente que, en su culto a la "ciencia", se cree cualquier patraña que se les vende con la pretensión de ser un hecho; y estoy más enfadado con ellos si además afirman que son cristianos.

La idea de que sea malo para la Creación que nazcan criaturas es una negación evidente de todo concepto sobre la Divinidad. No sólo un cristiano, sino todo pagano que se pare a pensar debería darse cuenta inmediatamente de que no puede ser que su creador omnipotente haga un planeta y se olvide de dejar instrucciones sobre su capacidad máxima.

Lo mismo se aplica, por supuesto, a las cosas del clima: se nos pide que creamos que Dios hizo su mundo tan imperfecto, tan delicado, en un equilibrio tan incierto, que meras cosas como comer carne (está en la Biblia), viajar (está en la Biblia) o vivir con comodidad (está en la Biblia) “destruyen el planeta”, porque Dios obviamente no es lo suficientemente inteligente como para "hacer las cosas" correctamente, y gracias a Dios tenemos a los "científicos" para informarnos sobre el hecho.

Paul Ehrlich, si fuera serio ("ehrlich" en alemán significa serio), prologaría inmediatamente su teoría con la advertencia de que ningún cristiano podría creerla jamás, porque es exactamente contraria a la existencia de Dios. Del mismo modo, Al Gore debería habernos informado de la inconveniente verdad de que nada de lo que afirma es compatible con la fe cristiana.

Ninguno de ellos, que yo sepa, lo hace. Las ovejas, siempre en busca de una nueva moda, una nueva ola de virtud señalizadora o un nuevo apocalipsis, absorben la basura como esponjas y ni siquiera se detienen un momento a reflexionar que, si creen en tales teorías, se han despedido del concepto de un Dios bueno, sabio y omnipotente.

Ambas mentiras (la de la población y la del clima) abogan por el control de la población y la restricción de las libertades. Ciertamente, la segunda también aboga por un nuevo "orden mundial" que muestra claramente el deseo de rehacer la humanidad a su semejanza. El cinismo, la crueldad y la opresión incorporados en tal ideología muestran el verdadero objetivo de sus proponentes: la Tierra como un espacio sin religión donde los "sabios tecnócratas" toman todas las decisiones importantes por el bien de las ovejas tontas, cuya tarea es contribuir a las inmensas riquezas de los multimillonarios y sus secuaces, trabajar, callar, tener hijos en el número aprobado y morir. Pero no se preocupen, tendrán todo el sudor posible, juguetes sexuales, diversiones sexuales y perversión sexual, para que puedan deslizarse alegremente hacia la muerte (y el infierno) pensando que se están "divirtiendo".

Ningún cristiano con cerebro puede aceptar esto. Este tipo de "ciencia" falsa debe ser rechazada por ser totalmente impía, yo diría blasfema. Todos estos escenarios catastrofistas pueden ser refutados de la manera más simple:

Señalando un crucifijo.


El Blog de Mundabor


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