miércoles, 13 de noviembre de 2024

LAS VOCES NO ESCUCHADAS

¿Por qué el sínodo guardó silencio sobre la Misa Tradicional en Latín?

Por Edward Pentin


Una de las críticas persistentes a la asamblea final del sínodo sobre la sinodalidad ha sido que, a pesar de su frecuente énfasis en “la escucha” y “el diálogo”, varias voces relevantes e importantes no fueron escuchadas.

En su evaluación final del sínodo, George Weigel, en el sitio First Things identificó algunas de estas voces como parejas felizmente casadas, educadores católicos que resisten la cultura “despierta” actual y profesionales de la salud que viven una cultura de la vida.

Pero otro grupo que brilló por su ausencia fueron los fieles que valoran la Liturgia Tradicional y la Tradición Apostólica, un grupo pequeño pero floreciente tanto en términos de vocaciones como de asistencia a la Iglesia, pero que actualmente es objeto de amplias restricciones desde el motu proprio Traditionis Custodes del año 2021.

Durante las “fases de consulta” mundial del sínodo 2021-2024, grupos tradicionales como la Latin Mass Society de Gran Bretaña (LMS) y la Federación Internacional Una Voce (FIUV) alentaron a sus miembros a enviar contribuciones, y muchos respondieron compartiendo sus puntos de vista como parte del proceso sinodal.

Las contribuciones escritas, en su mayoría provenientes de Europa y Estados Unidos, llegaron a los informes sinodales durante la etapa continental que se extendió desde fines de 2022 hasta marzo de 2023 y continuaron siendo registradas por los obispos en los informes de síntesis posteriores.

El pasado invierno, en un artículo publicado en Gregorius Magnus, la revista de la FIUV, el presidente de la LMS, Joseph Shaw, observó que algunas conferencias episcopales, como las de Malta, Italia, Francia y Australia, tendían a ignorarlas por completo. Pero en aquellas diócesis y países donde la Misa Tradicional estaba bien establecida, escribió que los informes de síntesis diocesanos y nacionales tendían a “reconocer la existencia de católicos apegados a ella y a comunicar su punto de vista”.

A menudo se mencionaban en el contexto de un deseo de una liturgia más reverente, preocupaciones por las divisiones y un sentimiento de exclusión y marginación entre aquellos apegados al antiguo rito.

Pero a medida que avanzaba el Sínodo, esas contribuciones no llegaron a formar parte de los debates de la asamblea ni tampoco al documento final. “Fueron, en cierto modo, descartadas”, dijo Shaw, añadiendo que eran “como semillas que cayeron entre espinas”.

Los llamamientos directos a los organizadores del Sínodo tampoco fueron atendidos.

En abril de este año, Jean-Pierre Maugendre, quien dirige el grupo tradicional francés Renaissance Catholique, envió un llamado a la oficina del sínodo para la plena libertad de la Misa Tradicional porque quería que todo el mundo tradicional participara en el sínodo, pero el Register supo que Maugendre no recibió respuesta, ni siquiera un acuse de recibo.

Noah Peters, fundador y presidente de la Latin Mass Society de Arlington en Virginia, dijo al Register que “desde su inicio hasta su documento final, el sínodo sobre la sinodalidad se negó a reconocer o actuar en función de los aportes que recibió de los católicos tradicionales, tanto religiosos como laicos”.

Dijo que esto se produjo a pesar de que los católicos tradicionales presentaron “opiniones bien meditadas durante todo el proceso” que destacaron cómo la Misa Tradicional en Latín “ha dado lugar a una fuente de vocaciones, conversiones y reversiones, y que las restricciones han sido dañinas y crueles”. Pero agregó que “estaba claro desde el principio que los líderes del sínodo no estaban interesados ​​en escuchar o actuar en función de estas opiniones”.

La discrepancia se hizo claramente evidente cuando los participantes del sínodo discutieron la cuestión de las vocaciones y la escasez de sacerdotes en Occidente.

Las comunidades católicas tradicionales han sido descritas como el único grupo demográfico católico que está creciendo en el mundo occidental, con grupos como la tradicional Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP) que reportaron un número récord de vocaciones en 2023 y un crecimiento significativo en su membresía total. En términos más generales, la asistencia a Liturgias Tradicionales ha aumentado y los peregrinos que asisten a eventos como la tradicional peregrinación anual a Chartres en Francia han batido récords.

Un sacerdote tradicional de Estados Unidos dijo al Register, bajo condición de anonimato, debido a las restricciones del antiguo rito, que las comunidades tradicionales están siendo “inundadas de consultas vocacionales y luchan por dar cabida a quienes aspiran a unirse a sus filas”. Agregó que muchas de estas vocaciones en ciernes no hace mucho tiempo se habrían acercado a su diócesis local, pero desde Traditionis Custodes sienten que “ya no pueden confiar su discernimiento vocacional a quienes han cancelado de hecho las concepciones tradicionales de lo que significa ser católico”.

El documento final del sínodo reconoció la crisis de vocaciones, pero presentó soluciones distintas a la de destacar la Liturgia Tradicional, como “extender y estabilizar” los ministerios laicos.

El tema también se planteó en algunas de las conferencias de prensa. El cardenal Franz-Josef Overbeck, de Essen (Alemania), dijo a los periodistas el 22 de octubre que “hasta ahora no hemos encontrado una respuesta a la falta de sacerdotes” y sugirió que era necesario encontrar “una nueva respuesta en relación con las mujeres en la Iglesia”, incluida la institución oficial de mujeres predicadoras.

El cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general del sínodo sobre la sinodalidad, también destacó el problema de la falta de sacerdotes en su país profundamente secular, Luxemburgo. Dijo a los periodistas que para combatirlo, su diócesis ha fusionado parroquias, no sólo por falta de sacerdotes sino también por falta de fieles”. La Liturgia Tradicional no se presentó como una posible solución.

El abad Claude Barthe, autor experto en Liturgia Tradicional y sacerdote de la diócesis de Fréjus-Toulon en Francia, dijo al Register que “nadie en el sínodo, ni siquiera los obispos que conocen bien el mundo tradicional, como el obispo Matthieu Rougé de Nanterre, mencionó el uso de las posibilidades del mundo tradicional donde hay un número significativo de vocaciones”.

Cuando el Register le preguntó al cardenal Hollerich al final del sínodo por qué los católicos tradicionales y sus opiniones sobre las vocaciones y otros temas no fueron considerados en las etapas finales del proceso, respondió: “Tengo gente que celebra la Misa según el rito antiguo y soy amigo de ellos. Puedo imaginarme que en un mundo posmoderno se sientan atraídos por eso; no lo condeno”.

Cuando se le insistió más sobre el tema, respondió diciendo que el catolicismo tradicional “no era un tema de discusión”, y agregó: “No estábamos en contra de ellos; no estábamos a favor de ellos”. Cuando se le preguntó cómo se puede llamar sinodal a un enfoque así cuando se supone que debe incluir la escucha de todos los puntos de vista, respondió: “Hemos discutido cosas planteadas por el pueblo de Dios, y estas personas no nos han escrito”.

Al cardenal le preguntaron de nuevo sobre el tema fuera de la sala de prensa, pero dijo que estaba “demasiado cansado” antes de entrar en una sala para ser entrevistado por los medios del Vaticano. Cuando se le preguntó una vez más si podía explicar por qué el catolicismo tradicional no estaba incluido, volvió a negarse, diciendo que tenía jóvenes a los que atender que lo estaban esperando.

En declaraciones al Register al final del sínodo, el arzobispo Andrew Nkea de Bamenda (Camerún), que fue miembro del consejo ordinario de la secretaría general del sínodo que supervisó el funcionamiento del proceso 2021-2024, reconoció que se omitió el catolicismo tradicional y dijo que fue por culpa de Traditionis Custodes. “No íbamos a discutir el [motu proprio] del ‘papa” en el sínodo”, dijo.

Para el Abbé Barthe, la exclusión del sínodo y de la sinodalidad era “evidentemente ideológica”, y señaló “otros ámbitos en los que las ‘recetas’ tradicionalistas funcionan”, como “la asistencia a Misa, los movimientos juveniles y la enseñanza del Catecismo”.

Peters dijo que si bien el documento final “quizás no fue tan malo como se temía, el proceso parcial desafortunadamente no reflejó las voces de los laicos y religiosos católicos que se manifestaron en gran número a favor de la Liturgia Tradicional y del Magisterio inmutable de la Iglesia”.

Añadió: “Es más evidente que nunca que Traditionis Custodes está totalmente en desacuerdo con el concepto de una Iglesia sinodal”, pero dijo que estaba “seguro de que los futuros sínodos no podrán evadir la deliberación devota e imparcial necesaria durante estos tiempos difíciles para la Iglesia”.

También se contactó a miembros de la secretaría del sínodo para este informe, pero no respondieron al cierre de esta edición.


National Catholic Register

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