Por Mundabor
Con motivo del “Día del Migrante y del Refugiado”, León ha promovido una avalancha de argumentos globalistas como tema de conversación. Es casi como si Francisco hubiera vuelto de entre los muertos. De hecho, incluso me parece reconocer el estilo de redacción. El mismo maricón debe de haber escrito los discursos de ambos.
Esto es tan grave que hay mucho que decir al respecto. Pero antes de empezar el análisis, permítanme hacer una introducción: como he dicho en muchas ocasiones, si este tipo cree que puede impulsar la “Iglesia de Francisco” sin contraataques a cambio de un poco de incienso y un tradicionalismo falso, es un completo imbécil.
“Los refugiados pueden convertirse hoy en misioneros de esperanza en los países que los acogen”.
Tonterías. Hoy en día, los refugiados son principalmente musulmanes. No traen esperanza, traen una religión malvada, criminalidad y la ley sharia.
“Con su entusiasmo espiritual y su dinamismo, pueden contribuir a revitalizar comunidades eclesiales rígidas y cansadas, en las que avanza amenazadoramente el desierto espiritual”.
Tonterías. En primer lugar, son principalmente mahometanos. En segundo lugar, la idea de que los refugiados “revitalicen” las comunidades de creyentes es tan estúpida que cuesta creerla. Esto es tan afeminado que es una forma de pensar propia de un marica.
“Su valentía y tenacidad son un testimonio heroico de una fe que ve más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y que les da la fuerza para desafiar la muerte en las diferentes rutas migratorias contemporáneas”.
Qué estúpido eres, León. Los que “desafían la muerte” son muy a menudo tipos desesperados, delincuentes de todo tipo, proxenetas y sus prostitutas. Los buenos padres no corren el riesgo de destruir a sus familias por bienes materiales. Los malvados y los delincuentes sí lo hacen. Si mi país está pasando por problemas o disturbios, NUNCA necesito morir en el Mediterráneo para escapar de ellos.
“Numerosos migrantes, refugiados y desplazados son testigos privilegiados de la esperanza vivida en la cotidianidad, a través de su confianza en Dios y su resistencia a las adversidades con vistas a un futuro en el que vislumbran la llegada de la felicidad y el desarrollo humano integral”.
Tonterías. No hay ningún indicio de que estas personas aporten, por regla general, mucho más que codicia, criminalidad y violencia. Una vez más: el buen refugiado no arriesga su vida para llegar a las riquezas de Occidente. León es tan tonto que confunde su codicia con “esperanza”. Esperanza, y una mierda. Es como decir que Scarface trajo “esperanza” a los Estados Unidos, “revitalizando” la comunidad local.
Tonterías. León puede llevar una docena o dos docenas de esos violadores y proxenetas a la Ciudad del Vaticano. Veamos si eso le dará “nueva energía”.
“En un mundo oscurecido por guerras e injusticias, incluso allí donde todo parece perdido, los migrantes y refugiados se erigen como mensajeros de esperanza. Su valentía y tenacidad son un testimonio heroico de una fe que ve más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y que les da la fuerza para desafiar la muerte en las diferentes rutas migratorias contemporáneas”.
Tonterías. No hay pruebas de que la mayoría de estas personas tengan fe cristiana. Un cristiano intentaría poner a salvo a su familia y soportaría con gusto las privaciones por el bien de esta. ¿Qué clase de cretino afeminado puede engañarse a sí mismo pensando que estas personas son como los católicos ingleses del siglo XVI?
Podría seguir, pero ahora me estoy enojando demasiado. Creo que ya entendiste la idea.
León está desperdiciando la buena voluntad que los católicos le habían brindado. Si sigue por este camino, esperemos que sea objeto de burlas despiadadas y críticas feroces, al igual que lo fue su predecesor.
No se trata de una vestimenta, idiota. Se trata de ser un Papa Católico en lugar de un promotor de la muerte de Europa y Occidente.
Ahora es oficial: Trump sería un papa mucho mejor que este tipo.
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