sábado, 16 de noviembre de 2024

ESCANDALO EN LA “LIGA DE LA LECHE”: PROMUEVEN QUE LOS HOMBRES DEN EL PECHO

La delegación británica que nació para incentivar la lactancia materna ahora promueve que los hombres que se hacen pasar por mujeres “sepan dar el pecho”, motivo por cual ha renunciado su fundadora.


Marian Tompson, fundadora de la Liga de la Leche -organización que promueve la lactancia materna-, ha dimitido de su cargo mediante una carta pública.

Tompson, de 94 años, había fundado La Liga de la Leche (LLL) con otras mujeres en Illinois en 1956, con el objetivo de crear una organización en la que las madres pudieran ayudar a otras madres a dar el pecho en una época en que la mayoría de los bebés de Estados Unidos eran alimentados con leche artificial.

En aquella época, la insistencia en la lactancia materna parecía una reivindicación contracultural. Sin embargo, las secciones de la Liga de la Leche se extendieron rápidamente por todo el mundo, dando lugar a la creación de la Liga de la Leche Internacional (LLLI).

En los últimos años, sin embargo, la Liga ha sufrido cambios contra los que Tompson (una de las últimas fundadoras supervivientes) publicó su carta de dimisión.


Queridos líderes de la Liga de la Leche:

Quiero compartir con ustedes una noticia importante.

El 6 de noviembre de 2024, renuncié a la Junta Directiva de la LLLI y a la propia LLL, una organización que se ha convertido en una parodia de mi intención original.

De ser una organización con la misión específica de apoyar a las mujeres biológicas que desean dar a sus bebés el mejor comienzo en la vida amamantándolos, el enfoque de LLL ha cambiado ligeramente para incluir también a los hombres que, por cualquier razón, desean experimentar la lactancia materna, a pesar de que no ha habido ninguna investigación a largo plazo y en profundidad sobre la lactancia masculina y cómo puede afectar al bebé.

Este paso de respetar las normas de la Naturaleza, que es la esencia de la maternidad a través de la lactancia materna, a complacer las fantasías de los adultos está destruyendo nuestra organización.

A pesar de mis esfuerzos durante los dos últimos años como miembro de la junta directiva, ha quedado claro que no puedo hacer nada para cambiar esta trayectoria si sigo participando.


Sin embargo, dejo la puerta abierta para regresar cuando la Liga de la Leche vuelva a su Misión y Propósito originales.


Os doy las gracias a todas y cada una de vosotras por los años que habéis dedicado a hacer de este mundo un lugar más sano y feliz, estando al lado de todas las madres que necesitan ayuda para amamantar a sus bebés.

Con mucho amor,

Marian Tompson

Fundadora de la Liga de la Leche



La dimisión de Tompson debería haberse producido hace tiempo. La Liga de la Leche lleva años siendo infiltrada por activistas trans, y la junta internacional ordenó recientemente a sus afiliados en el Reino Unido que permitieran a “hombres que se identifican como trans” asistir a reuniones antes reservadas exclusivamente a madres.

Miriam Main, defensora escocesa de la lactancia materna, también anunció que abandona la Liga de la Leche esta semana por motivos similares. Main señaló en su carta de dimisión que intentó que los líderes escucharan sus preocupaciones, pero fue completamente ignorada.

“En las publicaciones y materiales de LLL, me di cuenta de que se sustituía 'madre' por 'progenitora', 'lactancia' por 'amamantamiento' y constantemente se hacía referencia a las mujeres como 'familias lactantes'”, escribió Main.

“Estos cambios en el lenguaje evolucionaron muy rápidamente hacia un alejamiento total de la filosofía y la misión de LLL, dirigida hoy por un grupo de fanáticos dentro de la organización. Las líderes que expresaron su preocupación por la claridad del lenguaje, por ejemplo para las mujeres para las que el inglés no es su lengua materna, fueron ridiculizadas y maltratadas”.

“Empezaron a decirnos que, como organización inclusiva, debíamos acoger en nuestras reuniones a hombres transexuales que quisieran dar el pecho. Los líderes empezaron entonces a plantear preocupaciones legítimas sobre cuestiones de salvaguarda. Por ejemplo, la seguridad física de un bebé amamantado por un hombre; la seguridad social y fisiológica de una madre separada de su bebé para que un hombre pudiera amamantarlo; la seguridad psicológica de las mujeres en la sala en la que está presente un hombre; la necesidad de intimidad de las mujeres con determinadas creencias religiosas. Al plantear estas preocupaciones, se nos dijo que éramos transfóbicos y otros líderes nos compararon con racistas y nazis”.

La dirección de LLL, continúa Main, ha “demostrado que la teórica ‘lactancia masculina’ supera las necesidades de las mujeres reales que viven en el Reino Unido”, y añade que “el dolor que siento por la pérdida de LLL de mi vida es enorme”.

Ni Tompson ni Main han respondido hasta ahora a las peticiones de los medios de comunicación para que expongan con más detalle sus posturas, sin embargo, un recorrido por las páginas web de LLL pone de manifiesto hasta qué punto se ha extendido la podredumbre de la ideología de género dentro de la organización.

En la sección “Filosofía” de la página  de LLL International se informa: “La Liga de La Leche Internacional se compromete a brindar apoyo a todas las personas sin distinción de su origen étnico, credo, sexo, nacionalidad, ascendencia, edad, estado civil, habilidad física o mental, estatus socioeconómico, identidad de género, orientación sexual, estructura familiar o de cualquier otra condición protegida”.

El sitio web de LLL International además tiene una sección sobre “paternidad transgénero y no binaria” que ofrece instrucciones paso a paso sobre cómo los varones podrían ser capaces de producir leche. Y ello a pesar de que no existen pruebas médicas de que dicho procedimiento sea seguro para el niño, pero LLL, como tantas otras instituciones secuestradas, antepone los deseos de los hombres con disforia de género a las necesidades de los niños.


La Liga de la Leche de Canadá tiene una sección con una bandera arco iris gigante y la pregunta “¿Qué es la lactancia materna?”. Allí utilizan la palabra chestfeeding (alimentación de pecho) en lugar de breastfeeding (amamantar) en la que explican:

“Chestfeeding 
(alimentación de pecho) es un término utilizado por algunos padres que se identifican como transmasculinos y no binarios para describir la forma en que alimentan y cuidan a sus hijos a partir de su cuerpo. Una persona que utiliza el término breastfeeding (alimentación de pecho) puede, o no, haberse sometido a una cirugía del tejido mamario. Otras palabras que pueden utilizarse son 'lactancia', 'alimentar'...”.

El lenguaje transgénero de “inclusión” lleva mucho tiempo avanzando en las salas de maternidad del Reino Unido, donde, como ya hemos mencionado, se ha propuesto sustituir el término “amamantar” por “dar el pecho”.

En Gran Bretaña, hace ya cuatro años, las autoridades advirtieron de que no se dijera más “lactancia materna” para no molestar a los transexuales.

En 2022 se atacó directamente a la lengua inglesa por expresiones como “mother's milk” (leche materna), que debería sustituirse por “human milk” (leche humana), “parent's milk” (leche familiar) e incluso, lo que es más ridículo, “father's milk” (leche del padre).

A principios de 2024, el Servicio Nacional de Salud británico empezó a promocionar la “leche trans”, con una carta dirigida a los activistas homosexuales en la que se afirmaba que las secreciones de los pezones de los transexuales inducidas por fármacos son “tan buenas como la leche materna” para los bebés.


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