viernes, 22 de marzo de 2024

LAS COMUNIDADES DE BASE REINVENTAN LA PÓLVORA

Lo que no se puede negar es que se está haciendo realidad eso de la “Iglesia en salida”, tanto que esto ya es una Iglesia en estampida

Por el padre Jorge González Guadalix


Publicado en 1997, “Las comunidades de base reinventan la Iglesia” fue uno de los libros más vendidos de Leonardo Boff. Leonardo Boff, para los que anden un tanto despistadillos, nacido en 1938 en Brasil, fue en los años ochenta y noventa el teólogo más famoso y más rompedor de la teología católica. Sus libros se vendieron, difundieron y repartieron por medio mundo o el mundo entero. Este que les cito fue algo así como el abc de la “renovación eclesial” a través de esa nueva experiencia llamada “comunidades de base”. Así lo sigue presentado la web jesuitica donde pueden encontrarlo: “Reflexión sobre la realidad de la Iglesia a partir de su nacimiento en medio del pueblo: génesis de una nueva Iglesia. Es la misma Iglesia de Cristo y de los apóstoles, pero concretizada y encarnada en un marco determinado: laico, no clerical; popular, no de élites sabias o poderosas; evangélico, no producto cultural”.

Efectivamente, Iglesia reinventada.

A nivel personal, porque el padre Leonardo Boff dejó el sacerdocio y la vida religiosa para reinventarse como laico con pareja y dejó la teología clásica para reinventarse como una cosa que hoy llaman “eco teología” y el “compromiso por el cuidado del medio ambiente”.

Brasil fue una de las cunas de la teología de la liberación. Llegaron a existir más de 70.000 comunidades de base en las que se llegaban a congregar casi dos millones de personas. Y, efectivamente, reinventaron la Iglesia, sacando a los católicos de sus filas para que recalaran en cualquiera de las múltiples sectas protestantes del país. Son datos. Los católicos en Brasil apenas llegan al 50 % de la población, mientras que los protestantes superan el 31 %.

Lo que no se puede negar es que se está haciendo realidad eso de la Iglesia en salida, tanto que esto ya es una Iglesia en estampida, al punto que la gente sale corriendo de nuestros templos para no volver. Es igual. No aprendemos. O por lo menos los hay que no aprenden y siguen y siguen con la cosa de que la solución es la “solidaridad con los pobres”, la “descentralización”, “redescubrir el papel de los laicos”, “fomentar las comunidades de base” y el “compromiso sociopolítico”.

Está todo inventado, hasta las comunidades de base. Anda que no tengo yo mi buena “comunidad de base” en Braojos. Alguna Rafaela de las que no se pierden la misa ni aunque caigan chuzos de punta, rezan, colaboran en todo, son solidarias y no hay enfermo que se les pase por alto. “Comunidad de base” es Cándido, fiel sacristán y presente donde sea necesario, que sabe estar y buscar ayuda siempre para la Iglesia. “Comunidad de base” que no sabe de cosas raras pero sí de rezar el rosario, ir a misa, echar una mano, ayudarse y ayudar, que no tiene ni idea de quién es ese tal Boff pero conocen bien a la Purísima y saben arrodillarse ante el Santísimo expuesto en la custodia. Y no, no tengo miedo de que se me hagan protestantes. Ni protestonas, que nos llevamos muy bien.

Se empeñan en reinventar la pólvora y luego se quejan de que les estalle en las manos.


De profesión, cura


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