miércoles, 17 de abril de 2024

17 DE ABRIL: BEATA MARIANA DE JESÚS


17 de Abril: Beata Mariana de Jesús

(✞ 1624)

La extática y maravillosa virgen María Ana de Jesús nació en Madrid, de muy noble e ilustre linaje, y su padre Luis Navarro Ladrón de Guevara servía en la corte del Rey don Felipe III.

Cuando llevaban en brazos a la iglesia aquella santa niña, notaban que al tiempo de alzar la Hostia y el Cáliz se quedaba arrobada; y cuando apenas sabía andar por sus pies, buscaba algún lugar recogido de su casa, y así la veían puesta en oración delante de una imagen de nuestro Señor crucificado, bañados los ojos en lágrimas o cercado su rostro de resplandores.

Gozaba de la presencia visible de su ángel custodio; y platicaba de la beatísima Trinidad, de la Encarnación del Verbo, y de la adorable Eucaristía, que son los más inefables Misterios de nuestra Divina Religión, como de cosas que más parecía entenderlas que creerlas.

Recibió la primera Comunión en edad muy temprana, y cada vez que tomaba el Pan de los ángeles, parecía transformarse en un ángel que gozaba de Dios.

Más, ¿quién no se espantará ahora de las durísimas pruebas porque tuvo que pasar esta alma angelical? Tuvo en lugar de madre, una madrastra de condición asperísima que la afligía sobremanera, y su padre no la contenía tanto como debiera, especialmente cuando la santa doncella hizo voto de perpetua virginidad contra la voluntad del padre que quería casarla.

Era ella, de gentil disposición y muy hermosa; y se cortó un día con las tijeras la rubia cabellera pensando que así se entibiaría el amor del que la pretendía por esposa: entonces fue cuando su padre y su madrastra salieron de sí y cargaron sobre ella una tempestad de injurias y golpes, con tanto enojo y crueldad, como si fueran verdugos de su hija mártir.

Cuando cesaron los malos tratos Dios permitió que su sierva se viese todos los instantes del día fieramente atormentada por torpísimas imaginaciones y tentaciones las cuales le duraron once años, y a todo esto se añadían penosísimas enfermedades y agudísimos dolores, que acrisolaron como el oro su invencible paciencia.

Dejó al fin la casa de sus padres, y con la aprobación del venerable Fray Juan Bautista del Santísimo Sacramento, que era de los Mercedarios Descalzos, se construyó una celdilla junto a una ermita de Santa Bárbara, y recibió después el hábito de nuestra Señora de la Merced de manos del Maestro General de la Orden: y en aquella pobrísima casa la visitaban hasta los príncipes, porque era muy grande la fama de sus arrobamientos, milagros y profecías.

Finalmente, después de una vida llena de trabajos y celestiales consuelos, en un éxtasis suavísimo entregó su alma al señor a los cincuenta y nueve años de edad.

El 18 de enero de 1783 el Papa Pío VI la declaró beata. El pueblo de Madrid sentía tanta devoción por Mariana de Jesús que la eligió como copatrona de la ciudad junto a San Isidro.


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