Por John Horvat II
Con tantas compras en línea o a través de quioscos de autoservicio, el arte de comprar ha perdido gran parte de su atractivo. Ir de compras se ha vuelto tan impersonal con apenas una oportunidad de interactuar con los demás. De hecho, ya no es un arte sino un proceso mecánico.
Son raros los mercados al aire libre donde las compras no eran solo una interacción financiera sino social. Hoy en día, muchas personas entran y salen corriendo con sus compras sin preocuparse por el contacto humano.
Para algunas personas, falta algo importante.
Encontrar un lugar para la interacción social
Evidentemente, algunos ejecutivos conocedores del mercado notaron esta deficiencia.
Jumbo, la cadena de supermercados holandesa, introdujo recientemente las cajas lentas cuando descubrió que algunas personas disfrutan conversando mientras pagan sus productos. El toque personal adicional está ayudando a muchas personas, especialmente a los ancianos, a lidiar con la soledad. La medida ha tenido tanto éxito que Jumbo planea instalar lo que llama Kletskassas en 200 tiendas.
Cajas lentas y Cajas blablabla
Estos carriles de caja de charla trivial están ganando popularidad. Se llaman cajas de charla. El nombre francés, blablabla caisses, es un poco más expresivo.
Aproximadamente 150 de las tiendas francesas de la cadena han abierto blablabla caisses, con planes de tener al menos una caja registradora en cada ubicación. Los carriles están marcados solo para aquellos que quieren hablar con los cajeros. No hay límites de tiempo para el cliente, aunque la mayoría intenta respetar a los que esperan en la cola. Los carriles vienen sin costo adicional para el consumidor.
Se alienta a los compradores a que se tomen su tiempo en las cajas lentas; los cajeros saludan con un bonjour y pueden preguntar sobre la familia o el clima. No habrá gerentes para acelerar el proceso. El objetivo es ralentizarlo.
Beneficios para los consumidores... y para los cajeros
Para algunos compradores, las cajas lentas les devuelven el elemento humano perdido. Las compras lentas eliminan el frío aspecto mecánico y convierten la tarea rutinaria en una experiencia significativa. La pequeña charla puede parecer insignificante, pero es como un lubricante que juega un papel vital para romper el aislamiento de las personas solitarias.
Un beneficio inesperado de las cajas de charla es el excelente efecto sobre los cajeros. Las líneas de pago aceleradas los obligan a trabajar como máquinas para procesar a los clientes rápidamente. La cortesía y el respeto a menudo se sacrifican. Al final del día, muchos cajeros se sienten agotados y poco apreciados.
Los cajeros de Blablabla reportan una nueva sensación de autoestima y felicidad al trabajar en las cajas lentas. Proviene de la alegría de interactuar y ser causa de alegría para otras personas. Una cajera informó que no notó el paso de las horas. El toque personal hizo parecer que estaba trabajando en su propio pequeño negocio.
¿Por qué limitar la charla a los supermercados?
El lanzamiento de las cajas de charla no significa la muerte de las compras aceleradas. La gran tendencia en la industria es hacia sistemas automatizados más rápidos, y las cajas de autoservicio en los supermercados se están multiplicando a pasos agigantados. Los minoristas están reclutando clientes para hacer el trabajo de cajeros que revisan sus compras de manera eficiente sin tiempo para charlar.
Sin embargo, la leve concesión de algunas cajas de charla muestra que el concepto tiene futuro. No es mucho bla, bla, bla. Muestra que las personas naturalmente anhelan el contacto humano. La atmósfera estéril de las compras en línea modernas no satisface. La interacción social es invaluable y no tiene precio.
Ojalá los líderes empresariales tomaran nota. Debe haber muchas otras áreas en las que este concepto de conversación podría afianzarse. Muchos clientes están cansados de hablar con máquinas o de que los remitan a opciones en línea. Como seres sociales, quieren hablar con personas reales.
Abordar las necesidades espirituales
El éxito de los cajas de conversación ayuda a mostrar que la economía no es el campo humano más importante. En efecto, el hombre no vive sólo de pan (Lc 4,4).
Cada persona tiene una parte que es espiritual y superior. Este lado superior da lugar a actividades y ciencias políticas, sociales, culturales y religiosas que se elevan por encima del mero sustento económico material y se ocupan más directamente de las necesidades espirituales y, en última instancia, de la salvación eterna.
Estas necesidades y deseos espirituales deben reflejarse en la economía. Quizás un buen comienzo sería darles a todos la opción de charlar.
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