En un giro hacia la cordura el gobierno de Víctor Orban ha cambiado las leyes que autorizaban este tipo de manifestaciones públicas.
La norma fue propuesta por el partido Fidesz, del primer ministro pro familia Viktor Orbán, y recibió también el apoyo de los diputados afines ideológicamente.
La legislación fue aprobada por la Asamblea Nacional de 199 escaños con 136 votos a favor y 27 en contra.
La aprobación de esta reforma provocó la ira de los miembros de la oposición húngara ultraizquierdista que a modo de reclamo, intentó interrumpir la votación con gritos, encendiendo bengalas de humo y haciendo sonar el antiguo himno de la Unión Soviética.
Los desmanes de los diputados opositores dentro del Országház (Casa del País) quedaron registrados en la transmisión oficial de la sesión.
Las mariposas ahora ya no son libres
Asistir a un evento prohibido conllevará multas de hasta 200.000 forints húngaros (546 dólares), que el estado destinará a la protección infantil, según el texto de la ley; y las autoridades tienen permitido utilizar herramientas de reconocimiento facial para identificar a las personas que asistan a estos eventos ahora prohibidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario