19 de Marzo: San José, Esposo de la Madre de Dios
El glorioso y bienaventurado patriarca San José, fue como nos dice el Sagrado Evangelio, de la tribu real de Judá y de la casa y familia de David, y su padre dice San Mateo que fue Jacob, y San Lucas que fue Heli, porque como interpreta San Agustín, el uno fue padre natural de San José y el otro el padre legal o adoptivo.
También dice el evangelista que cuando se desposó con la Virgen era varón y hombre ya maduro y robusto, que no era ni mozo ni viejo, para que entendamos que era de mediana edad, y suficientes fuerzas para los trabajos que había de pasar en servicio de la Virgen María y su divino Hijo.
Tuvo por nombre José, qué quiere decir aumento, porque fue acrecentado por los dones de Dios y colmado de todas las virtudes y excelencias, que a su altísima dignidad convenían, por lo cual en el evangelio se lo llama varón justo, porque no había en el mundo varón más perfecto y santo que él.
Fue pues este santísimo varón, esposo y verdadero marido de la siempre Virgen María y padre putativo y legal de Nuestro Señor Jesucristo, a quien su Majestad escogió para que guardase aquel graciosísimo Templo de Dios, aquel Sagrario del Espíritu Santo, aquella preciosísima Recámara de la Santísima Trinidad, para que acompañase a aquella soberana Señora de los cielos y de la tierra a quien sirven los ángeles, para que fuese depositario de aquel Verbo Encarnado, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y ciencia de Dios, y conversase con un Dios humanado, y con un Niño Dios, y le criase y regalase con amor de padre.
Quiso el Señor que San José fuese de humilde condición, y carpintero de Nazaret, cuyos vecinos eran en gran parte labradores, a los cuales armaba y componía los instrumentos de labranza, queriendo escoger además la madre pobre y la patria pobre y el padre legal pobre, para que no hubiese cosa de lustre y resplandor que pudiese convertir los corazones a la santa Fe, sino que se entendiese que su divinidad era la que había convertido y transformado el mundo.
Los años que vivió San José no lo dice la Sagrada Escritura, ni el tiempo en que murió. Lo que se tiene por cierto es que ya estaba muerto al tiempo de la pasión del Señor, porque si él hubiera estado vivo, Jesús no hubiera encomendado desde la cruz a San Juan su benditísima Madre.
Según la Tradición, Jesús y María le asistieron en su preciosa muerte, su cuerpo fue sepultado en el valle de Josafat, y que en la Resurrección de Cristo resucitó con otros santos cuerpos de patriarcas y justos, y que desde entonces está San José en cuerpo y alma en los cielos.
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