TESTIMONIO: DIOS ME MOSTRÓ LA VERDADERA IGLESIA

Por la gracia de Dios, he llegado a la conclusión, después de años de confusión (porque nací y me crie como miembro de la secta del Vaticano II), que sólo puedo ser un verdadero católico si me convierto en sedevacantista.


Fui seminarista en una Orden Religiosa desde los 20 años y serví a la archidiócesis de Seattle como candidato durante 3 años pero siempre tuve muchas preguntas que nadie podía responder, ni siquiera los “sacerdotes”. Al final, fui expulsado porque nunca reconocí a Bergoglio como “papa” y tuve que abandonar mi ministerio. Yo quería todo lo Tradicional, pero todos los demás lo odiaban. No podía encontrar paz, me estaba volviendo loco y la “iglesia” me estaba excluyendo de la salvación.

Ayuné durante 3 semanas seguidas, rezando el rosario día y noche y haciendo novenas a San Miguel, para pedirle a Dios su guía ya que quería hacer su voluntad y quería que me revelara lo que tenía que hacer y a dónde ir. De lo único que yo estaba seguro era de que Bergoglio y todos los demás después de Pío XII eran antipapas. 

Tuve sueños y pesadillas durante esos días, y al final, Dios me mostró las bulas de los Papas (León XIII, Pío IX, Pío X, Pío XII) y también me llevó a leer y descubrir los cambios demoledores en la Iglesia luego del Vaticano II, con una clara comprensión. 

Y caí de rodillas sabiendo que no estaba equivocado y me sentí bendecido al darme cuenta de que no había sido olvidado y que mi comportamiento no estaba mal en absoluto. Estaba sirviendo a una iglesia falsa. Dios me mostró la verdad y también puso la Verdadera Iglesia y la falsa iglesia delante de mí y me dijo: “Ahora ya sabes la verdad, tus pedidos se han cumplido”.

Si estás leyendo esto, te digo: “La alegría que siento en mi corazón es la alegría de un alma salvada que fue sacada del infierno”.

No entiendo cómo la gente puede vivir tan cómodamente, viendo todos estos errores de la falsa “iglesia ecuménica” y no cuestionar nada al respecto. Nuestra Iglesia Tradicional es Nuestra Iglesia y no hay otra igual.

Por favor pido una oración mientras me estoy preparando para la primera confesión y Misa en St Michael en Spokane este fin de semana. Conduciré 2 horas y media cada semana solo para ir a Misa: es una sensación increíble y habría conducido más lejos aún si fuera posible, pero finalmente encontré la perla que estaba buscando.

Vale la pena cualquier cosa y más.