martes, 22 de junio de 2021

LA HUMILDAD SEGÚN SANTOS Y DOCTORES DE LA IGLESIA

La humildad es la base de las virtudes, es decir, sin verdadera humildad no se puede practicar ninguna virtud, porque la persona que no es humilde rechaza la gracia de Dios. 


Sin ella no se puede practicar la caridad, que es el verdadero amor a Dios y al prójimo. Debido a que es esencial, siempre se debe rogar por conseguirla.

La base de todas las adicciones es el orgullo, que es lo opuesto a la humildad.


Pero, ¿qué es la humildad? ¿Cómo se adquiere?

Aquí hay algunas consideraciones de santos y médicos que pueden ayudarnos:

“La humildad es la verdad, y la verdad es que no tenemos nada bueno que no hayamos recibido de Dios” (Santa Teresa).

“La humildad es el conocimiento claro de quiénes somos, sin quitar ni agregar nada” (Bálsamo).

“Para llegar al conocimiento de la verdad hay muchos caminos: el primero es la humildad, el segundo es la humildad y el tercero es la humildad” (San Agustín).

“Cuanto más alto seas, más te humillarás en todo, y ante Dios encontrarás misericordia, porque sólo la omnipotencia pertenece a Dios, y es por los humildes que es verdaderamente honrado” (Sir 3, 18-20) .

“La verdadera humildad consiste en persuadirse y convencerse de que sin Dios somos insignificantes y despreciables; y en aceptar que nos traten como tales” (San Ignacio de Loyola).

“El alma para vencer el poder del diablo necesita la oración, y no podrá comprender sus engaños sin mortificación y humildad”
(San Juan de la Cruz).

“La humildad es algo muy extraño. En el momento en que pensamos que lo tenemos, ya lo hemos perdido” (San Agustín).

“La humildad es estar convencido de que no eres nada por ti mismo; no desprecies a nadie, y atribuye sus cualidades a un regalo de Dios” (Pischetta)

“La humildad es la virtud sobrenatural que, a través del conocimiento exacto de nosotros mismos, nos inclina a estimarnos precisamente por lo que valemos, y a aceptar la humillación y el desprecio” (Tanquerey).


Todo viene de dios

“El humilde se considera mendigo ante el Dios Todopoderoso y generoso. Quiere tratar a Dios como Dios, Dueño y Creador de todo. Se considera indigno de los grandes beneficios que Nuestro Señor le hace, y se maravilla de que Dios se haya inclinado con tanta bondad ante una criatura tan indigna y miserable” (Baudemon).

“La base suprema de la humildad cristiana es el reconocimiento de que lo que somos y poseemos nos viene de Dios y que se lo debemos a Él” (Nácar).

La humildad no es huir de las grandes empresas: “El humilde huye de un defecto que le hace mucho daño y que consiste en huir de las grandes obras, juzgándolas falsamente superiores a su fuerza. Ahora el humilde sabe que no es nada, pero al mismo tiempo reconoce que con la ayuda de Dios puede hacer grandes obras” (Pischetta).

“La humildad es la etiqueta que exige el ceremonial para audiencias con Dios” (Padre Alfonso Milagro).

“El Espíritu Santo exige que quienes quieran recibir su luz e inspiraciones sean humildes, es decir, que reconozca que él solo no puede hacer nada, que todo lo recibe de Dios” (Padre Luis Bonilla).

“Cuando veas algo bueno en ti mismo, atribuírselo a Dios, no a ti mismo” (San Benito).

“Dios prefiere la humildad y odia y aborrece el orgullo, porque el orgullo es mentira” (P. Luis Bonilla).

“Un día me puse a pensar en cuál sería la última publicación que podría haber en el mundo. Y descubrí que el último poste está a los pies del traidor Judas. Y quise ponerme ahí, pero no pude, porque allí estaba Jesucristo arrodillado, lavándole los pies. Desde entonces ha crecido mi aprecio por la humildad” (San Francisco de Borja).


Texto tomado de Humility, P. Salesman.


Gaudium Press



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