jueves, 10 de abril de 2025

LOS DEPORTES NO DEBEN FOMENTAR LA SENSUALIDAD

En nuestros días, cuando el deporte es divinizado por todos, incluso por los católicos, la gente ni siquiera piensa en la inmodestia de sus movimientos ni en la vestimenta deportiva actual


Huelga decir que tanto los deportistas, hombres como las mujeres, así como sus admiradores, no temen ofender a Dios solo para adaptarse a las tendencias modernas de vestimenta y movimiento deportivo.

En este ambiente general de permisividad, es oportuno recordar a nuestros lectores los buenos criterios que Pío XII estableció para la práctica del deporte. A continuación, sus sabias palabras.

Papa Pío XII

“La sana doctrina nos enseña a respetar el cuerpo, pero no a estimarlo más allá de lo justo. La máxima es esta: Sí, a cuidar el cuerpo y fortalecerlo; No, al culto del cuerpo y su divinización. Así como tampoco a la divinización de la raza y la sangre con sus presuposiciones somáticas y elementos constitutivos.

El cuerpo humano no tiene el primer lugar con el hombre, ni el cuerpo terrenal y mortal como es hoy, ni el cuerpo glorificado y espiritualizado como lo será un día. En la composición humana, la primacía no pertenece al cuerpo formado del polvo de la tierra, sino al espíritu, al alma espiritual.

No menos importante es una norma fundamental contenida en otro pasaje de las Escrituras. En la Carta de San Pablo a los Romanos, leemos: “Veo otra ley en mis miembros, que lucha contra la ley de mi mente y me cautiva en la ley del pecado, que está en mis miembros” (Rom 7:23). No es posible describir mejor el drama cotidiano en el que se ve envuelta la vida humana.

Los instintos y las fuerzas del cuerpo avivan y sofocan la voz de la razón, prevaleciendo sobre las energías de la buena voluntad, desde el día en que su completa subordinación al espíritu se perdió con el pecado original.

En el uso y ejercicio intenso del cuerpo, es necesario tener presente este hecho. Así como hay deportes y gimnasia que, por su austeridad, ayudan a reprimir los instintos, también hay otras formas de deporte que los despiertan, ya sea por la violencia del esfuerzo o por las seducciones de la sensualidad. ... El sentimiento religioso y la moral se oponen y vetan esta forma de practicar deportes y gimnasia”.


Pío XII, Discurso a los participantes del
Congreso Científico Nacional de Deportes y Gimnasia
el 8 de noviembre de 1952; original italiano aquí.


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