sábado, 25 de marzo de 2023

LA ÚLTIMA TRANSGRESIÓN DEL ARCO IRIS: HACER LEGAL LA BESTIALIDAD

A diferencia de los animales que son seres sin desviaciones morales porque carecen de razón pero están dirigidos por su instinto, el hombre que da rienda suelta a sus más bajos impulsos y cuyo comportamiento es particularmente abyecto se convierte en “un monstruo”.

Por Francesca de Villasmundo


La nueva “ley de bienestar animal” que ha votado el Senado de España, despenaliza la bestialidad, sancionándose únicamente “si causa daño al animal”. Una bestialidad legal y moral que concreta la posibilidad de la zooerastia, la relación entre bestias y humanos. Un nuevo ataque a la ley natural divina por parte de la izquierda atea, progresista y radical-chic.

El jueves 16 de febrero, el Congreso de los Diputados de las Cortes Generales de España aprobó la denominada “Ley de Bienestar Animal” por la que se modifica la ley que atañe al tema del maltrato animal. Este proyecto de ley lo buscaban el PSOE, Unidas Podemos, ERC y Bildu, la izquierda española. Además, también se ha aprobado otro proyecto de ley, pero aún no ha recibido la aprobación del Senado.

El nuevo art. 340 bis, de este proyecto de ley, sanciona a todos aquellos que, fuera de las actividades reguladas por la ley, “por cualquier medio o proceso, incluidos los actos de naturaleza sexual, causen lesiones a un animal vertebrado que requiera tratamiento veterinario para restaurar su salud”.

La Nuova Bussola Quotidiana diseccionó el proyecto de ley y subrayó su “bestialidad”:
“El Art. anterior 337 del Código Penal, que nos gustaría derogar, preveía sanciones si los malos tratos afectaban a animales domésticos o de granja y excluía explícitamente a los animales que vivían en libertad. A partir de ahora, se podrá sancionar a todos aquellos que causen lesiones a cualquier animal vertebrado. Así en España ya no estará permitido matar ratones o serpientes que entren en tu casa y si atropellas a un conejo que cruza tu calle te arriesgas a prisión, hasta 18 meses, o multa. Si luego instalas repelentes cortantes contra las palomas en la repisa de la casa, causándoles como mucho simples mordiscos que no requieren el cuidado de un veterinario, estarás de suerte porque para ti solo habrá una multa o un servicio comunitario”.
Por otro lado, “si usas venenos para matar a la rata, las penas aumentan, así como si le rompes una extremidad o le provocas una herida, y tu hija menor está presente, o si experimentas alguna satisfacción en el golpe con una escoba, porque eso sería considerado un acto cruel. Y si la rata muere, hay problema, porque puedes terminar en prisión por dos años (si matas a un bebé en el vientre de la madre, el estado te paga la operación). Finalmente, queda la duda de si se puede aplicar la autodefensa si una persona es atacada por un perro feroz. El punto crítico de este nuevo art. 340 bis es en definitiva el siguiente: el hecho delictivo así descrito en el artículo no comprende únicamente los actos de maltrato animal, sino también aquellas en defensa del hombre hacia los animales o aquellas en las que no se puede imputar culpa alguna al hombre (ver la investidura inevitable de un animal)”.


En el proyecto de ley, los actos sexuales con un animal solo se castigan si le causan daño

El proyecto de ley español es “bestial”, analiza el diario italiano “no sólo por este motivo, sino también por otro: este proyecto de ley despenaliza el delito de zoofilia que estaba previsto en el art. 337. Si en este artículo se sancionaban como tales los actos de bestialidad, en el nuevo art. 340 bis, como hemos visto, los actos sexuales con un animal sólo son punibles si le causan daño. De lo contrario, son legales:
El Art. 337 ya estaba mal estructurado: en efecto, la pena procedía del hecho de que un acto sexual con un animal se experimentaba como maltrato al animal, y no como un acto contrario a la dignidad de la persona. El nuevo 340 bis va mucho más allá: si el acto sexual causa un daño es un delito, en caso contrario es una facultad de hecho que se ejerce libremente quizás porque, como los redactores del proyecto de ley, entra dentro de las libertades sexuales del hombre y la bestia que tiene relaciones interespecíficas. Sin embargo, más allá de las razones que llevaron a este cambio, un hecho es cierto: con esta ley, el delito de zooerastia queda parcialmente despenalizado”.
El portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, preguntó a sus compañeros de mayoría en la rueda de prensa: “Me gustaría saber si los de Podemos han pensado en cómo obtener el consentimiento de las gallinas, burros o animales para mantener relaciones sexuales”, ya que la legislación que rige las relaciones sexuales exige el consentimiento para consumar una relación. Pero los animales, según la legislación española, no son seres consentidos, sino simplemente seres sintientes, por lo que aún no son personas, aunque estemos cerca de ellos.

Se ha dado un paso para el reconocimiento de la personalidad jurídica de los animales llevado por la corriente antiespecista que defiende la igualdad entre hombres y animales.

“Por lo tanto, en la ley, no se requiere su consentimiento. Dicho esto, ante este último proyecto de ley, los animales están ganando terreno hacia su tierra prometida, que es el reconocimiento del estatus corporativo. Como acabamos de ver, la legitimidad en algunos casos de las relaciones sexuales entre hombres y animales sugiere que los redactores del proyecto de ley creen que, si no hay daño al animal, las relaciones sexuales no solo satisfacen los deseos del humano, sino también de la bestia. En resumen: ¿quién nos dice que a Fido no le gustan ‘ciertas atenciones’ de su amo? Entonces, ¿por qué prohibirlas?”, comenta La Nuova Bussola Quotidiana irónicamente.

A diferencia de los animales que son seres sin desviaciones morales porque carecen de razón pero están dirigidos por su instinto que los determina, el hombre que da rienda suelta a sus más bajos impulsos y cuyo comportamiento es particularmente abyecto se convierte, en palabras de Cicerón, en “un monstruo”, un término con el que el ilustre estadista y orador latino, nunca describe a un animal.

A los representantes de esta izquierda progresista, radical-chic, despierta, que propone esta enésima monstruosidad moral de la revolución del arcoíris, estas palabras del gran escritor León Tolstoi se aplican en eco de las de Cicerón:

“El hombre es peor que la bestia cuando no vive como hombre”.


Medias-Presse



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